47 • Aunque no me va a agradar, solo lo dejaría ir
Dave abrió después de haber tocado dos veces más.
Llevaba todo el pelo negro revuelto, tallaba uno de sus ojos y su expresión delataba que lo había despertado. Aún con todo eso, sonrió al verme para luego bostezar.
—Hola.
—Hey... —que patético se sentía estar nerviosa y que eso se te note en el tono agudo de voz.
—¡Guau! —ladra Argonauta a nuestros pies.
Dave mira con una ceja arqueada al perro mestizo que movía feliz su colita. Lo señala con su dedo índice.
—Eso es nuevo.
—Mmm... ¿Podemos pasar?
Asintió aún confundido sin apartar la mirada de Argonauta.
Y por primera vez que vengo a este apartamento, todo estaba hecho un desastre. En el suelo de la sala de estar era todo un basurero de envolturas de dulces, algunas frituras y palomitas regadas, tazones vacíos sobre la mesita de centro y vasos de plástico vacíos volcados sobre el sofá.
—¿Acaso han tenido una noche alocada? —pregunté pisando accidentalmente lo que creo a sido una papa.
Dave ríe soltando otro bostezo y estirando los brazos. Aún iba en pijamas y descalzo.
—Mi hermana se emocionó un poco demasiado.
—Ahora que la mencionas, ¿Dónde está?
—Dormida en mi habitación.
—¿Acaso es posible tener una noche alocada con tu hermana viendo películas Disney?
—Si ambos hermanos tienen una cantidad de azúcar que no los dejará dormir hasta las tres de la mañana, pues sí, es posible.
Argonauta ladra llamando nuestra atención, acto seguido se come una palomita aplastada del suelo.
Tierno, pero eso dió asco.
—¿Y este amiguito? —Dave se agacha para acariciar detrás de las orejas del cachorro.
—He hecho una adopción fuera de planes antes de venir para acá.
—Es lindo —lo oigo reír y los jadeos de Argonauta—. ¿Cómo se llama?
—Argonauta.
Levanta la mirada para verme confundido.
—¿Argonauta? —repite—. ¿Como el de Mini Espías 4: Los Ladrones Del Tiempo? ¿El perro robot-espía de Cecil y Rebecca?
—Aún me sorprende lo mucho que te gustan esas películas —digo después de un rato en silencio—. Pero no, no se llama así por el tal perro robot-espía o yo qué sé.
—¿Entonces...?
Encogí los hombros.
—No lo sé, así lo llamó Cooper. Según él porque así era el nombre de una tripulación que acompañó a un tal Jason... No, a Jasón a buscar o conquistar una cosa de oro.
Hace uno de esos pucheros suyos que me parecen tiernos antes de volver a sus mimos a Argonauta.
—Prefiero pensar que es por el de Mini Espías 4.
—Claro que lo harás —ruedo los ojos.
Hay un largo momento de silencio en dónde yo solo estoy ahí de pie sosteniendo la cadena de Argonauta y Dave lo acaricia. Los silencios de ese tipo nunca fueron de mi agrado y nunca van a serlo. Odio la tensión he incomodidad, también odio el que yo haya venido hasta acá sin algo previa y minuciosamente preparado.
Solo vine en plan «que pase lo que tenga que pasar»
El caso es que no sabía qué es lo que va a pasar y tampoco sé qué quiero que pase.
Observo por unos segundos como Dave le sigue dando mimos a Argonauta y una pregunta se pasó por mi mente: Si es verdad lo que dijo en la llamada ayer, ¿Por qué demonios le gusto? Si lo que mayormente hago es llamarlo «idiota» y «pervertido», no le permito que me toque más de lo que puedo soportar en ciertas ocasiones, entre tantas cosas. ¿Cómo es que con todo eso en cuenta pudo decirme «Tú también me gustas»?
Será masoquista o algo en tu personalidad de mierda le habrá llamado la atención.
Cuál sea la respuesta, la desconocía.
Cuando no soporto más el silencio, me aclaro la garganta para llamar su atención. Vale, que pase lo que tenga que pasar.
