8-¡Beetlejuice, Beetlejuice, Beetlejuice!
Astrid cerró el libro con fuerza y provocando un fuerte ruido que sorprendió a sus padres quienes habían regresado juntos. Algo que le alegraba mucho, pero ella quería de vuelta a Tn y de momento no había logrado nada.
—Fue un gran chico que dio su vida por tu felicidad—Lydia tomó su mano—deberías simplemente recordarlo, ser feliz como te dijo él y tenerlo siempre en tus memorias.
—No—contestó secamente—le quiero...sé que hice mal besando a Jeremy y entrando a ese mundo...pero mi corazón no se decidía...y por mi culpa tuviste que ir y Tn hizo ese pacto.
—Sin ese pacto no habrías vuelto a ver a tu padre, ni yo tampoco y ahora estar aquí con nosotras—le apretó suavemente la mano.
—Pero le quiero—replicó ella aguantando las lágrimas—sus padres están mal, bastante que lo han entendido porque se lo has dicho tú y te creen.
Richard sostuvo la mano de su querida hija.
—Las cosas pasan por algo, además, podrás volver a verlo cuando mueras—dijo—pero yo que tú dejaría de gritar que aparezca y poner mala cara, es normal que no quiera aparecer si lo amenazas.
Eso produjo unas pequeñas risas.
—Si, soy algo...bruta—confesó—pero creo que tendré que recurrir a él...
—¿Estás segura?—Lydia no se fiaba.
—Eh, somos tres, somos más listos que él, ya lo demostramos una vez—contestó la joven—solamente para ver si se puede hacer.
Esa misma tarde subieron las escaleras del ático, abrieron la puerta y allí estaba la maqueta que tanto tiempo le llevó al anterior dueño construir y del cual saldría el ser de cabello verde y bromista. Miraba todo el pueblo, incluso estaba la casa de Tn construida ya que su familia llevaba mucho tiempo allí.
Astrid suspiró, sosteniendo la mano de sus padres...se aclaró la garganta, y entonces lo llamó.
—¡Beetlejuice...Beetlejuice...Beetlejuice!—un pequeño temblor comenzó en el lugar hasta que la maqueta se abrió por la mitad dejando ver al hombre.
—¿Me has llamado jovencita?—preguntó con una sonrisa.
—Si...así es y...—entonces éste se colocó con Lydia.
—¿No me digas que quieres después de todo estar conmigo?—enseñó sus dientes—mujeres, todas loquitas por mí—dijo mirando a un cierto punto.
—No—respondió ella enseguida—además, ahora estoy con Richard.
—Si él muere...¿te casarías conmigo?—su voz era de ilusión y ante su negativa, se encogió de hombros—mujeres, ¿quién las entiende?.
Astrid se colocó enfrente.
—Es sobre Tn, quiero encontrar la manera de que vuelva a la vida...sin sacrificar ninguna alma—dijo algo temerosa de verlo allí.
—Oh, el joven Tn está trabajando para mí—respondió sentándose y colocándose unas gafas—trabaja bien ese muchacho...aunque costará que le coja el mismo cariño que a Bob.
—Él no ha venido a verme...ni nada...—dijo—igual está molesto conmigo.
—Oh—Beetlejuice puso cara de romántico—él te tiene en sus pensamientos, incluso quiso subir a verte pero...
—¿Pero?
—Hombre, las veces que ha querido te ha visto gritando y con un bate...eso no inspira nada de confianza
—Está muerto
—Si, pero tienes el poder de tocar a los fantasmas y golpearlos.
Astrid suspiró y admitió que se había pasado un poco con eso, pero necesitaba hallar una manera de hacerlo regresar al mundo de los vivos.
—¿Le quieres?—preguntó él.
—Por supuesto—contestó muy firme y decidida.
—Muy bien—chasqueó los dedos y Tn apareció a su lado—aquí lo tienes, en cuanto a tu petición de regresarlo a la vida...quizás encuentre un vacío legal. Dame unos días...pero a cambio...visto que no puedo casarme con tu madre...tendrás que darme algo.
—Podrás comer de vez en cuando en está casa...—dijo Lydia—seguro que no has probado una comida decente en años.
El ser se quedó pensativo.
—Vaya...es tentador...de acuerdo, ahora dame unos días y miraré si puedo encontrar algo para traerlo sin matar a nadie—dijo Beetlejuice—Tn, como muestra de mi generosidad como jefe, podrás estar aquí un par de horas, aprovecha—le dio un preservativo al chico.
Éste aún estaba sorprendido y en shock cuando desapareció el jefe. Ahora estaban ellos cuatro allí, Tn saludó tímidamente con la mano. Astrid se acercó a él, con el ceño fruncido. El chico pensaba que iba a matarlo si es que era posible cuando lo tomó de las mejillas y lo besó.
—Será mejor dejarlos a solas—el padre se llevó a Lydia fuera de la habitación.
Al separarse, se miraron a los ojos y sonrieron. Astrid rompió a llorar y lo abrazó diciendo que lo había echado mucho de menos, que era un idiota por lo que había hecho y que como no fuese posible traerlo de vuelta, removería el mundo de los muertos para traerlo ella misma.
—Solamente quería tu felicidad...y cuando hablabas de tu padre...luego encontré la solución—susurró él acariciando su cabello.
—Lamento haberte gritado y eso, estaba...molesta
—Si, y dabas miedo
—Perdona.
Los dos se sentaron a hablar un poco, tomados de las manos y dándose pequeños besos de vez en cuando. Astrid le preguntó sobre su trabajo y eso, realmente estaba nerviosa.
—No está mal...aunque añoro tu compañía...
—Y yo la tuya...tonto—no podía creer que usase esas palabras tan cursis.
Un reloj apareció con la cara de Beetlejuice avisando de que quedaba un minuto para irse de nuevo al trabajo.
—Astrid...si...si...si no encontramos una manera...sé feliz...olvídame...y...—fue besado.
—Encontraré una forma...y tendrás que aguantarme.
El minuto transcurrió muy rápido y pronto, Tn desapareció ante la mirada de la joven quien bajó algo feliz por haberlo visto de nuevo. Su madre le preguntó si usó protección provocando unas risas en su padre y un gran sonrojo en ella diciendo que no, que solamente fueron besos. Y que por favor dejase de decir esas cosas.
Esa noche los dos se fueron a dormir en sus respectivas camas y mundos, algo sonrientes y felices por haberse visto tras el incidente. Astrid deseaba poder estar junto a su chico, lo consideraba su pareja, a pesar de estar muerto...
—Astrid—susurraba el chico mientras la imagen del beso aparecía en su cabeza justo antes de quedarse dormido en su habitación.
Beetlejuice estaba revisando unos libros.
—Ajá...lo que yo decía...vacío legal...que listo soy eh Bob...—miró a su lado—oh es cierto...está muerto—soltó una carcajada—soy el alma de las fiestas...son para morirse.
Continuará...
Espero que les haya gustado.
Un saludo :)
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