Epílogo • I lava you
Horas más tarde, cuando el sol terminó de ocultarse y las luces de la decoración iluminaban mucho más el patio del salón de fiestas, inició la recepción de nuestra boda.
Dimos chance a qué los invitados llegaran a ocupar sus lugares designados mientras que a Dave y a mí nos tomaban las fotos para el recuerdo. Nunca había tenido una sesión de fotos, por lo que la seriedad no fue la protagonista, fue todo lleno de risas que se le contagiaron hasta al fotógrafo. Aún así logramos tomar grandes fotografías.
-Que divertido, me gustaría otra sesión de fotos -admito caminando a su lado, yendo hacia donde nos esperan los invitados.
-Fue todo risas y bromas, bonita, claro que quieres repetir algo así.
-No niegues que tú quieres lo mismo.
Se echa a reír, toma mi mano y la entrelaza con la suya.
-Sí, no lo negaré, sería genial.
Cerca de la puerta que da al patio donde sería la recepción, escuchamos las voces de las personas, risas y una canción de fondo.
Estás orgullosa de la playlist que hiciste, ¿No?
Claro que sí.
Dave abre la puerta para mí, haciendo un gesto de que pase primero.
-Adelante, mi bella dama.
Le hago una breve reverencia sujetando la falda de mi vestido.
-Gracias, mi estimado.
Sí, definitivamente ustedes son el uno para el otro.
Soy la primera en cruzar la puerta, seguida de Dave. Comparando esta decoración con la de la ceremonia, esta se lleva el puesto número uno.
Cómo nuestra temática había sido de cuento de hadas y medio hippie, la ambientación es en gran parte de luces y flores. Una vieja amiga de mi madre nos ayudó en todo este tema he hizo un gran trabajo, costó dinero pero valió la pena.
Si tuviera que hacer otra fiesta así, no dudaré ni dos segundo en llamar a la señora Vanessa Ross, su trabajo de decoración es increíble.
Yendo primero por las luces colgantes y que decoran el gran árbol, daba la impresión de ser luciérnagas estáticas que cuando sopla la brisa su suave movimiento circular es un gran espectáculo. Luego están las diez mesas de seis asientos cada una, vestidas de un bello mantel blanco con un hermoso centro de mesa de flores blancas y hojas silvestres, teniendo de complemento velas de imitación que el viento no puede apagar.
Luego está el pequeño escenario improvisado frente a la pista de baile en el césped. Fue una gran sorpresa ver qué es algo desmontable, sobre la plataforma donde descansan una serie de instrumentos es solo una superficie de madera decorativa, las altos tubos de dónde se sujetan las luces amarillas sobre el escenario y pista de baile, esos que pintan ser de metal y que llevan años ahí son de plástico también, plantados con fuerza a la tierra para que por algún azote de la brisa no caigan.
Toda la decoración es hermosa, con su sencillez de luces y colores, además de estar al aire libre bajo el cielo oscuro moteado de algunas estrellas, la hace mucho mejor que cualquier exagerada decoración.
En cuanto los invitados nos ven, empiezan a aplaudir y dar vítores de felicitaciones, dejando de sonido de fondo a Breathe, de Mackenzie Ziegler.
Nos separamos para saludar a nuestros familiares y amigos, recibiendo felicitaciones y abrazos de todos ellos. Miguel, Marck, Sienna y Kalani me envolvieron en un sándwich de hermanastros que por una vez no me molestó recibir.
-¡Que se nos a casado Nicki! -exclama Sienna, alejándose con los demás. Desde ya hace un tiempo ellos me vienen llamando «Nicki».
-Felicidades, Mónica -me sonríe Marck-. Oye, si tú ahora esposo es un imbécil, recuerda que tienes mi número -agrega un guiño divertido de ojo.
Kalani es la que más emocionada se muestra. Me da un largo abrazo lleno de apretujones y risas de su parte.
-¡Estoy súper feliz por ti, Nicki! -exclama separándose-. Te ves muy feliz.
-Lo soy, Kalani.
