Coruscant es nuestro.
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Mustafar.
Despertó de forma brusca, rápidamente se puso de pie para ver en que lugar estaba.
Había un olor a azufre en el aire, el calor era terriblemente insoportable, sentía que se sofocaba.
Buscó entre su ropa el dispositivo de auxilio y rastreo que Anakin le entregó por si llegaba a estar en problemas.
Suspiró de frustración, no estaba.
-¿Buscas esto?. -se escuchó la voz de Malak.
Sabé volteó, para su mala suerte ese sujeto tenía lo que necesitaba para llamar a su novio.
Ante la mirada atónita de ella aquél dispositivo fue destruido en menos de un segundo.
-Fue muy fácil para Revan sacarte sin que se dieran cuenta. -dijo Malak.
-¿Qué quieres?. -preguntó Sabé de forma tajante.
-La respuesta a tu pregunta solo puede ser contestada por Naberius. -dijo Malak abriendo la celda.
Sabé dió dos pasos en reversa, debía proteger a su bebé de las manos de este ser despreciable.
-Podemos hacer esto de dos formas, la primera, vienes conmigo sin objeción alguna y número dos, te pones toda rebelde e intentas escapar de un modo u otro, pero, si haces eso juro que mato a esa forma de vida que está creciendo dentro de tu vientre. -dijo Malak manipulando a Sabé.
-Bien, tu ganas. -dijo ella.
Esto lo hace por su futuro hijo o hija, es de su conocimiento que no tiene el poder y la oportunidad de luchar contra alguien como Malak.
Y más en el estado en el que se encuentra.
El Lord Sith la escolto por el lugar, pudo ver los ríos de lava, los volcanes, fue en ese momento en que supo dónde estaban.
-Estamos en Mustafar. -pensó Sabé.
Caminaron durante un tiempo aproximado de diez minutos por unas escaleras que conducen a la profundidad del castillo que no hace mucho fue levantado.
-Aquí está, como pediste. -dijo Malak.
La futura madre del hijo/hija de Anakin arqueo una ceja, en este lugar no había nada más que absoluta oscuridad y frío, algo raro ya que pasaron de un clima sumamente caliente a uno totalmente frío en cuestión de minutos.
Inesperadamente ella fue levantada con la fuerza, Sabé sentía como era estrangulada por una fuerza totalmente diferente a lo que su futuro esposo usa.
Esto se sentía mal, lo peor vino cuándo vió como sus manos eran nada más que huesos, sin tejido o piel humana que las cubra.
Sin poder evitarlo soltó un enorme gritó de miedo.
-Fase uno lista, falta la segunda etapa que ya está en proceso de finalizar. -habló Naberius haciéndose presente.
-El Eclipse pronto dará inicio, si queremos que Skywalker venga debemos acelerar las cosas, el es una parte vital de nuestro plan. -dijo Revan.
-Dime cómo va la situación en Coruscant. -dijo Naberius.
-No sabemos, perdimos comunicación con el comandante de la flota hace una hora. -dijo Revan.
-Debemos dar por hecho que tomaron control de la capital. -dijo Malak.
-Ordenen que el restante de la flota de retire y venga aquí para formar un último bloqueo. -dijo Naberius mirando el estanque que se encuentra metros más adelante de él.
-Entendido. -dijo Malak retirándose.
-Avísale a los demás que se preparen, tendremos visitas próximamente. -dijo Naberius.
-¿Crees que duren contra Skywalker?. -preguntó Revan sin mirarlo.
-No y tampoco es que me importe si viven o mueren, solo deben mantenerlo ocupado lo suficiente para que la tercera fase acabe. -dijo Naberius.
Ante tal respuesta Revan no dijo nada, simplemente se fue dejando en soledad al Sith'Ari.
Lentamente el estanque comenzó a agitarse, algo que se mantenía sumergido comenzaba a moverse.
-Ya deja de gritar. -dijo Naberius despertando a Sabé de la ilusión en la que se vió sumergida.
-Jamás me veré intimidada por ti. -dijo Sabé respirando de forma ajetreada.
-Apuesto a que si, pero no necesito que me temas, lo que quiero es destruirte por dentro. -dijo Naberius dejando fluir energía oscura que se adentró en el vientre de Sabé.
-¡¿Qué le hiciste a mí bebé?!. -gritó Sabé asustada.
Su vientre se había tornado oscuro.
-Ahí está esa mirada que tanto me gusta, ver la desesperación de aquellos a quienes les hago imposible la vida y les hago pasar la peor de las muertes. -dijo Naberius sonriendo mientras sus ojos escarlatas brillaban con fuerza.
-¡Matame a mí pero a mi bebé no lo toques!. -gritó Sabé corriendo para tratar de atacar al Elegido de la Oscuridad.
Su valiente esfuerzo se vió frustrado al sentir cómo era sometida por los rayos de la fuerza.
-Veamos que cara pone Skywalker al ver que volvió a fallar en proteger a sus seres queridos. -dijo Naberius comenzando a torturar a Sabé con los rayos de la fuerza.
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Coruscant.
-¡Vallamos por la zona comercial!. -dijo Anakin acelerando.
La Togruta y el Jedi eran perseguidos por TIE Defender y TIE Interceptor.
Maestro y aprendiz bajaron para maniobrar a lo largo de un pasaje que los condujo entre algunos edificios que son centros comerciales.
-¡Nos están alcanzando!. -dijo Ahsoka
La Togruta evadia cada disparo de los TIE, luego de que ambos se alejaran de la zona enseguida venía cayendo un destructor que de inmediato explotó por la caída.
