Capitulo 6: Encuentro
Rinne ayudaba en lo más que podía a Yato, también le sorprendía que los ayakashis fueran de distintos tamaños y formas. Pero lo único que nunca cambiaba era lo peligrosos que todos eran para los humanos y hasta para los mismos dioses.
-Esto fue obra de alguien- dijo Yukine tranquilamente.
-¿Crees que allá sido mi Padre y Nora?- pregunto Yato, observando a Rinne y Rokumon sin perder de vista a los ayakashis a los que se enfrentaba.
-Es lo más seguro.
(...)
-¿Dónde está? ¿Cómo lo conociste?- pregunto nerviosa Sakura, deseaba encontrarlo lo más pronto posible, los días que le habían dado para buscarlo se estaban acabando.
-Te llevare con Rinne, seguramente esta con Yato en este momento. La que debe hacerte preguntas aquí soy yo ¿Cómo llegaste a este mundo?
-Con la ayuda de la Señora Tamako, la abuela de Rokudou.
-¿Desde cuándo?
-Hace cuatro o cinco días- contesto las dos aun no salían de su escondite, no querían arriesgarse.
-¿Dónde te estas quedando?- pregunto Hiyori preocupada.
-Me estoy quedando con la Diosa Bishamon.
-Qué bueno, ella es muy buena, lo único que no me cuadra es que estuvieras arriba de un edificio sola.
-Estábamos con la diosa Kofuku cuando esa tormenta empezó, me dejaron ahí pensando que estaba segura pero... después aparecieron esos lobos y no me quedo otra opción más que saltar.
-Ya veo...es mejor irnos ya, probablemente regresen.
(...)
-Veena, no veo a Sakura- informo Kazuma.
-¿Qué? Debe de estar ahí, a lo mejor se bajó a la calle.
-No la veo, no está- buscaba en todos los puntos en donde la joven podía estar.
-Hay que buscarla...pero primero tratemos de terminar con la mayoría de ayakashis.
-Claro.
-¿Qué habrá pasado que Sakura se tuvo que ir?- susurro Veena preocupada.
(...)
Sakura y Hiyori corrian en dirección hacia el pequeño parque, la mitad ayakashi indicaba ese camino pues sentía el olor del ahora Dios de la fortuna concentrado ahí.
-¿Cómo... es posible que sientas su olor?- pregunto Saura entre respiraciones, sabía que era malo hablar mientras se corría pero poco le importo si le llegaba a dar un dolor por eso.
-¿Habilidad adquirida tras el accidente?- respondió vagamente, ni ella entendí por qué tenía esa habilidad, bueno los ayakashis pueden olor pero no se metería en más detalles.
El parque estaba infestado de ayakashis de todos tipos, a lo lejos Hiyori pudo divisar a Yato estaba a punto de gritar su nombre cuando Sakura se le aventó y las dos cayeron al piso.
-¡Ay!- grito al golpearse contra el concreto frio. -¡Sakura!
-Lo siento pero ese lobo te iba a atacar.
Hiyori no le puso atención al atacante, sino que vio directamente a quien lo había mandado.
-Nora- susurro.
-¿Nora?- pregunto Sakura volteando a la dirección que veía su compañera. –Esa chica la vi el día que Rokudou desapareció.
-Eso significa que tenemos problemas más grandes de los que esperaba- hizo una pausa. –Tenemos que irnos, después nos encontraremos con ellos- dijo Hiyori mientras se ponía rápidamente de pie.
Definitivamente no pelearía con Nora y sus lobos, no estaba loca, esa maldita la quería matar y si podía también terminaría matando a Sakura.
(...)
-¿Cómo vas, Rinne?- pregunto Yato cundo se pusieron espalda con espalda.
-Bien, la mayoría del trabajo lo estás haciendo tú.
-Es normal, tu guadaña no sirve en ellos- comento Yato. –Pero... me estas siendo de ayuda.
-Al menos dijiste algo amable- reprocho Yukine.
Yato siguió dando pelea, pero parecían no acabarse nunca. Definitivamente su Padre y Nora debían de estar detrás de esto.
