Conan y Ai habían dejado de ser niños... Shinichi y Shiho se encontraban tirados en el suelo agarrados de la mano. Se fueron levantando lentamente. Sus respiraciones permanecían altamente agitadas y sus cuerpos sudaban incansablemente. Pudieron haberse preguntado ¿cómo estás? o ¿te sientes bien?, pero prefirieron el silencio a cualquier palabra y se abrazaron, como si quisieran transmitirse ánimos mutuamente. Minutos después fueron a ver al profesor Agasa, que no pudo pronunciar palabra debido a la sorpresa que se acababa de llevar.
- Shinichi... -logró murmurar unos segundos después- ¿Cómo...
- Shiho y yo hemos tomado el antídoto -aclaró Shinichi, adelantándose a la pregunta del profesor- Confiemos en que esta vez nuestro estado no sea algo temporal...
Shinichi y Shiho se miraron profundamente a los ojos durante varios segundos en completo silencio. Finalmente fue el chico quien habló:
- Ve haciendo las maletas, Shiho.
- ¿Eh? -se extrañó ella- ¿Por qué?
- Te vienes a vivir a mi casa -respondió Shinichi muy seguro.
- ¿¡Y eso por qué!? O////O -exclamó ella ruborizándose.
- No puedes quedarte en casa del profesor con este cuerpo... Si por desgracia ellos te encontraran viviendo aquí, la vida del profesor estaría gravemente en peligro... Es mejor que vengas a vivir conmigo, al fin y al cabo, mi vida corre tanto peligro como la tuya...
Shiho hizo un gesto con la cabeza a modo de afirmación y comprensión. Sin decir nada, se fue hasta la que había sido durante un tiempo su habitación y recogió sus pocas pertinencias, que le llenaron únicamente una maleta. Cuando la vio salir de la habitación con la maleta hecha, Shinichi se acercó a ella y le quitó la maleta con el fin de llevarla él mismo.
- ¿Eso es todo? -preguntó el chico al tiempo que agarraba la maleta.
- Sí... -afirmó ella con nostalgia- Bueno... En realidad dejo bastantes cosas en el laboratorio, pero supongo que podré venir de vez en cuando para seguir trabajando en mis cosas, ¿no? -preguntó ella muy interesada.
- No -negó Shinichi en rotundo- No hasta que no estemos seguros de que no vamos a poner la vida del profesor en peligro si aparecemos por su casa.
La chica prefirió no seguir preguntando, y dirigiéndose al profesor le dijo:
- Profesor, muchas gracias por todo lo que ha hecho por mí. En verdad, no tengo como agradecérselo...
- Ai... -musitó el hombre, pero rápidamente rectificó- Quiero decir, Shiho... ^_^ U
- No se preocupe, profesor... -asintió ella- Después de tanto tiempo, incluso me parece raro que me llamen Shiho...
- Lo entiendo perfectamente, Shiho... -interrumpió Shinichi- Pero deberíamos pensar en algo para que Ayumi y los demás no sospechen nada raro, ¿no crees?
Ella, intentando fingir y ocultar sus sentimientos hacia esos niños que había llegado a querer profundamente, respondió como si no le importaran en absoluto:
- Eso te lo dejo a ti. Pensar excusas para lograr tus propósitos se te da mejor que a mí.
- ¿Por qué se empeña en actuar como si no hubiera pasado nada entre nosotros? ¬_¬u -pensó Shinichi para sí.
Ante la negativa de Shiho para proponer una excusa para explicar la ausencia de Conan y Haibara ante los niños, Shinichi le dijo al profesor que les dijera que habían vuelto a vivir con sus padres (era algo inesperado, pero mataría la curiosidad de los niños). Aclarado todo, Shinichi y Shiho se despidieron de Agasa y se dirigieron a la casa de Shinichi, que había permanecido encerrada y deshabitada por tanto tiempo.
Se encontraban delante de la puerta, ninguno de los dos hablaba. Shinichi abrió la puerta y dijo en tono amable:
- Adelante, Shiho. Desde ahora éste será tu hogar.