Capítulo 21: El donador de Bellota
#MARATON
Capítulo 21: El donador de Bellota
WILSON WALTER
Apenas llegué a casa porque ya era muy tarde y no podía quedarme a dormir con Borsum por más que lo deseara. Le dije a mi madre todo lo que ocurrió, y de los exámenes que me hice que demostró que era compatible y que podía donarle uno de mis riñones, solo había un problema, yo era menor de edad y para hacer eso necesitaba que mi madre me firmara un papel de consentimiento.
—No. —respondió mirándome como si se me hubiera zafado un tornillo por decirle que me quería someter a una cirugía y que le donaría un riñón a Borsum.
—Mamá...
—Hijo —me interrumpió—, entiendo. ¡Pero es un riñón! y eres joven, no sabes si a la larga te va a hacer falta.
Apreté los labios, ella no comprendía mi desesperación para que no falleciera, quería que su vida se prolongara al menos un poco más.
Me acerqué a mi madre y me arrodillé frente a ella tomándole las manos, ella me miró pareciendo adolorida por lo que le estaba pidiendo.
—Necesito salvarla —dije—, déjame salvarla...
Mi madre cerró los ojos negando con la cabeza, era una locura, estaba muy consciente de eso. Cuando abrió nuevamente los ojos me preguntó:
—¿Todas las cicatrices que ya llevas en tu cuerpo no son suficientes?
Relamí mis labios y susurré:
—Queda espacio para una que lleve su nombre.
Mi madre suspiró sabiendo que cuando una idea se me metía en la cabeza no había nada que me la sacara y entonces soltándome las manos tomó el lapicero sobre la mesa y firmó el documento.
BORSUM JUNG
Había un donante.
O eso había escuchado entre los insomnios y medicamentos que me tenían más fuera de la realidad que dentro de ella.
Alguien que me donara un riñón, significaba mi lealtad eterna.
Estaba tan mal que apenas podía mantenerme despierta o bien sin cansarme, respiraba, a eso se habían reducido mis días.
Era apenas consciente cuando me cambiaron de vestimentas y me arrastraron en una camilla para la cirugía. Muchas luces, mucho olor a desinfectante y plástico.
Entonces vi la otra camilla a mi lado, vestido con un gorro azul y una bata parecida a la mía estaba Wilson Walter en la camilla, sus ojos marrones me observaban y entonces me sonrió, sus hoyuelos marcándose pareciendo un ser angelical.
Me pregunté si estaba alucinando o si de verdad él estaba aquí.
Él extendió su mano, y yo algo temblorosa la extendí hacia él y se la tomé en el espacio que nos separaban, los doctores me colocaron la mascarilla con la anestesia y a él también empezando al cuenta regresiva, mi visión se tornó borrosa y me sentía cada vez más pesada y entonces... me sumí en las tenebrosas sombras del abismo.
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Yo no estoy llorando solo se me metió un amoaWilson en mi ojo 😭😭😭😭❤
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