Capítulo 15: Descubierto

Renji Abarai

Había salido del club tras recopilar toda la información necesaria sobre los hollow que estaban atacando por la ciudad. Había muchos y hoy no estaba de humor para cazar demasiados, así que me envolví de clientes en el club para recoger la información y una vez tuve la de al menos un par, salí para encargarme de ellos al finalizar mi jornada de trabajo en este maldito club. Al parecer era un hollow no de gran tamaño, se comía las almas de los difuntos que pasaban por uno de los parques cercanos, por lo que me dirigí allí y en cuanto sintió mi alma, apareció.

Eran a veces tan predecibles los hollows, se volvían locos por matar a los shinigamis y no creo que fueran por nuestras almas, porque al fin y al cabo, ¿Qué más daba un alma que otra? A mí no me parecía relevante, supongo que tenía mérito matar a un shinigami para ellos sólo por el mero hecho de asesinar a sus cazadores, nada más. Eso me hacía pensar en Grimmjow, porque yo pensé que querría matarme, la primera vez que le vi me humilló con su compañero, hizo conmigo lo que quiso, destrozó mi cuerpo hasta dejarlo tan débil que llegué a la Sociedad de Almas moribundo, arrastrándome por el suelo hasta que Hisagi me encontró.

¿Por qué Gimmjow me había ayudado entonces ayer? Era algo que me venía a la cabeza una y otra vez, pero por mucho que lo pensaba, nada se me ocurría. No podía haberse enamorado, al menos no en un día, ¿En un día? Más bien diría que en un rato, sólo el tiempo que tardó en destrozarme. Además de eso, le había amenazado con matarle, así que no creo que pudiera enamorarse de alguien como yo en tan poco tiempo, pero tenía que haber un motivo por el que decidiera ayudarme y no podía entenderlo.

Maté al hollow en cuanto salió y sentía extraña a Zabimaru, ya la sentía extraña desde hacía unos días. Quizá porque al fin y al cabo, cuando tenía dudas siempre hablaba con ella y aunque ella nunca lo demostrase en su forma humana, sé que se preocupaba mucho por mí, me defendería de todo.

Zabimaru vibró en mi mano un poco y cuando me giré tras guardarla en su funda, me di cuenta de que allí tras de mí, estaban esos ojos grises que tanto me gustaban mirándome con sorpresa, aquella boca perfecta ahora seria, aquella katana que tanto miedo me daba, enfundada y sus manos que anoche recorrían todo mi cuerpo, ahora descansaban a los lados de su cuerpo sin intención de coger la katana, aunque no pensé, que desenvainaría a Senbonzakura en cualquier momento, porque así era Byakuya, no consentía que alguien pudiera pasar por encima de su orgullo y yo... lo había hecho.

- Byakuya... - dije casi en susurro.

- No puedo creerlo – me dijo - ¿Tú? ¿Robándome a mí la misión? ¿Por qué Renji? ¿Qué te he hecho yo para que me humilles así? ¿Crees que necesitaba tu ayuda para matarlos? Soy tú capitán, no necesito que hagan mi trabajo Renji, no entiendo cómo has podido hacerme esto.

- Déjame explicarlo.

- Desde luego – me dijo – porque necesito una explicación muy convincente en este momento para poder perdonar esto.

- ¿Por qué no me avisaste de la misión? – le pregunté.

- Porque soy tu capitán – me dijo – no tengo por qué decírtelo todo.

- Soy tu Teniente, tienes que decírmelo todo – le comenté.

- Eres mi Teniente, no mi niñera – me recalcó – no necesito tenerte todo el día tras de mí cuidándome y protegiéndome, tengo el rango de capitán por algo y no es porque un Teniente vaya a ser más fuerte que yo, hacer esto tú solo me deja a mí en evidencia y yo no necesito que nadie haga mi trabajo.

- No quería hacer tu trabajo – le dije.

