Capítulo 12: Las galletas de la paz
EMMA
Ha pasado una semana desde la vez que Taylor estuvo en mi casa y las cosas se salieron de control.
No ha vuelto a haber ningún tipo de acercamiento así, salvo cuando él me va a buscar e intentamos actuar de forma cariñosa, es sólo que ahora las cosas se sienten incómodas.
Yo me siento incómoda porque no sé cómo actuar luego de lo que sucedió entre nosotros.
Aun así las chicas dicen que no se nos notan los nervios, que seguimos pareciendo una pareja de novios falsa, como a ellas les gusta decirnos. De hecho la mejor pareja "falsa" que han visto, según sus propias palabras.
Lo cierto es que ahora que lo pienso, Taylor no me ha dicho hasta cuando debemos fingir. Tal vez ya no quiera hacerlo y no sabe cómo decírmelo.
Lo cual sería completamente comprensible. Aun así me gustaría que las cosas dejaran de ser incómodas, así que tengo un plan: le prepararé galletas caseras con chispas de chocolate.
Puede sonar un poco extraño, pero aparte de la moda y de tener un espectacular gusto para vestir, me gusta cocinar.
Incluso a Connor le gusta como me quedan unas simples galletas de chispas con chocolate. Así que le puedo ofrecer unas cuantas a Taylor por ayudarme y que deje de ser todo tan incómodo.
Serán las famosas galletas de la paz.
Aprovecho que tengo la casa para mí sola y bajo hasta la cocina.
Me pongo un delantal y mi gorro de chef profesional, porque hasta para cocinar en casa me gusta lucir fabulosa.
Saco una caja con las indicaciones y me dispongo a buscar los ingredientes necesarios.
Mis padres llegan más tarde y Connor debe de andar por ahí. Creo que Jo está en la casa de una de sus amigas, así que puedo poner música y cocinar mientras canto.
Así olvido por un momento la mala calificación que obtuve en una prueba. Y el extraño comportamiento que ha tenido Ashley. Siento que nos oculta algo a mí y a Diane, nos evita y ahora dice que está muy enferma en casa y que no la podemos ir a ver porque es muy contagioso.
Tal vez también deba ir a verla y llevarle un poco de estas galletas. Seguro eso la animara.
Una vez que tengo todo listo, empiezo a cocinar.
(...)
Dejo de batir en cuanto alguien me llama al celular y estoy algo sorprendida cuando veo que se trata de Taylor.
– ¿Hola? –respondo, pensando que se trata de algún tipo de broma
Taylor y yo no solemos llamarnos, pero sí intercambiar mensajes.
–Hola Emma, ¿estás por casualidad en tu casa?
Su pregunta me parece aún más extraña
–Sí, pero...
–Estoy afuera, ¿me podrías venir a abrir?
Lo primero que pienso es que no estoy en condiciones para salir a abrir la puerta, pero luego recuerdo que sólo se trata de Taylor y de que su opinión no debiera importarme. Además yo luzco bien con cualquier cosa.
–Te iré a abrir –respondo antes de colgar
Mi música empieza a reproducirse de inmediato, así que las canciones de Justin Bieber me acompañan mientras me dirijo a abrir la puerta y en efecto ahí está Taylor.
–Hola... ¿algún motivo por el que luzcas así? –pregunta señalando mi gorro de chef profesional.
–Estoy cocinando, preparo galletas –le hago saber a la vez que cierro la puerta y él entra.
–Te imaginaba haciendo de todo, menos cocinando
– ¿Eso fue un halago?
–Fue la verdad, aunque no pretendo ofenderte, sólo dije que me sorprendí de verte así.
–Muy bien Tay tay, ya que estás aquí serás mi ayudante. Acompáñame a la cocina
Me doy la vuelta y empiezo a caminar sabiendo que él me seguirá y hago un esfuerzo por no pensar en lo que hicimos la semana pasada en mi habitación, cuando estaba a horcajadas sobre él y... Da igual, eso no viene al caso.
– ¿Qué tendré que hacer?
–Seguirás batiendo la mezcla –digo pasándole el bol con la masa –y me dirás que te trae por aquí
– ¿Y tú mientras tanto que harás?
–Te escucharé, yo he hecho todo eso. Una ayuda no me vendría mal
Taylor sonríe divertido y yo observo como continua mezclando todo
–Vine aquí para conversar contigo...
–Vaya y yo que creía que venías a hablar con Connor
–Emma, aun no termino de hablar
–Bueno, puedes continuar
–Vengo a hablar contigo acerca del cumpleaños de Ben. Dylan planea hacer una fiesta sorpresa para él y ustedes están invitadas. Ya sabes, él estaría muy contento de que vaya Diane y...
Pienso en la actitud de Diane en estos días, no ha cambiado mucho, pero...
–Tengo la leve sospecha de que Diane podría estar interesada en Ben. Yo la llevaré ahí, cuenta conmigo
– ¿Enserio?
–Sí, no te preocupes. Aunque sabes que eso quiere decir que yo estaré por ahí. No pienso dejarla sola. Si le llegara a pasar algo, no me lo perdonaría.
–Lo imaginaba, aunque tú y Ashley también están invitadas así que no hay problema con eso. Aunque no lo creas ya me he acostumbrado un poco a tu molesta presencia
–Debes de ensayar más los halagos Tay, casi pareciera que te costara asumir que te agrado –respondo divertida
Taylor deja de batir la mezcla y me observa como si de repente me hubiera crecido otra cabeza, ¿tengo algo en la cara?
