Capítulo 5: Hay alguien más
EMMA
Hay veces en las que creo que la vida me sonríe y esta es una de esas ocasiones.
Luego de que me engañaran y que la madre de Taylor crea que estoy interesada en su hijo, me lo merezco. Merezco esta oportunidad para relajarme.
Además será la oportunidad perfecta para que Diane conozca a Ben de manera casual.
–Ashley... Necesito pedirte un favor
– ¿Qué ocurre? Si lo que te preocupa es que aparezca Zack, ten por seguro que no lo invité
–Agradezco eso, pero te quería pedir si podría invitar a unos amigos a tu fiesta
– ¿A quién quieres invitar? –me pregunta Diane
–Ya saben... unos amigos –Dudo que se pueda considerar que sea amiga de Taylor mucho menos de Ben y Dylan, pero es lo único que se me ocurre para que puedan ir.
Lo que hago por ti Diane. Pienso.
–Si nos dices sus nombres no me molestaré. Es en mi casa, debo saber quiénes irán.
–Se llaman Taylor, Ben y Dylan –pronuncio sus nombres lo más rápido que puedo
– ¿Y desde cuando son tus amigos? –cuestiona Ashley
–Oh, por favor. Son simpáticos y no están tan mal...
– ¿Acaso te gusta alguno? Sabes que no te juzgaré por eso –dice Diane
–No, por supuesto que no. Dije que son simpáticos, no que me gustara alguno
–Muy bien, si tú lo dices. Los puedes invitar, pero recuerda que no pueden ir tantas personas. Luego nosotras tendremos que ordenar todo
–Genial, muchas gracias. Eres la mejor Ash
Entonces saco mi celular y le envío un rápido mensaje a Taylor. Es cierto que su mamá nos atrapó en una situación comprometedora y yo le expliqué varias veces que no había ocurrido nada, pero no se lo creyó.
Así que le pedí el número a Taylor antes de irme para que de esa forma sea más fácil nuestra comunicación y así no volvería a ir a su casa. Porque es un hecho que no pienso volver a poner un pie en esa casa.
Mi plan se fue a la mismísima mierda en cuanto esa chica nos vio y creyó lo mismo que la madre de Taylor.
Al menos lo intenté.
Ha pasado una semana desde que recibí la charla sobre la protección y los diferentes métodos que existen para cuidarse de un embarazo no deseado. No creo que pueda olvidarla, cada vez que voy a una farmacia recuerdo a la señora Natek explicándome como se pone un preservativo. Y si yo estaba incómoda, Taylor parecía querer que se lo tragara la Tierra y no volver.
Tampoco lo he vuelto a ver desde ese día.
Aun así me dijo que les dirá a los chicos sobre la fiesta en casa de Ashley.
Sus padres se irán por el fin de semana de viaje y ella quedara a cargo de la casa durante esos días, así que dará una pequeña fiesta.
Ya estoy pensando en el vestido que me pondré.
(...)
Cuando llego finalmente a casa, luego de un día duro de universidad me quedo parada en la puerta mirando a Zack, quien está conversando con papá.
¿Qué hace él en mi casa?
Tendría que haberles dicho a mis padres que terminamos. Mejor dicho que terminamos porque él me engaño.
–Hola cielo. Mira quien vino a visitarte –dice mamá saludándome con un beso en la mejilla y mi hermana menor Jo, repite el mismo gesto que ella, pues la está cargando y quedamos a una altura similar
–Ya lo veo –respondo con la vista fija en mi ex novio
– ¡Cariño! Qué bueno que llegaste –Zack camina hacia mí e intenta abrazarme, pero yo me alejo antes de que pueda tocarme
– ¿Qué estás haciendo aquí?
–Creí que era obvio, vine a verte
–Pero nosotros ya no estamos juntos. Creí que había sido clara cuando te lo dije.
–Emma, todas las parejas discuten. Es normal, pero no por eso tenemos que terminar. Además yo te extraño mucho. ¿No me extrañas tú a mí?
Detesto que me haga esto, porque casi me hace reconsiderarlo. Me tengo que recordar que me engañó con la chica salmón y la rabia vuelve enseguida a mí.
–Me engañaste
– ¿Acaso lo viste? ¿Tienes alguna prueba de eso?
–No, pero...
–Jamás te engañaría, me gustas tú.
–Estaba sentada en tus piernas en ese salón. Prácticamente estaba encima de ti, esa no es una simple amiga
–Me encanta cuando te pones celosa...
– ¿Algún problema Emma? –pregunta mi hermano menor Connor.
Bueno, ya no es tan menor. Es más alto que yo.
–Estamos simplemente conversando, relájate rubio
–Qué curioso, pues estoy seguro de haberle hecho una pregunta a mi hermana, no a ti. ¿Emma estás bien?
Asiento con la cabeza en su dirección, pero algo me dice que Connor no me cree del todo y a decir verdad, yo tampoco.
(...)
Detesto pasar la siguiente media hora comiendo con mi familia y Zack. No quise decir nada sobre que habíamos terminado para no armar problemas, pero cuando se vaya se los contaré a todos.
–Emma, ¿ocurre algo? Estás media extraña. ¿Te sientes bien? –pregunta mamá
–Me molesta un poco la cabeza, creo que iré a descansar –digo levantándome y yendo hacia mi habitación al segundo piso
Más de una vez estuve a punto de contarlo todo ahí en la mesa, pero sería armar un escándalo innecesario. Además mi hermano cuando se molesta tiene un carácter horrible y si a eso le sumo a papá... Sí, es mejor decirlo en cuanto Zack se vaya.
Me pongo a avanzar con mis tareas para poder ir a la fiesta de Ashley mañana, aunque la tranquilidad me dura muy poco porque escucho como la puerta de mi habitación se abre y entra Zack.
Tantas veces que hemos estado aquí antes y de alguna manera ya no se siente bien.
– ¿Qué haces aquí? –pregunto aun sin darme la vuelta.
– ¿Qué debo hacer para que me perdones? Por favor Emma, ¿acaso no crees que ya me has castigado lo suficiente?
Me doy la vuelta y lo observo. Enserio ya estoy harta de él.
– ¿Qué yo te he castigado? Si eres tú el que me engañó. Tú terminaste con lo nuestro cuando decidiste engañarme. No me vengas a echar la culpa a mí
–Emma...
–Por favor, vete de una vez. Ya no te quiero ver aquí. Es mi casa Zack. Déjame en paz
–Pero cariño...
–No me vuelvas a llamar cariño, ya no estamos juntos
–Antes no eras así, algo cambió. Te gusta alguien más, ¿verdad?
Estoy tan cansada de esta situación que le respondo lo único que sé que lo va a molestar.
–Sí, Zack. Hay alguien más. Me estoy viendo con alguien, ¿contento?
Su expresión cambia en cuestión de segundos y lo que dice a continuación me asusta un poco
–Esto no se quedara así Emma. A mí nadie me deja, ¿me oíste? ¡Nadie!
Y se va dando un fuerte portazo.
¿En dónde quedó el Zack que yo conocía?
¿El que era dulce, atento y cariñoso? Porque a estas alturas muy bien me lo pude haber imaginado.
Me quedo unos segundos en silencio observando el lugar por el que se acaba de ir y luego sin saber muy bien el motivo me pongo a llorar.
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