Ella suspira soñadora. Kalani es como una niña en el cuerpo de una chica de casi veintiun años, siempre tan alegre y risueña. Creo que es por eso que sus hermanos la protegen mucho.
-Pero que lindo es el amor -comenta, soñadora.
-Pues ve y dícelo a tu novio, no te quita la mirada de encima y no deja de sonreír.
Se le sale esas risitas bobas y enamoradas.
-Tenemos que bailar luego alguna canción -responde en cambio-. Me la debes.
-Vale, sí, te prometo que bailaremos algo.
Contenta de escuchar mi afirmación, vuelve a la mesa donde su novio, un chico moreno con facciones algo asiáticas la recibe con una sonrisa. Kalani dice siempre que el amor es muy lindo, y es de ese tipo de persona que lo dice con razones.
Sigo recorriendo las mesas, charlando con los invitados. Mi primo Antonio me da un gran abrazo y me presenta al fin a su nueva novia: una rubia llamada Chiara que resulta bastante amable. El par de monos, Luke y Elliot, hacen todo un espectáculo a la hora de abrazarme, Luke en gran parte porque después de mucho tiempo, dejé que me diera esa tan ansiada muestra de afecto de su parte.
-¡Gloria! -grita lo que nos hace reír a los tres.
Antes de llegar a la mesa donde están sentados mis demás amigos, soy interceptada por una chica de mi misma estatura, con una cabellera castaña oscura, sus ojos verde garrafa brillan de emoción como aquella vez que comió mucha azúcar, su gran sonrisa hace que esas pequeñas pecas que compartimos se le marquen más.
-¡Prima! -exclama Diane, saltandome encima para abrazarme-. ¡Que linda boda, que lindos votos, que linda decoración! ¡Que lindo todo y tú estás hermosa! -me detalla soltándose de mí.
-Gracias, Didi -le sonrío agradecida-. Tú estás preciosa también, prima.
Su sonrisa no hace más que ampliarse.
-Felicidades, Mónica, se te ve tremendamente feliz, ¡Y a tu esposo ni que digamos!
-Somos felices, prima -ella ríe.
No hablo mucho con Diane ya que ella se aleja a la mesa donde están los bocadillos a unirse al chico con el que vino. Logro llegar sin intervenciones a la mesa donde están Sal con Damiano y Loredanna, Amapola y Cooper en compañía del hermanito menor de él: Eneas; los cuatrillizos Bergan los veo andando por el patio robando bocaditos.
Luego de muchas felicitaciones, fotos, algunas pocas presentaciones para conocer a familiares de Dave que nunca había visto, damos por terminado el coctel inicial y pasamos a la cena. Los meseros llevan a cada invitado el platillo que habíamos elegido entre ambos: lasaña con un acompañamiento de ensalada César y puré de papas. Algo no muy tradicional pero de nuestros platillos favoritos.
Si nosotros no somos convencionales ni nuestra relación, ¿Por qué lo tiene que ser nuestra boda?
Cuando la cena terminó, el chico encargado de la música le bajó a Follow You de Imagine Dragons, los meseros dejaron en cada mesa una copa de champagne para hacer el brindis. Todos se ponen de pie alzando sus copas, los chicos menores de edad y niños las tienen llenas de refresco.
Dave alza su copa y sonríe a su público.
-Mónica y yo les damos las gracias por compartir este gran momento con nosotros -Dave rodea mi cintura con su brazo-. Son nuestros familiares y amigos más cercanos y el que estén aquí nos da mucha felicidad. Así que, una vez más, muchas gracias -pasa a verme sonriendo-. ¡Y salud, para que ella me siga soportando muchos años más!
Hay risas de todos y un alto:
--¡Salud por los novios!
Nuestros amigos se quedan de pie cuando todos los demás toman asiento, Dave y yo nos vimos confundidos.
-Las palabras no se quedan ahí, ¡No señor! -exclama Cooper, alzando su copa nuevamente llena-. Quiero decir un par de cosas sobre estos dos recién casados. Estoy muy contento por ustedes, chicos. Ojalá tengan un gran matrimonio, sin perder esa escencia muy de ustedes.
