Capítulo 16: Vamos a un concierto

BORSUN JUNG

Lunes, como odiaba los lunes.

Más aun porque me sentía pesada, sin ánimos y sin ganas de hacer nada, la fatiga de mi cuerpo solo me pedía a gritos que descansara, el dolor de mi abdomen no disminuía, lo peor era que no podía animar mi mañana con música porque había perdido mi teléfono y la discusión que me formó mi madre me bajó más el animo, porque no era como si el dinero nos sobrara para estar comprando artefactos electrónicos como me lo dijo ella.

—¡Borsun! ¡Borsun!

Voltee justo al escuchar la voz de Wilson, tan rápido que casi me torcí el cuello, sus ojos brillando y esa enorme sonrisa iluminando su hermoso rostro de niño lindo, de repente mi corazón se aceleró y mis labios temblaron un poco cuando mis mejillas se inundaron de sonrojo al verlo.

—Hola —murmuré y él empezó a caminar junto a mí.

Era increíble como se me quitaron las dolencias o simplemente dejaron de importarme, ahora solo aspiraba su olor, recordaba como me besó en el auto y luego mi mano teniendo vida propia al tocarlo sobre la bragueta, uh, juro que no quise tocarlo adrede.

—Oye, ¿dónde estabas ayer? —preguntó Wilson.

—En la iglesia —admití.

Él se rió pero luego vio mi rostro serio enterándose de que no bromeaba.

—¿Vas a la iglesia? —preguntó incrédulo.

—Si ¿por qué? —pregunté, era parte de mi terapia, daba ánimos pensar en que había algo después y qué esperar fuera de este mundo, algo que llenara el alma al menos un poco de esperanzas.

—No lo sé es que pareces... algo, uhm, olvídalo. —dijo y agregó cambiando el tema:— Como ayer no pude encontrarte, te guardé el teléfono, lo dejaste en mi auto.

Lo sacó de su bolsillo y sentí que vi la gloria cuando lo tomé en mis manos.

—Gracias —dije con una leve sonrisa, él pareció complacido y me di cuenta de que tenía varios días sin sonreír hasta ahora.

—¿Te gusta mucho el k-pop? —preguntó.

Lo miré.

—Viste mis fotos. —supuse.

—Ujum.

—No —dije—, de hecho me gustan muchos los k-dramas.

—¿En serio? —dijo incrédulo— ¿Como te puede gustar algo tan aburrido?

Me sentí ofendida de que hablara así de mis novelas.

—¿Haz visto alguno? —cuestioné.

—No. —admitió.

—Entonces no hables de lo que no sabes. —solté.

—Ay joder —dijo Wilson cubriéndose un ojo, lo miré expectante—, tu acidez me salpicó en el ojo.

Apreté los labios ante su chiste.

Creo que sí, le había contestado muy mal para alguien que me había mostrando un nuevo mundo en los libros sin juzgarme, no quería ser tan ácida.

Él me animaba a controlar mi lengua y actitud.

—Lo siento —dije—, tendremos que ver una serie juntos para que veas que no es aburrido.

—Me parece bien —dijo satisfecho ante mi respuesta, llegamos a la puerta de mi salón, aun era algo temprano, noté que varias chicas que pasaban cerca se lo quedaban viendo y sin saber por qué me sentí algo celosa, justo como me sentí en la fiesta cuando las chicas se lo llevaron.

—¿Después de clases? —propuse, creo que era la primera vez que yo invitaba a alguien a hacer algo, pero me gustaba su compañía.

Wilson negó con la cabeza.

—No, de hecho tengo otros planes —admitió, sentí decepcionarme, él sacó algo de su bolsillo y me lo enseñó, eran dos trozos de cartón.

—¿Y eso? —pregunté.

—Tu y yo vamos a ir al concierto de Morat esta tarde al salir del instituto —dijo agitando frente a mi esos pedazos de cartón que lo que entendí eran boletos.

—Oh.. —dije sin saber qué era un Morat— está bien.

—Por favor, ¿no te gustan? —dijo Wilson incrédulo— Tienen canciones increíbles.

—Realmente no los he escuchado —admití.

—Ahora tienes la oportunidad —sonrió, esa sonrisa perfecta que hacía que sus mejillas marcaran sus lindos hoyuelos, sentí sonrojarme.

—Vale, esta noche —acepté.

Él pareció emocionado, se inclinó rápidamente para darme un beso en la mejilla y salió corriendo a su salón mientras gritaba:

—¡Nos vemos luego, bellota!

Me quedé como toda una estatua ahí de pie y toqué mi mejilla sintiendo que mi rostro iba a explorar del sonrojo. De repente alguien pasó y me miró haciéndome pisar tierra, yo aclaré mi garganta y puse mi cara seria otra vez para entrar a clases sabiendo que ahora iríamos juntos a un concierto pero sin saber qué era lo que él estaba tramando.