Único.

Ryugasaki Hiro es un alma libre, estar encerrado detrás de un escritorio, no era lo suyo.

Ni siquiera era capaz de verse en aquel lugar, estaba más que seguro que moriría del aburrimiento. No sabría qué hacer, ni siquiera tenía idea de cómo manejar una compañía de tal magnitud. Ya podía imaginar como esta se iría a la quiebra por las decisiones que tomaría.

Prefería estar la mayoría del tiempo fuera de casa, en algún parque, en el estadio o paseando por ahí en la búsqueda de duelistas que quieren enfrentarse a él que estar encerrado en casa o en alguna oficina de Genesis Company.

Estar encerrado en la isla de los Seven Shadow fue toda una tortura para él.

A petición de Yonazuki Lucia, tenía que quedarse en una habitación y evitar llamar la atención de todos los demás. Fue realmente difícil, pues Hiro quería salir a divertirse, quería ser él mismo andar de un lado a otro, quería salir a enfrentarse a todos aquellos compañeros que se decían ser "los más fuertes", quería enfrentarse a Lucia como usualmente hace. Pero en su lugar, tenía que guardar las apariencias.

Así que tenía que quedarse quieto y fingir desinterés cuando realmente, se moría de ganas de tener un duelo.

Ryugasaki Hiro es un alma libre, odiaba quedarse quieto.

Necesitaba salir y explorar el mundo.

Necesitaba salir y pelear contra todo duelista que se encuentra en su camino.

Tenía que vivir, tenía que respirar para ello. Tenía que luchar por ello.

Por eso, el trabajo detrás de una oficina, no era para él.

¿Por qué decía aquello?

Porque en el momento que vio a Ein y Marguerite ir por él en la salida de la escuela superior y llevarlo a las oficinas de Genesis. Presentía que algo saldría mal de ahí y más cuando, a pesar de que estuvo preguntando sobre que se trataba todo eso, ellas no le decían nada.

Y tuvo razón en cuanto vio a todos sus amigos reunidos, se encontraban igual o más sorprendidos que él, con curiosos gorros de fiesta sobre sus cabezas, una fila de empleados que le hacían reverencia en el momento que atravesó por la puerta y una pancarta a sus espaldas con la leyenda "Bienvenido nuevo director" en letras negras.

Ryugasaki Hiro se quedó paralizado cuando leyó eso, miro a sus espaldas. Quería imaginar que aquel "Nuevo Director" se encontraba en sus espaldas, pero para desgracia suya, no había nadie.

-¿Qué es lo que está pasando? -Pregunto Hiro con un poco de nerviosismo.- ¿Acaso es una broma?

-Sabía que algo como esto podía pasar -Suspiro Marguerite mientras subía su mano a su frente. Ein a su lado sonrió, hizo una pequeña reverencia y se hizo a un lado para que una pantalla apareciera.- ¿Acaso lo olvido? Fue Ryugasaki Hiro quien le gano a Leon Aurenche y según las reglas que se pusieron desde el Shadow Grand Prix, el que ganaba, iba a ser el nuevo director de Genesis -La mujer sonrió.- Así que felicidades, el puesto ha sido tuyo desde entonces

-Lo hemos estado esperando todo este tiempo -Sonrió Ein.- No podíamos pedirle que fuera nuestro director cuando tenía 14 años pero estará muy pronto a cumplir los 18, eso quiere decir que poco a poco puede empezar a desempeñar sus papel de director -Tanto ella como Marguerite hicieron una pequeña reverencia.- No se preocupe, estaremos a su lado y le estaremos ayudando en todo momento

Hiro se sentía mareado.

Era una situación que no se esperaba.

No podía evitar preguntarse, ¿Por qué él?

¿Acaso no fue una manera de Leon de llamar su atención?

Claro que podía recordar aquellas palabras, la manera en que todos se entusiasmaron e incluso, como las hermanas Justine lo trataron mal mientras se burlaban de él.

Eso tenía que ser una broma.

¿No es así?

Desgraciadamente, no pudo escapar de ese lugar.

Tan pronto como todos "sus empleados" se dieron cuenta de las intenciones que ocultaba. Fue atrapado y llevado a la oficina de la planta más alta del edificio.

Todos sus amigos seguían tratando de procesar lo que estaba pasando.

En realidad, ¿Era enserio?

