Capítulo 13: Grimmjow
Byakuya Kuchiki
Las reuniones de la familia eran la mayor estupidez que se le pudo ocurrir a mi abuelo, porque según él, teníamos que tener este tipo de reuniones más o menos asiduas para tratar temas concernientes a la familia, pero a mí me daban igual, lo único que hacían era prohibirme más y más cosas, al final no iban a dejarme ni respirar. El tema de debate de hoy era sobre Renji y su puesto de Teniente, algo que para mí, no estaba en discusión, era mi Teniente y se quedaba donde estaba, no había hecho nada mal para que mi familia decidiese que no era el puesto adecuado para ellos y me estaban tocando las narices con ese asunto. Yo era el capitán y yo decidía quien estaba de Teniente en mi escuadrón, no ellos.
De todas formas en algo tenían razón y es que estos días estaba un poco raro y encima... me tenía preocupado con las heridas que llevaba, su cuerpo estaba destrozado y eso tenía claro que era por todo lo que le obligaban a hacer en ese maldito club al que yo intentaba evitar que fuera y mi abuelo... me había arruinado hoy mi plan, porque no iba a permitir que fuera y al final... me tocó dejarle ir. Sólo esperaba que no viniera tan herido como ayer y rezaba para que fuera así, porque si volvía a venir de esa forma tan lamentable, no iría precisamente al club a tener unas palabras, iría a destrozar al encargado de ese asqueroso lugar por hacerle algo así a mi Teniente, a mi chico.
Tanto me llenaron la cabeza con sus tonterías, que acabé levantándome y marchándome de la habitación. Se quejaron por mi falta de respeto, pero me dio igual, estaba un poco cansado de ser el nieto perfecto, el capitán perfecto, el noble perfecto... sólo quería ser yo mismo por una vez, tomar mis decisiones, ser capaz de enamorarme como lo hice una vez con la hermana de Rukia, quería ser feliz ¿Tanto costaba entender eso? Para mi familia todo era el apellido y la reputación y sé que prometí no volver a desafiar a la familia y sus expectativas, pero era Renji y no había sentido algo tan fuerte desde lo de mi difunta mujer.
Tenía ganas sólo de trabajar ahora mismo, estaba amaneciendo y sé que Renji debería estar al caer por el escuadrón si es que no había llegado ya. Decidí ir a molestar a Ichigo un rato y hacer la cacería, aprovechaba para despejar mi mente y a la vez, para fastidiar a mi querido cuñado.
Cuando llegué a su casa, estaba durmiendo como un tronco abrazado a mi hermana y eso... no iba a consentirlo, más estando él sin la camiseta y con ese pelo todo revuelto, que ya imaginaba lo que habían estado haciendo cuando no les veía. Le desperté de mala forma pero sin hacer ruido para no despertar a mi hermana y se sorprendió mucho de verme, tanto... que al incorporarse cogió la sábana tapándose de cintura para abajo, por lo que intuí que estaba completamente desnudo.
- Joder ¿Qué haces aquí a estas horas?
- Trabajar – le dije – vístete y vamos.
- Tío... son las seis de la mañana
- ¿Y? ¿Tienes algún problema? Ponte un pantalón antes de que te corte otra parte por deshonrar a mi hermana – le dije serio y él tragó saliva algo temeroso de mis palabras.
- Sal de mi habitación para que me pueda cambiar – me comentó y decidí esperarle fuera.
En este momento no sabía si matarle o matarle más lentamente y con el máximo dolor posible, aunque luego pensándolo en frío, sé que estaba en su derecho, eran novios, pero aún así ahora mismo ya había visto más de lo que deseaba ver. También Renji podría decirme a mí de todo por ultrajarle como lo hacía y no me decía absolutamente nada, de hecho... casi todo el mundo creía que era un puritano desde que murió mi esposa. Nunca tuve hijos, no había tenido relaciones con nadie tras su muerte y era un poco arisco para hacer vida social, así que todos creían que yo era un amargado y aquí estaba, follándome a mi Teniente como me daba la gana y en secreto.