Dave da unas últimas caricias a la cabeza del cachorro y se irgue en toda su altura. Aún me pregunto qué le dieron de comer para que creciera tanto, yo también quiero de eso.
Nos quedamos enanas, toca vivir con ello.
—Hay algo que hablar, ¿No? —asentí. Él suspira—. Mónica, creo que somos lo suficientemente grandes como para hablar del tema, ¿No crees?
¿Lo creo? ¿Realmente lo creo?
No, no lo haces, pero asiente porque tiene razón.
Así que hice eso, asentí.
Dave pasa su mano por su cabello, arreglandolo un poco.
—¿Por qué me colgaste? Es lo primero que quiero saber.
—¿Seguro? —asiente, seguro—. ¿Seguro, seguro?
—Sí, Mónica, seguro.
Exhalo con fuerza.
—Me asusté, ¿Vale? Te escuché y lo único sensato que pasó por mi cabeza fue colgar. ¿Fue estúpido? Sí. ¿Me arrepiento? Totalmente. ¿Me da vergüenza admitirlo? Eso ni siquiera se pregunta.
—Oye, solo tenías que decirme «me asusté» y lo habría entendido. Te conozco, Mónica y, sinceramente, lo ví venir.
Eso me ofendió un poco.
Pero qué predecible nos hemos vuelto.
Dave quizá se echó a reír por la cara que debí de haber puesto.
—Sí, eres un poco previsible, bonita.
—Entonces... —pateé una palomita que Argonauta terminó comiendo.
—Y yo creyendo que el tema te lo ibas a tomar más seria —miro a Dave que no deja de esbozar una pequeña sonrisa—. Me gustas, Mónica —es tan raro escucharlo en persona—. Y no sé tú, pero a mí sí me gustaría que dejaras de ser mi "novia" para que seas realmente mi novia.
—Dave, tú también... —mi lengua se enreda—. Tú también... eh...
—¿Yo también...?
—¡Eso! Lo entiendes.
—No, de hecho no.
Lo miro entrecerrando los ojos y cruzando los brazos. Pero ese idiota...
—¿Quién fue el chismoso que ayer escuchó "accidentalmente" mi conversación con Amapola? —ironizo, exagerando las comillas con mis dedos.
—Vale, ya sé de lo que hablas, pero ¿Lo puedes decir?
—No.
—Ow.
Ruedo los ojos resoplando. No entendía como yo podía gustarle y tampoco entendía cómo él puede gustarme a mí.
Ustedes son raros, amiga. Desde un inicio debiste de haberlo previsto.
—Sabes de lo que hablo, pero... no quiero ser tu novia.
—¿Qué?
—No quiero serlo solo por ser el remplazo de lo que nunca tuviste con Emily. Perdón, Dave, pero bajo esa situación no pienso ser nada tuyo.
Él solo se me queda viendo un largo rato en dónde su mirada me pone ansiosa. No me gustaba que se me quedaran viendo fijo. Vale, no me gusta que él se me quede viendo fijo.
Hay otro momento de silencio en dónde Dave solo me ve con la cabeza ligeramente ladeada y yo tengo la extrema necesidad de moverme de aquí, hacer lo que sea solo para que me quite la mirada de encima.
—¡Wyle, deja de verme así! —pido ya sin poder soportarlo más.
El idiota lo único que hace es reírse.
—Perdón, es que me di cuenta que te pones nerviosa y me gusta —dijo y luego suspira—. Nunca te utilizaría solo para llenar el vacío de lo que nunca llegué a tener con Emily, Mónica. Nunca lo haría y lo sabes.
—Siempre está la duda, Dave.
—Y te entiendo, pero créeme, nunca serás su remplazo. En todo caso, serías algo mejor, bonita. Siempre serás algo mejor para mí.
Aww, ¿En serio te vas a seguir renegando?
Empezaba a dudar ahora.
Dave da unos pasos hasta mí que me obliga a levantar la cabeza para poder verlo a los ojos. Tenía una sonrisa ladina y su mano se acerca hasta tomar entre sus dedos el mechón blanco de mi cabello. La cadena de Argonauta cae de mis manos y escucho por el tintineo de la placa como empieza a caminar por la sala. Me a abandonado lo único que podía relajarme un poco.
