Capítulo 11

—Pero ¿Por qué demonios se fue la luz? —Gritó William desesperadamente.

Entre la oscuridad William buscó su celular entre los bolsillos de su short hasta que recordó que lo había dejado en su cama mientras se cambiaba. No le quedó mas que caminar a ciegas para llegar al generador de energía que se encontraba en la cochera y, por si fuera poco, no había ventana alguna que dejará pasar la iluminación de la luna. Mientras caminaba a ciegas usaba sus manos para tantearse en la oscuridad y no tropezarse con algunos de los muebles del comedor.

William comenzó a pensar estando en la oscuridad todo lo sucedido con esa chica el día de ayer y lo que le dijo Morgan. Cuando dio el último paso se topó con la puerta que se encontraba entre el pasillo y el comedor, bajando su mano buscó la perilla de la puerta para abrirla.

Cuando abrió la puerta sintió un escalofrió al ver como era su casa en realidad cuando es de noche, a simple vista pareciera que fuera esa típica casa de terror de las películas de Hollywood por la forma de las escaleras y los pasillos, la iluminación ahí ya era mas clara gracias al ventanal que dejaba pasar toda la luz que reflejaba la luna.

William suspiró después de haber sentido ese miedo, giró hacia a la izquierda siguiendo el pasillo para llegar a la cochera. Pasando unos cuantos minutos llegó a la cochera y bajando el escalón se paró enfrente de uno de los anaqueles donde tenían unas cuantas cajas y tomo una de ellas para buscar una linterna que lo ayudara a iluminar el panel de energía que se encontraba al otro lado de la misma cochera, sacó libros y algunos documentos hasta que al retirar estos encontró una pequeña linterna.

Tomando la lámpara sintió algo pequeño que subía por su mano derecha, moviendo uno de los dedos lentamente prendió la linterna y con la iluminación logró ver que aquella cosa pequeña era una cucaracha, al momento de verla soltó la lámpara para poderse quitar el insecto que subía por su mano, después de un manotazo que se dio logro matarlo y sus restos quedaron expuestos de forma viscosa por su brazo.

Aguantándose las ganas de vomitar se quitó la playera que llevaba para limpiarse los restos con asco y al terminar aventó la playera hacia uno de los anaqueles para después tomar la linterna rápidamente y irse hacia el otro extremo de la cochera para ya encender los generadores de energía. Llegando al interruptor se puso la linterna en la boca y usando sus dedos apretó unos cuantos botones hasta hacer encender los focos de toda la casa.

Cuando se encendieron todas las luces lo primero que hizo fue ir al baño del piso de abajo a limpiarse la mano con agua para quitarse los restos de la cucaracha. Después de estar 5 minutos lavándose el mismo lugar, salió del baño y fue a la cocina a sacar una bolsa de basura para echar la playera que se había quitado para limpiarse el insecto, pero antes de irse de nuevo a la cochera puso el tiempo en el microondas para que la sopa instantánea se calentara mientras él iba a recoger.

William al llegar a la cocina después de haber tirado su playera, sacó la sopa instantánea y la llevó a la mesa para comerla; al sentarse en la silla tomó el control de la televisión para verla mientras comía y al encenderla estaban dando una noticia sobre su hermano.

—El joven George Lake de 25 años del equipo de Manchester United será procesado a juicio por manejar en estado de ebriedad y bajo el efecto de drogas, para mas información quédense con nosotros —Dijo el presentador de las noticias.

Al escuchar eso, la cuchara que el sostenía se cayó al suelo por la sorpresa de saber que su hermano posiblemente pasará a prisión.

"Dije muchas cosas sobre y la verdad lo detesto, pero no quería que le pasara todo eso ahora como cumpliré con entregarle lo que dejo mi madre en ese libro" pensó William totalmente impactado con la noticia.

Después de haberse comido la sopa y estar siguiendo todo el rato el programa, subió a su habitación para ver sino le habían llamado o tenía algún mensaje de parte de su hermana. Llegando a su habitación empezó a oír como su celular le llegaban mensajes de WhatsApp y de otras redes sociales, rápidamente tomó su celular y desbloqueándolo con su rostro miró que tenía 20 llamadas perdidas de Ava y 5 llamadas de padre, y también tenía 500 mensajes en total de todas sus redes sociales.

Estando sorprendido llamó a su hermana Ava para saber cual era en verdad la situación con su hermano George, no pasó ni 5 segundos cuando su hermana respondió:

—¡William al fin respondiste el teléfono!

—Perdón, es que se fue la luz y pasaron varias cosas —Respondió William acostándose en la cama.

—¿Sabes la situación de George verdad? —Preguntó Ava exaltada.

