Capítulo 43: Suspiros de libertad

Capítulo 43: Suspiros de libertad

BORSUN

Mi corazón estaba fallando, estaba muy mal, al borde de la muerta, me tenían conectada a una máquina, realmente pensé que esta vez no saldría de esta, pero a último momento, encontraron un donante y me hicieron un trasplante de corazón.

—Se ha visto más fuerte —había escuchado que había dicho el doctor—, ha tenido una recuperación relevante, que incluso pueden darle más de un año.

Me tuvieron bajo observación por muchas semanas y cuando recobré la memoria a demás de ver a mis padres, solo pregunté por Wilson, pero ellos no tenían respuesta, creí que era porque no había venido y no se habían comunicado con él, era muy extraño no saber nada de él.

—¿Han podido comunicarse con Wilson? —pregunté ya en mi último día en el hospital cuando me iban a dar de alta, casi había pasado un mes de mi recuperación.

—No —respondieron sin mirarme a la cara.

Mis padres parecían tensos y no querían darme el teléfono con el pretexto de que aún estaba muy débil de mi operación.

Sentía que algo había pasado.

—¿Qué ocurre? —pregunté.

—Nada hija, solo relájate ¿sí? Vamos a salir de esto. —dijo mi madre.

Me levanté de la camilla para ir al baño cuando miré a través de la ventana a la madre de Wilson afuera, mirándome con una debil sonrisa, parecía tener el rostro descompuesto e hinchado, esa era una mala señal.

Salí de la habitación sintiendome impulsada, y la miré.

—¿Dónde está Wilson?, ¿qué le ocurrió? —murmuré y entonces la abracé, eso fue suficiente para que ella se desmoronara en mis brazos y empezar a llorar.

No comprendía lo que ocurría, más que suposiciones; miles de suposiciones.

—No me digan que me donó su corazón —susurré en un hilo de voz.

—Él ya no lo necesitaba, Bursun —susurró ella— y sabíamos de igual forma él te lo hubiera dado a ti.

Me separé de ella pestañeando un par de veces sin querer asimilar lo que eso significaba.

—No es cierto.

—Se ha ido. —susurró.

—¡No!

—Se ha ido... —repitió en lamentos.

—No, eso no es posible —dije—, ¿cómo ocurriría algo así?, es imposible, ¿por qué me daría algo que lo podía matar?

Nada encajaba en mi cabeza, nada tenía sentido, nada estaba correcto.

—No fuiste tú, fue su padre —dijo ella—, lo asesinó frente a mí, defendiéndome, está muerto.

No asimilaba esa palabra.

Él no podía estar muerto, pero ¿por qué entonces no había venido a verme? Era imposible que esto tuviera sentido; Nada tenía sentido.

—¡MENTIROSA! —grité sintiendo el pánico inundarme, mis manos y mis piernas temblaban.

—Borsun —escuché que dijo mi madre.

—¡NO ESTÁ MUERTO! —Grité histérica.

—Hija, calmate. —dijo mi padre.

—¡NO! —grité— ¡Él no está muerto!, ¡él no está muerto!, ¡él dijo que volvería! ¡él dijo que lo esperara!

Me arrodillé repitiendo una y otra vez esas palabras hasta que me sedaron para calmarme, pero en mi mente solo estaban las palabras de él esa mañana donde me dijo que volvería y que lo esperara.

Cuando desperté, a la primera que vi fue a mi madre a mi lado, me miró con consternación tal vez esperando que me pusiera a gritar, pero la verdad no tenía nada de fuerzas.

—¿Dónde está? —susurré con voz ronca— Quiero verlo.

—Fue hace más de un mes. —murmuró mi madre tocando mi mano—, estabas inconsciente cuando se realizó el funeral.

—No...

Hace más de un mes, el amor de mi vida había sido asesinado por su padre y me dejó algo de su vida, solo un pedazo; Su corazón, ahora estaba dentro de mí, y sentía que se arrugaba del dolor al saber que él ya no estaba y me había dejado sola.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top