iii. debilidades en telepatas
DESASTRE DEVASTADOR,
capitulo tres: debilidades en telepatas!
DAWN GREY SE RETORCÍA ENTRE LAS SÁBANAS BLANCAS. Su respiración se encontraba entrecortada, jadeante. Sus ojos se encontraban cerrados, pero las lágrimas corrían por sus mejillas.
'¡¿Qué has hecho?!'
'Dawn, vete'
Las voces que oía en su cabeza eran su peor pesadilla, un demonio que le perseguía cada día. Soltó un sollozo. Esas voces eran incurables, las atrocidades que le decían a la rubia fresa le herían tanto que le era imposible no gritar. Charles se despertó al ver los pensamientos negativos de Dawn, salió de su habitación sin despertar a su hermana Raven quien se encontraba allí durmiendo.
'¡Aléjate, monstruo!'
'Tú eres una aberración, Dawn'
La rubia fresa soltó un grito ensordecedor, sin embargo, no había roto ninguna ventana. Charles entró y observó que Dawn se encontraba sentada en la cama. La muchacha cubrió sus ojos con las palmas de las manos levemente y sollozó en silencio.
—¿Qué ocurre, Dawn?—preguntó Charles en voz baja.
Dawn no sabía que él estaba allí.
—¿Charles?—musitó la rubia fresa con la voz quebrada—. Lo siento...no quería despertar a nadie.
—Raven está dormida—declaró el telepata sentándose al borde de la cama—. Me despertaron tus pensamientos.
—No te metas en mi mente—Dawn rodó los ojos.
Charles soltó una carcajada y al ver que a su compañera le molestaba, dejó de reírse—¿Tu pasado te atormenta, verdad?—preguntó Xavier.
—Pagaría mucho por olvidarlo.
—No puedes—acotó Charles, Dawn sintió que se molestó con esas palabras—. Es parte de tu naturaleza, Dawn. No puedes cambiar el pasado, pero si el futuro. Ahora, intenta dormir. Despeja tu mente.
—Y tú deja de hurgar en la mía, por favor y gracias.
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A la mañana siguiente, Dawn despertó con un horrible dolor de cabeza. Soltó un gruñido y se levantó lentamente, al ver que tenía la ropa puesta decidió caminar hasta la puerta y salir de la habitación. Sabía que los dos mutantes se encontraban en el apartamento y no se apresuró al ver que ambos se encontraban desayunando.
—¡Hoy es gran día!—dijo Charles con cierto tono de alegría.
—Vaya, ni yo te superaría al verte tan alegre—habló Dawn y miró a Raven—. Buen día.
La rubia le sonrió y llevó la taza de té a sus labios. Charles invitó a la rubia fresa a que se siente en la mesa junto a ellos. La joven asintió y se sentó junto a Raven, Charles le sirvió una taza con un poco de té y ella se sirvió los cubos de azúcar en él antes de revolver.
—¿Cómo dormiste, Dawn?—preguntó Raven y Charles le fulminó con la mirada.
—Dormí...bien—respondió Dawn encogiéndose de hombros—. La cama de Charles es muy cómoda. Pero tengo dolor de cabeza.
—Me alegro de que así sea—replicó Charles mientras leía su cuaderno de apuntes e intercambiaba su mirada al gran libro con la tesis—. De todas formas...los dolores de cabeza no son aptos para telepatas.
Dawn observó cómo lograba completar su tesis a partir de palabras claves que conectaban a las explicaciones que se hallaban en su cabeza. Su vista volvió a su té y lo revolvió por segunda vez. Lo bebió lentamente, mientras que Raven le servía una tostada caliente en un plato pequeño. Untó un poco de queso en ella para después metérsela en la boca. Charles continuaba leyendo sus apuntes pero Dawn sabía que realmente no lo estaba haciendo. Y Charles sabía eso. Una pequeña sonrisa ladina fue esbozada por los labios del mutante de ojos azules y Dawn se sonrojó de pies a cabeza.
Me va a volver loca, pensó en silencio.
Miró hacia arriba y miró el ceño fruncido del futuro profesor Xavier al ver que no podía acceder a los pensamientos de la rubia fresa. Sonrió con triunfo y continuó bebiendo su té.
Al cabo de media hora, los tres salieron a las calles de Oxford al mismo ritmo. Dawn, al ver que el sol estaba alzándose, se tapó la cara suavemente y luego observó a sus dos compañeros. Ambos se veían muy relajados y charlaban sobre cosas que habían ocurrido ayer. No encontraba al telepata nervioso y eso le produjo a Dawn un sentimiento de seguridad genuino. Miró hacia el frente y continuó caminando junto a los dos mutantes hasta llegar a la universidad.
La rubia creyó que el tiempo pasaba muy lento. Sin embargo, escuchó atentamente las palabras que Charles Xavier exponía en su clase. Obtuvo más información acerca de las mutaciones genéticas, demostrando así que estas eran completamente únicas y genuinas. Pero, desafortunadamente, no todas las personas lo poseían. Luego de dos largas horas sentada en un buen lugar, tomando apuntes, Charles dio la clase como terminada. Todos aplaudieron ante su tésis y su completa inteligencia. Dawn le sonrió mientras aplaudía, sintiendo que había conocido a una de las mentes más brillantes de toda Inglaterra. Los alumnos despejaron el aula rápidamente y Dawn se acercó a Xavier. El ojiazul se encontraba guardando sus cosas y al percibir la presencia de la rubia fresa, sus ojos observaron los verdes de ella. Esbozó una sonrisa y se acercó a ella.
