CAPÍTULO 2

Y ahí estaba otra vez, contemplando esos hermoso ojos grises con esas enormes y graciosas ojeras de mapache debajo.

-- ¿Luffy esta tarde te apetece ir a dar una vuelta con los chicos? Luffy. ¡Luffy!

Su amigo le dio un fuerte empujón en el hombro que lo devolvió a la realidad.

-- ¿Eh? ¿Qué pasa Usopp?

-- ¿Se puede saber donde estás? Te estaba diciendo que si te apetece quedar esta tarde y de paso avisamos al resto.

-- No lo se, tengo que repasar un poco para los exámenes de la semana que viene...

Mientras hablaba no había apartado en ningún momento la mirada del moreno mayor que se encontraba un poco más lejos charlando tranquilamente con sus propios amigos de clase.

-- ¿Que tiene Law que lo miras tanto?

-- No lo se, me llama la atención. ¿No te parece que sus ojos son muy bonitos?

-- Pfff... ¿Qué? -- Su amigo soltó una carcajada. -- ¿Estás loco? ¡Si con esa cara de "no he dormido en un año" hasta da miedo!

Ahora fue Luffy el que estalló en carcajadas.

-- Que exagerado.

-- No exagero, es la verdad. -- Se giró a verlo despectivo por el brusco cambio de tema. -- Olle ¿Entonces quedamos o no?

______

Esa sensación cada vez se hacía más intensa.

¿Será tontería mia? ¿Estaré enfermo? Pensó desconcertado.

Pero en realidad ya sabía la respuesta, no era tan idiota como para no darse cuenta de lo que le pasaba, simplemente se rehusaba a apreciar siquiera la idea de haberse enamorado de un hombre.

Eso estaba mal. Sus hermanos se lo habían dicho años atrás cuando aun siendo un mocoso lleno de inocencia les preguntó como era estar enamorado.

-- Los hombres solo se enamoran de mujeres y viceversa. No existe el amor entre el mismo género, eso solo son fanfarronadas y tonterías que se inventa la gente. -- Esas fueron las palabras textuales del pecoso y su otro hermano no lo revocó.

Pero entonces ¿por qué se sentía así con Law? Su cabeza era un completo lío.

-- ¿Luffy te encuentras bien?

El aludido alzó la vista para encontrarse con su hermano mayor que acababa de entrar a la habitación.
-- Ace... creo que ya te lo pregunté una vez pero... ¿Es posible enamorarse de alguien de tu mismo género?

El mayor lo miró sorprendido y soltó una carcajada.

-- ¿Y esa pregunta?

-- Solo responde.

-- No Luffy, ya te lo he dicho, eso son gilipolleces. La naturaleza creó a los hombres y a las mujeres para algo más que hacerse compañía. ¿Tú crees que dos hombres o dos mujeres pueden tener descendencia? Ahí está la cuestión.

-- Pe...pero yo no me refiero a tener hijos o no, me refiero simplemente a sentir algo por una persona de tu mismo sexo...

-- Luffy me estás asustando. ¿A qué viene esa pregunta? ¿Acaso te has enamorado de un hombre o algo?

El menor bajó la vista y se tapó los ojos con su sombrero.

-- No, no importa, voy a comer algo.

Se levantó y salió de la habitación dejando a su hermano algo estupefacto ante su reacción.

El chico llegó hasta la cafetería del centro escolar y compró un bocadillo de chorizo.

-- Hei Mugiwara-ya.

Se giró para ver al muchacho que tantos problemas le estaba dando a su mente.

-- Hola Torao.

-- ¿Has repasado un poco lo que dimos ayer?

-- Ehh... emm... claro...

-- Eso es que no.

-- No. -- Soltó una carcajada mientras el moreno mayor puso los ojos en blanco y sonrió.

-- No tienes remedio. Hay que estar encima tuya para que te pongas a estudiar como si fueras un crío de primaria. -- Suspiró.

-- ¡No soy un crío! ¡Tengo 17 años!

-- No lo demuestras. -- Ahora lo miraba burlón.

Luffy le sacó la lengua y se giró cruzado de brazos con un puchero. Claramente lo hacía de broma, pero sabía que esos gestos le hacían gracia al otro aunque se negara a admitirlo.

-- Ridículo. -- Murmuró.

-- Law aquí tienes, son 50 cents. -- Anunció el vendedor entregándole su bocata.

-- Gracias. -- Se giró para ver a su compañero. -- ¿Mugiwara-ya te apetece ir a dar una vuelta?

-- Son las 10:00 de las noche y ya oscureció. Dentro de poco el profe de guardia pasará por las habitaciones para anunciar la hora de silencio.

-- Hasta las 10:30 hay tiempo. Yo tengo ganas de despejarme un poco. -- Argumentó el mayor echando a caminar en dirección a la salida. -- Entonces nos vemos Mugiwara-ya.

Luffy se giró dispuesto a volver a su cuarto pero se detuvo.

-- ¡E...espera! ¡Voy contigo!

Echó a correr hasta alcanzarlo y ambos salieron a la fría noche.

-- Hace algo de fresco.

-- Es extraño suponiendo que ya se acerca el verano.

El menor soltó una carcajada.

-- No se porque me da que este verano lo tendremos pasado por agua otra vez.

-- Seguramente.

Siguieron caminando en silencio por los jardines del recinto. Hasta que Luffy volvió a hablar.

-- ¿Cuanto hace que no sales de aquí Torao? Siempre te quedas en los findes de visita.

-- El curso entero. No tengo a donde ir así que.

-- ¿Y tus tíos? ¿No vivías con Cora-san y con Mingo?

-- Vah, estoy mejor aquí que con esos dos locos. Además Doffy me odia y Cora-san es un maldito desastre que siempre incendia la cocina. No se como siguen vivos. -- Comentó lo último con sorna.

El moreno menor soltó una carcajada.

-- ¿Y tú de que te ríes canalla?

Le dio un golpe en el sombrero, haciendo que este le tapara la cara. El otro se lo recolocó con una sonrisa.

Definitivamente cuando estaba con él se sentía muy bien. Demasiado bien. Las dudas volvieron a inundarlo una vez más.









Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top