Los cuentos de hadas, eran lo que Hyesook consideraba como su mundo entero, aunque jamás deseo ser una princesa en realidad, ni siquiera pensaba en comprarse vestidos lindos llenos de brillos y de colores pastel, no, para nada, ella era más de la idea de ver a las princesas con sus príncipes, eso le gustaba más.

—Papá —el omega miro a su hija que se encontraba en la cocina, ya casi era hora de comer, y Yoongi debía darse prisa para cocinar algo delicioso, ya casi estaba por terminar, hoy comerían ramén con algunos vegetales y carne.

—¿Sí, pequeña? —Yoongi dejo de cortar los trozos de carne para mirar a su hija, la cual tenía sus cabellos levemente revueltos, Hyesook era quien más dormía de todos los pequeños, y la que casi siempre llevaba su cabello despeinado por quedarse dormida en posiciones diferentes.

—¿Sabes a que príncipe me recuerda el director Kim?

—No, ¿a cuál?

—Al príncipe de Blancanieves —menciono la pequeña, Yoongi miro a su hija algo confundido.

Hyesook estaba muy segura de sus palabras, el director Kim era perfecto para hacer inclusive el papel del príncipe de Blancanieves.

—¿Por qué? —pregunto Yoongi, en verdad no entendía mucho a su hija.

Ni siquiera sabe de donde saco esa obsesión por querer ver todas las películas y cuentos de princesas que hubiera en el mundo, era una pequeña fanática de todo lo que tuviera que ver con el mundo de las princesas, el omega no sabía como era posible que tuviera una hija tan obsesionada con eso, pero era agradable, inclusive él había podido leer algunos de los cuentos con su pequeña, aunque claro, como Hyesook no sabía leer muy bien, Yoongi podía leerle las historias, y de ese modo podía mejorarlas —omitiendo gran parte de los cuentos, ya que por error había comprado los cuentos que no eran una versión más corta y en los que veían escenas que no muchos consideraban muy adecuadas para los pequeños—, así que Yoongi podía considerarse un gran fanático al igual que su hija, pero claro Hyesook se quedaba el puesto de fan número uno.

—Porque es muy guapo, y —sonrió hacia su padre—, creo que se enamoro de ti la primera vez que te vio.

El omega parpadeo un par de veces, el aroma de la sopa que seguía en pleno hervor se podía distinguir en toda la cocina, mientras que Hyesook sonreía feliz por lo que había dicho, aunque claro que su padre omega se veía más confundido que alegre.

—Cariño, no creo que...

—¡Hyunsu me lo dijo! —menciono de inmediato la pequeña—. Dijo que los vio, y que el director Kim parecía estar muy interesado en ti.

—Pequeña, yo —y volvió a ser interrumpido.

—¡Él te ama! —dijo en voz alta, haciendo que Yoongi soltase un suspiro—. Además, no es como el príncipe Erick y el rey cuervo.

—¿Príncipe Erick y rey cuervo? —Yoongi estaba todavía más confundido.

—Sí, papá —menciono la pequeña—, y tú tienes la piel como Blancanieves.

Las mejillas del omega se tiñeron de un rosa pálido, mientras que en la mente de Hyesook, podía ver la escena perfecta, una en la que puede ver al príncipe Kim Taehyung, el príncipe azul de su padre, y como se acerca a su padre que duerme por culpa de la manzana envenenada y entonces el príncipe Taehyung se acerca a él para darle el beso de amor verdadero para que despierte, y de ese modo se casen. Ciertamente la escena se veía sumamente perfecta en la mente de la pequeña Hyesook, quien soñaba despierta en todo momento, y que por supuesto ansiaba el día en que Taehyung le diera el beso de amor verdadero a su padre omega para que así vea que él es el amor de su vida.

—Pequeña —Hyesook dejo sus fantasías para ver a su padre omega—, el director Kim no creo que esté enamorado de mí.

—¿Por qué?

—Porque seguramente puede encontrar otro omega.

—¿Por qué?

—Porque la vida da giros inesperados.

—¿Por qué?

Yoongi soltó un largo suspiro, se coloco de cuclillas para estar a la altura de su pequeña hija y la miro directamente a los ojos, Yoongi podía ver que había demasiada ilusión en aquella mirada tan brillante de su pequeña hija, quizás matar las ilusiones de un niño no era un plan perfecto, todavía recuerda cuando Minjee por accidente lo había descubierto dejando regalos debajo del árbol navideño, tuvo que hacerla prometer que no diría nada a sus demás hermanos, y al menos no se atrevió a hacerlo y eso ya era un alivio para Yoongi. Matar las ilusiones de su hija más pequeña, no estaba en sus planes, no señor, no ahora ni nunca, ella lo descubriría después, todo a su tiempo.

—¿Entonces no quieres que el director Kim sea tu príncipe azul? —la pregunta de su hija lo hizo dejar sus pensamientos.

—Esta bien, si me gustaría que él fuera mi príncipe azul —la pequeña sonrió ante las palabras afirmativas de su padre—, pero no le digas que se parece al príncipe de Blancanieves.

—¿Por qué no?

—Porque puede que no le guste escuchar eso.

—Pero se alegrará cuando sepa que tú eres Blancanieves —y de nuevo el calor subió a sus mejillas, a veces sus hijos parecía que solamente querían verlo avergonzado—, él es un príncipe de cuento de hadas, y tú eres el amor de su vida.

—Hyesook... —pero Yoongi no pudo hablar.

—Él vendrá, te dará flores, bailarán juntos, se casarán y vivirán felices por siempre, ¡igual que en los cuentos de hadas!

—Hyesook...

—Y vivirán en un hermoso castillo en donde podrán pasar sus días muy felices, y allí estaremos todos nosotros como sus hijos, y quizás tengan más hijos y... —la pequeña miro a su padre que tenía el sonrojo todavía más notorio—, ¿tienes fiebre, papá?

—C-creo que fue demasiado cuento de hadas —menciono Yoongi mientras le regalaba a su pequeña hija una sonrisa pequeña.

Quizás la imaginación de Minjee había volado demasiado, ver a su padre sonrojado le recordaba a las hermosas rosas rojas que siempre había en la florería, ¡su padre era una rosa roja en esos momentos! Y por supuesto la más hermosa rosa del lugar.

Yoongi soltó un suspiro, necesitaba seguir cocinando, aunque de tanto que había escuchado hablar a su hija de príncipes, ya no puede dejar de pensar en él siendo prácticamente besado por Kim Taehyung, inclusive de sólo pensarlo sentía sus mejillas calentarse.