capitulo 54 ( +18 de nuevo :3 )

No tardaron mucho en deshacer la cama. Sin ropa y totalmente mojados, sus cuerpos se movían sin detenerse. Entre besos, "te quieros" susurrados y algún que otro gemido incontrolado que se escapaba de placer, la luna empezaba a sonrojarse. Sus cuerpos se mantenían entrelazados, no conseguían separarse el uno del otro. Tampoco querían.
-No sabes cuánto deseaba estar así contigo... -murmuró Shinichi.
-Sí, sí que lo sé... -respondió ella- Lo sé porque yo también lo deseaba... Por favor, ¡ámame como si fuera la última noche! ¡Hagamos que sea inolvidable!
El chico, queriendo complacer a su amada, respiró intensamente y se dejó envolver por la fragancia seductora que impregnaba ya las sábanas. El escozor de algunos rasguños inevitables en su espalda le hizo levantar el rostro. También el placer del primer orgasmo de la noche.
-Shiho... ¿Cómo es posible que me gustes tanto? -preguntó él, con el cabello totalmente húmedo por el sudor.
-Y si me lo propongo, puedo gustarte más... -respondió ella, tomando entre sus manos la cara de Shinichi y acercándola hacia ella. Le besó intensamente y con seguridad. Él fue deslizando sus brazos reposadamente hasta sus senos, ella los aceptó ruborizada. Shiho pasó a apretar con fuerza las sábanas cuando Shinichi volvió a navegar por su interior. La chica sentía como si fuera a partirse en dos, pero a la vez estaba tranquila porque los brazos de Shinichi la envolvían fuerte y tiernamente. Aumentando la velocidad de sus movimientos sin control, salían más y más gemidos que eran incapaz de ahogar o esconder, y resonaban en toda la habitación. El filo del deseo y del amor les acosaba. Los ojos de ella empezaron a humedecerse y brotaron las primeras lágrimas de placer, que reflejaban la luz de la luna en su rostro. Motivación suficiente para que Shinichi no cesara de moverse. Las puntas de sus dedos lujuriosos se enredaron entre las caderas de ella y empezó a conducirla nuevamente, como al principio. Acortando cada vez más la distancia que había entre sus corazones, volvieron a besarse insistentemente.
-Estoy seguro de algo, Shiho... -susurró él antes de caer rendido y derrotado- Eres lo mejor que me pudo haber pasado...
Ella sonrió dulcemente y le estuvo observando durante un rato, antes de quedarse profundamente dormida ella también.

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