Deja de jugar con mi mechón para dejarlo detrás de mi oreja y dar una caricia a mi mejilla.
—Me gustas tú y nadie más que tú, bonita.
—¿Por qué? —el murmuro salió en un tono agudo que, admito, me dará vergüenza recordarlo.
—¿Y te lo cuestionas? —refuta mi pregunta con otra—. Solo un idiota no se fijaría en ti.
—Pero tú eres un idiota.
Dave deja ir una risita corta y ronca.
—Un idiota que se fijó en ti.
Creí que me besaría, de hecho, lo hizo, pero no en el lugar que esperaba. Dejó un rápido beso en mi mejilla antes de poner distancia entre nosotros. No sabía si quejarme o agradecerle por eso.
—Creo que mejor limpio este desastre —anuncia poniéndose manos a la obra.
Por varios segundos solo estoy parada ahí como una idiota, asimilando lo que acaba de pasar. Ya que nos hemos dicho todo esto, ¿Qué pasa ahora?
Tú le has dicho que no quieres ser su novia.
Y él a dicho que «no me utilizaría solo para llenar el vacío de lo que no tuvo con Emily», si no lo hará, ¿Ahora qué pasa entre nosotros?
Tengo una solución para averiguarlo: ¡Pregúntale!
—Hey, bonita, no sé si te importe ayudarme a llevar esto a la cocina, por favor.
Me avergüenzo de lo rápido que me di la vuelta.
—Claro... —digo, extendiendo un poco la palabra, una patética forma de compensar lo rápido que me volví a verlo.
Hoy estaba actuando más patética de lo normal.
Me pasa los tazones y vasos vacíos que dejo en el fregadero de la cocina. Él en ningún momento deja esa estúpida sonrisa que me estaba tentado a desaparecer de la forma menos pasiva posible. Le entretenía tenerme toda nerviosa y a mí me estaba causando molestia sentirme así a su alrededor. Sé que sería cuestión de tiempo antes de que todo pase, ¡Pero esto es horrible! Me sentía torpe y estúpida. Creí que nunca volvería a ver a la Mónica de catorce años, ¡Y miren! Se estaba apareciendo junto a la de diecinueve.
Definitivamente la vida me odiaba.
El trabajo de la limpieza a Dave se le hace un poco más corto ya que desde hace un rato Argonauta venía comiéndose las frituras que estaban en el suelo, por lo que solo le quedó limpiar las migajas que habían dejado. En menos de veinte minutos, su sala estaba igual que antes.
Escucho unos pasos venir del pasillo de las habitaciones, de dónde segundos después apareció Asia. Su cabello castaño estaba en un chongo hecho un desastre enmarañado, tallaba sus ojos y soltaba un eventual bostezo. Estira los brazos a sus lados.
—Buenos días.
—Buenos días —saludamos su hermano y yo al unísono.
Asia termina de estirarse y abre los ojos. Al igual que Dave, sonríe al verme.
—Hey, creí haberte escuchado en sueños. Entonces, ¿Sí vamos a salir?
Ambas miramos a Dave, que suspiró rendido y meneando la cabeza.
—Claro, ¿Qué tal ir a desayunar?
—Genial —sonríe Asia—. Sé de un restaurante, está en Fenway-Kenmore, en la calle Lansdowne. La comida del lugar es buenísima.
—¿Cómo sabes de eso?
—También tengo amigos con los que salgo a veces a comer, Dave —río viendo a Asia rodar los ojos—. Además de que fui una vez con Heather y su mamá, el lugar se llama Lansdowne Pub.
—Creo que he escuchado de ese lugar —admito.
—Está frente al Fenway Park.
—Sí, ya sé cuál es.
Imposible olvidar el restaurant bar favorito de papá y Miguel cuando van a ver un partido. Recuerdo haber ido una vez con mi hermano, mi primo y los amigos de Miguel. Todo terminó desastrosamente mal cuando Luke casi golpea a un chico desconocido solo porque intentaba coquetear conmigo.
Nunca había sido parte de una pelea de comida hasta esa vez.
—¡Guau! —ladra Argonauta desde la cocina.
