Capítulo 1: La prueba de Emma
EMMA
Definitivamente hoy no es mi día.
Me fue mal con mi ensayo, discutí con Zack y para colmo una chica "accidentalmente" derramó jugo en mi vestido.
Estoy segura de que la muy maldita disfrutó al hacerlo, puesto que no se veía en lo más mínimo arrepentida, aunque al menos pude sacar un poco esa mancha tan fea de mi vestido. No se nota mucho, pero aun así se une a mi lista sobre por qué hoy es un mal día.
Me ordeno mantener la calma porque ya acabé con mis clases por el resto del día, sólo debo esperar a que salga Ashley y nos iremos de compras.
Benditos sean los centros comerciales. Comprar ropa es mi terapia.
Diane, quien es mi otra amiga acaba de irse porque debe cuidar a su hermano menor así que eso sólo nos deja a nosotras dos. Aunque a decir verdad ella no es tan fanática de las compras como nosotras, dice que es más práctica y prefiere gastar su dinero en otras cosas.
Ashley es una pelirroja con bastante carácter que estudia periodismo y Diane es su contraparte. Tiene el cabello bastante oscuro y estudia leyes.
Y yo soy la rubia del grupo y estudio diseño, así que me gusta creer que el dibujo no se me da mal.
De hecho tengo bocetos bastante buenos y me encantaría tener mi propia marca de ropa, lo cual a veces veo muy difícil de conseguir si tengo algunos profesores que parecieran disfrutar hundirme.
Debía entregar un ensayo que ya tenía listo, pero por algún motivo desconocido cuando lo entregué tenía espantosas faltas de ortografía y el profesor se encargó de decirme que él no aceptaría un trabajo en tales condiciones.
Al inicio no lo comprendí, pues yo lo había redactado bien, pero luego al verlo nuevamente y con más detalle pude comprobar que en efecto estaba mal redactado, yo le expliqué que no sabía que había pasado, pues yo lo había escrito y no estaba así. A lo que él respondió: "Parece que es cierto lo que se comenta sobre las rubias, señorita Smith"
Eso fue lo que me dijo ese cabrón de mierda frente a todos. Y luego se puso a corregir en voz alta cada falta de ortografía que encontró en mi ensayo.
Aun no entiendo cómo es que sucedió eso, yo lo escribí y aunque no tengo la ortografía más perfecta sé lo básico y eso no lo escribí yo, pero no tengo pruebas y me puso la nota mínima.
Ni siquiera me dejó enviarle el ensayo en la tarde. Simplemente me puso la nota mínima y fue... trágico.
Decido ir a sentarme a unos asientos fuera del edificio de la universidad y entonces veo que Taylor se acerca.
Enseguida saco mi celular para poder ignorarlo, de lo contrario tendré que saludarlo y no es mi persona favorita en este momento, aunque tampoco me cae bien. Él me trata con la misma condescendencia que mi estúpido profesor.
¿Y qué si soy rubia y me gusta la moda? ¿Quién se cree que es él para llamarme princesa como si fuera el peor de los insultos?
Tanto Taylor como el estúpido calvo de mi profesor pueden irse a la mierda.
–Hola Emma
La mala suerte me persigue, Taylor está aquí frente a mí.
Miro la pantalla de mi celular como si estuviera muy entretenida por lo que hay ahí. Tal vez de esa forma se vaya, pero no funciona.
–Emma, sé que sabes que estoy aquí.
Escucho unas risas que vienen de los chicos que se encuentran tras él. Vino con sus amiguitos al parecer.
–Taylor, me encantaría decir que es un placer verte, pero me enseñaron que no es bueno mentir –respondo con una sonrisa
–Me encanta esta chica. Aparte de ser bella tiene buen sentido del humor. Soy Dylan, preciosa
Le dedico una sonrisa al tal Dylan, seguro se llevaría de maravilla con mis amigas.
–Bien, si ya se están presentando. Yo me llamo Ben –dice el tercer chico extendiendo su mano hacia mí.
–Genial, entendí que tienes amigos Taylor. Felicidades por tal logro, ahora ¿te puedes ir? Tengo cosas que hacer
–Se me había olvidado que tenías tan buen sentido del humor, princesa. Pero no vine a eso.
Otra vez ese estúpido apodo. Sólo espero que llegue pronto Ashley porque con el día que he tenido no necesito a Taylor molestando.
– ¿Qué quieres? –pregunto de malas maneras
–Yo me encargo –dice Dylan tomando asiento a mi lado. –Verás Emma, necesitamos de tu ayuda
–Sigo sin entender en qué los podría ayudar yo.
–Verás, nuestro amigo Ben tiene un flechazo con una de tus amigas. Y nos gustaría saber si nos ayudarías a que no sé... salgan o algo por el estilo.
Observo a Ben detenidamente, es alto, usa lentes que le dan un toque intelectual y en general tiene buen gusto a la hora de vestir. Sus ojos castaños me observan con nerviosismo y casi me parece adorable.
– ¿Cómo saben que la chica es mi amiga?
–Vimos que se despidió de ti. Es la de pelo oscuro que tenía un libro en la mano –responde Taylor dándome la descripción de Diane.
Oh, mi pequeña Diane tiene un admirador secreto.
Es la más reservada de las tres y aún no ha tenido novio. Algunas personas no lo creen o suelen juzgarla por eso. Lo cierto es que le cuesta socializar con chicos, si le presento a Ben seguro que se pondrá nerviosa.
Mi deber como su amiga es ayudarla en este caso, pero antes de hacer cualquier cosa...
–No los conozco, no pueden aparecer de la nada pidiéndome que los ayude con una de mis amigas.