Ichigo no tardó mucho en salir y por la mirada que me lanzó, creo que sospechaba que me pasaba algo, aunque no me preguntó y mejor así, porque no me apetecía tener que contarle trapos sucios de mi familia. No se lo contaría ni en un millón de años, él no era nada mío... bueno ahora mi cuñado, pero ni aún así le daba derecho a meterse en los problemas familiares y desde luego... eso no lo convertía en noble, él hacía lo que le daba la gana sin tener expectativas sobre su espalda, aunque supongo que si se llegaba a casar con mi hermana en algún momento, mi abuelo le haría responder adecuadamente como un miembro de la familia Kuchiki.
Nos fuimos de caza y como la última vez, no había hollows a la vista, bueno... alguno encontramos, supongo que porque al que se supone que me estaba robando mi misión no le había dado tiempo a cazarlos a todos, pero aún así se llevó la gran mayoría y no soportaba la idea de que alguien se metiera en mi trabajo.
Estábamos cazando uno de ellos, bueno... Ichigo lo derribaba ¡porque yo pasaba de ensuciarme las manos con estos hollows de bajo nivel! Cuando vi venir a otro hollow de mayor poder. Ichigo me miró sorprendido pero yo me quedé inmóvil observando cómo se acercaba aquel individuo que se presentó con el nombre de Grimmjow, al parecer... un espada, algo entendí de que pertenecía a un plan de Aizen, tampoco le presté atención por un simple motivo, era un hollow y yo cazaba a cualquiera de ellos, me daba igual si era un plan de Aizen o de quien fuera.
Me dieron ganas de rebanarle la cabeza a ese tío engreído, pero decidí no moverme para no complicar las cosas, sobre todo con Ichigo por aquí, que sería muy fuerte, pero a mí me obstaculizaba. Con Renji habría sido otra cosa, me compenetraba mejor con él, sabía cómo atacaba, le conocía perfectamente y sabía cómo se movía, podía adaptarme a él fácilmente, pero con Ichigo... sí había peleado contra él, pero con él jamás. Era impulsivo como Renji, pero al menos de éste último sabía lo que haría, no como Ichigo, que atacaba sin pensar previamente.
- ¿Qué haces aquí? – le preguntó Ichigo a Grimmjow - ¿El plan de Aizen era matarnos o algo así? – preguntó con arrogancia.
- No, sólo he venido a ver si os quedaba algún hollow que matar... porque siempre llegáis tarde.
- ¿Eres tú quien los está eliminando? – le preguntó Ichigo aunque yo sabía que no era él, eran compañeros al fin y al cabo.
- Jamás, no podría matar a los míos, pero sé quién es el que os está arrebatando la misión – nos comentó.
- Es un shinigami – le dije de golpe y se sorprendió - ¿Quién?
- No sé cómo se llama, no lo he visto, pero dicen por ahí que es muy fuerte, alguien de alto rango.
- Si no sabes quién es, no me interesas – le dije muy serio mientras colocaba la mano en la empuñadura de la Katana.
- Antes de que desenfundes... ¿No quieres saber nada sobre Renji? – preguntó y me sorprendí de que él le conociera.
- ¿Qué le pasa a Renji? – pregunté enfadado.
- Quizá debería ir usted mismo a verle, se marchó a la sociedad de almas después de que uno de mis compañeros lo torturase.
Iba a matarlo cuando Ichigo se puso en medio impidiendo que le atacase. Sólo le escuchaba reírse y aunque parecía divertirse, también veía que se estaba preocupando por Renji ¿Para qué venir a contarme esto si no le preocupase?
- ¿A qué esperas para ir a verle? – Me gritó - ¿No es tu teniente o algo así? – me preguntó.
- Si le habéis hecho algo, os encontraré y os destrozaré.
- No le he hecho nada – me dijo – yo sólo lo saqué de allí y aún así ya se encontraba mal antes de lo de mi compañero.
