Noche de Estrellas.
Con solo decir unas pocas palabras se llevó la serie en su totalidad.
Grande Liam Neeson, tu eres el único Qui-Gon.
Este capítulo será tranquilo, quiero dar espacio y desarrollo a la vida sentimental de Anakin.
También pondré unos momentos con Padme en los cuáles hablarán sobre las fallas de su matrimonio.
Cosa que verán en este capítulo.
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Algunos días pasaron desde aquel enfrentamiento, las heridas fisicas sanaron, pero las internas perduraron.
Luego de despertar salió del hospital, no le gusta estar en ese lugar.
Lo primero que realizó fue meditar al aire libre para procesar y analizar todo lo ocurrido.
Naberius era alguien en extremo peligroso, su poder y conociemientos en la fuerza eran tan altos que fue capaz de vencerlo.
En otras situaciones habría buscado más poder para vencer a sus enemigos, pero en esta ocasión no.
Lo que menos quieres es repetir sus errores del pasado.
Necesitaba guía y solo alguien puede darsela, el problema es que ya no podía escucharlo.
Una hora después de haber iniciado decidió que era tiempo de frenar, el buscará las respuestas que necesita por su cuenta.
No puede estar dependiendo de otros para salir adelante, ese no es su estilo.
-Oye, apenas te recuperaste y ya quieres entrenar de nuevo?. -dijo Sabé no muy contenta por las acciones del hombre que ama.
-No, solo salí a meditar. -dijo Anakin un poco intimidado por la mirada que ella le esta dedicando.
-Ok, pero pobre de ti donde me entere que entrenas a escondidas. -dijo Sabé amenzandolo.
El asintió rápidamente.
-Ahora, que te parece si salimos a relajarnos, escuché que hoy se celebra algo llamado la "Noche de Estrellas". -propuso Sabé mostrando una mochila con comida preparada.
-Claro, un tiempo de relajación me vendrá bien. -dijo Anakin aceptando la oferta.
Pudo ver la felicidad en su rostro, ella realmente quiere hacer esto bien.
-Vamos. -dijo Sabé tomandolo de la mano.
El Elegido se sonrojo, ya había olvidado lo tímido que suele ser en cuánto a las relaciones.
Si, con Padme pasó lo mismo, ella lo miraba y sucedía lo que acaba de pasar.
-¿Alguna vez has visto la Noche de Estrellas?. -preguntó Sabé mirandolo a los ojos.
-No, escuché que es algo maravilloso, solo se repite una vez cada diez años, es cuándo las lunas de Alderaan se alinean, la luz generada provoca un efecto de bioluminicensia que hace brillar las estrellas en todo este sector, por eso el nombre. -dijo Anakin recorando todo lo que leyó.
-Eres todo un cerebrito, me gustas más así, inteligente y alto. -dijo Sabé besando su mejilla.
El desvío la mirada, no quiere que vea su enorme sonrojo.
-Ven, cerca de aquí se encuentra un río atravesando el bosque. -dijo Sabé guiandolo.
Mientras tanto Anakin miraba todo el lugar, tan inmerso estuvo en las batallas anteriores que nunca pudo apreciar la belleza de Alderaan.
Eso causó ternura en Sabé, discretamente miró como era observador de todo el lugar.
Parecía un niño pequeño, maravillado y emocionado de estar aquí.
Aunque luego una mirada de tristeza se manifestó, ella es conocedora de su dura infancia.
Nacer siendo esclavo en un planeta horrible, ver a tu madre morir y enterrarla tu mismo era algo desvatador.
Suspiró y se relajó, eso era cosa del pasado, además esta en una cita con este apuesto hombre.
-Me tomé la libertad de preparar esto. -dijo Sabé mostrando una de las adicciones más grandes de Anakin.
Un panque relleno de mermelada de fresa.
Los ojos del Elegido brillaron.
-Recordé que eres un glotón, así que preparé dos más. -dijo Sabé sonriendole.
-No tenías que decir eso. -dijo Anakin totalmente rojo de la pena.
Una pequeña pero divertida risa se escuchó.
