4
[Aonung]
-Yo necesito otro momento aquí- por fin me contestó.
-Aún se te dificulta respirar?- pregunté al sentarme a su lado.
-No es eso... -frunció el ceño y volteo su cabeza a otro lado.
-Hoy fue un día largo, deberías descansar- quería eliminar la tensión del ambiente.
-Me confundes- me enfrentó.
-Bueno, debes recuperar fuerzas y...- quería explicarme en medio de los nervios que me carcomían.
-No hablo del descanso-se rio - primero te comportas como un idiota y luego como un buen chico... tienes que ayudarme de este lado amigo porque estoy muy perdido.
-No es cierto... yo me comportó normal- volteé los ojos, restándole importancia.
-Entonces te caigo mal?
-No!- contesté de inmediato, porque no quería que pensara mal.
-Ok... no te caigo mal, entonces es porqué tienes que enseñarnos?
-No...- deje caer mi cabeza entre mis manos, cada vez más desesperado-es solo... el hecho de quienes son.
-Que seamos Omatikaya? O por la sangre que corre por nuestras venas?
-Supongo que ambas- por primera vez, también entendía la razón- más bien, es porque son diferentes...
-Ser diferente es malo para ti?
-Bueno, es extraño. Ustedes son extraños.- alce los hombros.
-Vaya, es la primera vez que me dicen algo así.
-En serio? Eres un rarito... estoy seguro que alguien ya te lo ha dicho- sonreí de manera amistosa.
-Era hijo del Jefe... estoy seguro que nadie quería meterse conmigo.
-Oh claro, el señor sucesor era respetado por todos...
-Oh Cállate!- me dio un empujón, riéndose conmigo- tu también eres hijo del jefe, estoy seguro que nadie te ha dicho algo para ofenderte.
-Tienes razón, pero es porqué soy increíble.
-Y algo egocéntrico a mi parecer.- empezó a soltarse más, ya no parecía incomodo y no me importaba realmente no que me dijera, me estaba divirtiendo.
-Por favor... nunca disfrutaste los privilegios de ser el jefe?- trate de indagar sobre él.
-Mmh... no realmente.
-En serio? Nunca te saliste de algún problema diciendo el nombre de tu padre? O pedir algún permiso por ser quien eres?
-Probablemente de niño, pero... los hombres del cielo regresaron cuando aun era joven, tuve que crecer rápido y ayudar a proteger la aldea o cuidar a mis hermanos.- o no... elegí mala conversación.
-Oh...- decayó de nuevo la platica, pero aun estaba interesado- Y cómo es?
-Que cosa?
-Estar en guerra? Nosotros hemos escuchado las noticias, pero somos un pueblo pacífico, nunca hemos estado en una pelea como esa.
-Los Omatikaya también éramos un pueblo pacífico, madre siempre nos canta sobre los tiempos de paz, pero... nos han arrebatado demasiado.- sus palabras se fueron convirtiendo en susurros.
-A que te refieres?- me acerqué a él para poderlo escuchar mejor.
-Esos hombres no les importa nada, no tienen aprecio por la vida, nuestras tierras o tradiciones. He perdido amigos, gente con la que he crecido o me cuidaron. He visto como devastan nuestras tierras y apartan a Eywa de cada lugar que conquistan, hemos tratado de proteger lo que nos pertenece, solo eso...
Un escalofrío me recorrió entero al imaginar la guerra en mi hogar. Ellos han crecido en medio de las batallas, pero nosotros no estamos preparados.
-Tu... has peleado?
-Sólo he ido como apoyo en vigilancia, asesinar... no lo he hecho.
-Tu Padre... él bueno...- la duda creció en mí.
-Qué?
-Ya sabes, si... él gano antes. Por qué ahora huyó?
Note sus orejas crisparse y como perdió un poco de brillo su mirada. Anoté mentalmente que aquello era un tema delicado.
-Creo que debo regresar- se levanto y me espero.
- Si claro...- le seguí, sabiendo que dio por terminada la platica
-Mañana, nos vemos mañana.
-Mañana...- no quería que la conversación terminara así- mañana Tsiyera ayudara a tu hermano a montar de nuevo y... bueno Kiri creo que ya puede hacer muchas cosas por su cuenta... entonces...
-Entonces?
Quería de nuevo un momento sólo con él, tenía que inventar algo...
-Si tu quieres... puedo ayudarte con eso de la respiración, ya que... montar Ikul se te dio bien y mientras, podrías ayudarme con algunas cosas de la tribu.
-Ah...- se quedo callado y pensé que lo había arruinado de nuevo, pero obtuve respuesta- Si, esta bien...
No lo podía creer... acepto?
-Genial, nos vemos mañana...- lo había logrado y no quería darle oportunidad de reconsiderarlo, así que corrí de ahí.
....
-Te gusta...- apenas y llegué a casa, Tsireya me acorralo.
-No se de que hablas.
-Aja. He visto como lo miras.
-Ya te dije, no se de que hablas.
-Hablo de ti y de Neteyam, te gusta...
-Esta loca.
-Como explicas las burlas constantes a sus hermanos, pero a él no?
-Bueno... él se gano mi respeto.
-Ha hecho lo mismo que los otros y si hablamos de talento, Kiri ha sido mejor.
-Bueno, pero yo estoy a cargo de él. Sólo me regocijo de ser un buen maestro.
-O eres bueno ocultando tus sentimientos o de verdad no te has dado cuenta.
-Ya te dije que te equivocas. Es lo mismo que tu y el idiota... acaso te gusta?
-Puede ser...
-Que? En serio?- no pensé que lo aceptaría tan fácil.
-Si, pero no es tan fácil... a mamá no le agradan.
-Sangre de demonio no?
-Si... pero son como nosotros. Son otra tribu, pero no otra especie... ello no...
-Madre debe tener sus razones Tsireya, aun no sabemos porque vinieron a pedir refugio.
-Tampoco confías en ellos? Pensé qué Neteyam te había hecho cambiar de opinión.
-Ya te dije, solo me parece mas normal que los otros.
-Si lo que digas. Cuando descubras lo tonto que estas por ese chico, esperó ser la primera en saberlo.
-Eso no sucederá hermanita.
-Que no va a suceder?- Madre llegó a la casa y ambos callamos.
-Nada, solo estábamos jugando.- si ella supiera la verdad, probablemente estaríamos castigados algún tiempo.
-Mmh... y como estuvo su día?
-Bien- contestó Tsireya- divertido
-En serio? No están haciendo sufrir a esos chicos verdad? - preguntó acusatoriamente.
-No... ellos contra el mar es suficiente...- sonreí.
-Recuerden, ellos ahora son parte de nosotros. No importan lo que sean o lo que dije cuando llegaron. Debemos ayudarles a acoplarse.
-Pero...
-Sin peros...- me detuvo- la forma en que actúe, fue para protegernos. La última visita que tuvimos de ellos, fue para hablar de su guerra y... como Tsahik pensaba que su sangre contaminaría a nuestra gente, los apartaba de Eywa.
-Y ya no?- me atreví a preguntar.
-No... ellos son Na'vi. No importa lo extraños que sean, pero aun tengan cuidado, algo los obligó a pedir refugio, estemos atentos.
-Si madre...- con ello acabó la conversación.
Bueno, aun así el único que me interesaba conocer era a Neteyam.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top