– ¿Qué? ¿Por qué me miras así? ¿Tengo algo en la cara? –No soportaría esa vergüenza. Siempre luzco bien, ¿qué ocurrió ahora?
–No, aún no tienes nada... –responde antes de meter su mano en la masa y pasarla por mi cara
La masa con chispas de chocolate ahora está en mi bello y angelical rostro.
¿Quién se cree que es?
–Pero... ¿y a ti qué te pasa? Éstas eran las galletas de la paz, gran idiota
–Pues veo que ya no lo serán
Se está riendo. De mí. Entonces yo también tomo un poco de masa entre mis dedos y sin pensar se la arrojo a su espantosa cara.
¡Toma eso Taylor!
Por otro lado, ¡mis galletas!
Pero sin conformarme sólo con eso, soy más rápida y tomo un puñado de harina que está cerca de mí y se la lanzo a su cabello. También le cae un poco en la ropa. Ups.
– ¡Emma!
–Fue un accidente Tay tay, se me cayó
Lo miro y está lleno de harina, pero en vez de parecer molesto se ve divertido.
–Me las pagarás muy caro, lo sabes ¿no?
Me preparo para lo que se viene y cierro los ojos. Si me lanza harina al menos me protegeré como pueda, pero pasan unos segundos y no ocurre nada.
Absolutamente nada.
Y cuando me decido a abrirlos tengo a Taylor enfrente de mí y eso tampoco es bueno. Tiendo a actuar sin pensar cuando lo tengo tan cerca.
Es por eso que me decido a hablar, es eso o dejarme llevar por otro de esos impulsos. Y creo que ya tuve bastantes de esos.
–Yo te ayudaré –digo sintiéndome torpe intentando quitarle la masa y harina que tiene en el rostro. Diablos, sí que lo llene de harina y tiene la piel bastante suave –Mejor vamos al baño –digo tomándolo de la mano
¿Y ahora porque no me habla?
Llegamos al baño del primer piso y él se lava la cara, quitándose al fin la masa cruda y la harina. Luego es mi turno de quitarme la masa del cabello y compruebo que todo esté en orden con mi apariencia.
Taylor tiene el pelo húmedo y se ve bastante bien, pero evito decir algo que haga que esto sea más incómodo de lo que ya es.
–Me debes galletas –es lo único que se me ocurre decir para evitar estar en silencio
–Supongo...
– ¿Supones? Fuiste tú el que arrojo la masa en primer lugar, así que es un hecho que me las debes. Iban a quedar deliciosas
–En este momento, sólo puedo pensar en que hay otras cosas que tú me debes a mí, princesa
–Yo no te debo nada –aunque creo saber por dónde va su comentario –no al menos que yo sepa
–Hay un pensamiento que no me deja en paz y necesito saberlo. Así que por favor, respóndeme, ¿qué me hubieras dejado hacerte? –siento como mis mejillas enrojecen al escucharlo y al volver a ese momento en mi habitación, justo antes de que Connor apareciera y nos interrumpiera
– ¿Acaso importa? No ocurrió nada más y creo que eso fue lo mejor, ¿no? Nosotros no estamos juntos y sólo estamos fingiendo salir hasta que Zack me deje en paz. No se supone que deberíamos llegar más lejos
Porque te hubiera dejado hacer lo que quisieras conmigo. Eso no se lo digo, pero es verdad. Está claro que no estaba pensando cuando eso ocurrió.
–En eso tienes razón, no deberíamos llegar más lejos y no tienes ni idea de todo el esfuerzo que estoy necesitando para no besarte justo ahora. Y créeme estoy tan sorprendido como tú
Dejo de prestarle atención, porque acaba de admitir que quiere besarme. Si alguien me hubiera dicho esto semanas atrás, me hubiera reído y ahora sólo quiero...
Besarlo.
Eso es lo que quiero.
Y voy por ese beso, mi beso.
Taylor me envuelve con sus brazos casi de inmediato, como si hubiera estado esperando a que yo hiciera algo primero. Y entonces nos besamos como si hace tiempo no lo hubiéramos hecho, luciendo como dos desesperados, aunque estoy segura de que eso es lo que parecemos justo ahora.
Yo paso mis manos por su pelo desordenándolo de la forma en que me gusta, mientras siento como Taylor va dejando besos húmedos por mi cuello.
No puedo negar que me encanta que lo haga.
Pierdo un poco la noción del tiempo, pudo haber pasado una hora o sólo unos minutos desde que empezamos a besarnos, pero llegó la hora de acabar con esto.
–Deberías...
– ¿Qué? ¿Me echarás? Porque si ibas a decir eso, me sentiría utilizado –dice Taylor divertido antes de besarme una vez más
–Es que... no me sentiría cómoda si llegan mis padres o mis hermanos y la cocina está...
–Te ayudaré a limpiar Emma y luego...
– ¿Luego qué Tay? –aún seguimos demasiado cerca del otro y esto no me está haciendo ningún bien, de hecho es todo lo contrario.
¿En qué momento empecé a encontrar a Taylor atractivo?
¿Y cómo pasé de estar haciendo galletas con chispa de chocolate a estar encerrada en el baño de mi casa con Taylor?
–Y luego saldrás conmigo. Tengo un lugar en mente en el que podremos estar solos.
Y entonces es él quien se aleja primero, me brinda una última sonrisa antes de salir de mi baño y dejarme completamente confundida.
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