-Es decir, de dos deschavetados enamorados -agrega Amapola, haciéndonos reír.
-Mónica, gracias por enamorar a este cabezota, pero sobretodo: por hacerlo feliz. Es imbécil, lo sé, y aún así lo quiero porque es mi mejor amigo. Además, no tengo opción -Dave se ríe con Cooper-. Y, Mónica, si quieres darle una lección, solo asustalo con tú ya sabes qué -guiña un ojo hacia mí.
Hago un gesto afirmativo a Cooper, sé que en algún momento lo haré.
-Dejando al rubio mal teñido -Sal le da una mirada a su mejor amigo-. Te daré un consejo, Mónica: si se vuelve un gilipollas, solo llámame, ese problemita se soluciona con un buen golpe a la cabeza -Dave frunce el ceño-. Es broma, Agente D, ¡Sabes que te quiero!
-Cuando te conviene -responde Dave, los demás ríen.
Sal hace un gesto de restarle importancia.
-Detalles menores, pero hablando ya en serio, les deseo lo mejor, chicos. Cómo dijo Cooper, tengan un buen matrimonio sin perder esa escencia muy de ustedes. Sé que harán como nadie las cosas porque así son: únicos, un poco raritos pero con una forma de ver las cosas genial. Confíen el uno al otro y sobretodo: amense, porque no hay mejor cosa que hagan.
Llega el momento de mi mejor amiga, Amapola está en silencio por al menos cinco minutos en los que solo ríe y menea la cabeza. Tengo la sospecha de que ahora está recordando todo lo del año pasado.
-Y no que no se iban a casar, ¿Eh, Dave? -él rueda los ojos-. Seré breve contigo, Dave: si le haces daño a mi mejor amiga, trata de no quedarte a solas conmigo -amenaza para luego sonreír-. Cuídala mucho porque es, sin duda, la mejor amiga de todo el mundo. Y, Moni, vive, disfruta, ríe y goza esto. No es solo un capítulo, es parte de tu libro, deja que tú historia siga llenandose de tus bromas y tus sonrisas.
Asiento hacia mi mejor amiga con el nudo en mi garganta, digo a ella sin emitir sonido un «te adoro, Pola» lo que ella entiende bien y me responde con un guiño de ojo y lanzando un beso hacia mí.
Los discursos así siguieron, hablaron nuestros padres, otros amigos, hermanos, algunos eran extensos y otros solo felicitaciones y buenos deseos. De entre tantos, el que me hizo reír fue el de Dyn:
-Bueno... -resopla pateando el césped-. Siendo sincero, esperaba que terminaran, pero ya veo que no -se encoge de hombros-. Si mi linda Mónica es feliz, yo también lo soy -sonríe bobo a mí, una sonrisa que le devuelvo de labios cerrados-. Claro que aún no pierdo la esperanza, pero mientras, cuidala muchísimo, gigantote -Dyn me da una mirada soñadora-. Y llévala a la luna por mí -ese simple comentario hace que mis labios formen un puchero, incluso Dave murmuró un «Aaww»-. Ella es una mujer increíble, y si dadas las circunstancias eso no pasa... créeme que me haré participe del plan de mi hermana -murmura un «Guao»-. En fin, felicidades, chicos.
La que finalizó los discursos de esa noche fue Asia, ella se aclara la garganta y ve un poco nerviosa al público.
-Bueno... ya todos los que han pasado dijeron cosas mejores de las que yo voy a soltar ahora -hay gritos de apoyo para Asia-. Solo diré lo que me venga a la mente: Estoy muy contenta por mi hermano, se nota lo feliz que es a tu lado, Mónica.
»Hermanote, no creí que diría esto pero, que te ligaras a mi maestra de cocina a sido de tus mejores decisiones -hay risas, fuertes carcajadas de todos los presentes y unas pocas de Asia-. Parece gracioso pero es una anécdota, gente. Y Monik, quiero decirte algo a ti también: bienvenida a la familia Wyle. ¿A qué seis integrantes a un apellido de cuatro letras?
