7. Prisionero De Guerra

Al siguiente día, en el salón de guerra, Fabian llamo a todos para explicarles algo terrible que había pasado.

Fabian: varios de nuestros hombres fueron capturados por los Talay.

Caspian: ¡¿Qué?! ¿Cómo posible? Ellos casi nunca toman prisioneros.

Fabian: pues parece que esta vez lo hicieron.

Alen: ¿Qué debemos hacer, papá?

Fabian: miren aquí. (señala el mapa que estaba sobre la mesa al centro de todos)

Fabian: nuestros hombres fueron sorprendidos en esta zona boscosa entre estas colinas, casualmente está cerca de la fortaleza de los Talay, avanzaremos por detrás, así esos espadachines no sabrán que los golpeo.

Gorou: ¿Cuántos hombres fueron capturados?

Fabian: por lo que me han dicho los dos únicos sobrevivientes, se llevaron por lo menos 8 hombres.

Alen: papá, ¿me dejaras ir verdad? Me dijiste que soy muy hábil, también repelí el ataque de los Gantrick, déjame ir con ellos.

Fabian: sabes que los Talay son más pacientes y estratégicos que esos barbaros ¿verdad?

Alen: lo sé y estoy dispuesto a hacerlo. (dijo muy firmemente)

Fabian: ....

Alen seguía mirándolo seriamente hasta que aceptara.

Fabian: (suspira) muy bien, puedes ir, pero mantente cerca del General Gorou y estén siempre alertas.

Alen: (sonrie) gracias papá, prometo que no te decepcionare.

Fabian: (sonrie de lado) si, si, lo que digas, ahora vayan.

Todos se alistan, preparan sus armas, escudos y armaduras.

Mientras los demás guerreros se preparan.

Alen: oye Gorou.

Gorou: ¿eh? ¿Qué pasa?

Alen: hay que recordar que esto es una misión de rescate, no un ataque directo a los Talay.

Gorou: pero yo ya lo se.

Alen: ya se, lo digo para que se los digas al resto del escuadrón (susurra) es que algunos se pueden dejar llevar y atacar en vez de rescatar.

Gorou: ok, lo tendré en cuenta.

Alen: (sonrie) hagamos que vuelvan a casa. (se pone la espada en la funda de cinturón)

Gorou: (leve sonrojo) sí.

Esa sonrisa siempre lo ponía ansioso.

Alen: (lo rodea con un brazo) demos lo que mejor para que vuelvan enteros.

Gorou: (sonrie avergonzado) s-sí, lo haremos.

El chico se separa, pero cuando estaba a punto de irse Gorou lo detiene llamándolo.

Alen: ¿Qué sucede?

Gorou: mmm... aammmm... (moviendo la cola lento) y-yo quería decirte que.... (baja las orejas) podrías a-aca... aca...

Tartamudeaba por lo nervioso que estaba, siempre se ponía así delante de él, era muy vergonzoso para el pedir algo tan extraño e íntimo como una caricia, lo era ya que Gorou era un chico canino, así que era intimo para él.

Alen lo entendió, sonrie amablemente y dice.

Alen: ¿quieres que te acaricie?

Gorou: s-si... p-porfavor.

Alen: solo tenías que pedirlo, no me molesta.

Acerca su mano a la cabeza de Gorou, este último esperaba ansioso por la caricia.

Caspian: ¡¿Qué hacen ahí?!

Ambos chicos se separan por el susto.

Caspian: ¡no pierdan el tiempo y vayan!

Alen: si capitán. Lo haremos al volver ¿de acuerdo?

Gorou: sí. (dijo desanimado por la interrupción)

Alen: hey, levanta la mirada. (pone su mano en la barbilla de Gorou y levanta su cara)

La piel de Gorou se erizo por el toque del chico, su toque fue tan gentil y su mirada lo era también.

Alen: al volver ¿Qué te parece si vamos a algún lugar privado? Es que tengo algo importante que decirte.

Gorou: está bien, n-no hay problema.

Alen: ok, andando.

Él se adelanta a reunirse con los demás guerreros, Gorou se quedó un momento más ahí parado, pensando.

"¿quieres burlarte de mí?" pensó dentro de su cabeza "¿Por qué me haces sentir tantas cosas?" "parece que lo haces a propósito".

El capitán Caspian lo llamo otra vez, así que tuvo que ir para que no lo regañen.

Empezó el viaje. Gorou siendo el de más alto rango iba al frente de todos, Alen siendo un soldado común iba con los demás guerreros mientras seguían al canino que iba guiado del mapa que les dio el padre de Alen.

Caminaron por horas hasta llegar al bosque que el señor Fabian les había mencionado en el salón de guerra, entonces un punto blanco cayo lentamente desde el cielo, los guerreros se detuvieron y vieron más puntos blancos caer lentamente, estaba nevando.

Sería algo hermoso si no fuera porque estaban en medio de una guerra, pero al menos les ofrecía algo de tranquilidad.

Gorou: ¿tan rápido llegamos al invierno?

Alen: como pasa el tiempo ¿no?

Gorou: sí. (sonrie tímidamente)

Alen sonreía viendo la nieve caer, pero de la nada su expresión cambia a una seria.

Gorou: ¿Qué pasa-

Alen lo abraza de la nada, sorprendiendo a los demás guerreros.