—¡Ya lo sé!

El silencio volvió tenso todo el ambiente, ninguno de los dos pudo decir algo después de la respuesta exaltada de William, así perduró por varios segundos hasta que unos gritos y conversaciones viniendo del lugar de donde se encontraba Ava.

—William tengo que colgar, ya después hablamos acerca de ello y cuando termine el concurso de arte de provincia.

—Esta bien, ya después hablamos y lo siento.

—No te preocupes, no es tu culpa que tu hermano haga estas estupideces y concéntrate en ti por el momento.

Diciendo eso Ava colgó, William dejando su celular en el mueble a lado de su cama se deja caer en la cama y se llevó las manos al rostro para intentar analizar todo lo sucedido en este día.

Por su cabeza pasaba algunos de los eventos que había tenido recientemente con su hermano hasta quedarse dormido de lo cansado que ya se encontraba.

Mientras tanto en la habitación de Morgan, ella estaba hablando con Max acerca de lo que pasaría mañana.

—¿Max ya tienes todo preparado?

—Sí, Morgan —Respondió Max con voz de desagrado.

—¡Max esto es en serio, el día de mañana se juega tu futuro! —Exclamó Morgan echándose a la cama.

El rostro de ella demostraba preocupación y sus dientes mordían su labio inferior por la misma ansiedad de que pudiera pasarle a su amado. Dio un suspiró y recordó la primera vez que se conocieron hace dos años.

Era las 3 de la tarde y ella venía saliendo de su academia, siempre tomaba un puente que unía la ciudad de Manchester con la ciudad de Salford, cuando estaba caminando se tropezó con un muchacho de apariencia extraña y el helado napolitano que ella tenía se embarro en el viejo suéter azul que usaba el joven. El joven tomó de la mano a Morgan y ayudándola a levantarse le preguntó:

—¿Te encuentras bien?

—Sí y perdón por el suéter —Respondió Morgan avergonzada.

—¿No eres de por aquí verdad? —Preguntó el joven sonriendo.

Todavía avergonzada no respondió nada y su rostro se puso mas rojo de lo que ya estaba.

El adolescente la miró fijamente a su uniforme de traje de color negro y falda color roja con líneas azules y en el lado izquierdo del traje notó un símbolo a lo cual se sorprendió instantáneamente.

—¡Estudias en la Academia King David School! —Gritó el muchacho con cara de sorpresa.

—¡Eh sí!

—Perdón por gritar así es que me sorprendió conocer a alguien de esa escuela y que me hablara, por cierto, no me he presentado mi nombre es Max —Dijo extendiendo la mano para saludarla formalmente.

—La que debería disculparse soy yo y mi nombre es Morgan —Respondió ya mas tranquila dándole su mano.

—Bueno ya no te quito tu tiempo...

—¡Espera un momento, debo de pagar por lo del suéter! —Exclamó Morgan apretándolo de la mano.

—No es necesario y además este suéter es muy viejo.

—Pero...

—Además ¿Por qué te preocuparías tanto viendo mi apariencia?

—Puede que no tengas la mejor apariencia, pero no eres mala persona y lo hago también, porque es lo correcto te daré mi número para que me pidas cualquier favor.

—Ya dije que no es necesario.

— 44 161 343 5676...

—¡Espera deja sacar el celular de menos si lo vas a pasar! —Exclamó nervioso sacando el celular de los shorts negros que llevaba.

Cuando terminó de anotar el número ambos se despidieron y siguieron su camino pensado que en algún momento podrían volverse a encontrar por un favor o por el destino.

—¿Morgan que pasó? —Preguntó Max a la pensativa Morgan.

—Perdón, es que estaba pensando el día cuando nos conocimos y fue algo demasiado raro si lo piensas bien.

—La verdad que sí, quien pensaría que después de ese día me mandarás un mensaje para salir de compras.

—Después de verte así tenía que ayudarte en tu sentido de la moda —Dijo Morgan.

—Apostaría que en este momento estás por reírte y con la mano en la boca para no soltar esas carcajadas que tu acostumbras —Dijo Max riéndose.

Morgan al escuchar no aguantó la risa y empezó a reírse sin parar soltando el celular olvidando el motivo por el cual principalmente le había hablado.

—Ya descansa, me encargo yo de lo que pasará mañana.

Ella paró de reír y volviendo a tomar el teléfono suspiró para poderse tranquilizar y dijo:

—Esta bien, solo no olvides que te quiero demasiado.

—Gracias.

Al decir eso la llamada se finalizó y Max se levantó de su cama para ponerse a estudiar para el examen del día de mañana a pesar de la ayuda que le iban a dar.

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