Dave a mi lado suelta una risa y veo que su familia también lo hace.
-Como lo han dicho todos, sean felices y vivan mejor que nunca este momento -Asia levanta su copa con refresco-. ¡Por Mónica y Dave!
-¡Por Mónica y Dave! -corean los demás.
Seguido de los discursos llega mi momento ansiado: cortar el pastel. Secretamente, he esperado este momento desde que inicio la recepción. Los invitados se agrupan, flashes nos alumbran en el momento en que Dave y yo cortamos la primera rebanada del pastel y aplausos le siguen cuando damos el primer bocado.
Está buenísimo, no me equivoqué al elegir el de chocolate húmedo. Es una delicia.
Se reparte el pastel que muere con cada trozo que se comparte, no me duele tanto porque tuve la astucia de ordenar dos para tener uno reservado.
¿Astucia o egoísmo?
Es, como, no lo sé, lo mismo y me vale.
El chico encargado de la música coloca la canción para que Dave y yo tengamos nuestro primer baile, creí que escucharía una pieza de vals clásico o uno más moderno como lo había anotado en la lista de canciones, pero no fue así, a nuestro alrededor empezó a sonar la melodía de un ukelele. Estoy tan confundida como los demás pero Dave aún así se acerca a mí ofreciendome su mano.
-¿Quiere bailar conmigo, señora Wyle?
Por esa sonrisa entre satisfecha y culpable, sé que fue él que cambió la canción del vals por Lava de Luis Valadez y Cynthia Mendez.
Meneo la cabeza y él solo se ríe, ¡Se ríe! Y lo peor es que no me molesto ni me niego a su petición.
-Claro que sí, señor Wyle.
Somos los únicos bailando en la pista de baile, Dave me hace girar y reír, logrando de alguna forma seguir el ritmo acústico de la canción que eligió para nuestro primer baile como esposos. ¿Qué podía esperar de un fanático de Disney?
En el trascurso de la canción, parejas se van sumando a la pista, puedo ver de costado como Cooper invita a Amapola, Damiano a Sal, Loredanna baila sola, Marck invita a su madre y papá a Sienna, mientras que Kalani se trae a su novio a la pista.
-¿Por qué Lava? -murmuro mi pregunta a Dave.
Me sonríe en respuesta y quita un mechón de mi cara.
-Ya lo entenderás.
Hace que dé un giro y vuelva a él, esta vez con mi espalda pegada a su pecho y sus manos sobre mi estómago. Mis mejillas duelen de tanto sonreír pero es que solo no puedo evitarlo. Es un pequeño momento perfecto juntos que se lleva el lugar número uno de todos.
-Mi sueño aquí, se hará realidad... -canta Dave a la par de la canción.
«Si vas a envejecer» continúa la canción. «Conmigo y al revés»
-Gracias al mar y a la tierra también... -prosigue, aún cantando en mi oído, ahora entiendo bien por qué su elección.
Vuelvo a ponerme de frente a él, colocando mis manos sobre sus hombros, Dave las posa sobre mi cintura.
-I lava you -murmuramos entre nosotros junto a la canción-. I lava you, I lava you... -la canción finaliza, hay aplausos de fondo, me pongo sobre las puntas de mis pies y beso ahora a mi idiota Wyle, mi esposo.
-
La fiesta continúa con ánimo y buena música, además de los eventuales bocaditos que reparten los meseros o los que puedo robar con los cuatrillizos Bergan de la mesa.
Bailo con todo el que se me unió en la pista de baile y también me tomé muchas fotografías que casi me sentí una especie de celebridad. Kalani y yo bailamos a todo ánimo Mrs All American de 5 Seconds Of Summer, brincos, risas y cantos a toda voz y en más de una ocasión desafino pero no me importó.
Cuando Bones de Imagine Dragons sonó por toda la fiesta, Sal nos arrastró a Amapola y a mí, incluso a su pequeña cuñada. Ninguna tenía pasos buenos, era solo lo que sentíamos al bailar, pero en más de una ocasión en la pista de baile ví al chico que vino con mi prima luciendo increíbles movimientos de baile.