-Ahsoka lo tienes a poco más de seis metros, evade!. -dijo Anakin tratando de interceptar la nave imperial que amenazaba con derribar a su aprendiz.
-¡R2, prepara los torpedos de protones! ¡haremos volar en pedazos esos TIE!. -dijo Anakin colocándose en posición de disparo.
-Resiste un poco más Ahsoka. -dijo Anakin disparando.
El lo admitía, el piloto con el que se enfrentaba era muy bueno, lograba esquivar cada ataque que el realizaba.
-Pero yo soy mucho mejor. -dijo Anakin empleando su total enfoque en su objetivo.
Ajustó el control de objetivos para una mayor precisión mientras daban una vuelta de barril.
-¡Maestro!. -dijo Ahsoka alarmada.
Estaba por ser derribada.
-Te tengo. -dijo Anakin afilando su mirada.
Giró a la izquierda para interpretar a mejor velocidad, al momento de hacer eso aceleró y disparó sin pensarlo dos veces.
Su estrategia funcionó ya que logró destruir la nave enemiga.
Al final el Elegido lanzó dos torpedos que dieron directamente en el último TIE que faltaba.
Frente a ellos se encontraba una formación de destructores imperiales.
Mientras el resto de la alianza seguía combatiendo contra las fuerzas imperiales, el comandante del ejército logró recibir un comunicado de los altos mandos.
Le ordenaban retirarse y llevar lo que quede de los destructores al sistema Mustafar.
-Preparen el hiper-espacio y que el "Ejecutor" se aliste para partir. -dijo el comandante.
Le era totalmente impresionante las hazañas de los Rebeldes, ellos lograron lo que para muchos es imposible de hacer, vencer a la armada imperial en su propia casa.
-Señor, todo está listo y el "Ejecutor" espera nuestra señal. -dijo un oficial imperial.
-Que despegue mientras los demás cubren la retirada. -dijo el comandante.
"Recuerda no intervenir"
Esas palabras resonaron en su mente, tenía la indicación de dejar que todo pase como ya está escrito.
Un mínimo cambio puede llevar todo aún total caos apocalíptico.
Tantas vidas perdidas frente a sus ojos, si era honesta estaba a nada de ayudar pero al final tuvo que declinar.
Ellos observan todos sus movimientos.
-¡Tenemos un problema!. -la voz de Luke la sacó de sus pensamientos.
Abajo de ellos algo se alzó desde el suelo.
-¡Miren eso!. -se escuchó la voz de Hera Syndulla.
Ante los ojos de todos el super-destructor Ejecutor emergió de las profundidades de Coruscant.
Cómo resultado de este suceso la cámara de senadores terminó por caer.
-¡Tengo las lecturas, se prepara para saltar a la velocidad luz!. -dijo Leia en voz alta.
Dicho y hecho, la colosal nave abandonó Coruscant sin dejar algún tipo de rastro dejando caer miles de toneladas de escombros al suelo.
-Anakin el resto de la flota imperial se retira. -dijo Plo Koon.
-Todos en formación. -dijo Anakin.
Atrás de él la flota Rebelde se manifestó.
Todavía quedaban muchas naves.
-¡Lo logramos, Coruscant es nuestro!. -dijo Ahsoka viendo como la presencia imperial era totalmente nula en el planeta.
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Mustafar.
-Eres muy persistente, eso me agrada. -dijo Naberius observando el deplorable estado de Sabé.
Algo de vapor salía de su cuerpo, consecuencia de toda la descarga eléctrica que recibió de lleno.
La sustancia del estanque oscuro de meneaba con fuerza.
-Al fin. -dijo Naberius.
Sabé quién seguía consciente sintió un enorme escalofrío.
Algo muy malo estaba por pasar y ella será testigo de ello.
Una persona salía lentamente de lo que parecía ser alquitrán negro.
-El Elegido de la luz apenas pudo soportar el poder de un Sith'Ari. -dijo Naberius.
La mujer trataba arrastrarse para salir de ese lugar pero sus esfuerzos eran en vano.
-¿Pero que pasaría si fueramos dos y no uno?. -preguntó Naberius.
La figura de una persona se manifestó...
-Permíteme presentarte aún viejo colega, aquél Lord Sith que creó la regla de dos. -dijo Naberius señalando la silueta oscura.
Poco a poco una armadura se fue materializando en el cuerpo del hombre frente a ellos.
-Estás ante la presencia del antiguo Lord Sith de Korriban... Darth Bane... el Sith'Ari original. -dijo Naberius.
El Lord Sith se mostró en toda su gloria, finalmente pudo regresar a la vida.
-Veamos como le va a Skywalker contra dos Sith'Aris. -dijo Darth Bane.
Sabé miró horrorizada cómo ambos se acercaban a ella, estaba desesperada y no tenía como defenderse.
-Por favor amor... ¡ayudame!. -pensó Sabé mientras las lágrimas amenazaban con salir de sus ojos.
-Según me enteré estás esperando un hijo del Jedi. -dijo Darth Bane caminando alrededor de la mujer.
Ella no respondió, solo pudo ver su vientre oscurecido.
Ya no podía sentir a su bebé...
-Dejemos que el Elegido venga a nosotros, tú serás quién nos ayude a que el se postre ante nosotros, solo así podremos darle a elegir y sino obedece tendrá que morir ante el poder absoluto del lado oscuro. -dijo Bane dejando fluir una energía escarlata que fue rodeando a Sabé.
El dolor apenas comenzará...
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Hasta aquí dejo el capítulo mis poderosos panas.
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