Era un sábado por la tarde. Conan, Haibara, Ayumi, Genta y Mitsuhiko se encontraban en casa del profesor Agasa decidiendo sobre el lugar donde podían ir el próximo fin de semana de acampada. Ambos se mostraban animados y ansiosos (incluso Conan y Haibara). El agradable momento se vio interrumpido cuando uno de los teléfonos de Conan empezó a vibrar. Conan miró la pantalla y vio que era Ran llamando a Shinichi. Se distanció de los demás y, utilizando la pajarita para cambiar su voz, respondió:
-¿Qué pasa Ran?
-Shinichi.... -dijo la chica desde el otro lado de la línia- Quiero decirte algo que creo que te va a doler...
Conan esbozó un gesto sorpresivo y preocupante en el rostro.
-Qué... -preguntaba Conan, como si presintiera algo malo- ¿Qué quieres decir, Ran?
- Shinichi... Creo que no te puedo esperar más tiempo.
Al oír las palabras de Ran, Conan sintió un fuerte dolor en el pecho, que apenas le dejó pronunciar palabra.
- Shinichi, ya llevas mucho tiempo fuera de casa... -seguía hablando Ran- Me pediste que te esperara y yo te dije que lo haría... Pero ya no puedo esperar más. Además, ni siquiera sé por qué debería esperarte... Nunca me has dicho si sientes algo por mí. Y aunque así fuera y yo te correspondiera, no puedo esperar más... No puedo esperar a una persona que no sé cuando volverá... -dijo la voz triste de Ran- Shinichi... No pienses que no siento nada por ti, pero... Respóndeme a algo para que lo entiendas mejor... ¿Tú darías algo importante a alguien, sabiendo que nunca lo podrás recuperar? No, ¿verdad? Por eso yo no puedo darte tiempo... Porque el tiempo no se puede recuperar... Aunque más que "dar tiempo", creo que debería decir "perder tiempo", porque es lo que he estado haciendo mientras te he esperado... Por eso me he decidido a terminar con este sufrimiento. Shinichi, ya no te esperaré más. El día que te decidas a regresar yo no estaré para darte la bienvenida. Shinichi, perdóname, pero es la única manera de acabar con este dolor sin sentido.
Hubo una larga pausa en esa conversación, pero finalmente Ran la rompió:
- Shinichi, dime algo por favor... -a través de la línia telefónica Conan pudo percibir las lágrimas de la chica que tanto quería.
- Ran... -musitó finalmente Conan- Aunque me duele mucho, creo que tienes razón... Lo mejor es que no me esperes más...
Las palabras de Conan terminaron de convencer a la chica, así que se despidió de Shinichi:
- Me alegro de que lo hayas entendido... Adiós, Shinichi.
- Adiós, Ran.