DESASTRE DEVASTADOR,
capitulo dos: mutaciones bonitas!

          DAWN ENTRÓ EN EL BAR Y VIO QUE LA MÚSICA SE ENCONTRABA ALTA. Observaba que todos reían y bebían con gracia. La alegría se sentía en todo el lugar y eso ponía a la rubia fresa completamente viva. Caminó hacia la barra y pidió una cerveza, decidió sentarse en una mesa redonda y cruzó sus piernas.

          En lo que fueron solo cinco minutos, las risas de todos se hicieron más sonoras. Dawn también rió junto a ellos. Alzó su mano para tomar un sorbo de su cerveza y suspiró con tranquilidad. Disfrutó de aquel momento intentando relajarse lo mejor posible, sin embargo - y no era lo que Dawn deseaba - , sintió una presencia no deseada en la gran habitación. Charles Xavier era el nombre de aquella presencia no deseada para la rubia fresa.

          Charles había entrado al bar junto a su hermana Raven. Ambos estaban buscando asientos y la joven Grey intentó buscar una distracción para ella. Buscó un pequeño libro que tenía en su bolso - y agradeció a Dios por eso - para disponerse a leer.

          Repentinamente, esa presencia comenzó a acercarse lentamente hacia ella y la rubia fresa intentó no mostrar su disgusto hacia el telepata—Vaya, vaya—dijo Xavier mirando a Dawn fijamente mientras que ella le sostenía la mirada con parsimonia y poca paciencia—. No pensaba que bebieras.

          Raven le codeó las costillas y su compañero hizo una mueca de dolor—Déjala en paz, Charles. Vinimos a hacer amigos y a beber, compórtate—miró a Dawn, quien hacia una mueca para evitar reírse. Raven sonrió ante aquel gesto y señaló las dos sillas—. ¿Te importa si nos sentamos contigo?

          Dawn sonrió y asintió rápidamente. Raven tomó asiento a su lado y Charles estaba a punto de hacerlo pero su hermana le detuvo y le indicó que pidiera una cerveza para ella. Charles, a regañadientes, caminó hasta la barra y pidió lo que su hermana había ordenado.

          Charles se sentó frente a Dawn y simplemente no podía quitarle el ojo. La rubia detectó eso y no sabia que tema de conversación podía empezar.

          —Así que...Dawn—empezó Raven—. ¿Qué era lo que estabas estudiando?

          —Doctorado en Medicina especializada en Genética.

          —¿Para humanos o mutantes?—preguntó Raven en voz baja.

          —Ambos.

          —Bien, no pensaba que le tuvieras afecto a tu mutación—dijo Charles en voz baja.

          —Yo tampoco pensaba que le tuvieras tanto afecto a tu mutación, pero aprende a usarlo bien—Dawn le guiñó un ojo y Raven Darkhölme soltó una carcajada.

          —Créeme, lo hago muy bien—respondió mirando a una rubia entrar.

          Raven solo se palmeó la cara y Dawn comprendía el porqué. Charles se levantó, para dirigirse a la rubia que se hallaba de espaldas a él.

          —Heterocromia—dijo el muchacho ojiazul.

          —Y aquí vamos otra vez con el coqueteo—dijo la rubia que estaba sentada a unos metros detrás de él—. Esto es muy vergonzoso.

          Dawn observó a la rubia para luego hablarle—¿Otra vez?¿Él viene a ligar con chicas aquí?

          —Nunca deja de hacerlo—respondió, pero luego frunció el ceño—. Espera, ¿estás celosa?

          —Estoy en tu mismo estado, Raven—replicó la rubia fresa.

          —Entonces sí, estamos celosas.

          A lo lejos, Dawn pudo ver la conversación entre la misteriosa rubia y el telepata.

          —Un caballero me invitaría una bebida primero—respondió la joven rubia que tenía los ojos de distinto color.

          El joven soltó una ligera carcajada y observó al muchacho que preparaba las bebidas, para colocarse luego los dos dedos (índice y medio) en su sien—Norman, una cerveza y un brandin para la señorita.

          —¿Cómo supiste?—preguntó ella.

          —Adiviné—respondió y le estrechó su mano—. Me llamo Xavier, Charles Xavier. Mucho gusto.

          —Amy—respondió la joven de ojos peculiares.

          Idiota, pensaron las dos chicas que estaban sentadas en la mesa.

          —Heterocromía fue referencia de tus ojos y tengo que decir que son encantadores—dijo Charles observándole con aire seductor—. Uno azul, uno verde...Es una mutación, una atractiva mutación. Te tengo noticias, Amy. Eres una mutante.

          —Primero me coqueteas y luego me dices deforme—dijo Amy torciendo el gesto—. ¿Cómo te funciona esa técnica de seducción?

          —Te lo diré en la mañana.

          En ese momento, Dawn sintió sus mejillas arder y estaba a punto de levantarse por el comentario sexista hecho por el telepata pero Raven le detuvo—Eh, tranquila. Ya verás como Raven estropea todo—dijo Raven levantándose—. Acompáñame.

          Amy hizo una mueca mientras que Charles reía.

          —No, en serio—respondió Charles—. No es un insulto. La mutación nos llevó de cero organismos unicelulares a la forma dominante de vida reproductiva en este planeta. Formas infinitas de variación con cada generación, todo a través de la mutación.

          —Entonces...me voy a retractar—respondió la rubia.

          Ambas chicas se pararon para luego ir hacia Charles con la joven. Ambos levantaron sus vasos y brindaron—Mutante y Orgullosa—dijo Amy.

          —Salud, hey—dijo antes de llevarse el vaso a los labios.

