Capítulo 29: Un amor a voces


EMMA


–Así que hoy irá a una cena con tus padres, ¿eh? Al parecer las cosas entre ustedes son más serias de lo que parece –dice Diane divertida

–No fue idea mía, la propuso mamá y papá le siguió encantado el juego. Conocen a Taylor desde hace años y nuestras madres son amigas, así que no me parece la gran cosa que venga a cenar –digo restándole importancia

Invité a Diane al centro comercial, nunca está demás venir a mirar ropa. Pronto cambiarán los escaparates por ropa de la nueva temporada y quiero ser la primera en dar un vistazo.

–Siempre supe que terminarían saliendo, la forma en la que ambos solían mirarse cuando "actuaban" era más que evidente

–Bueno, creo que resultaba evidente para todos salvo para nosotros

–Si tú lo dices...

–Mejor, cuéntame cómo van las cosas con Ben –digo para que deje de molestarme

–Deberías mejorar tu técnica de cambiar de tema cuando algo no te gusta, pero como soy buena amiga lo dejaré pasar. Las cosas con Ben van genial, me sigue acompañando durante todo el trayecto hasta llegar a casa y ya hasta conoce a mi madre, que por cierto lo adora. También nos hemos besado un par de veces, bueno puede que más que un par de veces. Además le gusta cuando le hablo sobre los libros que leo y eso hace que gane muchos puntos conmigo

–Y luces feliz cuando hablas de él –digo sintiéndome feliz por mi amiga

– ¿Tanto se nota? –pregunta divertida

–Bueno, sólo un poco. Ahora continuemos mirando ropa. Estoy segura de que algo se irá conmigo hoy

–Luego tú tendrás que acompañarme a la librería. Necesito comprar el tercer libro de una saga

–Adoro que nos entendamos tan bien.


(...)


– ¿Así que vendrá a comer tu novio? –pregunta Jo

Mi hermana menor vino a verme a mi habitación y está junto a su peluche favorito. Es un conejo que le regalaron cuando era más pequeña y aunque mamá le ha dicho que puede comprarle uno igual a ese, ella no ha querido soltarlo. Y al pobre señor zanahoria le falta un ojo y tiene la boca descocida.

Da un poco de mal rollo si lo miras demasiado.

–Sí, ¿quién te lo dijo?

–Connor está hablando con mamá, dijeron que vendría el novio de Emma a cenar con nosotros. Yo también quiero un novio. Será como en los cuentos que lee mamá

–Y yo estoy muy segura de que tendrás uno, en algún momento de tu larga vida. Aun eres una niña

–Soy grande, cumpliré nueve en unos meses más

–Exacto y sigues llevando al señor zanahoria contigo. Dime, ¿prefieres tener un novio o conservar al señor zanahoria? –pregunto aun cuando sé su respuesta

–El novio puede esperar –termina diciendo y yo sonrío –el señor zanahoria y yo somos inseparables.

Conversamos un rato más hasta que veo la hora y sé que Taylor podría llegar en cualquier momento. Josephine se va a jugar a su habitación mientras que yo decido cambiar mi ropa. Termino escogiendo un vestido que aún no estreno y me peino haciéndome una pequeña trenza.

No quiero que se note demasiado que estoy algo nerviosa. Aunque sé que todo saldrá bien.

Sonrío al pensar en Taylor y en lo bien que lo he pasado junto a él. Hemos tenido más citas y creo que cada día que pasa me gusta un poco más. ¡Dios, qué cursi me he vuelto!

Y eso que antes he salido con más chicos, pero ninguno como Taylor.

–Julieta acaba de llegar tu Romeo –dice Connor abriendo la puerta de mi habitación –espera, esa frase es muy común. Yo soy mucho más creativo. Jane acaba de llegar tu Tarzán

–Eres bastante tontito cuando quieres –respondo divertida

Me doy un último vistazo en el espejo y bajo las escaleras para ir a abrirle la puerta, pero mamá se me adelanta y cuando lo veo saludándola podría haberme quedado sin respiración por unos segundos.

Está con un traje.

Jamás había visto que un hombre se viera tan bien con traje hasta ahora.

No le dije que viniera de manera tan elegante, es solo una cena con mis padres, pero luce tan bien vestido así que creo que debería usarlos más.

En cuanto escucho la risa de Connor al pasar por mi lado, me doy cuenta de que me quedé parada a mitad de las escaleras. Debo continuar bajando.

Reuniendo todo el valor del mundo bajo el tramo que me queda y finjo que no me quedé petrificada unos instantes contemplándolo demás.

–Emma, luces impresionante –dice Taylor antes de besarme brevemente en los labios –y estoy halagado de que te quedaras observándome en las escaleras –murmura divertido

–Si soy sincera ahora mismo sólo estoy pensando en todas las maneras en que me gustaría quitártelo –respondo antes de alejarme de él para ver su reacción

Se sonroja y me observa como si no pudiera creer que lo hubiera dicho.

–No sabía que ponerme y mamá dijo que los trajes nunca fallan... veo que no se equivocaba –es lo que logra decir luego de recomponerse

–Muy bien, llegó nuestro invitado estrella. Un placer tenerte aquí Taylor –dice papá extiendo su mano

Taylor se demora unos segundos y luego le devuelve el saludo.