Voy por algo de agua cuando ya he bailado lo suficiente, de fondo suena la voz de Shawn Mendes con Treat You Better y mis ojos directamente viajaron a la mesa donde está sentado mi hermano, quién no le quita la mirada a Juno que llegó de última hora. La canción es demasiado justa para esos dos teniendo en cuanta las situaciones.
-¡Viva esa canción! -grita Henry, sumándose a la pista después de mucho rato, arrastrando a su hermana menor a bailar Iko Iko de Justin Wellington.
Esos dos no solo se lucen con esa canción, también con Cheap Trills de Sía, en mi descanso de tanto baile puedo analizar más a los invitados en la pista. Mi prima Diane está también bailando con su acompañante, riendo y bailando lo mejor que puede, pero ese chico castaño amigo suyo le gana por mucho.
Mientras comía uno de los canapés, escuchando Stereo Hearts, creo que no soy la única en darse cuenta de las miraditas que se dan Asia y Peyton cuando la voz de Adam Levine nos inunda, comparto una mirada con Dave, luego una con Amapola y Cooper y sé que ellos también lo notaron.
Cómo buena anfitriona de fiestas me paseo entre las mesas de los invitados, hablo un poco con ellos, me tomo más fotos y también me mantengo alejada de la pista de baile, algo que fracasa antes de siquiera intentarlo. Luke y Elliot no dejan ni siquiera que mi trasero sienta la comodidad de una silla porque me arrastran otra vez a la pista con mi primo y hermano, pongo quejas de que estoy cansada de tanto baile pero ellos me terminan animando para bailar Scared To Be Lonely de Martin Garrix.
Mis amigos me mueven entre ellos como si yo fuera una especie de muñeca de trapo, en un momento estoy bailando con Amapola, en otro con Luke y Elliot, luego no sé cómo termino con Damiano y, al final, cuando suena Moments We Live For de In Paradise, estoy con el chico que ahora lo noto, ojos grises, que vino con mi prima y ella está con Miguel.
-¿Bailamos? -pregunta a lo que encojo los hombros.
El chico se luce con sus pasos, parece ser un bailarín nato y yo ni de coña voy al mismo ritmo que él.
-¡Guao! Eres un buen bailarín -le digo, alzando la voz sobre la música, él me sonríe sin dejar de moverse.
-¡Gracias! ¡Mi hermano me enseñó todo, es un gran bailarín! ¡Va a una academia y todo!
Eso tiene mucho sentido.
Finaliza la canción dando un giro al que le doy cortos aplausos.
-Eres muy bueno -halago una segunda vez, a lo que él hace una reverencia en broma-. Creo que no nos han presentado, soy Mónica, la...
-¡Prima de Diane! -completa por mí, asentí afirmando-. Ella me a contado un par de cosas de ti. Soy Eros Jackson, un gusto. Y por cierto, felicidades por tu compromiso.
-Muchas gracias, Eros.
Pausamos nuestra conversación cuando la voz amplificada de Peyton nos pide atención a todos. Veo al pequeño escenario donde está el novio de Asia, ajustando el micrófono a la altura de su boca.
-Buenas noches -saluda-. Primero, perdón por la interrupción de música a los que están en la pista de baile. Sé que se preguntarán qué demonios hace este chico aquí, bueno, este es mi regalo de bodas a los novios.
¿Regalo de bodas?
Busco con la mirada a Dave, él del otro lado ve confundido a Peyton.
-No sabía que regalarles, así que creo que este regalo es más original; sin ofender a los demás obsequios. Espero les guste, chicos -se gira la guitarra acústica azul marino que tenía en la espalda y empieza a tocar una melodía que reconozco al instante, diferente por la guitarra pero igual de única
No puede ser que Peyton no esté dando este regalo.
-Felicidades, chicos -dice antes de empezar a cantar con su bonita voz:
Hey, hey.
Hey, hey, hey, hey.
Hey, hey, hey, hey.
