La muñeca de mamá
Verano. Los niños juegan en la vereda, exceptuando a los niños de la Academia Umbrella que están encerrados en la mansión. Uno hace ejercicio, Dos práctica su puntería y Tres... Ella está en su cuarto, maquillandose.
Al cumplir los doce años, número tres ó también llamada Alisson, se había vuelto una adicta a verse perfecta y ahora, a sus quince años, tiene en su habitación paletas de maquillaje de todos los colores, delineadores, labiales, accesorios e incluso productos especiales para el cabello. Claro que no dejaba que nadie, exceptuando su madre, entrara a tocar sus cosas.
En cambio, su hermana Vanya, se mostraba totalmente diferente a Alisson. Ella no se preocupaba por verse «hermosa» con kilos de maquillaje, ni de decorarse como árbol de navidad llena de accesorios. Por lo único que ella se preocupaba era por perfeccionarse en el violín y al fin, un día, ser suficiente para enorgullecer a su padre.
Además, mamá siempre decía que Alisson era su modelo favorita y amaba verla maquillada. Aveces incluso era ella quién la maquillaba y peinaba, para pasar tiempo juntas.
Pero entonces, un día en especial, en el que seis de los siete niños Hagreeves salieron en una misión, Vanya aprovechó la ocasión para entrar en el cuarto de su hermana y usar aquel maquillaje que tanto llamaba la atención de todos.
Primero, tomó un delineador y recordando haber visto a su hermana con una línea negra bajo sus ojos, intentó imitarla. Con el ojo izquierdo le fue bastante bien, pero a la hora de pintar el ojo derecho, se le resbaló el lápiz y terminó por pintarse dentro, sintiendo el fuerte ardor. Gritó de dolor y corrió al baño a lavarse, cuando se miró al espejo notó que su ojo se había tornado rojo.
— Maldición—. Exclamó antes de volver a la habitación de Alisson.
Ahora tomó un brillo labial y se lo colocó a la perfección, luego unas sombras y, aunque se provocó dolor al presionar demasiado, también se maquilló algo decente, de un color azul marino. También tomó el rubor y se colocó cantidades exageradas, pero para ella, lo importante ya no era verse bien, sino usar las cosas que su hermana tanto mezquinaba.
Al terminar, se miró en el espejo y comenzó a reír. Se veía algo ridícula, pero al menos sí había dejado sus labios y mejillas hermosas.
Pero de pronto, cayó de espaldas al suelo, siendo tirada del cabello por su furiosa hermana que comenzó a gritar.
— ¿¡Qué rayos haces en mí habitación!? ¿¡Por qué demonios tocas mis cosas, Vanya!?— Ambas chicas luchaban en el suelo, mientras que Diego y Klaus alentaban a que la pelea siga, Luther y Ben intentaban detenerlas y Cinco... Él solo observaba con desinterés.
— ¡Suficiente!— Desde la puerta de la habitación se escuchó la voz de Sir Reginal Hagreeves, completamente molesto.— ¿Cómo esperan salvar al mundo si pelean como animales?
— ¡Son Alisson y Vanya, papá! Ellas estás peleando—. Exclamó Ben.
— Puedo ver bien de quienes se trata, Número Seis.
— Perdón papá—. El niño bajó la cabeza y Mr Monóculo dirigió la mirada a las dos chicas que ya se habían puesto de pié.
— ¿Pueden explicar qué sucede?— Inquirió el padre, Vanya bajó la cabeza, pero Alisson posó una mano en su cintura y señaló a su hermana.
— Fue ella, papá. Entró a mí cuarto y tomó mí maquillaje.
— ¿Y la mejor manera que encontraste para solucionarlo fue golpear a tu hermana?
— ¡Pero, papá!
— Suficiente, ambas estarán castigadas por tiempo indefinido. Grace, lleva a Número Siete a su habitación y todos los demás, cada uno a su cuarto hasta que la cena esté lista.
— ¡Pero, papá!— Dijeron al unísono.
— He hablado—. Sólo contestó Hagreeves y se marchó a su oficina.
— Ven, Vanya. Vamos a quitarte ese maquillaje—. Mamá habló con dulzura, como era su costumbre y apoyando una mano en su hombro la llevó a su cuarto.
La dejó allí y fue a buscar algo de algodón y desmaquillante, para comenzar su labor y mientras la desmaquillaba, Vanya comenzó a llorar.— Cariño ¿Que sucede?— Dijo mamá.
— Sólo quería ser como Alisson. Todos la quieren a ella porque es hermosa y se maquilla—. Grace abrazó a su hija y besó su cabeza, dándole consuelo.
— Vanya, cariño. No necesitas maquillaje para verte hermosa porque ya lo eres. Alisson será mí modelo, pero tú siempre serás mí muñeca preciosa—. La chica se hundió en aquel abrazo, mamá tenía esa magia, la de calmar a cualquiera con un abrazo, unas palabras dulces y tal vez unas galletas recién horneadas...
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