Gorou: ¿q-q-que... haces? (balbuceo rojo como un tomate)

Resulta que Alen no lo había abrazado del todo, sus brazos no estaban cerrados en la espalda del canino, ¿Por qué? porque con una mano estaba sujetando una flecha que casi estaba llegaba a la espalda de Gorou.

El joven se separa con la flecha en la mano.

Gorou: ¿Qué fue eso? .... ¿oh?

Sus orejas de perro se mueven detectando un sonido, Alen se puso su casco y de entre los grandes y frondosos arbustos al frente de ellos, salieron muchos espadachines Talay.

Gorou: ¡emboscada! (carga su flecha)

Alen desenvaina su espada.

La lucha comienza, los Talay tenían espadas largas y un poco curvas así que tenían que esquivar y cubrirse.

Gorou esquiva todo lo que le lanzan, sin embargo uno de los enemigos se acerca corriendo, Gorou le dispara varias flechas pero el Talay usa su sable para desviar cada una de las flechas a gran velocidad mientras avanza, Gorou piensa en otra cosa y se aleja de él, pero el espadachín lo sigue, sigue huyendo a pesar de ser perseguido, hasta que de pronto el canino voltea con una flecha mágica cargada y tan pronto como se da vuelta y lo ve, dispara la flecha sin dudarlo, esta termina impactando en el corazón de su adversario.

Alen a la distancia.

Alen: ¡lo hiciste bien!

Gorou: gracias, yo-

Alen: ¡cuidado!

A Gorou no le da tiempo de reaccionar y uno de los Talay llega por la espalda y lo golpea en la nuca, el cae al ahora nevado suelo, perdiendo la conciencia, lo último que logra ver de forma borrosa es al mismo espadachín que lo noqueo levantando su sable para matarlo, pero llegar Alen, lo detiene bloqueando su ataque con su espada y pelean, el sonido se desvanece, Gorou termina de cerrar los ojos y todo se queda en negro.

Gorou abre los ojos lentamente, primero todo es borroso, el sonido se oía medio distorsionado, parecía como si alguien estuviera gritando mientras hay más voces en el fondo, poco a poco algo de dolor va aumentando en el cuerpo de Gorou, el joven canino parpadea un par de veces y su vista se va aclarando.

Cuando logra ver bien, observa que esta recostado en su cama de su cuarto del castillo, cuando recupera por completo el conocimiento, escucha al comandante Fabian gritando muy enojado afuera de su cuarto que tenía la puerta abierta. Gorou se levanta y va hacia allá, en el pasillo ve a unos cuantos guerreros muy heridos, aun con heridas sangrantes, luego ve a Fabian gritándole muy molesto a dos de los guerreros que estaban bien en su mayoría.

Fabian: ¡no lo puedo creer! ¡¿Cómo pudo pasar esto?! ¡solo era una misión de rescate y pasa esto!

Su voz sonaba muy furiosa.

Guerrero: nos emboscaron, nos estaban esperando o tal vez tienen un equipo de vigía personal, no lo sabemos.

Fabian: ¡maldita sea! (patea un mueble) ¡y lo peor de todo-

Deja de hablar cuando ve a Gorou en la puerta, los dos guerreros también voltean a verlo.

Gorou: ¿Qué sucedió?

Fabian: (suspira frustrado) ahora no General, intento encontrar una solución a esto.

Gorou: ¿Qué paso?

Guerrero 2: bueno General Gorou, ocurrió una matanza, los Talay nos superaron, muchos de nuestro grupo murieron, tuvimos que arrastrar a los heridos y a usted de vuelta, ellos nos siguieron y mataron a algunos de los que estaban algo ilesos, pero escapamos al final.

Gorou: gracias por eso (mira a Fabian) señor, entiendo que este molesto por todas estas pérdidas y la emboscada-

Fabian: ¡no es solo por eso, General! .... (suspira) lo siento, no estoy furioso solo por la emboscada y las perdidas. (con el ceño fruncido y la mirada baja)

Gorou: entonces ¿Por qué?

Mientras tanto, en la fortaleza de los Talay, 3 de estos espadachines van hacia una choza de madera de roble, abren la puerta.

Espadachín: espero que estes listo para lo siguiente.

Espadachín 2: veamos cuanto resistes.

Alen levanta la cabeza, teniendo pequeñas heridas en su cara, estaba encadenado de los brazos, cada brazo estaba encadenado a las dos paredes laterales de esa choza, tenía la parte de arriba del cuerpo desnuda, sucia y con heridas, solo tenía simples pantalones de cuero rotos, sus piernas estaban arrodillas y lo único que le impedía caerse al suelo eran sus brazos encadenados.

Espadachín: harás lo que te decimos y ya no sufrirás más.

Alen no dice nada.

Espadachín 3: nos llevaras a tu base, les dirás que abran las puertas. Si lo haces, les daremos una muerte rápida y piadosa.

Alen: infelices... (baja la cabeza agotado) 

El espadachín de en medio se acerca, y cuando está lo suficientemente cerca le da un fuerte puñetazo en la cara sin avisar.

Alen: Agh... (escupe sangre) jejeje... ¿eso es todo lo que tienen? Podría hacer esto todo el día. (sonrie burlón)

Los Talay lo miran muy serios por su actitud retadora, dos de ellos agarran palos de metal. No le tendrán piedad.


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