Se miraron los unos a los otros, alzaron sus hombros y prefirieron esperar a que Hiro les dijera algo.

Lucia fue el único que suspiro, se quitó el gorro de fiesta de su cabeza y se dirigió al elevador. Necesitaba verlo para saber que era lo que realmente quería.

...

Unos minutos después, Lucia al fin entro a la oficina del "Director" y se encontró con Hiro de espaldas mirando por la gran ventana de aquel lugar. Lo escucho suspirar y lo vio negar con la cabeza.

-Les digo que no quiero ser director -Dijo de mala manera cuando escucho la puerta abrirse. Grande fue su sorpresa al dar media vuelta y encontrarse con Lucia.- ¡Lucia! -Hiro corrió a abrazarlo.- Me alegra que estes aquí, tienes que ayudarme a decirles que yo no quiero esto -Empezó a llorar falsamente.- Yo no pertenezco aquí, así que ayúdame a escapar

-¿Y porque no? -Hablo Lucia con una pequeña sonrisa en su rostro.- Tendrás mucho control sobre el Shadowverse -Alzo los hombros desinteresado.- Muchos trabajaran bajo tu mando, podrás ofrecer nuevas ideas sobre torneos y podrás enfrentarte a muchas personas ¿Acaso no es lo que siempre has querido?

Hiro pareció meditar esas palabras. Se quedo un rato en silencio y movió su cabeza de un lado a otro.

-Suena tentador, pero no es la vida que quiero -Hiro soltó una pequeña risita. Dejo de abrazar a Lucia, se asomó ante la increíble vista que tenia de la ciudad y soltó otro suspiro.- Esa no es la vida que siempre he imaginado -Desvió su mirada al escritorio vacío.- ¿Puedes imaginarme sentado en ese lugar? Yo ni siquiera puedo soñarlo -Dio media vuelta para encontrarse con Lucia.- Quiero ser libre, quiero enfrentarme a todo tipo de personas, quiero conocer el mundo, quiero salir de este lugar y aquí, eso sería imposible para mi -Subió su mano a su pecho.- No quiero estar encerrado en este lugar, no es algo para mi -Miro a Lucia de reojo.- Creo que este papel sería mejor para ti

-¿Tú crees? -Lucia carcajeo un poco. Se acerco al escritorio y se sentó sobre el mismo.- Si yo fuera sido escogido como Director, cambiaria muchas cosas tanto con mis empleados como con el sistema del juego -El de cabellos blancos se cruzó de brazos.- Daría muchas más oportunidades en los torneos, más espacios de juego y estaría presionando por resultados, pero -Carcajeo un poco.- Eso es lo que haría yo, pero estas personas están buscando lo que harías tú, vinieron específicamente por ti, tú eres el único que tiene el poder de rechazarlo si así lo deseas -Alzo los hombros despreocupado.- Puedes irte cuando tú lo desees, pero sabes -Hiro lo miro con atención.- Yo también estaría interesado de lo que serias capaz de crear, el mundo que solo tú eres capaz de ver, estoy seguro de que todos nosotros estaríamos interesados en ello

La manera en que Lucia lo describía y lo miraba, provocaba que Hiro desviara su mirada a ese lugar y pensara con un poco más de cuidado. El joven de cabellos rojos se cruzó de brazos, cerro los ojos como si estuviera pensando y al final, hablo.

-Lamentablemente yo no estoy hecho para eso, este lugar no va conmigo -Lucia carcajeo en cuanto escucho estas palabras, de alguna manera, ya se había imaginado que diría eso.- ¡Soy un alma libre! Necesito enfrentarme a duelos, necesito ver el mundo, no se quedarme quieto, me volvería loco si me quedo en este lugar

-Y si te dijera, en el hipotético caso que aceptes el puesto de Director, yo me convirtiera en un empleado tuyo ¿Dirías que si? -Lucia sonrió.- Podría ser como Ein y ser tu mano derecha, yo me encargaría de la mayor parte del trabajo

Hiro se cruzó de brazos, hizo un puchero y desvió la mirada.