—¿Eso a sido...? —Asia frunce el entrecejo y va hacia donde escuchamos el ladrido del perro.
—Te sugiero que te cubras los oídos en tres... dos... uno —Dave tapó sus oídos.
¿Eh? Estaba punto de preguntarle por qué se a cubierto los oídos cuando un grito agudo perforó mis tímpanos tanto que dolió. Dios, ¿Quién tiene la voz tan aguda para gritar así?
—¡Es un perro! ¡¡Es un perro!! —escuchamos las exclamación emocionadas de Asia y luego la vemos en la entrada de la sala con Argonauta en brazos.
Dave quitó sus manos de sus oídos.
—Tiene cuerdas vocales muy potentes.
Ni me lo digas, aún me chilla el oído.
Asia volvió con nosotros. Argonauta no parecía estar incómodo, solo confundido de quién es la nueva persona que lo tiene en brazos.
—¡Es un perrito! —exclamó con una sonrisa, empieza a acariciar al cachorro que tiene en brazos—. Eres muy lindo, perrito. Muy, muy, lindo.
Dave me mira a mí.
—Bonita, frente a ti tienes a la Asia maniática de los cachorros. Una especie que sale a la luz cada vez que su portadora, Asia Wyle, ve un perro.
Mordí mis mejillas para evitar reírme a carcajadas.
Asia no hace más que reír culpable.
—Es que me gustan mucho los perros. Siempre he querido tener uno, pero mis padres dicen que no podré cuidarlo.
—Lo dicen con motivos, ¿Olvidas lo que le pasó al hámster Brillantina?
—¡Fue un accidente! ¡No sabía que el seguro de la rejilla se había roto! —Asia baja a Argonauta al suelo—. En todo caso, ella se escapó, ¿Yo qué culpa tengo?
—¿En qué dejaste la rejilla abierta? ¿En olvidar que en la casa había un gato que claramente quería comerse al hámster? En primer lugar, pedir un hámster con un gato en casa, Asia.
Hice una mueca imaginando el escenario.
Creo que el gato no quería jugar con Brillantina.
Asia le dirigía una mirada mortal a su hermano mayor.
—Iré a arreglarme.
Así, vuelve indignada por el pasillo del que había venido.
—Eres cruel —digo viendo a Dave.
—Sabe que tengo razón, por eso se enoja —encoge los hombros—. En cuanto vuelva ya no estará enojada.
Tomo asiento en el sofá seguida de él y Argonauta, el cachorro pide que lo suba a mi regazo y no dudo en hacerlo, empiezo a acariciar detrás de sus orejas.
—Mónica.
—¿Si?
—Mónica —suena más insistente.
—¿Qué, Dave? —su respuesta es tomarme del mentón para obligarme a verlo.
Suelta un suspiro y me escanea rápidamente con los ojos antes de soltarme.
—Lo que tú digas eso será.
—¿Disculpa?
¿A qué rayos se refiere? ¿Lo que yo diga?
—Lo que has oído. No quiero obligarte a algo que no quieres. Así que, te lo dejo a ti. Si quieres acabar con esto o empezarlo de verdad.
¿Por qué me hace esto? ¡Las decisiones de este tipo no las sé tomar! ¿Una muestra de ello o algo parecido? Que cuando me gustó Luke y acepté que ese mono de ojos violetas no se fijaría en mí, tomé una moneda y ahí dejé todo al azar. Si caía de un lado dejaría de gustarme, si caía del otro, seguiría gustandome. Eso, más muchas otras cosas, demuestra que en decisiones así no tengo la madurez suficiente.
Querida, para la vida no tienes la madurez suficiente.
Por un momento, mis manos congelan la acción de acariciar a Argonauta y solo me quedo viendo a Dave por un largo minuto.
—Esa mirada no me gusta —murmura haciendo una mueca.
A mí no me gusta que él haya decidido que yo decida lo que pase. ¡No puedo hacerlo!
—¿Tengo que decidir yo? —pregunto luego de una largo rato.
Dave pasa su mano por su cabello y lo desordena otra vez.
—Bonita, si fuera por mí y si mi hermana no estuviera aquí, esta conversación se hubiera llevado a cabo muy diferente.
