CAPÍTULO 3

El joven pecoso recorrió el lugar bajo la fría noche en busca de su hermano. Era el único lugar que le quedaba por revisar.

Ante su tardanza se había empezado a preocupar y a pesar de saber que ya era mayorcito para cuidarse solo y que no era la primera vez que se metía en problemas peores que faltar cuando el profesor de guardia revisaba las habitaciones, tenía un mal presentimiento.

No tardó en encontrarlo bajo las hojas de un enorme árbol situado en una pequeña colina. Pudo percibir que no estaba solo.

Subió la cuesta con pesar y cuando alcanzó la cima pudo divisar al menor dormido en el suelo con la cabeza apollada en las piernas de Law.

-- Salimos a dar una vuelta y al sentarnos aquí se quedó dormido al instante. -- Argumentó el muchacho al percatarse de su presencia. -- E intentado despertarlo, pero no hay forma.

-- No te preocupes, ya me encargo yo. -- Se notaba la molestia en su voz.

Y es que ahora lo entendía todo. Había estado pensando largo rato en su pequeña charla con su hermano y había llegado a una clara conclusión. La escena que veían sus ojos la confirmaba.

-- ¡Luffy despierta!

Le dio un fuerte golpe en la cabeza que lo despertó al instante.

-- ¡Oh por Dios, tampoco hacia falta ser tan bruto! -- Exclamó Law algo exaltado.

Luffy se incorporó sobandose la cabeza adolorido.

-- Jo, Ace, eso duele.

-- ¡Te jodes! ¿Se puede saber a que hora pensabas volver a la habitación? ¡El profe de guardia ya ha debido de pasar a hacer la revisión!

-- ¡Mierda me quedé dormido! ¿Torao por qué no me despertaste? -- Exclamó girándose a verlo.

-- Creeme, lo intenté. Tienes el sueño demasiado profundo. -- El mayor se levantó también. -- Será mejor que volvamos antes de que empiecen a buscarnos como si fueramos fugitivos.

Y sin más echó a caminar de vuelta al interior del internado siendo seguido por los dos hermanos.

______

-- Te gusta Law. -- Confirmó Ace sin mirarlo.

-- Puede... no estoy seguro.

-- Vale.

-- ¿No vas a decir nada más?

El mayor se giró a verlo claramente molesto.

-- ¿Qué quieres que te diga Luffy? ¡Me acabo de enterar de que mi hermano es gay! ¡Si te parece tiro cohetes!

-- Eso te enfada. -- Comprendió.

-- ¡Claro que me enfada! ¡E...eso no está bien! ¡Es decir... No! ¡Es que no! ¡No, no y no! -- Se tiró de los pelos a causa del estrés.

-- Pero Ace, solo estoy enamorado, nada más. ¿Por qué es tan malo?

-- ¡Pues...! ¡Pues porque...! -- El mayor no supo que responder. -- ¡Aahhh! ¡Mira me voy a la cama! ¡Buenas noches!

Se tiró en su colchón y sin siquiera arroparse se giró dando la espalda al menor el cual lo veía estupefacto.

¿Por qué estaba tan mal enamorarse de un hombre? Seguía sin comprenderlo.

Apagó la luz y se acostó él también en la cama gemela, pero a pesar del intento esta vez no concilió el sueño hasta bien entrada la madrugada.

______

-- ¿Qué hemos hecho mal?

-- Ace tampoco es para ponerse así, a lo mejor solo está confundido. Aun está en la adolescencia y tiene las hormonas revolucionadas.

-- ¡Tiene 17 años, ya no es un niño y está a punto de acabar su etapa de adolescencia! -- Exclamó el pecoso. -- ¿Cómo es posible que se halla vuelto gay? ¡Eso es enfermizo!

Eso fue la gota que colmó el vaso. El chico, que se encontraba escuchando la conversación a escondidas tras la puerta del cuarto, la abrió con fuerza haciéndola resonar contra la pared.

-- ¡Pues si no os gusta que sea gay me importa una mierda! ¡Como habéis dicho soy lo suficientemente mayor para tomar mis propias decisiones! ¡Así que dejad de meteros en mi p*ta vida!

Los muchachos lo miraron atónitos ante la inesperada intromisión.

-- Lu...Luffy... -- murmuró Sabo.

-- ¡No digas nada, se que estás de acuerdo con lo que Ace opina y ya he dicho que me importa una mierda vuestras objeciones! ¡No estoy enfermo, ahora lo se, los enfermos sois vosotros, malditos ignorantes!

Se giró sin previo aviso y salió corriendo del lugar. No quería oír más sandeces de esos dos.

Siguió corriendo mientras sus lágrimas bajaban espesas por sus mejillas. Chocó con alguien.

-- Hay Luffy, por Dios ten más cui... ¿Luffy?

Al alzar la vista vio a su amiga tirada en el suelo junto a él mirándolo preocupada.

-- ¿Luffy que te pasa? ¿Por qué lloras?

-- No es nada Nami. -- Se sorbió los mocos. -- Estoy bien.

Le mostró una de sus mejores sonrisas poniéndose en pie y extendió la mano para ayudarla a levantarse. Ella lo miró escéptica y sin decir nada lo agarró del brazo y lo llevó a fuera buscando un lugar donde poder estar solos.

Acabaron llendo al viejo olmo que se encontraba en la pequeña colina.

-- Haber, dime que te pasa.

El joven se mordió el labio inferior en un gesto nervioso.

-- Nami... ¿Qué opinas de las personas homosexuales? ¿De los hombres que se consideran gays?

El chico pudo percibir la mueca de desagrado que surcó por la cara de su amiga. Suspiró agotado.

-- ¿A qué viene esa pregunta Luffy? -- Preguntó desconcertada.

-- Nada, no importa. Olle me tengo que ir, aun tengo que repasar para los exámenes de mañana. -- Se giró dispuesto a irse, pero la pelirroja lo detuvo.

-- Alto ahí, ¿tú estudiando voluntariamente un sábado por la tarde? -- Comentó con sarcasmo y se puso seria. -- Dime ahora mismo que te pasa.

-- ¿Realmente quieres que te lo diga? -- Se giró a verla ya molesto.-- ¡Bien! ¡Soy gay! ¡¿Vale?! ¡Me gustan los hombres o por lo menos estoy enamorado de uno en estos momentos! ¡¿Contenta?! ¡Ahora ahorrate tus malditos comentarios y déjame en paz!

Soltó su brazo con fuerza y brusquedad y salió corriendo dejando a la muchacha completamente estupefacta.

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