- ¿Entonces por qué? – me preguntó.

- ¿Por qué Ichigo? ¿Sólo soy tu Puta ahora? Quiero ser tu Teniente Byakuya, que cuentes conmigo para las misiones, que no te acuestes conmigo en el despacho y luego vayas al campo de batalla con Ichigo.

- Fue con Ichigo por Rukia – me dijo.

- ¿Qué? – pregunté extrañado.

- No te lo dije porque estabas hasta arriba de trabajo – me aclaró – quería que descansases y de paso aprovecharía para pedírselo a Ichigo y tratar de arreglar la mala relación que tenemos, todo porque sale con mi hermana y me ha echado la bronca más de una vez por mis formas de tratar a su chico – me comentó.

- ¿Sólo intentabas demostrar que podíais llevaros bien? ¿Por eso me cambiaste por Ichigo? ¿Por qué Rukia te pidió que intentases llevarte bien?

- Sí – me dijo muy serio - ¿Crees que tengo yo ganas de hacer una misión con el shinigamis sustituto ese? Por favor... lo querría a mil millas de distancia de mí, más sabiendo que se folla a mi hermana – me dijo enfadado – pero lo tuyo tiene menos perdón aún – me dijo volviendo al tema - ¿Cómo se te ocurrió hacer esta estupidez? ¿No sabes que todos los hollow andan buscándote ahora para darte caza? Has matado demasiados y estabas solo.

- No conté con que quisieran vengarse.

- Son Hollow – me dijo – siempre quieren vengarse, comerse un alma de un shinigami y fardar con sus compañeros de que devoraron nuestra alma, deberías saberlo.

- ¿Estás enfadado? – le pregunté.

- Estoy decepcionado – me dijo – no creí que fuera mi propio teniente quien me apuñalase por la espalda. Me vuelvo a la sociedad de almas – comentó – dejo que sigas con la caza.

- Byakuya...

- No Renji, ahora mismo déjalo así, no voy a cazar más, ya lo haces bastante bien tú solo y no pienso dejar que me dejes más en ridículo, puedes quedarte la misión.

- No era mi intención y lo sabes – le dije.

- No lo era, pero es lo que has hecho, actuar a mi espalda, fastidiar mi reputación, mi confianza, creía que estabas de mi lado y ahora veo que me equivoqué contigo, actúas por libre.

- Tú también actúas por libre

- Si – me dijo – es muy posible, pero yo no te he traicionado mientras tú ibas por ahí quitándome la misión y escondiéndome la verdad. Nos vemos mañana Renji, porque necesito tiempo para pensar y te recomiendo que vuelvas a tu habitación y descanses.

Byakuya se marchó a la sociedad de almas y a mí me dejó allí con un peso en el corazón, un peso que me hacía daño, porque sentía como si le hubiera defraudado y no era mi intención, sólo quería que se diera cuenta de que yo estaba allí, que era su Teniente, quería que me llevase con él a las misiones y no que me tratase sólo como a su puta en el despacho como hacía cuando empezamos, porque ni siquiera yo podía imaginarme que mi capitán, llegaría a enamorarse de mí y ahora, me encontraba en esta situación de la que no veía una buena salida.

Me quedé en aquel parque solo una vez Byakuya se marchó y supongo que debía hacerle caso, volver a la Sociedad de Almas, a mi cuarto e intentar dormir si es que podía dormir ahora mismo. Aún no había sacado a Zabimaru para abrir la puerta a la Sociedad de Almas cuando sentí que alguien tapaba mi boca y me tiraba al suelo.

Abrí los ojos para ver allí encima de mí a unos espada y me asusté por no ver a Grimmjow, porque él fue quien me protegió la última vez. No creía que esta vez fuera a salir bien parado y menos cuando yo solito me había metido hasta el fondo de la boca del lobo. Debí haberme dado cuenta de que no podía seguir así, de que cazar hollows llamaría la atención de todos y buscarían venganza, debía imaginar que sabrían quien los cazaba, porque sacaba la información de mi propio club y para colmo, tenía a Byakuya enfadado.