Your lipstick stains
On the front lobe of my left side brains
I knew I wouldn't forget you
And so I went and let you blow my mind
Agrega una nueva nota sin perder la animada original.
Your sweet moonbeam
The smell of you in every single dream I dream
I knew when we collided
You're the one I have decided
Who's one of my kind.
Sonríe a su público, siguiendo con las notas.
-¡Venga, chicos! -entonces, los demás integrantes de J.5 suben al escenario, cada uno colocándose en los instrumentos que les corresponde-. ¡Y un, un, un, dos tres!
Deneb, el chico en la batería, toca con euforia dando la introducción a la que sería mi versión favorita de mi canción con Dave.
Hey soul sister, ain't that
Mister mister on the radio, stereo
The way you move ain't fair you know
Hey soul sister, I don't want to miss
A single thing you do -Peyton alarga solo un poco la nota, antes de reír encogiendo los hombros-. Tonight.
El público aulla emocionado del improvisado concierto de los chicos. Eros a mi lado grita:
-¡Ese es mi primo! ¡Uuuhh!
Just in time, I'm so glad
You have a one track mind like me
You gave my life direction
A game show love connection, we can't deny
I'm so obsessed
My heart is bound to beat right out my untrimmed chest
I believe in you, like a virgin, you're Madonna
And I'm always going to want to blow your mind.
Peyton canta, sonríe, brilla y se mueve por el escenario con tanta comodidad y alegría, la música es lo suyo y nadie puede negarlo. Esa sonrisa, esa emoción, esa pasión que le dedica hace notable que eso que está haciendo es lo que más ama.
Hey soul sister, ain't that
Mister mister on the radio, stereo
The way you move ain't fair you know
Hey soul sister, I don't want to miss
A single thing you do tonight
The way you can cut a rug -canta con una tonada baja de los instrumentos de sus amigos y con la compañía del bajo de Alisha, la chica de tez colorada y la voz de Dione, la tecladista-. Watching you is the only drug I need
So gangster, I'm so thug
You're the only one I'm dreaming of
You see I can be myself now finally
In fact there's nothing I can't be
I want the world to see you'll be with me.
Hay una serie de aplausos acompañando los dos últimos coros finales, siguiendo con la nota baja de los demás instrumentos hasta que el final vuelve a repetirse.
Hey soul sister, ain't that
Mister mister on the radio, stereo
The way you move ain't fair you know -Deneb vuelve con todo en la batería-. Hey soul sister, I don't want to miss
A single thing you do tonight.
El inicio se repite y Peyton finaliza cantando la última palabra con un solo de su guitarra.
El público estalla en aplausos y vítores, yo grito hasta que mi garganta arde. De todos los regalos que recibimos esta noche el de Peyton fue uno de los mejores.
Todos empezamos a corear para que canten otra canción, los cinco adolescentes comparten miradas y empiezan a tocar, emocionando a su público. Las voces de Peyton y Dione nos llenan y reconozco la canción como su cover de Sunroof de Nicky Your.
La música en vivo de J.5 es lo que empezamos a bailar los que estamos en la pista.
-
Hacia el final de la fiesta, mi ahora esposo, más achispado que al inicio, me saca de la mesa de bocadillos y me lleva con él y nuestros amigos a disfrutar el último baile de la noche al zon de Firework de Katy Perry.
Aunque me duelen los pies y estoy cansada por tantas canciones que bailé en toda la noche con Dave, con Asia he incluso otra vez con Eros, me animo a terminar como nunca esta fiesta.
Con nuestros amigos rodeandonos y siguiendo bailando, Dave junta su frente con la mía, su aliento huele un poco a alcohol, eso delatando su avidez reciente.
Estamos así, juntos, en nuestra burbuja sonriendonos como tontos el uno al otro.
-
-¡Espera, espera! Siempre quise hacer esto -me detiene Dave a unos pasos antes de abrir la puerta de lo que al parecer sería «nuestro» apartamento.
No entendí a lo que se refería hasta que medio segundo después me cargó en sus brazos, sujetándome por la parte trasera de mis rodillas y espalda baja.
-¿Qué? ¡Dave!