Mejor ni preguntes y ni te hagas ideas.
—Igual no quiero obligarte a algo que no quieres solo por la absurda idea de que «te tomo como el remplazo de Emily». Joder, Mónica, me encantas más de lo que ella lo llegó a hacer. ¿Crees que haría comparaciones? No, no las haría. ¿Serías su remplazo? ¡Ni de coña! Te lo dije, eres mejor.
»Pero te entiendo, por ello te lo dejo a ti. Lo que digas, eso será y aunque no me va a agradar, solo lo dejaría ir.
Eso último no me gustó...
La decisión era difícil y más para mí porque, como hemos visto, yo no sé tomar decisiones así. ¿Qué podía hacer? ¿Decir que no y terminar con este teatro? Imaginarlo si quiera era doloroso. Me he acostumbrado a hablar, ver y estar con Dave casi todos los días de mis semanas y perder esa rutina dolería. ¿Arriesgarme a salir lastimada? Me asustaba tremendamente. ¿Confiar en Dave y solo... dejar que fluya?
«Cuando uno suele pensar mucho, no vives de la forma en la que desearias. Están las constantes dudas, las preguntas. Vivir no es a base de cuestionamientos, es de disfrutar y reír, de soñar y vivir. Por eso, este ahora, se le llama presente, disfruta tu regalo sin tantas preocupaciones»
Mamá tantas veces me había dicho esas palabras en momentos de dudas, de preguntas constantes, de momentos inestables. Siempre solía recordarlas cuando las dudas me atacaban, cuando solía pesar demás y no vivir como quería. Y justo ahora, las entendía perfectamente.
La vida se vive a base de felicidad y tristeza, de perfección y desastre. Hay tantos momentos que son buenos y otros que son malos. Hay recuerdos que duelen, otros que te sacan sonrisas. Vivir en una burbuja protegiendote de todo no es disfrutar, es solo ver tu vida pasar frente a ti.
Un corazón roto sana, una sonrisa vuelve, las personas se van y otras llegan, pero, ¿Los momentos dónde sabes que puedes ser feliz? Esos se van y queda el recuerdo de ellos.
Así que, ¿Qué más daba? Si era solo una página, la recordaría como las más infantil y divertida de todas.
Porque eso es él: canciones y frases de Disney, amor por los niños y la medicina. El mejor hermano mayor de todos. Un idiota pervertido. El mejor amigo de todos y Wyle, el idiota que es todo eso.
—Solo tengo un... un par de condiciones.
La sonrisa de Dave es casi inmediata.
—¿Condiciones? —pregunta apoyando su cabeza de su mano.
Vuelvo mi mirada a Argonauta y sigo con mis caricias. Él no se opone.
—No más sustos.
—Pero si es divertido asustarte.
Lo miro mal.
—Vale, vale. Nada de sustos.
—Sabes que no me gusta que me anden tocando.
—Te va a gustar cuando yo lo haga.
¿Disculpa?
La cara que puse por segunda vez en el día hace reír a carcajadas a Dave. No me parecía gracioso, ¡En lo absoluto!
—Prosigue —indica apretando los labios para evitar reír.
—Eh... —meneo la cabeza para concentrarme. Ese comentario me dejó fuera de lugar—. Nada de apodos cursis.
—¿Ni siquiera mi «bonita»?
Que alguien le quite el puchero, me tienta a picarle las mejillas.
—Eso es lo único que acepto.
—Ah, te gusta mi apodo, ¿A qué sí? —pica mi cintura que me hace reír por las cosquillas.
—Es tierno —encogí los hombros—. Supongo que eso sería todo.
—Nunca he conocido a alguien que ponga condiciones.
—Ya sabes, me gusta ser original.
—Y luego te preguntas por qué me gustas —lo miro de reojo con una sonrisa ladina sin dejar de acariciar a Argonauta—. Entonces, ¿Ahora sí puedo llamarte con gusto y verdad «novia»?
—Creo que algo falta, no lo sé...
—¿Qué fal...? Ah, ya —lo miro con una sonrisa. Dave deja ir una respiración—. Mónica, ¿Te gustaría ser realmente mi bonita?
