Capítulo 14




Narra Ta:




No quería regresar a la mansión de Jeff, para mí ese es el lugar más horrible que he visitado en mi vida entera, en el camino de regreso, incluso lloré estando dormido en la parte trasera. Cuando desperté de nuevo, estaba en la mansión, pero no en el que era mi dormitorio antes, si no que estaba durmiendo en la amplia y suave cama de Jeff.

Me revolví un poco en las sábanas, antes de decidir bajar y buscarlo, molestándome cuando lo vi abrazado con una hermosa y elegante mujer, a la cual le gruñí, porque ese alfa es mío. Llamé la atención de ambos y me sentí terriblemente avergonzado cuando vi que era Meg, solo que con ropa tan costosa y elegante, que parecía la dueña de la casa.

- ¿Puedo sentirlo? - Meg se veía muy feliz en ilusionada con mi cachorro.

- Toca aquí, está pateando de nuevo.

Jeff solo sonreía a la distancia, mientras veía como su mamá se llenaba de alegría y me seguía haciendo una y mil preguntas sobre mi embarazo y cómo es que estamos vivos. La conversación duró más de dos horas, le conté todo lo que hice mientras viví en el pueblo con los chicos y Jeff me prohibió hablar sobre mis 'amiguitos omegas'.

Pensé que las promesas de mi alfa serían vacías y me negaba tanto a confiar en él, que cuando discutíamos, sin importar el motivo, terminaba echándole en cara que él me había maltratado. Hasta que Jeff con sus acciones, me demostró que aquel alfa a quien una vez odié, se había ido y solo quedaba el que quería amarme con todo su ser.

- ¡Papá! - Mi bebé que a penas empezaba a expresarse, solo decía papá.

- ¡No, di mamá! - Me quejaba constantemente.

Han pasado dos años, en los que he reído y me he peleado con Jeff, pero a veces discuto con él solo porque sé lo que pasará en la noche, ya que mi alfa se convierte en una bestia sexual. Y así pasamos los días, he sido más que feliz al lado de Jeff, solo que aún no nos casamos, porque yo lo pospuse hasta recuperar mi cuerpo normal.

- Perdón que los interrumpa hijos, pero alguien te busca Jeff.

Meg nos sorprendió; y pude sentir el mal presentimiento de Jeff, aún cuando sigo sin marca de unión, porque le pedí a mi alfa que esperara a la noche de bodas para hacerlo. Ninguno de los dos se movió, yo solo agarré la mano de Jeff y prácticamente lo guié a la puerta, donde un joven más o menos de mi edad estaba esperando.

- ¿Jeff? ¿Quién es él? - Se dirige directamente a mi alfa, quien apretó mi mano con tensión.

- Hola, mucho gusto. Mi nombre es Ta, soy el Omega destinado de Jeff. ¿De dónde conoces a mi marido? - Quise estrechar su mano, pero mi alfa me detuvo y no me dejó acercarme. Y cuando el chico salió de su trance, me gritó:

- ¡¡EL OMEGA DE JEFF SOY YO!! - Su grito me dejó atónito, no supe ni siquiera qué decir, pero Jeff fue todo lo contrario, le gruñó al chico y también le gritó.

- ¡¡NO ERES NADIE PARA GRITARLE A MI OMEGA!! ¡¡VETE!!

El chico en lugar de salir, agarró sus cosas y corrió escaleras arriba, donde se metió en nuestro dormitorio y quise ir a sacarlo, pero Jeff me detuvo y dijo que no me rebajara a su nivel. Después de eso, envió a dos betas a sacar nuestra ropa y accesorios de limpieza personal para llevarlas a la habitación de invitados y eso no me gustó.

Una semana pasó y Jeff no hizo nada para sacarlo de mi cama, de mi casa, ¿cómo se supone que debo interpretar el hecho de que mi alfa no defienda el que debe ser mi lugar? Lo peor de todo es que ese hombre me desprecia, me mira como si yo fuera inferior y siempre busca una forma de incomodarme e intimidarme.

- ¿Qué pasa cariño? - Me hacer reaccionar Build en la cafetería, ya que salí para sentirme mejor y no ver a ese sujeto.