          —Oh, tendremos que pagar nuestros tragos nosotras—dijo Raven con sarcasmo.

          —Lo siento—dijo Charles—. Dos sodas.

          —Charles me decía que soy como una de las primeras criaturas que salieron del mar—dijo observando a las dos jóvenes para luego alternar a Charles.

          —Sí, pero un poco más sexy—respondió, para luego reírse junto con la muchacha de ojos peculiares—. Lo siento, ella es mi hermana Raven y mi mejor amiga, Dawn.

          Y Dawn Grey se sorprendió bastante por eso. Ambas estrecharon sus manos—Mucho gusto.

          —Amy—se presentó—. ¿Y ustedes que estudian?

          —Para científica en genética—respondió Dawn sonriendo falsamente.

          Mentirosa, dijo Charles en su mente. La rubia fresa envió una mirada de advertencia a Xavier y Raven se dispuso a responderle. Esta se le quedó mirando y Amy pudo ver que el ojo izquierdo de Raven se volvía amarillo. Sonrió abiertamente—Oye, ¡tienes heterocromía como yo!

          Charles tartamudeó—¿Cómo?

          —Mira sus ojos—respondió y Dawn intentó notablemente en no reírse de Charles frente a Amy.

          Charles fijó sus ojos azules en los de Raven y vio que esta le hacía una mueca. El joven ojiazul carraspeó y observó a las dos jóvenes—Chicas, busquen sus abrigos—Luego dejó un billete en la mesa antes de salir—. No me hablen, lo hicieron a propósito—dijo Charles saliendo de aquel bar, Dawn soltó una gran carcajada pero se detuvo al ver que Xavier se detuvo para mirarle fijamente.

          —¿Qué?—Dawn se encogió de hombros.

          —¡Claro que no!—dijo Raven—. ¿Porqué lo haría a propósito? Sabes que a veces no lo controlo si estoy estresada o cansada.

          —Ahora veo que lo haces muy bien—dijo Charles de mala gana.

          —¡Mutante y Orgulloso!—dijo Dawn, fingiendo la voz.

          —¿Qué?

          —Solo aplica con mutaciones bonitas o invisibles como la tuya pero si eres un fenómeno ¡ocúltate!—dijo Grey algo molesta—. Eso no fue lo que me has dicho hoy por la mañana.

          —Dawn, no me digas tonterías—dijo deteniéndose para observarles a las dos.

          —¿Disculpa?¿Tonterías?—preguntó la rubia fresa mirándolo de manera seria.

          Charles hizo una mueca—Es que no quiero parecer un anciano gruñón.

          —Es lo que eres—dijo Raven.

          —A veces—respondió él y suspiró—. Pero ya hablamos de esto, Raven. Un pequeño tropiezo no es tan grave pero uno más grande podría ser peligroso.

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          Dawn no supo que hacia allí en ese momento, pero permaneció leyendo un poco de la tesis que había hecho Charles. Raven se miró al espejo, sus ojos amarillos estaban presentes, su cabello rojo y su piel con escamas también. Le puso pasta dentífrica al cepillo de dientes y volvió a mirarse al espejo.

          —Mutante y Orgulloso—escuchó Dawn desde el sillón.

          —¿Mutante y Orgulloso?—dijo Raven con la boca llena de pasta, observó de reojo a Charles y a Dawn para luego observar la pileta y escupió lo que tenía en su boca. Volvió a mirarse en el espejo—. Si tan solo...

          En cuanto dejó el cepillo en su lugar, salió del baño y observó a Charles, quien firmaba papeles. Raven juntó valor y dijo—¿Saldrías conmigo?

          —Claro que sí, cualquiera tendría suerte de estar contigo. Eres encantadora—Dawn le envió una mirada reprobatoria ante su sarcasmo y él solo se encogió de hombros.

          —¿Con esta apariencia?

          —¿Q-Qué?—tartamudeó, Raven le miró seria—. ¿Azul?—preguntó observándole—. Eres mi hermana, mi mejor amiga.

          —¿La mejor o la única?—preguntó Dawn, observando de reojo a Xavier y luego miró a Raven—. Él no es un buen consejero.

          Charles sonrió de manera torcida—Gracias por eso, Dawn.

          —¡Dime!—dijo Raven.

          —Soy incapaz de verte en esa forma—dijo levantándose para ir hasta el lado de Dawn—. Me siento responsable por ti. Cualquier otra relación sería...incorrecta.

          —¿Y si no me conocieras?—insistió, observando como Charles le quitaba el libro a la rubia fresa de las manos.

          —Por desgracia sí te conozco—dijo pasando un brazo por detrás de su compañera, Dawn abrió los ojos de repente y miró a Charles con una cara que decía: 'Saca tu brazo de encima' pero él la ignoró—. No sé porqué de pronto tu apariencia te preocupa tanto.

          —Raven, tu forma original es auténtica y genuina—admitió Dawn cruzando las piernas—. Tu apariencia es normal, el mundo debe verte como eres y asimilarlo—Charles le miró rodando los ojos—. Ya, está bien, el mundo no puede asimilar a los mutantes aún.

          Raven suspiró y fue hasta el sillón, para recostarse en el regazo de Charles—Tengo sueño. Léenos algo.

          —Hoy no—respondió—. Tengo que preparar mi tesis y tengo que estudiar. Dawn por lo menos debe escuchar lo que diré ya que tomará los apuntes—Dawn alzó una ceja—. Te servirá para el doctorado. Me lo agradecerás.

          —Pues lee eso, tu tesis siempre me hace dormir—dijo la muchacha azul acomodándose. Charles comenzó a leer su tesis lentamente y Dawn no supo cómo terminó cerrando los ojos.

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