Siento un cosquilleo nervioso en el estómago y una risita boba salir de mi garganta al responder:
—Claro, Wyle.
Aún en momentos así eres una antipatica.
¿Qué tengo que hacer? ¿Estallar en una bomba rosa?
No, pero sé más empática, amiga.
Aún con las quejas de mi propia conciencia y, aunque tenga razón, la sonrisa de Dave creció y entró a ese pequeño grupo de las sonrisa más sinceras y lindas que le he visto.
Estaba apunto de decir algo más cuando escuchamos el grito de Asia avisar que ya estaba lista. Dave anuncia que se irá a arreglar pero antes de irse, deja un beso en mi mejilla.
—¡Oigan, no se besuqueen frente a mí! ¡No me traumen! —es la exclamación de Asia entrando a la sala.
Dave rueda los ojos y por fin, se va a arreglar para salir.
Mientras esperamos a su hermano, Asia y yo hablamos, la ayudo también a desenredarse el cabello húmedo lleno de nudos mientras ella solo acaricia a Argonauta y se queja de los jalones que doy a veces. Creí que mi cabello era una bestia indomable, pero el de Asia le iba a la par, incluso creo que le gana.
—¡Ay! —se queja ella—. Oye, con más cuidado, por favor.
—Trato de tenerlo, pero tu cabello está lleno de nudos —tomo con fuerza el mango del peine y lo jalo, acabando con un gran nudo en el cabello de Asia.
Ella, evidentemente, se queja llevando su mano a su cuero cabelludo.
—Ahora me duele la cabeza —admite con voz de niña sin dejar de sobarse.
—Tranquila, igual ya todo está listo -pasé el peine por su cabello sin problemas—. Listo —le paso sobre su hombro el ahora peine lleno de cabello.
—Gracias, Monik —lo deja en la mesita al lado de la lámpara y se acomoda en el sofá para ya no darme la espalda—. Él es un lindo perrito.
Argonauta llevaba desde hace un buen rato en el regazo de Asia recibiendo mimos de su parte. Y por como jadea y mueve la cola, supuse que no le desagradaban sus mimos en lo absoluto.
—¿Qué raza es?
—Mestizo, aunque los chicos no me dijeron cuales son las razas.
—¿Chicos?
—Cooper y Amapola.
—Ellos se ven bien juntos, ¿Acaso están saliendo?
Recordé lo que me dijo Amapola cuando me trajo; todo lo que pasó ayer con Cooper en el public garden y lo emoción con que lo relataba todo.
—Lo llevan con calma.
—Ojalá tengan una bonita relación. Como la que tienen tú y mi hermano.
Una sonrisa involuntaria se formó en mis labios. En voz alta nunca lo diría, pero empezaba a gustarme esos términos de «novia» y «relación»
Cursi.
Lo sé, pero sigue siendo lindo.
Un rato después, Dave aparece ya arreglado para irnos. De bajada al estacionamiento del edificio, me van comentando lo que hicieron anoche y también como un vecino se quejó del ruido que ocasionaban y que si no hubiera sido por eso, habrían seguido viendo películas hasta el amanecer.
—En nuestra defensa, habíamos comido muchos dulces. No podíamos dormir —defiende Asia.
No pude juzgarlos, una vez yo también había comido demasiada azúcar que pasé toda una noche despierta.
En el auto de Dave, Asia va en los asientos traseros con Argonauta viendo por la ventana feliz con la lengua afuera. Yo, como siempre, voy en el asiento de acompañante luciendo una vez más los lentes de Dave que, como la última vez, le quité de los ojos.
Hay que aceptar que me quedan mejor a mí que a él.
Hubo un momento donde Asia se escurre entre los asientos para conectar el celular de su hermano al estéreo del auto. Estuvo unos cinco minutos dando toques a la pantalla y cuando finaliza, a nuestro al rededor empieza a reproducirse Sunroof, solo que no la canción original de Nicky Youre y Dazy. Es un especie de cover que lleva el mismo ritmo animado pero diferentes voces y tiene algunos coros agregados.
No es la original, pero me gusta. Es bastante buena.
