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Capítulo 33: ¿Pero qué es lo que te pasa Wilson?

WILSON WALTER

No podía creer lo que había visto, aquí, tan lejos, ¿cómo es que pudo encontrarme? ¿Cómo es que pudo dar conmigo? 

Cerré los ojos al recordar la peste a alcohol, al recordar los gritos y ese cinturón... No solo eso, cables, tubos o cualquier cosa que estuviera por el medio.

La persona que nos odiaba, por la que tuvimos que huir del país y escondernos, ese poderoso político que por nuestro silencio era capaz hasta de asesinarnos y no logró hacerlo porque logramos escapar.

Algo que definitivamente lo enojó aún más.

BORSUN JUNG

—Wilson, ¿qué pasa? —me atreví a preguntar cuando vi que suspiró, como si hubiera vuelto a la realidad, como si por fin pudiera respirar.

—Nada, tranquila —susurró y pasó una mano por sus ojos, podía notar que la palma de sus manos seguían temblando.

—Pero es que tu eres el que se ha puesto intranquilo. —dije sin comprender qué era lo que le estaba pasando ni mucho menos comprender su cambio de actitud.

—No es nada —susurró en ese tono bajo y evasivo.

¿Nada? Pero parecía al borde del desmayo, quería ayudarlo.

—Pero...

—¡QUE NO ES NADA! —gritó tan fuerte que me sobresalté al igual que todos en el autobús.

Apreté los labios y sintiendo mi rostro sonrojarse, me callé y no hablé el resto del viaje, él tampoco lo hizo, parecía aun conmocionado y yo no tenía ni idea de cómo podía ayudarlo.

Al llegar al hotel noté que era bastante modesto, parecía estilo campestre, con una piscina y un ambiente bastante hawaino, yo compartía habitación con una de las profesoras, pero ella apenas dejó la maleta y salió porque dijo que iba a pasear con otros profesores. Así que yo solo me quedé en mi habitación sin saber qué hacer exactamente, ya era mañana cuando tendríamos la exposición y no estaba segura si ir con Wilson por como se había portado de extraño.

Fruncí los labios.

¿Tal vez si le escribía un mensaje?

Borsun: ¿Salimos?

Esperé y su respuesta llegó dos segundos después.

Wilson: Lo siento mucho, no debí gritarte.

Una disculpa, al menos eso era lo necesitaba para impulsarme. Me levanté y salí de mi habitación cruzando el pasillo hacia la suya, toqué la puerta y segundos después Wilson se asomó, aún tenía el rostro descompuesto.

—Oye. —murmuré sin saber cómo empezar exactamente una conversación.

—Salgamos. —propuso y sin decir más salió cerrando la puerta detrás de él.

—Está bien. —dije y empezamos a caminar hacia el patio a done estaba la piscina cristalina con luces amarillas alrededor. Tomamos asiento en la grama, la noche estaba fresca, la luna redonda iluminándonos junto con un montón de estrellas.

—Perdón por gritarte. —empezó a decir Wilson rompiendo el silencio entre los dos.

—Tranquilo, solo... me preocupé, no sabía qué te pasaba ni quién es él —comenté.

—Es la razón por la que salimos del país y nos mudamos. —confesó— Mi padre.

¿Su padre? Pestañee un par de veces ahora sin comprender absolutamente nada.

—¿Por qué? —pregunté.

Él suspiró y apartó la mirada del cielo para mirarme, sus ojos ligeramente cristalizados cuando confesó:

—Él quiere matarnos.

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¡Holaaa Nuevos capítulos, pronto subiré unos más, ya estamos en la recta final :c me pone melancólica, pero toda historia debe tener un final :D Felices fiestas!!

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