Rinne observo el perímetro, no era alentador para ninguno, vi una figura corriendo hacia la salida del parque, era Hiyori.
-Hiyori está aquí y en forma ayakashi- susurro Rokumon robándole las palabras al Shinigami.
-¡¿Qué!?- grito el Dios volteando a verla. Se dio el lujo de apartar los ojos de la pelea puesto que los ayakashis que se acercaban aún estaban lejos.
-¡Está loca, ¿Qué hace aquí?!- grito Yukine. –Alguien está siguiéndola.
-¿Quién es esa chica?- Yato forzando un poco la vista para verla mejor.
-Es Sakura- contesto Rinne sorprendido.
-¿Tu chica?- pregunto Yato volteando a verlo.
-¡Yato deja de molestar a Rinne!
Rinne pensaba negar lo que había dicho Yato pero termino haciendo algo muy distinto.
-¡Sakura Mamiya!
(...)
Sakura al oír la voz que tanto conocía volteo a ver de dónde venía. Sintió que el corazón, por alguna extraña razón, le volvía a latir.
Rinne comenzó a caminar hacia ella, no era posible que ella estuviera ahí, no era posible que se arriesgara tanto. Tenía que sacarla de ahí, pronto.
Ella también hizo lo mismo comenzó a caminar hacia él, quería correr y abrazarlo pero tenía las piernas muy cansadas de todo lo que le había pasado.
-¡Señorita Sakura!- grito alegremente Rokumon aun en el hombro de Rinne.
Los jóvenes solo se miraban.
-Hiyori ¿Dónde la encontraste?- pregunto Yato detrás del Shinigami.
-En el techo de un edificio, los lobos de Nora la iban a atacar- Hiyori también se encontraba detrás de Sakura.
-¡Lo sabía! Ella y tu padre deben estar metidos en todo esto- le dijo Yukine.
-Es lo que veo- susurro Yato.
-Me alegra ver que este bien- dijo Sakura después de tantos segundos en silencio.
Rinne abrió su boca para contestarle. Pero no pudo, en ese mismo momento bajo del cielo un gran ayakashi el cual provocó un fuerte viento.
Aventando a todos a diferentes lados.
(...)
-Sakura, reacciona- llamo Hiyori moviéndola levemente del brazo.
Esta fue reaccionando poco a poco, pudo sentir algo frio recorrerle el lado derecho de la frente, era sangre. Se encontraba recargada contra un tubo de algún juego.
-¡Qué bueno que ya reaccionaste!- exclamo Rokumon a su lado.
-¿Dónde están Rokudou y el Dios Yato?- pregunto Sakura cubriéndose con la mano la herida.
-Están tratando de detener al ayakashi, y podrías llamarle Yato no hay necesidad de formalidad con él- contesto Hiyori. –También los está ayudando la Diosa Bishamon.
-Debí de haberlos preocupado al no encontrarme en donde me dejaron- dijo Sakura poniéndose de pie con ayuda de Hiyori.
(...)
-Padre, esto ya no salió conforme a tu plan- dijo Nora separándose de él.
-No, y ciertamente la fuerza que tiene nuestro invitado no es mayor que la de Yaboku o cualquier Dios- Fujisaki empezó a jugar con el pincel. –Mis planes no han salido tal como pensé, causar un pequeño alboroto no va con mis planes.
-¿Y Yato?
-No te preocupes por él, tarde o temprano volverá con nosotros, como cuando era pequeño. Y me ayudara a vengarme del cielo.
Nora solo sonrió.
(...)
-¡Seguro fue cosa del Brujo!- grito Veena después de que terminaran con el ayakashi.
-Veena cálmate por favor- pidió Kazuma en voz baja.
-No digas lo obvio Diosa pervertida- dijo Yato sin temor a las represalias.
-¡Yato!- grito Yukine.
Hiyori solo observaba como Kazuma y Yukine, como siempre, trataban de detener la pelea sin sentido de Yato y Veena, por el otro lado Sakura estaba terminando de ser atendida por Akiha. Los demás veían la pelea.
La joven decidió acercarse a Rinne el cual se encontraba con Rokumon lejos de los demás.