–Conoces a Taylor, ¿no? Además yo no tengo problemas con que nos conozcamos un poco más. Estoy a tu disposición –Dylan me pasa un brazo por los hombros y yo me alejo enseguida de él
–No quiero que te vuelvas a acercar a mí, tengo novio. Y conocer a Taylor no me garantiza que ustedes sean de fiar. Él no me agrada –digo señalándolo
–Muy bien, no sabía que tenías novio aunque debí imaginarlo. Las chicas más buenas son las que no están disponibles, pero te aseguro que somos buenos. El hecho de que seamos amigos de Taylor ya te debería dar signos de algo
– ¿Tienes un piercing?
Sé que mi pregunta no tiene nada que ver, pero ¿un piercing en la lengua no duele?
Dylan tiene el pelo castaño y los ojos muy oscuros, sin duda podría catalogarlo como un chico atractivo y tal vez podría salir con él sino fuera porque acabo de discutir con mi novio Zack o tal vez ex novio ahora, ya que lo vi demasiado cerca de su querida "amiga".
Su excusa fue tan patética que no lo quiero recordar.
–Sí, me lo hice en vacaciones
– ¿Qué debo hacer para ganarme tu confianza? –interrumpe Ben observándome
Antes de que le pueda responder veo que Ashley me había enviado un mensaje diciéndome que le pusieron un trabajo y que no podrá acompañarme a ir al centro comercial.
Genial, ahora quedé sin planes.
Entonces se me ocurre una genial idea.
–Debes pasar una prueba –le digo a Ben –Se llama la prueba de Emma
–Qué original –opina Taylor
– ¿Y en qué consiste la prueba de Emma?
–Eso ya lo verás, tranquilo
(...)
–Esta debería de ser prueba suficiente –escucho que dice Taylor desde el asiento de atrás
–No está tan mal –dice Dylan en el asiento del copiloto mientras yo manejo mi auto
Vamos escuchando canciones de Justin Bieber, porque simplemente me gusta. Justo ahora está sonando One Time.
–Si no te gusta te puedes bajar, no te extrañaré –respondo dándole una breve mirada por el espejo retrovisor
–No lo pongo en duda
Iremos al centro comercial a mirar ropa porque necesito compañía.
El camino transcurre en silencio siendo interrumpido solo cuando de vez en cuando canto. Es mi auto y son mis reglas.
Cuando estaciono el auto y nos bajamos los pongo a los tres a prueba y los hago caminar por todas las tiendas de ropa que me gustan y preguntándoles que combinación me queda mejor.
Estoy segura de que luego de esto, no volverán a aparecer por aquí.
–Ya estoy cansado Emma. Además no has comprado nada –se queja Taylor
–Yo encuentro que absolutamente todo te ha quedado bien –dice Dylan
–Yo aún te puedo acompañar si necesitas mirar más ropa –comenta Ben
–Creo que ya sé que compraré –digo sonriendo
Los hago devolvernos a la primera tienda de ropa a la que fuimos y me compro el primer vestido que me había probado.
–Debes de estar bromeando. Si ibas a comprártelo, ¿por qué nos hiciste recorrer las demás tiendas? –Taylor suena tan molesto que lo volvería a hacer todo de nuevo
–No estaba segura de si iba a comprarlo, lo decidí recién –respondo con inocencia
–Ahora que Emma al fin tiene su vestido, los invito a todos por unas pizzas. Incluida Emma –dice Dylan observándome de reojo
Como aun no quiero volver a casa y parecen inofensivos, decido aceptar la propuesta.
Subimos unos pisos más arriba y llegamos al local de las pizzas. Huele de maravilla. Tal vez no coma tan seguido este tipo de comidas, pero aun así no le diría que no a unas buenas pizzas.
Dylan va a comprarlas y nosotros tres nos sentamos en una mesa cerca de las ventanas.
– ¿Pasé la prueba de la que hablabas? –me interrumpe Ben
–Sí, acabas de pasar la prueba de Emma. Tienes mucha paciencia y creo que eres agradable. Dime, ¿cómo terminaste siendo amigo de alguien como Taylor?
Mi pregunta lo hace reír y me cuenta que se conocieron el primer día de universidad. Casi lo mismo que ocurrió con las chicas y yo.
A medida que va hablando, noto que ya no parece tan nervioso como antes y creo que podría ayudarlo a conocer un poco más a Diane. O como mínimo presentarlos, algo casual para no asustarla.
El bienestar de mis amigas siempre irá primero y no puedo forzarla a que salga con alguien que no quiera, pero Ben parece simpático y tal vez podría funcionar.
Un pequeño empujón no les vendría mal.
–Te ayudaré Ben, pero aún no. Debo crear un plan primero
–Muchas gracias, prometo que soy un buen chico –dice él sonriéndome con calidez
–Eso espero
Taylor nos ignora sacando su celular y de pronto llega Dylan, quien toma asiento a mi lado
–Las pizzas estarán listas en unos quince minutos, ¿de qué hablaban?
–De que Emma aceptará ayudarme, por fin podré hablar con ella...
–Primer dato importante, se llama Diane y estudia leyes
–Eso explica lo del libro –dice Dylan
Conversamos animadamente los tres un rato, hasta que algo o más bien alguien capta mi atención.
Es la amiguita de Zack quien entra con él del brazo.
¡Lo sabía! Sabía que había algo entre ellos.
Siempre me pareció que ella andaba tras él, pero él me decía que eran ideas mías. Que yo lo estaba imaginando.
Ambos se ven felices y muy sonrientes, hasta que él me ve y su sonrisa desaparece de inmediato.
¡Te atrapé bastardo infiel!
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