xli. poder oscuro
EL WALRIDER OSCURO,
capitulo cuarenta y uno: poder oscuro!
LA OSCURIDAD ERA ALGO QUE DAWN INTENTABA ALEJAR DE SU MENTE. Y, también, de sus poderes. Charles, Dawn y Jean eran hasta ahora las mentes más poderosas de todo el cosmos y eso no se dudaba. Sin embargo, Jean había dado una advertencia que Charles no logró descifrar a la primera vez. Dawn continuó en analizarla y, por desgracia, se sentía igual que ella. Tan desolada y tan descontrolada al mismo tiempo. Ella veía eso como algo anormal, sobrenatural e incluso monstruoso. En toda esa oscuridad, ella no encontró a nadie que pudiera salvarla.
Dawn Grey se encontraba envuelta de oscuridad en sus cinco sentidos, mostrando tanta confusión que llegó hasta el punto de ser algo muy abrumador. Miraba hacia todos lados y con lo único que se encontraba era negro. Un negro tan oscuro como el alma de aquella persona que se atrevió a quitarle a su esposo de sus manos. Un poder tan letal y mortífero como un cuchillo afilado endos segundos. Dawn recordó aquella oscuridad que inundó su mente durante un corto periodo de tiempo, sin embargo para ella, eso fue una eternidad de dolor.
La rubia fresa sintió que había perdido su juicio en aquel momento, sintiéndose tan hipnotizada por tocar aquel caos que comenzaba a crecer en su mente, como si fuese la estrella más brillante del universo que se encontraba esperándola en el horizonte. Llamándola, una y otra vez.
'Ven, Dawn, acércate'
Pero luego, sintió que su cuerpo se alejaba de la misma oscuridad y un dolor emanaba en su cabeza, tan agudo como una flecha. Y por eso Dawn había gritado. Había perdido su color morado y eso le abrumaba con el peso de la culpa por dejarse llevar por el caos.
Hasta que su entorno se volviera en cámara lenta, ella intentaba como pensar en recuperar a su marido de las manos de la muerte: del mismo Apocalipsis y sus cuatro jinetes. No era imposible, pero tampoco era tan posible. Ella no podía luchar contra un poder forjado hace miles de millones de años. Dawn Grey no podía hacerlo, pero cuando Raven nombró su nombre clave, ella no lo pensó dos veces.
'La necesitan a ella. Necesitan a Walrider.'
Ellos necesitaban a Walrider. Sin embargo, Dawn estaba tan fuera de combate que sola no podría enfrentarse.
—¿En qué piensas, Dawn?—preguntó una voz, idéntica a ella.
La rubia fresa se giró, encontrándose a una paralela, con sus ojos color morado brillante y su cabello rubio-fresa atado en un rodete imperfecto. Dawn se mostró sorprendida al no ver ojos negros en su rostro, cosa que realmente alivió a la muchacha. El cabello de su paralelo tenía los mismos tonos, pero a diferencia de su cabello, ella tenía algunas franjas color blanco en sus cabellos y su rostro tenía dibujos imperfectos en los costados de su rostro. Su piel no envejecía y su mirada era igual a la de la propia Dawn Grey.
—¿En qué piensas?—insistió ella.
Dawn no sabía cómo responderle, ya que le resultaba raro hablarle a un paralelo, pero habló—En el caos que se desatará en el mundo—dio un paso hacia adelante—. ¿Quién eres?¿Acaso un paralelo que muestra mi parte maligna? Porque no recuerdo que tú fueras así la última vez que hablé con mi paralelo.
—Yo no soy un paralelo maligno, Grey—replicó ella, intentando de alguna manera de sofocar una risotada—. Yo soy tu otra parte, soy Walrider.
—Oh...
Con que ella era Walrider.
—¿Qué sucede?¿No te sorprende ver este lado tuyo?—preguntó Walrider acercándose a ella.
