capitulo 49

Ella, con la chaqueta de Shinichi todavía sobre las espaldas, se levantó de la cama ayudada por Shinichi. La acompañó hasta el baño, y cuando ella iba a cerrar la puerta para ducharse vio que el chico no salía de allí.
-¿A qué esperas para salir? Olvídate de bañarme o bañarte conmigo... ¬////¬
-Bien, pero con una condición. ^_^ -aceptó él.
-¿Qué condición? ¬ ¬ -medio desconfió ella.
-Esta noche, tú y yo... ¡Vamos a cenar fuera! A un restaurante caro y lujoso, donde pueda presumir de novia. ^_^
-Bueno, si esa es la condición... Acepto. ¬////¬
-Te dejaré algo de ropa de mi madre sobre la cama para que escojas la que más te guste, y no te preocupes, mañana mismo que es sábado y no hay día más cercano podemos ir de compras a Shibuya o a cualquier otro lugar. ^_^
Shinichi salió alegre y feliz del cuarto de baño y dijo que iba a prepararse.
Ella le miró contenta y satisfecha y empezó a preparar la bañera para darse el baño que necesitaba. Al salir del cuarto de baño, cubriendo su cuerpo con una toalla, y entrar de nuevo a la habitación de Shinichi, se encontró una gran variedad de vestidos elegantes colocados sobre la cama. Después de examinarlos a todos al detalle, se decidió por uno de color negro, a juego con unos zapatos de tacón de aguja de cinco centímetros de alto del mismo color. Para disimular el color negro -que le traía malos recuerdos- se colocó un chal de color plateado sobre los hombros, de modo que le cubría también la espalda que quedaba descubierta al aire debido al escote y a la falta de mangas del vestido. Para conjuntar el chal que había elegido para la ocasión con algún otro atuendo, se puso unos pendientes de hilo de plata de buena calidad, que a penas les tocaba un poco de luz, brillaban y hacían destellos entre su cabello claro.
Sabía que Shinichi la estaría esperando impaciente junto a la escalera, pero aun así se entretuvo un poco más arreglándose. El cabello no se lo tocó, porque había notado que a Shinichi le gustaba mucho verla con el cabello suelto y quería estar linda sólo para él. Sin embargo, a pesar de saber que a Shinichi también le volvían loco sus ojos grandes y verdes al natural, se los quiso retocar marcándose con un lápiz negro la línia inferior, así como también se pasó rimel por las pestañas. El carmín no podía faltar, y con una barra de labios se los pintó de un color rosado que no le hacía resaltar esa zona, ya que era algo discreto, tal y como a ella le gustaba. Quiso ponerse un poco de color en el rostro, pero al ver que el maquillaje se había deteriorado con el paso de los años sin haber sido usado, desistió de ello. Finalmente, metió algunas cosas dentro del bolso que pensaba llevar, se miró por enésima vez en el espejo y salió de la habitación rumbo a la sala de estar, donde él la esperaba impaciente.

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