–Creo que esta cena será genial, una lástima que no esté aquí Jesse para que pueda verla –dice Connor mirándonos divertido

–Tú continúa llevando esos platos a la mesa Connor, y ustedes no se queden ahí parados. Vayamos a comer –dice papá poniendo una mano en la espalda de Taylor e instándolo a que continúe caminado hacia la mesa.

Yo lo observo un poco más y luego los sigo.


(...)


No sé qué era exactamente lo que esperaba de esta cena, tal vez que haya algún silencio incomodo o papá intentando intimidar a Taylor. Algo que intentó hacer al inicio, pero luego las conversaciones empezaron a fluir y pude comer tranquila.

Claro hasta que mamá sacó el tema de los hijos:

–Emma siempre ha querido tener una familia numerosa. Desde que era una niña siempre le han gustado los niños y tenía muchas muñecas que ella decía que eran sus hijos. Además solía decir que quería unos cuatro o cinco hijos como mínimo, ¿ya lo han hablado?

Hay un silencio que dura unos segundos en la mesa hasta que escucho la risa de Connor. Papá luce incómodo y yo comparto una larga mirada con Taylor.

– ¡Mamá! –exclamo avergonzada

– ¿Qué? Es lo más normal del mundo, cariño. ¿Taylor tú te has planteado tener hijos? Más adelante obviamente –dice lo último mirándome a mí, como diciendo ¿ves? Ya lo arreglé

–Eh... supongo que sí. Aunque mucho más adelante, por supuesto...

–Claro, no hay ningún apuro. Estoy segura de que Layla tampoco aprobaría un bebé ahora. Son muy jóvenes –sigue hablando mi querida madre

–Supone bien, mi madre me cortaría los hue... digo... No, no lo aprobaría.

–Esto está mucho mejor de lo que pensé –Connor es el único que parece disfrutar y Josephine mira de un lado hacia el otro siguiendo la conversación y luego dice:

–Yo también quiero tener muchos hijos, pero antes quiero muchos novios

Nuevamente la mesa se queda en silencio.


(...)


–Bueno, la cena no estuvo tan mal. Al menos tu padre se comportó –dice mamá entrando en mi habitación

Taylor se acaba de ir hace poco y lamento no haber tenido mucho a tiempo a solas con él, pero mañana saldremos así que estoy emocionada por eso. Además el hecho de que haya venido a comer con nosotros es algo muy importante para mí por insignificante que pueda parecer para algunas personas.

–Tienes razón. Estuvo bien. ¿Enserio tenías que mencionar lo de los hijos? –pregunto recordando la vergüenza que me hizo pasar

–Cariño, soy tu madre. Por supuesto que estoy en todo mi derecho a hablar lo que quiera, incluido el tema de los hijos. Y me enorgullece decir que Taylor no huyó en cuanto lo mencioné. De hecho ni siquiera se puso pálido y supo responder bien. Tiene mi aprobación. Tendría que haber apostado con Layla a que terminarían saliendo, está más que claro que habría ganado.

–No lo dices enserio, ¿no? ¿Tan notorio era?

Mamá me mira unos segundos y luego responde:

–Tan lista que eres en algunas cosas y tan lenta que eres para otra, cariño. Todo era demasiado evidente para cualquier persona que los viera

Algo parecido dijo Diane casi desde el inicio de nuestra actuación.

–Diane tiene un pensamiento similar

–Eso es porque las grandes mentes piensan igual

Mamá me hace compañía un momento y luego se retira a descansar. De todo lo que conversamos hay algo que dijo que me quedó dando vueltas.

Dijo que cuando era más joven había una serie llamada "Amor a voces" y que trataba sobre dos mejores amigos que se conocen desde niños y que a medida que van creciendo se van enamorando.

Todos a su alrededor se daban de los sentimientos que tenían por el otro, salvo ellos mismos. Y si bien mi historia con Taylor no es igual a la de la serie, es verdad que la mayoría de las personas a nuestro alrededor se daban cuenta de lo que había entre nosotros mucho antes de que lo admitiéramos si quiera.

Luego recordé que los primeros en enterarse sobre "nosotros" fueron los invitados en la fiesta de Ashley en donde Taylor me besó por primera vez y luego el rumor se fue extendiendo gracias a la nota que hizo mi ex mejor amiga.

De ahí en adelante no ha hecho otra cosa que aumentar el rumor de que estábamos saliendo gracias a que él decidió ir a buscarme y bueno... incluso nuestras madres hablaban del tema a nuestras espaldas.

Supongo que visto así, se podría decir que hay cierta similitud. Todos sabían algo que nosotros ignorábamos o fingíamos no verlo. 

He estado viviendo desde hace unos meses mi propia historia de amor a voces junto a la última persona con la que me imaginaba saliendo. Y estoy muy emocionada por descubrir lo que nos depara el futuro, porque si de algo estoy segura es que aun tendremos tiempo para seguir viviendo y construyendo maravillosos recuerdos juntos.



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