-Lo siento, es solo que recuerdo la vez que fuiste conmigo a conseguir algunas cosas para el cumpleaños de mi madre y terminamos en una enorme panadería comprando todos los panes rellenos de mermelada para ti. -dijo ella riendo a más no poder.
-También esta la ocasión en la que me obligaste a confiscar toda la nuez de un local porqué según tu era sospechoso, claro que a fin de cuentas era una excusa para quedarte con todo. -dijo Anakin ahora burlandose de ella.
Sabé tosio y se apeno.
-Ten, mejor come. -dijo ella cortando un poco de pan y ponerlo en la boca de Anakin.
El gustoso aceptó, tenía tanto tiempo que no degustaba este sabor.
Sin darse cuenta algo de la mermelada terminó sobre su labio formando un bigote.
-Te ensuciaste. -dijo Sabé llamando la atención de Anakin.
-¿Dónde?. -preguntó él.
-Aquí, deja te ayudo. -dijo Sabé sacando un pañuelo.
Se acercó y lentamente mo fue limpiando.
-Listo. -dijo ella mirandolo.
El la miró.
Los dos estaban tan cerca que podían sentis la respiración del otro.
Sus corazones estaban latiendo con fuerza, repentinamente sintieron algo de calor.
Sabé decidió dar el pasó, lentamente se fue acercando a los labios de Anakin hasta que...
-¡Es mío!. -gritó Leia interrumpiendo el momento.
Tomó a su padre y lo apartó de ella para así poder abrazarlo de forma posesiva.
Se la pasó dos horas buscándolo ya que unas personas lo vieron con Sabé.
Inmediatamente sus celos se activaron, ella debe ser la única en la vida de su papá.
No dejará que nadie se le acerque, el solo debe estar para ella, amarla, consentirla, ser su princesa y nadie más.
Los pensamientos de Sabé por otro lado...
Bueno, sabía que no podría enojarse, es la hija del amor de su vida y no es nadie para levantarle la voz o mucho menos regañarla.
Aunque realmente esperaba poder disfrutar de ese momento con su amado, sentir sus suaves labios con los suyos, dejarse acariciar por esas manos duras y fuertes.
Pero ya llegará su momento de estar a solas con Anakin.
-Te dieron permiso de venir oh simplemente saliste sin permiso. -dijo Anakin a su hija.
Leia lo abrazó, esa fue la respuesta que necesitaba para saber que su hija es una rebelde que no sigue las reglas más que las suyas.
El negó de forma divertida, no podía enojarse con ella, el es igual de rebelde.
-No pasa nada, si preguntan diré que estuviste conmigo todo este tiempo. -dijo Anakin dando una vuelta completa con su hija en brazos.
-Escuchaste que hoy harán una fiesta?. -dijo Leia.
Su padre asintió.
-Comprame ropa si?. -dijo Leia haciendo brillar sus lindos ojos.
-Me gustaría, pero mis fondos debieron quedar congelados luego de mi traición. -dijo Anakin suspirando.
-No lo están, transferimos todo tu dinero a una cuenta fantasma. -dijo Sabé entregandole una clave.
-Eres la mejor. -dijo Anakin agradeciendo.
Al ver que Leia seguía apegada a él rápidamente le dio un beso rápido en los labios y le susurró algo lo suficientemente claro como para que solo lo escuchara.
-Espero más de esto al rato-
Sin decir nada más se retiró dejando solos a padre e hija.
-¡Llévame a comprar ropa!. -dijo Leia usando los mismo ojos.
-Vamos. -dijo Anakin llevándola sobre su espalda.
-¿Podré elegir todo lo que quiera?. -preguntó Leia.
-Claro. -dijo Anakin buscando un buen lugar en dónde vendan lo mejor de lo mejor.
Nunca podría negarle nada a su adorable y tierna hija.
-También me ayudarás a buscar algo para tu hermano. -dijo Anakin recibiendo un asentimiento de ella.
-Mejor le llamo, será mejor si viene en persona y elige lo que más le guste. -dijo Leia mandando un mensaje a Luke.