-En el hipotético caso de que quiera convertirme en Director podría aceptar -Murmuro Hiro, Lucia sonrió ante aquella respuesta.- No me gustaría estar solo en un lugar desconocido, pero solo si eso pasa, no estoy asegurando que me gustaría quedarme en este lugar

-Eso es más que suficiente para mi

-Además -Carraspeo Hiro.- Me prometiste que te quedarías a mi lado -Sus mejillas se calentaron.- ¿No habías dicho que por eso peleaste contra todos? Solo para estar a mi lado

Lucia carcajeó, se levantó del escritorio y empezó a caminar con dirección a Hiro.

-Es cierto, yo te lo prometí y como tal, cumpliré con mi promesa -Se estiro un poco.- No es como si quisiera irme, me gusta estar a tu lado, disfruto de tu compañía y de los duelos a los que nos enfrentamos -Golpeo con suavidad el hombro de Hiro.- Además, alguien tiene que escuchar cada uno de tus reclamos, ¿Quién más te soportaría si no soy yo?

Ambos jóvenes se rieron en ese momento.

Una vez que sus risas cesaron. Volvieron a mirar todo aquel lugar.

-¿Te gustaría escapar de este lugar? -Pregunto Hiro.

-Eso me gustaría -Dijo Lucia.- Tienes razón, estar encerrado es sofocante, ahora me puedo disculpar por todo lo que te hice pasar en aquella isla

-Ni tu ni yo estamos hecho para estar en este lugar, así que -Alzo su mano, Lucia inmediatamente tomo la misma.- ¿Nos vamos ya?

-Vámonos

En cuanto la puerta se abrió y uno de los empleados había entrado con una bandeja de comida para el nuevo director, ambos jóvenes se echaron a correr. Su plan, escapar de ese lugar para encontrar su libertad.

Ein y Marguerite que presenciaron aquella huida, solo se quedaron quietas. Con los ojos abiertos, mirándose entre ellas y la escena que presenciaron. Ante tal energía y habilidad que tenían aquellos dos, era imposible atraparlos.

-¡Regresaremos en algún momento! -Dijo Hiro con una sonrisa en su rostro.- ¡Cuando terminemos de ver el mundo! -Alzo su otra mano que se encontraba desocupada para despedirse de ambas mujeres.- ¡Nos veremos dentro de algunos años más!

Así como vieron a los chicos correr hacia el elevador, fue de esa manera en la que desaparecieron detrás de aquellas puertas. Una simple señal de Marguerite fue más que suficiente para que dejaran ir a esos jóvenes.

-Supongo que no pudimos atrapar a Ryugasaki Hiro -Suspiro Ein con una pequeña sonrisa en su rostro.- ¿Crees que regrese?

-Quien sabe, esta vez dijo que regresaría, al menos ya no era tan reacio -Marguerite carcajeo un poco.- Tal y como dijo Leon, es cuestión de esperar y observar, a su debido tiempo aquel joven podrá mostrarnos una vista jamás vista -Suspiro la mujer de piel morena.- Y yo que creí que mi trabajo como Directora al fin había terminado

-Solo unos años más -Ein le dio suaves palmadas a su directora en la espalda.- Dejemos que exploren el mundo, son almas libres, aun son jóvenes, es imposible mantenerlas encerradas por tanto tiempo -Sonrió.- Hay que darles su tiempo, confió en que ellos regresaran

Ambas mujeres soltaron una risita.

Era inútil querer atrapar a un dragón cuando sabían que este había nacido libre.

Así es como sentían a Ryugasaki Hiro. Él era un alma libre, estar encerrado detrás de un escritorio, no era lo suyo.

Pero si en algún momento regresa, el puesto de Director de Genesis será un puesto muy bien ocupado por él. Pues todo lo que vivió, todo lo que exploro, todo lo que vio con aquellos ojos, toda la libertad que vivió, será más que suficiente para ver una vista jamás vista.

Ese había sido el último deseo de Leon. Aunque para muchos había sonado como una exageración o una broma, aquel antiguo director estaba hablando en serio. Quien tenía todo el derecho de ocupar su lugar, era el mejor jugador de Shadowverse. El único que jugaba con un corazón puro y con una mente tranquila. No podía ser otro más que Ryugasaki Hiro.

Y como tal, debían cumplirlo al pie de la letra. Aunque deban esperar algunos años para que llegue al fin ese momento, no importaba, estaban más que dispuestos solo por él.

En el momento que el dragón regrese a casa, será cuando las cosas cambien.

Sera cuando el futuro al fin llegue.


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