—Digamos que hace años que no lo uso—dijo Dawn cruzándose de brazos—. ¿Podrías decirme donde estoy?
Walrider chasqueó la lengua y sonrió de lado—¿No deberías saberlo ya? Estamos en tu mente.
—Tú también formas parte.
—Es lo mismo—replicó ella rodando los ojos—. No es algo tan común que la dueña de su propia mente no recuerde quien soy.
—Hay personas que ni siquiera recuerdan su nombre—dijo Dawn a la defensiva—. Por cierto, ¿por qué estás aquí? Husmear en lugares privados está mal.
—Si mal lo recuerdo, tú fuiste quien dijo que yo formaba parte de tu mente, solamente que estoy en una forma física autentica—respondió Walrider rodándolos ojos otra vez—. He venido para sacarte de la oscuridad que inunda tu mente.
Dawn al parecer no entendía a su paralelo, y no sabía cómo ella podría ayudarla a salir de su encierro.
—Dime, ¿en dónde estabas cuando se llevaban a Charles?
Walrider alzó las manos en modo de rendición—Tú fuiste quien intentó borrarme de tu cabeza luego de lo que ocurrió en Cuba.
—¿Y cómo es que sigues aquí?
—Madison me despertó de mi eterno sueño en tu mente, alertándome de que algo ocurriría en el futuro—dijo ella mirándole seriamente—. ¿Acaso recuerdas las visiones del futuro luego de la batalla en Cuba? Esa no fue Madison, esa fui yo.
Dawn ahora lo entendía, su propia hija había mantenido despierta a su paralelo para advertirle de todo lo que se vendría—Ella te ordenó que me dieras advertencias.
—Exacto y ahora he venido a sacarte de aquí.
—¡Yo no puedo salir de aquí!
—¡CLARO QUE PUEDES!—gritó ella dando un paso hacia delante—. ¡Ellos te necesitan!¡Jean, Scott, Peter, Kurt!¡Raven te necesita!¡LOS X-MEN TE NECESITAN!
—No puedo enfrentar a Apocalipsis con esta forma—replicó Dawn en un murmullo.
—He venido a sacarte de aquí y puedo asegurarte de que la persona que estará allá afuera ya no será Dawn Elizabeth Grey—dijo Walrider mostrándose más seria—. Dawn Grey dejó de existir en cuanto se sumió en el caos, cuando se dejó ser controlada por la oscuridad. Esa Dawn Grey está muerta.
Dawn dejó caer una lágrima, intentando de enfrentar la cruda verdad de su existencia. Dawn Grey ya no volvería a salir a la luz, ya que el hoyo negro que la tragaba, ya la había hundido metros y metros debajo de sus olas. Walrider le extendió la mano—Pero Walrider, tu otra parte, no está muerta y está luchando por sobrevivir—dijo ella finalmente—. No te alejes de esa parte. Tú, si es que sales ahí afuera, serás Walrider. Serás el líder que los X-Men nunca tuvieron. Salvarás al mundo.
—¿Y qué pasa si no lo logro?
Walrider sonrió—Habrá valido la pena luchar por alguien—extendió su mano aún más hacia ella—. ¿Qué dices?
Dawn miró hacia atrás y lo único que se encontró fue oscuridad, pero luego miró a Walrider y encontró a la misma estrella brillando con más intensidad a sus espaldas. Si agarraba su mano, ella dejaría atrás a aquella rubia fresa que amaba leer, que era devota a su esposo y a su familia, que apoyaba a la ciencia y que encantaba dar clases. Dejaría la parte más importante atrás. Pero si se quedaba, ella estaría sumida en la completa oscuridad por siempre y todos habrían perdido a Dawn Grey.
La rubia fresa tomó la mano de Walrider y ella le sonrió, dejando que la luz se hiciera más intensa y terminara cegando a Dawn.
'Tú, ahora, eres el Walrider Oscuro y nadie podrá detenerte.'
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editado ✓
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