La respuesta llegó al momento, su hermano ya viene en camino.
Mientras lo esperaban pasaron a comprar algo de comida.
Era bueno pasar por momentos agradables como este.
Cuándo acabaron fueron al punto de reunion donde se encontraran a Luke.
Al llegar lo encontraron a él... y a Padme en compañía de Ahsoka.
Esto fue precensiado por Vader, normalmente intentaría inhibir poder del lado oscuro para tomar el control y matar a todos.
En esta ocasión solo se dedicó a observar.
Luke al notar la incomodidad de su padre decidió hablar.
-Ah donde vamos?. -dijo el hijo de Anakin.
Leia fue quién los llevó a su tienda favorita.
Durante tres horas estuvieron de un lado a otro, Leia fue quién eligió más cosas, seguido de ella fue Luke, sorpresivamente Anakin también les compró lo que quisieron a Padme y Ahsoka, de forma discreta pero lo hizo a fin de cuentas.
Para muchos ellos parecían una família normal.
Llegado el momento fueron a una plaza cercana para pasar el rato.
Los gres jóvenes se fueron a divertir a una sala de juegos dejando a los dos adultos mirando en una banquilla.
-Era cierto lo que me dijiste?. -dijo Padme mirando a sus tres hijos jugar.
-Sobre que. -dijo Anakin mirandolos de igual manera.
-Sobre que ya no me amas. -dijo ella.
-.....si, es cierto. -dijo Anakin.
-Mientes. -dijo Padme.
-Destrui el collar que te hice, no es prueba suficiente?. -dijo Anakin.
-Ambos sabemos que no fuiste tu. -dijo Padme.
-Lo que el haga no es problema tuyo. -dijo Anakin dandole fin a ese tema.
-Como quieras... pero yo se que aún me amas y una prueba de ello es esto y eso. -dijo Padme señalando su dedo de compromiso que sacó de su ropa y el que Anakin lleva en su cuello.
-Lo uso porque es un recordatorio. -dijo Anakin quitándoselo.
-Sobre que. -dijo ella viéndolo.
-Sobre nuestra imprudencia, éramos demasiado jovenes, no teníamos idea de como llevar una relación formal y mucho menos un matrimonio. -contestó mientras mira la hora.
-Nuestros pensamientos, las metas a futuro eran totalmente distintos, tu no querías dejar la política pese a mis insistencias de irnos e iniciar desde cero. -dijo Anakin.
Suspiró, tenía razón.
-Hice un mal terrible a todos, eso es algo con lo que cargare toda mi vida y como dije, ya no te amo, desde ahora solo somos conocidos y nada más. -dijo Anakin tranquilamente.
-Lamento decirte que no aceptó eso, el matrimonio consiste en el apoyo, la confianza, la fidelidad, la unión de nuestras almas, fallé y lo admito, pero yo lucharé no solo por tu amor sino por salvar nuestro matrimonio y ganar tu confianza. -dijo Padme.
-¿Como arreglas algo que siempre estuvo roto?. -preguntó Anakin alejandose para ir y avisarle a los gemelos que los verá al rato.
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Los preparativos estaban listos, toda la población llegaba a la celebración.
En una hora será el gran momento, una noche perfecta para pasarla en família, estar con tu pareja e incluso pedir matrimonio.
Que mejor para olvidar todo lo sucedido días antes que una enorme fiesta.
Yoda y Obi Wan arribaron, también tenían derecho a divertirse.
Padme llegó con sus hijos seguido de Bail y su esposa.
Fernanda también llegó, ella era admiradora de este tipo de eventos.
El último en llegar fue Anakin, mantuvo su distancia ya que la conversación de hace rato lo dejó algo pensativo, pero sobre todo se sentía triste.
-Porque tan solo guapo. -dijo Sabé llegando.
Los ojos de Anakin de abrieron por la sorpresa, ella realmente luce de maravilla.
-Te molesta si te acompaño?. -dijo ella cordialmente.
-N-no, claro que no. -dijo Anakin sonriendo.