Las palabras de aquel espada me preocuparon, porque si le habían hecho el más mínimo daño a Renji era capaz de entrar en ese maldito club con Sembonzakura en mano y empezar a destrozarles uno a uno, nadie le pondría una mano encima a mi chico. Ichigo estuvo a punto de atacarle pero le detuve con mi voz seria, más que nada porque le debía un favor, o así me sentía yo al menos. Él había sacado a Renji de las manos de aquel tipo, le había ayudado y sentía que tenía que dejar que se marchase, al menos por no deberle nada, aunque la próxima vez que le viera sería muy diferente.
Grimmjow se marchó sin entender muy bien mi actitud, pero a mí me daba igual si me entendía un hollow o no, tenía mis propios motivos para hacer las cosas y en este momento, me preocupaba más ir a ver a mi Teniente que estar aquí de charla con él y con Ichigo. No era momento para cazar ni preocuparme por quien me estaba quitando la misión.
- ¿Dónde vas? – me preguntó Ichigo cuando me vio abrir la puerta a la Sociedad de Almas.
- A casa – le dije.
- ¿Me has hecho despertarme para cazar y ahora te marchas? – me preguntó casi enfadado pero yo pasé de su cabreo.
- Sí – le dije – tengo cosas más importantes de las que ocuparme.
- Si es por Renji él sabe cuidarse solo – me dijo.
- Lo sé, pero voy a averiguar quién narices me está quitando la misión – le dije enfadado y mintiendo sobre lo de Renji, porque realmente sí quería ir a ver como se encontraba después de lo que había dicho este maldito hollow.
Entré por la puerta y sé que Ichigo hizo un sonido de queja por dejarle tirado con la misión tras haberle despertado, pero me daba exactamente igual, él ya sabía cómo era yo y me gustaba ser así, yo era un noble, no tenía que darle explicaciones y menos a alguien como Ichigo, bastante tenía ya con soportarle como cuñado e intentar llevarme bien con él por lo de mi hermana.
Cuando llegué a la Sociedad de Almas, me decidí a entrar en mi escuadrón y crucé todos los patios de armas hasta llegar al edificio de los dormitorios donde se suponía, debía estar ya mi teniente. Toqué a la puerta y tras recibir su respuesta, entré viendo la cara de sorprendido que se le había quedado al verme. Esta vez él no entendía por qué estaba yo aquí, porque hoy no había llegado tarde a trabajar, sino que ya había terminado su jornada.
- ¿Puedo ayudarle en algo mi capitán? – me preguntó dudando.
- ¿Estás bien? – le pregunté cerrando la puerta tras de mí para que nadie me escuchase y me lancé a abrazarle.
- Un poco mareado – me dijo – y dolorido
- Tenías que haberme avisado de esto Renji, ¿Por qué no me avisaste de que había hollows allí? ¿No ves que podían haberte matado imbécil? – le pregunté enfadado, mostrando sentimientos por primera vez en mi vida – nos odian Renji, tenías que habérmelo dicho, podía haberte pasado cualquier cosa.
- Lo siento mi capitán – se disculpó – creí que le daría asco después de lo que me hicieron.
- Tú no podías darme asco Renji, son ellos los que me dan asco, no tú.
- Lo siento de verdad – me repitió – no quería que sintiera asco de mí.
- Renji... yo te quiero, no podría sentir asco por ti y te aseguro, que encontraré una forma de sacarte de allí, eso te lo prometo, no volveré a dejarme embaucar para acudir a una reunión familiar de esas, estaré contigo y te protegeré – le dije besándole por primera vez en el día
Puede que fuera sólo mi imaginación, pero sus besos me parecieron un poquito más fríos que de costumbre, pero igual de sabrosos que siempre, se notaba que quería besarme, pero algo le estaba preocupando. Lo achaqué a que sería algo del club, algo con los clientes o algo sobre esos hollow que le estaban acosando últimamente, así que no quise forzarle a que me contase todo lo que le preocupaba, ya me lo contaría a su debido momento.
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