Sus ojos brillaron en cuanto vio aquellos frascos pasar frente a sus ojos, si había algo que amaba al igual que a su padre omega, era a la deliciosa, dulce y perfecta mermelada, pero no cualquier mermelada, siempre para Minjee había la mermelada, que no era ni tan insípida, ni tan empalagosa, ¡la mermelada de chabacano es perfecta!

- ¡Papá, papá, papá! -salto emocionada sin dejar de tomar una de las manos de su padre omega quien le miro algo sorprendido ante esas acciones.

Aunque no lo pareciera, Minjee podía ser una pequeña bromista, y una niña responsable, casi nunca era capaz de pedirle algo con insistencia ni un solo berrinche, de algún modo, Minjee tenía todo el carácter de su padre alfa.

- ¿Sí, linda? -pregunto a lo que su hija no dudo ni un solo segundo en señalar el pasillo que conducía a su dulce favorito, Yoongi miro hacía aquella dirección, sonriendo levemente, su hija jamás se ha podido resistir a una mermelada-. Bien, agarra la que gustes, recuerda que el frasco no sea tan grande.

- ¡Yuuujuuu! -y sin más Minjee salio corriendo hacía el pasillo con una enorme sonrisa, Yoongi no pudo evitar sonreír ante tal acto de su hija mayor, era de esperarse, después de todo siempre busca tener su aprobación con respecto a los dulces.

Soltó un suspiro mirando hacía el siguiente pasillo, allí estaban las latas de atún que buscaba, en aquel súper mercado siempre movían los productos a otros lugares, según lo hacían para tener a los clientes más satisfechos, pero para Yoongi era muy distinto aquello, de todas formas, no importaba mucho ahora que ya había encontrado lo que buscaba, camino hacía allí sin que le preocupase su pequeña, pues Minjee tarda demasiado en escoger lo que va a ser para ella.

En cuanto llego comenzó a agarrar algunas de las latas, por supuesto, sus pequeños son un tanto consentidos y especiales en ciertos aspectos, y uno de ellos en particular siempre ha sido la comida, un ejemplo era que Hyunsu odiaba a muerte que le dieran de comer zanahorias, decía que su sabor no era nada grato para él y que odiaba quedarse masticando demasiado tiempo aquella verdura, en cambio su melliza, era distinta Hyesook gustaba de comer aquella verdura, pero la pequeña detesta el chocolate, caso que le parecía algo realmente extraño. Jihoon en cambio no comía atún a menos que fuese enlatado y que tuviera aceite de oliva.

Lamentablemente para Yoongi, aquellas latas estaban justamente en la estantería de arriba, demonios, a veces hubiese deseado por lo menos ser de esos omegas altos, pero bueno, no es como si tuviera una estatura tan pequeña, pero aún así el querer alcanzar esas latas sería complicado, soltó un suspiro, todo sea por consentir a sus pequeños cachorros.

Se levanto de puntitas, y estiro el brazo, pero antes de que pudiera tomar una de esas latas, alguien más lo hizo por él, miro a su lado derecho en donde se encontraba aquel que era más alto que él.

- ¿Jimin? -¿hace cuanto que no le veía? ¿Dos años? ¿Más? No lo recuerda exactamente, pero en verdad que no esperaba volver a verle, habían sido compañeros en primaria y solo un año en secundaria, así que era extraño volver a verle.

- ¡Yoongi! -el alfa se sintió feliz al verle, estaba seguro de que se trataba de él en cuanto lo vio, pero quería asegurarse, y definitivamente estaba feliz de poder estar al lado de aquel omega-. Esto es algo inusual -dijo-, ¡es genial volver a verte después de tanto tiempo!

Yoongi dio un asentimiento, era increíble volver a encontrarse con alguien que ya habías conocido antes.

- ¿Qué te trae por aquí? -pregunto el alfa, haciendo que Yoongi soltase una risa, Jimin comprendió que su pregunta había sido algo estúpida-. Lo siento.

- No te preocupes, pero debes dejar de distraerte tan fácil, Jiminie -demonios, ese apodo, ahora Jimin recuerda la razón de su alegría en ese mundo.

- ¡Papá! -la niña se detuvo al ver como su padre estaba con aquel alfa, debía admitir que el chico al lado de su padre se trataba de alguien atractivo, pero aún así sentía que esa cercanía entre ambos era demasiada, se aproximo hacía su padre mientras abrazaba el frasco de mermelada, el frasco perfecto.

- Cachorra, te dije que no tan grande -la niña no presto atención a las palabras de su padre alfa, y es que estaba intrigada con la presencia de aquel alfa que le miraba de igual forma.

- ¿Quién es ese? -pregunto la pequeña sin apartar la mirada del alfa.

- Él es Park Jimin -menciono Yoongi con calma-, Jimin, ella es Min Minjee.

- ¿Min Minjee? -pregunto al omega que daba un asentimiento-. ¿Te abandono tu alfa, Yoongi?

- Papá murió -respondió la pequeña a lo que Jimin se sintió avergonzado al respecto, ya estaba comenzando a enfurecer por creer que a Yoongi le habían dejado.

- Lo lamento mucho -Yoongi le dedico una sonrisa.

- Descuida -menciono el omega para después mirar a su pequeña-, lleva estás latas al carrito, iré en unos momentos.

Minjee le dio un ultimo vistazo a aquel alfa que se encontraba mirando de vez en cuando a su padre omega, era extraño que hiciera aquello, pero parecía ser que intentaba llamar su atención, no lo entiende del todo, sabe que su padre omega es atractivo, quizás aquel alfa...

- ¿Te gusta mi papá? -la pregunta de la niña hizo que ambos adultos abrieran sus ojos en grande, Yoongi se sintió avergonzado, a veces Minjee parecía no tener filtro para sus palabras.

- Cachorra -la pequeña solo sonrió para después irse corriendo con la mermelada y las latas en manos, iría a depositarlas en el carrito, Yoongi soltó un bufido, ¿cómo es que su hija se le ocurría hacer preguntas como esas?-. Lamento esto -se disculpo con Jimin, quien de algún modo se sintió extraño con eso-, ella a veces no sabe medir sus preguntas.

- Descuida, Yoongi -sonrió hacía el omega-, supongo debes irte -el omega dio un asentimiento-, ¿te puedo ver después?

- Tal vez -menciono Yoongi sin interés-, hasta luego, Jimin.

En cuanto Yoongi llego al lado de su hija, la pequeña dio un vistazo más hacía aquel alfa que parecía seguir mirando a su padre.

- ¡Le gustas a ese tipo! -grito la pequeña haciendo que Yoongi frunciera el ceño.

- Minjee...

- ¡Pero es verdad, papá! -señalo en dirección a Jimin-. ¡No ha dejado de mirarte!

- ¡Minjee!

Pero Minjee tenía toda la razón.