-Atención, la comida será servida en estos momentos, falta menos de una hora y queremos que todos puedan disfrutar del evento. -dijo Bail en voz alta.
-Vamos. -dijo Sabé.
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La hora finalmente llegó, todos salieron al enorme campo verde para apreciar el suceso.
Las dos lunas emergieron de entre las nubes, tan lejanas, hermosas e imponentes.
Algunos de los invitados aprovecharon esto y le pidieron a la orquesta que los deleitara con algo tranquilo y romántico.
-Me permites?. -dijo Sabé extendiendo su mano.
-Normalmente soy yo quién debe preguntar eso, pero acepto. -dijo Anakin tomando su mano.
(Puchale Play).
Como destellos en el cielo aparecieron, lejanas, únicas y hermosas.
El baile dio comienzo, la orquesta realmente era muy buena.
Hiban a un ritmo tranquilo y formal.
Ella sintió sus grandes y fuertes manos hacer tacto con ella, podía escuhar su respiración, incluso el palpitar de su corazón.
Derrepente algo llamó su atención.
-Ese cristal que tienes... que es?. -dijo Sabé mirando el objeto en su cuello.
-Se lo di a mi madre para no olvidar mi promesa que yo le hice años atrás. -dijo Anakin siendo honesto con ella.
-¿Que promesa?. -preguntó Sabé.
-...que volvería por ella. -dijo Anakin con una expresión dolida y triste.
Lentamente se lo quito para mirar el objeto en sus manos y después proceder a guardarlo.
-Sabías que toda luz es sagrada para los Jedi?. -dijo Anakin.
-Solo escuché que veneran el lado luminoso. -dijo Sabé sin entender el porque le cuenta esto.
-Así es, toda luz es valiosa para nosotros, pero adoramos la luz de las estrellas ya que es un reflejo de nuestra conexión con la fuerza, brillante y potente. -dijo Anakin.
-Siempre pensé que las estrellas son frías,remotas y muy lejanas. -dijo Sabé.
-Es la memoria, preciosa y pura... igual que tu-dijo Anakin mirandola a los ojos.
Esas palabras formaron un nudo en su garganta.
-He caminado allá muchas veces, pasando el bosque, acercandome a la noche. -dijo Anakin.
Ambos no eran concientes de que se estaban alejando de todos mientras seguían en su baile y mundo.
-He visto muchos mundos desvaneciendose y al final la luz clara invade todo el aire purificando el mal existente. -dijo Anakin señalando el cielo.
Luego de unos minutos dejaron de bailar y solamente caminaron en compañía del otro.
Se sentían relajados, libres y sobre todo felices.
Eran dos almas completamente enamoradas.
Solo que una de ellas no lo admitiría en voz alta, la felicidad que siente con solo ver sus hermosos ojos, escuchar su melodíosa voz, sentir sus manos con las suyas.
Era completamente relajante...
Ya estaban muy distantes de la sociedad, caminaron tanto, hablaron tanto y rieron como nunca lo hicieron.
Solo eran ellos dos, era su momento que para su percepción del tiempo fue eterno y único.
Lo sabía, ella y sus hijos son su faro de luz en medio de toda esa oscuridad en la que el vive cada día desde hace diez años.
Durante su caminata descubrieron un arbol en medio de la nada.
-Este lugar es hermoso. -dijo Sabé sintiendo la fina estructura del tronco del árbol.
Anakin solo sonrió, finalmente dará el paso, ya no puede y no debe seguir viviendo del pasado.
Su único objetivo es caminar al futuro.
-Sabé. -llamó Anakin sintiendo sus nervios subir de nivel.
-Mandé. -dijo ella acercándose.
-Y-yo... quiero darte algo. -dijo Anakin con su corazón latiendo a mil kilómetros por hora.
La atrajo a el mientras la abraza con delicadeza.
Sabé no se quejó de esto, para ella era la mejor sensación del mundo está en brazos de su amado.
Aunque se confundió al sentir algo alrededor de su cuello, al separarse de Anakin pudo notar el cristal, la promesa que el hizo a su madre.
