Capítulo 9
—¡Edwin deberías relajarte un poco! —Exclamó Lily.
—¡Como podré relajarme sabiendo que mañana es el examen de Max y estaremos jugándonos el cuello Emma! —Expresó alterado Edwin.
Edwin estaba demasiado alterado pues su prima Emma le había dicho que, si por alguna razón los descubría, ella juraba destruir el libro de física cuántica que había comprado la semana pasada.
—Se me hacían conocidos esos gritos desesperados...
—Guarda silencio Ryan, mi libro esta en juego y si le pasa algo me infartaré porque ese libro solo lo conseguí de edición limitada en la Feria Anual de Brighton —Dijo Edwin tomándolo de la playera.
Todas las personas que pasaban por la calle miraban la escena, los rostros de Lily y Daisy estaban llenas de vergüenza del espectáculo que estaban haciendo en pleno público.
—¿Qué esta pasando aquí? —Preguntó Morgan.
—Al parecer Edwin esta demasiado estresado por el examen de Max, que ya perdió el control totalmente de si mismo y ahora esta alegando con Ryan —Respondió Daisy
—Mejor dejémoslos aquí esto va para durar demasiado tiempo y debo ir con el dentista para que me arreglen una...
—Te tomo la palabra Lily y vamos a que te arreglen lo que estabas diciendo —Dijo Morgan.
—La muela Morgan, la muela me la van a arreglar y deberías dejarme terminar lo que estoy diciendo antes de hablar —Dijo molesta Lily.
—No te enojes Lily no quiso interrumpirte en tu historia de tu cita con el dentista —Dijo Daisy.
—Vayamos ya, antes de que esta conversación se extienda mas de lo necesario —Pedía Morgan desesperada.
Daisy sonrió débilmente y se dio la vuelta para empezar a caminar, siguiéndola Morgan y Lily a su paso. Mientras caminaban discutían acerca del examen que tendría Max y de lo que acababa de suceder hace unos momentos, hasta que Lily saco el tema de William.
—¿El concurso de William es el jueves verdad? —Preguntó Lily.
—Sí...
—Ya que lo recuerdo no lo he visto muy concentrado últimamente, le habrá pasado algo a William —Dijo Morgan.
Por la mente de Daisy pasaba los sucesos que habían pasado hace poco sobre ella y William, recordaba cada detalle de lo que paso ese día que tuvo que rechazar a William para evitar problemas entre ellos.
—¿Dijeron William verdad?
Ambas voltearon y vieron a una joven de lentes, pelo rubio y ojos azules con un uniforme de cuadros.
—Perdón por meterme en su conversación es que dijeron William y pensé que lo podrían conocer —Dijoacercándose la joven.
—¿Cómo es el William que conoces? —Preguntó Morgan.
—Es un chico de estatura mediana más alto que nosotras, tiene pelo negro y sus ojos también los eran —Respondió la joven.
—¿Te dijo que pintaba? —Preguntó Daisy mirándola a los ojos.
—Si el me dijo que pintaba, entonces si es el mismo William del que conozco —Afirmó llena de alegría.
Ellas se quedaron desconcertadas después de escuchar que esta joven conocía a William, se miraron entre ellas y una lanzo una pregunta.
—¿Dónde lo conociste? —Preguntó Daisy, llena de dudas.
—Lo conocí ayer en la Galería de Arte de Manchester, siendo mas exacta en un café que había dentro de ahí y estuvimos platicando, pero nunca le dije mi nombre solo le hablé de mí —Explicaba la joven apenada.
—¡De verdad no le dijiste tu nombre! —Exclamó Lily.
—Es que me perdí en la platica, pero bueno si lo llegaran a ver le dirían mi nombre por favor —Dijo la chica.
—Esta bien le diremos tu nombre, pero quisiéramos saber que hablaron ayer —Exigió llena de curiosidad Morgan.
—Esta bien les diré mi nombre es ...
—Al fin la encontramos señorita, la estábamos buscando por todas partes —Dijo un hombre robusto.
—Tiene a su padre preocupado por ustedes, venga con nosotros ¡ahora mismo! —Exigió a la joven.
—Esperen un momento debo de decir algo importante...
—Será para después es una urgencia que venga ahora mismo, su padre no se encuentra bien en este momento —Insistía el guardaespaldas.
—Mi nombre ... es Cloe Winston —Dijo gritando.
Subieron al auto a Cloe y arrancaron dejando atrás a Lily, Morgan y Daisy. La cara de sorpresa al enterarse de que ella era de los Winston fue demasiado grande, ya que esa familia era una de las mas adineradas de Inglaterra.
—¿De verdad dijo que era una Winston? —Preguntó asombrada Daisy.
—Al parecer sí y por lo que se ella es una pianista famosa —Afirmó Lily.