No me importaba ya mucho las cosas, seguramente moriría aquí mismo, pero ahora mismo hasta eso me daba igual, porque toda mi vida era un maldito desastre, quizá no debí haber nacido, no debí haber vivido para tener esta vida. Mis padres me abandonaron, viví en un orfanato robando y haciendo cualquier cosa por poder tener algo que llevarme a la boca, me tocó trabajar en el club obligado por la deuda aquella y el gran amor de mi vida estaba enfadado ahora conmigo después de años soportando su indiferencia. Mi vida siempre había ido de mal en peor.

Aún sentía la mano de uno de aquellos individuos cubriendo mi boca para evitar que gritase mientras notaba el dolor, porque sabía perfectamente que estaban destrozando mi cuerpo, sentía los cortes, sentía los golpes, oía sus insultos y sus risas mientras me torturaban y grité, al menos lo intentaba con aquella mano acallando todo ruido que pudiera salir de mi boca.

Creo que hasta podía sentir la sangre corriendo por mi cuerpo, rodando por mi piel para perderse en el suelo manchándolo sin remedio. Lloré no porque quisiera, sino porque no podía aguantar las lágrimas, era imposible tratar de resistirme y no me apetecía ya aguantar nada, me daba igual sus humillaciones, por mí como si me mataban ahora mismo en este mismo lugar, al menos me ahorraría tener que volver al club.

En este momento sólo sentía dolor y más dolor, pero eso no fue lo peor, sino cuando me apuñalaron el pecho y empecé a respirar con dificultad. Creo que le habían dado de lleno al pulmón porque me costaba demasiado tomar aire, dolía mucho y hasta casi podía sentir como se encharcaba en sangre.

Intenté atacarle cogiendo a Zabimaru y alargándola utilizando su habilidad, pero no funcionó, estaba tan herido, con los ojos tan llorosos que ni siquiera tenía fuerzas ni visión para atacar con fuerza a esos tíos. Cogieron a Zabimaru como si fuera plastilina y me la arrebataron de las manos.

Iban a clavarme de nuevo la espada en el abdomen cuando una flecha de luz surcó el cielo derribando al que sostenía el arma. Miré hacia el lugar de donde había surgido aquella flecha y me encontré con los ojos de aquel Quincy orgulloso y engreído, pero que en este momento me alegraba de que estuviera allí y no venía solo, Ichigo estaba allí también aunque extrañamente... con Grimmjow y aquello si me sorprendió.

Ellos se ocuparon del resto de espadas que me tenían preso y aún así, no pudieron derribarlos, pero al menos consiguieron alejarles de mí lo suficiente para poder ayudarme. Miré a Grimmjow que era el que se había acercado y me cogió en brazos haciéndome daño aún por los cortes y las heridas.

Sé que me llevaron a algún lugar, pero creo, que era el centro médico que tenía la familia de Ichigo aquí en el mundo real, porque vi a su padre y a sus hermanas tratándome como pudieron las heridas.

Le pedí a Ichigo cuando pude hablar, que avisase a mi capitán porque quería verle, quería verle aunque fuera la última vez si es que no conseguía salir de esta. Por la cara que había puesto el padre de Ichigo al ver mi cuerpo, creo que estaba grave, de hecho, les estuvo comentando que no tenía medios para ayudarme, que necesitaban mandarme urgente a la sociedad de almas que tenían más recursos, médicos más capacitados para la intervención.

No recuerdo mucho más de aquello, porque acabé desmayándome a causa del dolor tan grande que sentía, porque no sentía nada más que sufrimiento y dolor, ni siquiera conseguía pensar con claridad ni podía ver bien, los ojos se me cerraban y al final... sólo tuve oscuridad, tal y como siempre había sido mi vida, oscuridad.


Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top