—Ese cover es muy bueno, ¿Quiénes lo cantan? —miro a Asia a través del espejo retrovisor.
—Es una banda local de la ciudad, su nombre es algo como... —chasquea los dedos—. Es de literalmente una letra y un número... ¡J.5!
—Que particular nombre —opina Dave.
—Lo sé, no he escuchado música propia de ellos. Solo tienen covers de otras bandas y cantantes. La verdad, me gustan. No tienen mal ritmo.
—Pues no, son buenos.
—Sunroof y Payphone de Maroon 5 son los covers más populares en su canal. Bueno, según Heather.
—Quizá escuche más canciones de ellos, son buenos.
—Yo solo he escuchado esas dos. Mi mejor amiga sí se a puesto con todas y eso que los descubrió accidentalmente la semana pasada —río Asia.
—No me sorprende viniendo de Heather —admite Dave.
El camino a Lansdowne Pub se pasa entre canciones horriblemente cantadas por Asia. Me caía bien y le había tomado cariño, pero Dios, no le permitan cantar nunca. Escuchamos también el cover de Payphone de esta banda J.5 y resulta bastante bueno. El cantante principal tenía una buena voz, ni tan grave y ni tan aguda, estaba en un buen punto que iba bien con el ritmo de la canción. El otro chico que canta su voz también resulta buena y aunque del rap no soy muy fan, debo decir que se lució con su parte en el cover de la canción.
Mientras veía las calles pasar por la ventana de mi asiento aún con los lentes que le quité a Dave puestos, sentí como algo se posaba en el muslo de mi pierna izquierda. De inmediato ví que se trataba de la mano de Dave. Cuando me fijé en él, tenía una sonrisa divertida en los labios, solo que algo más, algo bastante parecido a la picardía que vivía dentro suyo.
Me sorprendió que haya tomado la iniciativa de hacer este movimiento arriesgado teniendo en cuenta que pude haberle dado un manotazo. Sin embargo, hubo algo más que me causó sorpresa. Aún con su mano sobre mi pierna y con mínimas caricias de su pulgar, empezó a tararear, ¡Tararear! ¿Cuántas veces yo he oído a Dave tarareando? ¡Nunca! Y no solo fueron esas dos cosas, si no también lo que tarareaba.
La canción sonaba por el estéreo y la reconocí al instante: Hey, Soul Sister de Train.
Dave seguía tarareando, seguía con esa sonrisa y con su mano en mi pierna. No terminó con ninguna de esas acciones a pesar de saber que lo veía incrédula, no solo por oírlo tararear, (que no era la gran cosa su voz) si no oír lo que tarareaba.
¿Soy yo o te la a tarareado a ti?
No voy a pensar en eso.
Volví a fijarme en el camino, de tanto en tanto mi mirada se desviaba a su mano que por lo visto, no pretendía irse de donde estaba, por lo que, un poco dudosa, dejo caer lentamente mi mano sobre la suya y entrelazar de forma débil nuestros dedos. Escucho su débil risa y como segundos después, gira su mano para así entrelazar bien sus dedos con los míos.
Viendo a la calle, tenía la sonrisa más estúpida de todas solo por ese contacto que permanecía.
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Nota de la autora:
¡Feliz navidad, gente bonita!
Capítulos después de muchísimo tiempo, pero ya saben, problemas al escribir, bloqueos y tal.
Pero les decidí publicar hoy dos capítulos como un regalo de navidad de mi para ustedes, así que, ¡Feliz navidad!
No sé si les tenga actualización antes de que se acabe el año, esperemos que sí, gente.
En fin, este capítulo es súper diferente a como lo escribí por primera vez, pero, ¡Me encanta esta versión! Me parece más bonita.
Y sí, veremos un poco antes a Mónica y Dave juntos, pero no confíen en mí, aún quedan unas cuantas cosas por pasar.
Soy cruel, lo siento, MUAHAHAHA.
Okey, no... pero sí.
Vale, mucha palabrería, espero pasen una linda navidad con todas sus familias <3
Besos y abrazos con decisiones, tarareos de Dave y jaloneos de pelo.
MJ.
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