Capítulo 18: Hacer un Crowd surfing.

Capítulo 18: Hacer un Crowd surfing.

BORSUN JUNG

La gente abajo me atrapó y empezó a elevarme grité entre emocionada y asustada cuando vi que me estaban paseando por encima de todas las manos como si estuviera surfeando entre las personas, era el verdadero crowd surfing bajo su estridente música, al llegar al final de las personas me bajaron y me encontré de frente con Wilson.

Lo abracé sintiendo todo mi cuerpo temblar y vibrar ante la adrenalina y la felicidad de lo que había acabado de pasar, él me correspondió igual de emocionado que yo.

Nunca superaría esto.

—¿Cómo hiciste eso? —dije completamente eufórica cuando nos separamos.

Había hecho el crowd surfing que tanto anhelé y nunca creí posible.

—¿Hice de qué? —respondió como si quisiera restarle importancia pero podía notar que solo encubría la verdad.

—Tu conocía al cantante tu sabías que... —mi voz se perdió cuando todo encajó en mi cabeza y lo miré frunciendo el ceño— viste mi lista de deseos.

No era una pregunta, era una afirmación, él tenía mi teléfono, si él había visto hasta mis fotos posiblemente vio mis notas y había visto la lista.

—Puedes tacharlo ahora —se limitó a decir y sacó su teléfono diciendo:— Número 2; hacer un Crowd surfing.

¿Tenía la lista en su teléfono?

Por medio segundo me avergoncé porque él de seguro ya había visto la primera que era mi primer beso, pero que se hubiera esforzado en hacer que la segunda ocurriera me llenaba de un sentimiento indescriptible.

Mis ojos se cristalizaron y bajé la mirada de la suya al sentir que las lágrimas empezaron a salir.

—Hey... —me envolvió en sus brazos— No llores, bellota.

—Ha sido la noche más emocionante de mi vida —dije entre gimoteando—, creo que desde que te conocí mi vida gris empezó a llenarse de esa luz que trasmites, empezó a llenarse de distintos colores Wilson...

Lo percibí sonreír.

—Me hace feliz hacerte feliz —respondió—, ¿así que ya basta de llorar bien?

Realmente eran lágrimas de felicidad, pero solo afirmé con la cabeza y nos fuimos del concierto porque ya era algo tarde y mañana había clases temprano otra vez.

Nosotros eramos algo locos pero responsables, la combinación perfecta.

Fuimos a su bicicleta y me llevó a casa, dejó la bicicleta a un lado aparcada para acompañarme a la puerta como si la hubiéramos pasado tan bien que no quisiéramos separarnos, no quería que se fuera, quería que se quedara a dormir conmigo, pero de seguro que a mis padres les daría un paro cardíaco si lo vieran en mi cama... o a mí, dormir con Wilson, uhm, ¿tendríamos intimidad? ¿se atrevería a tocarme? ¿por qué pensaba esto? Joder ya me había puesto más roja que un tomate.

Mis piernas estaban temblando el ardor de mi estomago no se iba pero creía que eran los nervios de pensar en el hecho de meter a Wilson a mi cama.

Bien, ya debía de dejar de pensar en cosas ficticias.

—¿Estás bien? —dijo Wilson, alcé la vista encontrándome con su mirada observadora en mi rostro.

—Sí ¿por qué? —dije sintiendo que me había acalorado de repente.

—Te has puesto roja —comentó.

Ohg.

—Gracias por lo de hoy... no tenías por qué hacerlo —susurré y sentí otra vez que las lágrimas salieron como cataratas de mis ojos, es que realmente fue muy dulce lo que hizo.

Personas que podía contar con una sola mano harían cosas por mí solo por verme feliz, dos de mis dedos eran mis padres, y otro dedo se había convertido en Wilson Walter; el niño lindo.

Él se acercó a mí y limpió las lágrimas de mi rostro con los pulgares de sus manos mientras decía:

—Quise hacerlo, bellota.

Él era un perfecto desconocido que había llegado a cambiar mi vida por completo.

Le sostuve la mirada, sus ojos marrones algo cristalizados cuando continuó diciendo:

—Creo que todos estamos en la tierra con un propósito y el mío es cumplir tus deseos, o al menos eso quiero hacer; darte felicidad mientras pueda.

Fuimos un cruce de miradas intenso que ocasionó que ambos nos inclináramos hacia adelante, yo me alcé en puntillas cuando él me aferró de la cintura y nuestras bocas se encontraron en un beso que pareció involucrar hormonas locas porque de repente sentía mucha calor, él también se aferró a mí y ambos nos descontrolamos un poco cuando pegó mi espalda de la pared y presionó su cuerpo contra el mío.

De repente abrieron la puerta de la casa y nos separamos más rápido que un flash cuando mi papá salió, su ceño fruncido mirando a Wilson de arriba a abajo.

—Hola —dijo mi padre como si no hubiera interrumpido a propósito el mejor momento de mi vida.

—Hola señor Jung —dijo Wilson con las mejillas muy rojas y su respiración algo agitada—, buenas noches, vine a traer a Bello... Borsun.

—Tarde —refutó mi padre, estreché los ojos advirtiéndole que no hiciera esto.

No con mi único amigo o... bueno, un poco más que solo un amigo que tenía.

—Lo siento —respondió Wilson.

Mi padre me miró e inclinó la cabeza hacia adentro.

—Pasa —me ordenó.

Miré a Wilson sabiendo que lo vería mañana pero aún algo triste de tener que despedirme de él.

—Que la fuerza te acompañe —dijo Wilson.

Sabía que se refería a la frase de Star Wars.

Le sonreí respondiendo:

—Que la fuerza te acompañe.

Entré a la casa casi corriendo hacia mi habitación riéndome como una completa histérica, y acostándome boca arriba en la cama para mirar el techo, solo pensar en todo lo que había ocurrido hoy me llenaba de una divertida alegría.

No recordaba la última vez que me reí, sonreí o me divertí tanto.

Esta sonrisa de oreja a oreja que tenia en mi cara nadie era capaz de quitármela en este momento.

O creo... que hablé muy pronto.

Empecé a marearme muy fuerte, no podía respirar, coloqué una mano sobre mi pecho sin ser capaz de aspirar aire, me dolía demasiado el abdomen.

Me apreté el estomago.

No podía y me desesperaba cada vez más me sentí completamente pesada. Cuando intenté levantarme de la cama, solo me caía al piso quedando completamente inconsciente del dolor.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top