—¿Y?¿Qué dices?
—Nada mal para ser la primera vez—respondió Dawn aún sin borrar su sonrisa—. Fue impresionante.
Xavier sonrió ante aquello y observó al ver que Raven se acercaba a ellos. Los tres abandonaron el salón en cuanto el telepata terminó de guardar sus cosas. Charles tenía a las dos jóvenes a sus lados, este había sacado un paraguas para evitar que sus compañeras se mojaran. Oxford era bañado por la lluvia matutina.
—Bien, Charles—anunció Raven—. ¿Qué se siente ser profesor?
—Se me ha adelantado—dijo Dawn sonriente.
—No me llames así—replicó él reprimiendo una risa—. No te pueden decir profesor antes de que empieces a dar clases. Pero igualmente—siguió y observó a Grey—. ¿Qué se siente ser alumna?
—Se siente bien, pero voy a ser un dolor de culo para ti, Xavier—añadió la joven soltando una ligera carcajada.
—Dawn, deja de decir tonterías—respondió Charles negando con la cabeza.
—Lo sé, pero te queda.
—No digas eso, mejor di: "hay que ir por un trago".
—Hay que ir por un trago—dijo Raven.
Los tres caminaron juntos por las calles, volviendo al mismo bar donde se encontraron la noche anterior. Charles pidió dos cervezas para las jóvenes y ambas cantaron ante la alegre música que resonaba allí. Raven retó a Charles a que intentara beber algo más fuerte y él, sin dudarlo, aceptó.
—¡Fondo, fondo, fondo, fondo!—gritaban todos mientras que el profesor Charles Xavier bebía de un vaso muy largo, el cual se terminaba rápidamente.
Dawn y Raven reían a carcajadas, al ver como su compañero carraspeaba por el quemante licor que pasaba por su garganta y este soltó un gruñido para que todos le aplaudieran. Ambas rieron mientras que Charles se bajaba de la silla con el gran vaso largo y se unió en su risa. Raven le abrazó mientras que Dawn le palmeaba la espalda.
—Estoy muy orgullosa de ti—dijo Raven riendo.
—Gracias—dijo y observó a los dos—. Yo quiero otra de estas y ustedes una soda. ¿Me acompañas, querida?
—Con gusto, profesor—replicó ella mientras que Charles le rodeaba con un brazo.
Cuando fueron a la barra del bar, se encontraba la rubia de ese mismo día ahí, la rubia fresa vio que Charles sonreía. Pero en ese momento, una mujer castaña se interpuso entre la rubia y los jóvenes—Felicidades, profesor—dijo la mujer estrechándole la mano.
Charles frunció el ceño y observó el vaso—Muchas gracias, esto es más difícil de lo que usted cree.
—Ay, Charles...habla de tu tesis, idiota—murmuró Dawn en voz baja.
—No, lo felicito por su presentación—dijo la joven castaña sonriendo.
—Oh, estuviste en mi presentación qué linda te lo agradezco mucho—añadió el telepata rápidamente.
La mujer extendió su mano a forma de saludo—Moira MacTaggert.
—Charles Xavier—respondió y observó a la rubia fresa—. Ella es mi amiga, Dawn Grey.
—Un placer conocerla, agente—declaró la telepata con cordialidad mientras esbozaba una sonrisa.
—¿Tienen un minuto para hablar?
—Para una hermosa chica con una mutación del gen MCR1 tengo cinco—dijo tocándole el cabello y Dawn hizo mucho esfuerzo al no palmearse el rostro.
Ambos empezaron a caminar hacia una mesa, mientras que las dos jóvenes permanecieron allí. Dawn escuchó el constante parloteo de Charles acerca de las mutaciones y por un momento, y para su desgracia, cayó en la cuenta de que Charles no estaba sobrio. Rodó los ojos ante ello y se acercó para escuchar a un Charles confundido—¿Eh?
—Necesito sus conocimientos—dijo Moira mirándolo seriamente.
Charles sonaba confundido—¿Qué?
—Sí, esa clase de mutaciones que menciona en su tesis—insistió mostrándose plenamente preocupada—. Quisiera saber si ya pudieron haber pasado...en personas aún con vida.
Dawn y Charles se llevaron dos dedos a su sien - Charles lo hizo disimuladamente - y entraron en su mente. Un hombre rojo que aparecía, una mujer rubia que se hacía cristal, eran mutantes. La rubia fresa observaba a Moira estupefacta y deliberadamente observó a Charles—¿Profesor?
'¿Acabas de ver lo mismo que yo, Dawn?'
'Sí y eso me trae un muy mal presentimiento'
—Deberíamos hablar cuando esté sobrio—anunció Moira siendo indiferente—. ¿Tendría tiempo mañana?
Charles fijó sus ojos azules—Algo me dice que ya sabe la respuesta a su pregunta. Este asunto es muy importante para nosotros y haremos lo posible por ayudarla.
Moira sonrió ante la respuesta—Gracias.
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editado ✓
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