-¿Cómo estás?- pregunto tratando de hacerle la plática al pelirrojo.
-Bien, aunque me sorprende que Yato se ponga a pelear con esa Diosa después de la pelea y el golpe que se llevó cuando salimos volando contra los árboles- Rinne empezó a oír como la chica soltó una risa nerviosa.
-Así es Yato, además a él no le hace tanto daño el golpe como a ti ¿Qué tal que ella vino a buscarte?
-Bueno, no lo sé, demasiado peligro y creo que le daré unos golpes a ciertas personas cuando llegue.
-Pero es lindo que le Señorita Sakura nos viniera a buscar- agrego Rokumon a la respuesta de su amo.
Rinne no dijo nada solo vio como todos los shinkis de la Diosa Bishamon la empezaban a rodear preguntándole como estaba.
(...)
Ya entrada la noche todos se dirigieron a la casa de la Diosa Kofuku, los dioses empezaron a tomar y platicar, los shinkis solo hablaban sobre todo y nada, Sakura decidió salirse un rato para respirar algo de aire fresco, además Yato y Veena ya se empezaban a pelear, de nuevo.
-Hola- saludo Rinne tomando asiento a su lado.
-Hola ¿Cómo sigue allá adentro?- pregunto señalando con la cabeza.
-Siguen tomando, los únicos que no están tomando son los shinkis y Hiyori.
-Son divertidos, aunque su mundo es mucho más peligroso que el nuestro- comento Sakura mirando a la luna.
-Sí, he Sakura Mamiya- llamo Rinne suavemente.
-Mande.
Sakura no se esperó lo que estaba haciendo Rinne, de un momento a otro le había quitado el flequillo de la cara y empezó a acariciar con el pulgar las pequeñas vendoletas.
-Lamento mucho que esto te pasara por mi culpa- dijo Rinne con tristeza.
-¿Qué? Esto no fue tu culpa, nadie podría haber predicho lo de ese ayakashi- Sakura no se movió, no le molestaba que él estuviera tan lejos, solo lo miraba fijamente a los ojos.
-Yo...- Rinne fue bajando lentamente su mano hasta llegar a la mejilla de la chica, con el pulgar siguió acariciando.
El joven no entendí de donde había sacado el valor para estar haciendo tales cosas, ni porque el corazón no le explotaba de una vez, pero podía ver lo roja que estaba Sakura. Eso lo sorprendía, ella siempre tan seria, tan inexpresiva.
Sakura por su parte solo trago saliva y al igual que a él, el corazón le latía a mil. Pero no quería moverse, quería eso, quería que eso pasara.
Se fue acercando poco a poco a la cara de ella, ella por su parte solo cerró sus ojos.
Podía sentir su respiración más cerca.
-¡Rinne! ¡Sakura!- grito Kofuku abriendo la puerta de golpe. Los jóvenes rápidamente se pusieron de pie asustados por la repentina aparición de la diosa. -¿Los asuste? Lo siento, pero es que de pronto estaban y de pronto ya no, además Bisha ya se va.
Kazuma salió de la casa prácticamente cargando a Veena.
-Lamento mucho la interrupción de su plática Sakura ¿Vienes con nosotros?- pregunto Kazuma saliendo de la casa, prácticamente estaba cargando a Veena.
-He claro- contesto rápidamente, ahora estaba avergonzada.
(...)
Dos días después Rinne y Sakura apenas se habían encontrado, ella se la pasaba todo el día en la mansión y el en la casa de Kofuku.
En esos días Veena y Kazuma se habían estado viendo con Yato y Yukine, a veces también Hiyori, para poder encontrar la manera de mandarlos a su mundo. La Diosa de la guerra quería hacerlo sola con su Shinki pero descubrió que el libro tenía dos partes, Ebisu solo le había dado la primera y la segunda se la había prestado a Yato un día que se encontraron.
Obviamente, Yato no le entregaría el libro para que no lo dejara fuera de eso.
Ahora ya tenían todo preparado para mandarlos de vuelta a su mundo... para devolverlos a su hogar.