Sintió unas lágrimas formarse en sus ojos, acaso era lo que ella anhela desde hace tiempo?.
-Esa promesa que le hice a mi madre tiempo atrás... te la hago a ti, no importa como o donde... yo siempre volveré a tus brazos. -dijo Anakin.
Su llanto finalmente se liberó, esas palabras que hace años quizo escuchar por fin llegaron a ella.
-Y yo siempre te estaré esperando. -dijo Sabé saltando a sus brazos.
Los dos se amaban con locura.
En la mente de Anakin se escucharon las palabras de su madre.
-Cuándo amas algo lo proteges... eso es... lo más natural que hay en el mundo-
Los dos se miraron con cariño, amor, comprensión.
Llegó el momento de dejar todo mal atrás, su felicidad es lo único que importa.
Saldrán adelante, cueste lo que cueste.
Después de todo se tendrán el uno al otro, apoyándose, siendo fieles con ellos y su relación para un mejor futuro que cualquier otro.
(Puchale Play)
Sorprendentemente una lluvia comenzó a caer sobre ellos, algo raro ya que las estrellas siguen brillando en lo alto y no se veía ninguna nube.
Incluso el agua brillaba en un tono bioluminicente.
Era como si las estrellas cayeran del cielo.
No se sentía frio o aire, solo sentían la calidez del agua caer sobre sus cuerpos.
Sus miradas se conectaron en menos de un segundo.
El la tomo con delicadeza, sus manos sintieron sus suaves y finas facciones.
La apreciaba como un tesoro, algo invaluable y único.
Ella, una mujer hermosa, valiente, letal e independiente fue para ayudarlo durante sus momentos más oscuros.
No tenía la obligación de hacerlo, pero lo hizo.
Conforme pasó el tiempo un sentimiento se fue formando, la miraba y su corazón ardía.
Lo sabía, se enamoró perdidamente de Sabé, al principio no quiso aceptarlo porque estaba asustado y no quería arruinar la vida de alguien cercano a el.
Al final aceptó esos sentimientos, la amaba y dará su mayor esfuerzo por protegerla y a sus amados gemelos.
Quién tenga el valor de atentar contra ellos conocera la muerte en persona.
Sabé dejó que esas enormes y fuertes manos cálidas tocarán su rostro.
Suspiró como niña enamorada, en esta ocasión no apareció ningún sonrojo ya que quiere disfrutar de este momento con su novio, esa palabra causó una sonrisa emocionada.
-Sabé. -dijo él mirandola.
-Ani. -dijo ella mirandolo.
Sus corazones latieron al mismo tiempo, ellos hicieron una conexión entre sus almas.
Lentamente fueron acercándose hasta que sus labios se unieron en un beso suave, fino y llenó de amor.
Ella se paró sobre una de las ramas salidas del arbol, pues no era tan alta como lo es el.
Su beso fue aumentando de ritmo, ahora expresaban su deseo, su creciente llama de pasión.
Sus cuerpos estaban muy juntos, ambos querían ir más lejos, pues su lujuria se activó.
La tomo por la cintura para profundizar el beso, ella solo dejo que el tenga el control.
Luego de unos segundos se separaron, el jadeo escuchado era señal de su creciente e inminente deseó de pasión, lujuria y excitación.
Ya no podían negar lo que sus cuerpos y ellos mismos deseaban, estaban listos para subir de nivel.
-Segura de que quieres hacer esto?. -dijo Anakin respirando con fuerza.
Su respuesta vino cuándo ella lo beso con fuerza, lujuria y obsesión, sus piernas se envolvieron alrededor de su cintura.
Anakin correspondió de igual manera, ellos solo dejaron llevar.
La ropa de ambos fue cayendo al suelo.
Al final sus cuerpos desnudos se balanceaban en su movimiento de caderas, los gemidos de placer, las caricias, los besos, todo quedará entre ellos.
Pues esté será su lugar, su mundo de amor donde solo ellos dos existen.
Las dos lunas, las estrellas y aquel árbol son testigos de la unión de estas dos personas.
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Hasta aquí dejo el capítulo panas.
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