—Tendremos que pasar el recado después a William, pero me preguntó, porque tanto interés de ella por el, si lo conoció apenas ayer —Dijo Morgan pensativamente.
—Habrá algo de lo que nosotras no estemos enteradas sobre el pasado de William, tu que piensas Daisy —Dijo Lily.
—Eh yo... no lo sé... aunque si es interesante no creo que debamos de meternos en lo que no los llaman —Dijo nerviosa Daisy.
—Oigan por cierto ¿qué hora es? —Preguntó Lily.
—Son las 3 de la tarde —Respondió Morgan.
—La cita es a las 4 no voy a alcanzar a llegar después hablamos, adiós —Dijo Lily acelerando el paso.
Aceleraron el paso junto a Lily para poder alcanzarla y no retrasarla mas de lo que ya iba para que pudiera llegar a su cita con el dentista. El cielo azul que estaba se empezó a nublar y a partir de ahí gotas empezaron a caer del cielo cubriendo toda la ciudad de una lluvia que parecía no tener fin.
En el carro que había venido a recoger a Cloe Winston, estaba sentada esperando la llamada de los médicos para que pudieran decirle el estado de salud de su padre que de un día para otro había empeorado por una enfermedad, que los mismos doctores no podían diagnosticar ni siquiera teniendo los síntomas que provocaba esta.
—Señorita Winston...
—¿Doctor que fue lo que le sucedió a mi padre? —Preguntó Cloe asustada esperando lo peor.
—Tranquila señorita Winston, su padre solo tuvo un episodio de asma y eso provoco que sintiera dificultad para respirar, pero ya se encuentra bien —Respondió el doctor.
—En unos minutos ya estaré ahí para que me digan bien lo que sucedió —Expresó aliviada Cloe.
—No se preocupe por el tiempo en llegar, nosotros estaremos aquí para cualquier cosa que se ofrezca—.
Termino la llamada y los latidos del corazón de Cloe se lograban escuchar de lo asustada que estaba por su padre y peor aun, había encontrado una manera de contactar a William como ella lo quería hacer desde el principio, pero ahora solo pudo darle su nombre con la esperanza que en algún futuro ellos pudieran rencontrarse.
—Señorita Cloe puedo preguntar algo si me lo permite —Dijo uno de los guardaespaldas.
Ella acepto a responder la pregunta que le iban hacer, ella pensó que lo mas seguro la pregunta iba a estar relacionada con el estado de su padre.
—¿Recuerda que fuimos a un funeral hace 7 años? —Preguntó el guardaespaldas.
—Sí, aunque tenía 10 años recuerdo que fuimos a un funeral de una señora que era esposa de un amigo de mí papá —Respondió Cloe.
—¿Solamente recuerda eso señorita Cloe? —Preguntaba de nuevo el guardaespaldas.
Ella trató de recordar lo sucedido hace 10 años, pero solamente llegaban imágenes borrosas de un ataúd y un niño que estaba llorando desconsoladamente al lado de él. Ella usaba ese día un vestido negro de diseñador como de 25,000 libras con unas zapatillas negras; por mas que lo intentaba recordar no salía de las mismas escenas de su mente y cada vez se volvían mas confusos los recuerdos.
—Solo recuerdo a un niño llorando y la ropa que usaba ese día —Respondió Cloe seriamente.
—Bueno no importa sino lo recuerda ahora, cuando sea el momento usted lo recordara así que no apresure las cosas —Comentó el guarda, cambiando la mirada hacia el otro lado.
Cloe se había quedado sacada de onda por la pregunta que le habían hecho, claramente su rostro mostraba duda y interés por la pregunta que le habían hecho. Trató de intentar ver a través de sus recuerdos, pero no le venía nada a la mente y eso la molestaba.
—¿Qué sucede señorita Cloe? —Preguntó el chofer, frenando detenidamente.
—Es que John me hizo una pregunta que no puedo responder y ahora me dejo con una duda demasiado grande —Respondió alterada Cloe.
El chofer, John y el otro guardaespaldas se miraron y expresando en su rostro alivio ya que pensaban que había sido algo mas grave.
El otro guardaespaldas le dijo:
—Si quiere saber la respuesta pregúntele a su padre quien era esa familia, pero hazlo después de que se recupere—.
Cloe suspiró y dejo de pensar en eso cambiando su mirada hacia la ventana viendo como las gotas de lluvia escurrían en la ventana, dándole una tranquilidad que había perdido después de los sucesos que le pasaron a su padre.
En la habitación de William se veía con empeño pintando un cuadro algo particular, cada parte en blanco del lienzo quedaba manchado de pintura, al parecer era un auto retrato de el mismo pintando; esta era una técnica que usaron los mayores pintores de la historia, para representarse así mismo haciendo lo que mas amaban que era pintar.
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