- No me digas que le estás haciendo dramas a Jeff otra vez, por favor apiádate de nosotros. - Se queja Apo.

- Su ex está durmiendo bajo nuestro techo. Y no solo eso... Está durmiendo en mi cama.

Literalmente les solté la información sin prepararlos para lo que dije, por lo que se quedaron en silencio por unos minutos, hasta que el primero en explotar fue Build, diciendo que llamaría a Bible en seguida, pero lo detuve; a Apo le tuve que arrancar el teléfono de la oreja, porque él ni siquiera me amenazó, solo llamó a Mile y lo último que quiero, es que me dejen sin alfa.

Les pedí una solución en la que no se viera implicado mi Jeff, así que fuimos por nuestros cachorros a la guardería de la cafetería, ya que Build tuvo una niña y Apo tuvo gemelos. Nos fuimos a casa donde me pidieron que preparara una maleta con mis cosas y las de mi bebé; así que lo hice y cuando iba llegando a la puerta, me encontré con el tal Barcode.

- Al fin te vas... Jeff solamente te tiene lástima y duerme contigo solo por no discutir en la mañana. - Se mofa de mis acciones y casi se me salen las lágrimas, pero me mantuve fuerte.

- Espero que sean muy felices... Solo que hay algo que tú no sabes... - Me di la vuelta, lo vi a los ojos y sonreí con misterio y maldad. - Jeff está imprimado a mí, jamás volverá siquiera a mirarte, así que disfruta la decepción.

Me gritó mil maldiciones mientras salía de la que ha sido mi casa durante dos años, mis amigos me esperaron en el auto con mi pequeño Nick, a quien no pienso dejar cerca de ese demente. En mi corazón suplicaba que por todo el amor que Jeff me ha demostrado en este tiempo, que por favor vaya a buscarme y se quede con nosotros y no con ese Omega.

Al llegar a casa, tuve que fingir que todo estaba bien y que solo íbamos de visita para que Nick pudiera convivir con sus abuelos, pero claro, mi madre no creyó ni una sola palabra y me sacó la verdad. Mi mamá calmó mi corazón un poco, al decir que Jeff no es el mismo alfa que conocí, y que ahora, vive y muere por nosotros.

- Deberías de ir a dormir. Se nota que has dormido incómodo las últimas noches. - Me da un beso en la frente y me quita a Nick de los brazos para que vaya a jugar con sus primos.

- Gracias mamá.

Me levanté del sofá y me fui a la que una vez fue mi habitación en esta casa, mi cama estaba hecha y seguía igual que la última vez que la vi, así que me fui a acostar, pero no podía dormir. La cama se sentía grande, me hacía falta mi alfa, y estando solo sin poder resistir, empecé a llorar por todo lo que me dijo el tal Barcode mientras salía de mi propia mansión.

Las lágrimas salieron hasta que creí que me asfixiaría porque me costaba respirar y mis ojos se pusieron tan pesados que me sentí más cansado de lo que esperaba, así que me quedé dormido. El olor de menta y canela de mi alfa se sentía muy fuerte en mi sueño, como si estuviera a mi lado; después de unos minutos, desperté y Jeff estaba realmente a mi lado, rodeándome con sus brazos.

- ¡¿JEFF?! - Grité asustado al recordar que estoy en casa de mis padres y lo desperté.

- ¡No te despiertes! ¡Vuelve a dormir! Sigo muy cansado...

- Pero... - Jeff cubrió mis labios.

- Shhh... Dormir, luego hablar.

En cuestión de segundos, escuché un leve ronquido de vez en cuando que salía de Jeff, yo acaricié su cabello, su rostro y finalmente lo abracé fuerte por el cuello, hasta que no había espacio entre nosotros. Mi alfa se metió en mi cuello y yo aspiraba el olor de su cabello, que me daba tanta tranquilidad y hacía que mi corazón latiera con desenfreno.

