capitulo 41
El edificio que entraba dentro del territorio y dominio de La Organización se estaba ahogando en llamas. En su interior tres personas luchaban por liberarse de las cuerdas que les tenían atados.
-¡Maldición! -gritaba Gin entre humo- ¡Esa mujer nos la ha jugado!
-Jefe... ¿No habrá nada por aquí con lo que podamos cortar estas cuerdas? -preguntó Vodka, algo nervioso.
-No se me ocurre nada... -respondió el hombre de cabello largo.
-Yo tengo algo... -intervino Shiho, que seguía sentada y atada de manos- Nos puede servir para cortar las cuerdas, pero debéis prometerme que cuando hayáis cortado las vuestras, cortaréis las mías...
Los dos hombres lo pensaron durante unos segundos y al final accedieron.
-Está bien -declaró Gin- Te desataremos a ti también...
Ella, no confiando del todo en la palabra de Gin, empezó a hablar:
-Cuando Shinichi me ha quitado la cuerda de los pies, me ha introducido con cuidado un trozo de cristal dentro del calcetín... Tratad de cogerlo para cortar las cuerdas... En la posición en la que me encuentro, me es imposible hacerlo yo...
Gin, que era quien más facilidad tenía para hacerlo, se acercó arrastrándose por el suelo hasta Shiho. Una vez junto a ella, logró sacarle el cristal de donde se lo había dejado Shinichi, y en unos pocos segundos logró cortar la cuerda que le ataba las manos. Rápidamente cortó las cuerdas que sujetaban a Vodka, y finalmente, también cortó las de Shiho.
-Gracias... -expresó ella- Debo confesar que tenía mis dudas acerca de si cumplirías tu palabra...
Gin sonrió y habló:
-Ahora lo que importa es salir de aquí, después ya ajustaremos cuenta contigo...
-¡Jefe! -gritó Vodka, desde al lado de la puerta- ¡Esa mujer ha cerrado con llave! ¡No hay manera de abrir! ¡No podemos salir de aquí!
Gin y Shiho se preocuparon seriamente. Corrieron hacia la puerta para comprobar que lo que decía Vodka fuera verdad. Efectivamente, lo era. No parecía haber escapatoria de ese lugar.
Miraron hacia arriba, pero lo único que había era una ventana de tamaño reducido, era imposible que un adulto pudiera salir por ahí. Entonces, Shiho, en lugar de preocuparse, empezó a buscar algo precipitadamente entre lo que quedaba de sus experimentos. Y lo encontró: una cápsula del APTX4869.
-¿Pretendes suicidarte? -le preguntó Gin- No creo que te resulte... Ya viste que con ese detective tu veneno falló...
.No, no falló... -aclaró Shiho sonriendo, antes de ingerir la cápsula.
Ante tal hecho, Gin y Vodka sonrieron como si quisieran burlarse de la actitud de la chica, y más aún cuando vieron que recogía todos los trozos de cuerda que había, los ataba fuertemente hasta improvisar una cuerda de significativa extensión y atar un peso en uno de los extremos. Una vez hubo hecho eso, lanzó con todas sus fuerzas el peso atado hacia la ventana. El peso rompió el cristal y salió fuera del edificio.
-Qué mujer... -se burlaba Gin- ¿No ves que con esas curvas que tienes jamás pasarás por allí? Estamos condenados a morir quemados, juntos...
-Tú estás condenado a morir quemado... -murmuraba Shiho, empezando a notar los efectos del APTX4869- Yo no...
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