Sakura se despidió de todos los shinkis con los que había pasado los días, lo hacía rápido pues el portal se abriría en la casa de Kofuku, ella tampoco quería quedar fuera de esto. De los únicos que no se despidió fue de los que siempre acompañaban a la diosa en la batalla, de ellos lo haría llegado el momento.
(...)
-Muchas gracias por todo Hiyori, Kofuku, Daikoku, Yukine y Yato, les agradezco todo lo que hicieron por nosotros- agradeció Rinne, tanto en su nombre como el de Rokumon.
-No tienes nada que agradecer- dijo Daikoku dándole una palmada en la espalda, con un poco más de fuerza que desequilibro al chico.
-Los voy a extrañar- se quejó Kofuku casi llorando, abrazo al chico y al gatito negro.
-Nosotros igual- contesto Rokumon respondiendo el abrazo.
-Nos vemos Rinne, Rokumon pórtense bien- dijo Hiyori con una sonrisa.
-Claro, tu igual- respondió Rinne, Hiyori también les abrazo.
-Nos vemos- Yukine les dio las manos a los dos. –Espero que les vaya bien.
-Gracias, bueno muchas gracias Dios Yato- se despidió Rinne tendiéndole también la mano.
-Como dice Daikoku no hay nada que agradecer- dijo Yato tomándole la mano.
Rinne volteo para ver cómo iba Sakura con las despedidas.
-Muchas gracias por todo Diosa Bishamon, Kazuma, chicos no sé cómo agradecerles por ayudarme.
Veena se acercó y la abrazo directamente.
-Eres una chica muy buena Sakura, que seas muy feliz en toda tu vida- dijo con voz dulce. Sakura solo sonrió ante sus palabras.
-Mucha suerte Sakura- Kazuma se acercó a ella, está siempre lo recodaría, había llegado a verlo como un hermano mayor. –Ten entre todos decidimos regalarte esta pulsera- le abrocho una pulsera de oro en la mano izquierda, era realmente hermosa y sencilla, le encanto.
-Gracias.
-¡Ya está todo listo!- grito Yato.
Sakura, Rinne y Rokumon, el cual se colocó en el hombro del joven, los dos jóvenes se miraron y se tomaron de la mano, solo echaron una última mirada para atrás.
Estaban todos los amigos y conocidos que habían hecho a lo largo de esa semana, sonriéndoles, deseándoles lo mejor.
-¡Muchas gracias, ustedes también sean muy felices!- gritaron los tres para después cruzar el portal de vuelta a casa.
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-Ya se cumplió el lapso, se supone que ya deberían de haber llegado- se quejó Ageha dando vueltas por el sofá de la casa de Tamako.
-Por favor ya cálmate y cállate- suplico Tsubasa sentado en el sofá grande.
-¿Qué tal si no era ahí a donde Rinne termino y Sakura fue en vano?- pregunto Ageha poniéndose aún más nerviosa, y claro ya estaba poniendo nervioso al joven.
-¡En serio ya cállate y siéntate!
-¡No quiero, estoy preocupada!
-¡Yo igual, pero no estoy como loco neurótico!
-¡¿Qué dijiste idiota?!
Una luz empezó a emanar del cuarto contiguo, Tsubasa y Ageha dejaron su pelea y se dirigieron lo más rápido posible a ese lugar.
(...)
Cuando llegaron ya no había ninguna luz, pero si estaban sus amigos.
-¡Volvieron!- grito Ageha emocionada abrazando inmediatamente a Rinne, Tsubasa por su parte abrazo a Sakura.
-Regresamos chicos, Rokudou y Rokumon han regresado- dijo Sakura sonriente.
Fin...
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*Llora* Primero que nada quiero agradecer a Lillany purple'red, gracias por tus comentarios y animos, también a mi amigo Yarlan que me animo a que subiera la historia :)
Segundo, creo que en realidad no dije y no dire los motivos del porque el papá de Yato trajo a Rinne, creo que eso se dice solo xD nah solo que la historia estaba pensada de esa manera desde el principio.
Sin mas, muchas gracias por seguir esta historia :)
Hasta luego (^w^)
(P.D: Mañana Epilogo pequeño)
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