Estaba tan feliz en ese momento, Jeff vino a buscarme, no se fue con ese odioso Omega, vino conmigo y con nuestro cachorro, por lo que puedo asegurar que Jeff Satur me ama. Hechos un solo nudo así como acostumbramos a dormir, fue muy fácil que el sueño me invadiera de nuevo y de pronto, todo se tornó oscuro.

- ¡¡ERES MÍO!! - Escuchaba los gritos de alguien.

- ¡Eso es pasado, entiende que yo tengo un Omega y tú ya no formas parte de mi presente y menos de mi futuro! - Era la voz de Jeff, tratando de explicar de forma tranquila.

- ¡NO PUEDES HACERME ESTO! ¡TÚ ERES MÍO! - Saliendo de la oscuridad, me asomé por un pasillo, donde Jeff estaba con Code, quien al verme, besó a mi alfa y él lo correspondió. En cuanto dejaron de besarse, Barcode me vio y dijo: - ¡Te lo dije, Jeff Satur me pertenece!

- ¡¡NOOOOOOO!! - Me desperté de golpe y Jeff se cayó de la cama por el susto.

- Ta, mi amor. ¡Está bien, estoy aquí! - Nos abrazamos y acomodamos en la cama para estar más cómodos. - Dormimos demasiado. Solo unas horas y ya estás teniendo pesadillas. - Me regaña en broma.

- Si lo escoges a él, no sé qué haría. - Dije con un hilo de voz y lágrimas cayendo por mis mejillas.

- ¿Escoger a quién? ¿De qué hablas? ¡Yo solo puedo estar contigo! - Me aferré mucho a sus brazos y él me apretó a su cuerpo. - ¡Cálmate!... Sé que piensas que no te di tu lugar, pero no es así. Es solo que yo necesitaba tiempo.

- Lo dejaste dormir en mi cama... No volveré a dormir allí. - Reclamé con un puchero y él me besó la frente.

- Bien, compraremos una cama nueva. Puedes escoger la que quieras. - Dijo con una sonrisa.

- Dejaste que viviéramos bajo el mismo techo, ¿tienes idea de lo mal que me ha tratado?

Jeff saca su teléfono y me muestra las grabaciones de las cámaras de seguridad, donde se ve y escucha claramente todo lo que ese chico grosero me ha gritado en los últimos días. Al mismo tiempo me explicó que solo quería ver hasta dónde sería capaz de llegar y que pronto haría que pague con creces todo lo que nos dijo a mí y a mi cachorro.

- Descansa amor, yo no me iré, porque este alfa le pertenece a Ta Nannakun, así que no podrás librarte de mí tan fácilmente. - Dijo, mientras dejaba besos en mi cabello.

- ¡Te amo, Jeff! - Dije con temblor en mi voz.

- Yo te amo mucho más. Recuerda mis palabras amor mío... Tú y mi cachorro, son lo que más voy a amar, cuidar y valorar, por el resto de mi vida.

Me quedé helado cuando recordé que esas fueron las palabras que me dijo en el sueño que tuve hace poco más de dos años, antes de escapar del antiguo Jeff que me maltrataba. Limpié la lágrima que se deslizó sin mi consentimiento y luego volví a cerrar mis ojos hasta que me dormí; y ahora, en mi sueño, solo vi a mi familia siendo feliz al fin.

Mi cachorro jugaba con sus primos y una niña que no había visto, pronto, Jeff se sienta detrás de mí abrazándome por la cintura y como estamos sobre la arena, es fácil para él rodearme con su cuerpo. Veo mi barriga abultada de nuevo y estoy seguro de que hay un nuevo cachorro en camino, pero el sueño se detuvo porque sentí muy frío mi cuello y me desperté.

- ¿Jeff, qué haces? - Trato de empujarlo cuando me doy cuenta que es su lengua la que me moja.

- Te estoy castigando. - Dice como si nada y continúa excitándome.

- ¿Castigándome por qué? ¿Qué hice? - Pedí una explicación, pero ya estaba abrazándolo con mis brazos y piernas.

- Se trata de un Omega hermoso que huyó con mis cuñados. Y te recuerdo que no confío en ese par. - Entonces lo entendí y mi Omega dijo:

Jeff está celoso...

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