-¡Lo siento! Siempre he querido hacer esto.
Arqueo una ceja.
-¿Y cómo abrirás?
-Venga ya, bonita, no te creas tan pesada, eres bastante ligera, la verdad.
Pongo los ojos en blanco.
-Vale, «señor eres bastante ligera» entra, estos tacones me están matando los dedos.
Con especial habilidad Dave logra abrir la puerta aún conmigo en brazos. Adentro enciende las luces y se echa en el sofá, sentándome sobre su regazo.
-Entonces... -alarga la palabra-. Estamos oficialmente casados.
-Así es -afirmo, enredando mis dedos en el desastre que es su cabello.
-Vale, y eso quiere decir que oficialmente puedo llamarte «mi esposa»
Mi sonrisa crece, suena bastante lindo eso.
-Así es.
-Entonces... ¿Qué sigue? -me mira curioso y yo frunzo el ceño.
-¿Qué sigue con qué?
-Para nosotros, ¿Qué sigue?
-Primero terminemos este día, luego veremos los siguientes, ¿No crees?
Acaricia mi mejilla.
-Lo creo -siento sus manos curiosas bajar con lentitud el cierre de mi vestido-. Me a gustado tu vestido, ¿Pero por qué mejor no aprovechamos el tiempo que tenemos antes del vuelo de mañana para hacer... otras cosas?
El espacio que no separa es casi nulo, su respiración se mezcla con la mía, sus manos terminan de bajar el cierre de mi vestido he indagan dando caricias la piel de mi espalda baja. Sus ojos marrones claros están dilatados, viajan de mis labios a mis ojos y ahí pude ver ese particular brillo que hay en su mirada cada vez que hacía esa acción.
Siempre que aparecía, hay una dulce sonrisa en sus labios, esa misma que recién esboza. A veces me ponía a pensar en que la decisión que tomamos fue apresurada, que quizá debimos de esperar un tiempo más. Muchas veces me dijeron que aún somos jóvenes, con una vida y experiencias las que vivir.
Pero ¿saben qué?
Que por estos momentos así, o solo una simple tarde o noche a su lado haciendo nada, me hacían olvidar los comentarios absurdos de la gente y mis propias dudas. A nadie más debería de importarle lo que hagamos con nuestras vidas, son solo nuestras. ¿Somos muy jóvenes? Perfecto. ¿Con una vida por delante y experiencias las que vivir? Pues las viviremos juntos, tantos los momentos como la vida misma.
Quería ser feliz y Dave Wyle se había vuelto parte de mi felicidad.
Así que todo aquello que pueda pasar junto a él, sé que serán momentos felices. Vale, que sí habrá tropezones, peleas, desacuerdos, es algo normal en todo matrimonio. Sin embargo, eso es lo que lo hace ser, es lo que le da esa particularidad y lo que a mí concierne, también esas ganas de seguir ahí.
Después de todo, son las diferencias lo que une a las personas de una u otra manera y esas mismas nos unieron a nosotros. Con... sí, circunstancias extrañas.
Aún conmigo en su regazo, viéndolo sonreírme y sintiendo sus caricias, dije a mis interiores que, dios, esto a sido una locura tremenda, y también, una de las mejores que he hecho en mi vida.
-Opino que... -tiro de las cintas que hacen de tirantes de mi vestidos, que caen a cada lado, aflojando la parte superior-. Mejor aprovechar el tiempo.
Sus labios se curvan hacia arriba en una sonrisa antes de juntarse con los míos en un beso con sabores diferentes y mismo sentimiento de amor intenso.
Bueno, creo que mi pregunta inicial a sido bien respondida. Demasiado bien respondida, ¡Uh! Hay un escalofrío cuando sus manos frías tocan la piel caliente de mi estómago.
Ya no hay dudas, ni preguntas, ¿Es esto su extraño plan? Es solo el inicio de nuestro modo de vida.
Al final, ¿Crees que una mentira se puede hacer realidad?
Yo lo creo porque después de todo, un amor que empezó siendo falso, terminó siendo tan real he intenso.
• F I N •
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