Cuando la luna ya estaba en su punto más alto, el General canino se encontraba en su habitación únicamente iluminado con una vela sobre el escritorio, él se encontraba sentado frente a este y delante había una ventana que mostraba mucho del cielo estrellado. Gorou estaba pasando su lápiz por un papel, estaba dibujando algo, por la expresión de concentrado en su cara se podía notar que estaba muy centrado en su dibujo, esforzándose en que quedara lo mejor posible. Por fin lo termino, resulta que el retrato era de Alen, el cual estaba tan metido en su mente que le fue fácil retratarlo.

Gorou contemplo su dibujo por un rato, entonces miro hacia todos lados, asegurándose que nadie estuviera cerca, levanta el dibujo con sus manos e hizo algo que nunca creyó hacer en su vida, darle un pequeño beso a un dibujo.

En el momento en que sus labios tocaron la hoja de papel, tocan la puerta.

-toc -toc- -toc-

Gorou: ¡AAH! (mira hacia la puerta muy asustado y sonrojado)

Rápidamente oculto el dibujo debajo de su escritorio.

Gorou: ¿q-q-quién es?

Alen: Gorou, soy yo.

Parecía que iba a salirle vapor por lo mucho que le ardía la cara por la vergüenza.

Gorou: ¿q-que necesitas?

Alen: ¿puedo entrar?

El canino se arma de valor, se levanta de la silla, camina hacia la puerta y la abre.

Gorou: ¿Qué sucede?

Alen: de nuevo estas rojo ¿seguro que estas bien-

Gorou: ¡que sí!

Alen se sorprende por el repentino grito.

Gorou: lo siento, ¿Qué necesitas?

Alen: ya esta lista la cena para todos, noté que faltabas tú, así que vine a buscarte.

Gorou: ok, voy en un segundo.

Alen: ¿Qué estabas haciendo?

Gorou: n-nada, solo escribía unas cosas.

Alen: ¿Qué tipo de cosas?

Gorou: ¡no importa!

Su grito esta vez fue más fuerte.

Alen: oye, cálmate.

Gorou: lo siento, voy en un segundo.

Cierra la puerta dejándolo afuera. Alen suspira frustrado por su repentina actitud, solo se va de ahí dejándolo solo.

En el cuarto Gorou recoge el dibujo que hizo, lo mira un momento, luego lo arruga como una pelota y lo tira al suelo para luego irse a cenar.

En el primer piso del castillo todos los soldados estaban reunidos comiendo para recuperar sus fuerzas, Alen sentado estaba junto a su padre, hasta que Gorou también llega.

El canino se sienta al lado del capitán Caspian.

Gorou respiro profundo y empezó a comer, desvió la mirada un momento para ver a Alen de reojo, pero este estaba mirando a otro lado, Gorou sentía que el dibujo que había hecho no le hacía justicia.

La cena continuo normalmente, varios de los guerreros bebieron, hablaron y rieron entre ellos, Gorou ya había terminado, estaba por levantarse pero Alen llega y se sienta a su lado.

Alen: si viniste. (poniendo los codos sobre la mesa)

Gorou: ¿creíste que no vendría? (dijo de mala gana)

Alen: Mm, ¿Por qué estas así?

Gorou: (aparta la mirada) por nada.

Gorou se sentía muy estúpido actuando así, pero no podía evitarlo, cuando sentimos cosas que no entendemos podemos llegar a portarnos de formar que no queremos.

Gorou: lo siento, no me siento bien ahora.

Alen: ¿algo de la comida te sentó mal?

Gorou: no, solo no me siento bien.

Alen: ¿te duele algo?

Gorou: no, no.... Solo.... Olvídalo estoy bien.

Alen: ¿quieres que acaricie?

Gorou: (muy sonrojado) a-ahh.... A-ah...

Él quería decir "si" pero estaban rodeados de personas.

Guerrero: oye Alen, ven a tomar algo con nosotros.

Hablo uno de los guerreros del ejercito del padre de Alen.

Alen: voy (mira a Gorou) avísame si te sientes mal o algo así ¿ok?

El canino solo asiente rápidamente.

Alen se levanta de su silla y va con el guerrero que lo llamo, el cual estaba con otros 3 más, cada uno con una copa de licor en una mano.

Gorou lo vio irse y se sintió muy triste por eso, subió los codos a la mesa para luego ponerse la mano en la cabeza, haciendo un gesto de "¿Qué estoy haciendo?".

Ahora el canino estaba en el mismo lugar de antes, tomando una copa de licor mientras hablaba con otro de los guerreros que estaba a su lado, de vez en cuando discretamente miraba a Alen de reojo, quien seguía hablando con los hombres que lo llamaron, quería ir con el pero su pánico hacía que sus piernas no le respondieran. Entonces en una de esas miradas discretas de Gorou hacia Alen, este último noto que lo estaba mirando, pero solo le sonrió y le guiño el ojo.

Gorou se sonrojo tanto que su cara le ardía, incluso podría salirle humo en cualquier momento, su cola se movió muy rápido de lado a lado.

Guerrero: ¿se encuentra bien, General?

Gorou: ¡sí! (se levanta de la nada) t-tengo que irme... (se va corriendo)

El canino fue corriendo hasta su cuarto sin cruzar miradas con nadie y sin detenerse, llego a su cuarto y cerró la puerta, pegando su espalda a la puerta, deslizo su espalda por la puerta de madera hasta quedar sentado en el suelo, su corazón latía tan rápido que parecía que iba a salirse de su pecho.

Se pone la mano en su pecho.

Gorou: no puedo creer que me estoy volviendo loco por un chico.

Se pone los puños a los lados de la cabeza.

Gorou: no, no, no, no, deja de pensar en eso, nunca te vera de esa forma.

En el fondo quería que el estuviera a su lado, acariciándolo como hacía, eso lo hacía sentirse calmado y.... feliz. Pero era muy cobarde para pedírselo directamente.

Escondió su cabeza entre sus rodillas mientras sus brazos rodeaban estas para ocultar su tristeza.

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