Dos

Todos Lo Saben

[STILES]

Decirle a Erika que solo me quedaban seis meses de vida fue algo triste y difícil de hacer, pero ahora venía la peor parte de mi plan: Decirle a Scott, mi hermano del alma y mejor amigo desde hace años, que iba a morir y además que él ni con la mordida podría ayudarme. Luego de que finalmente terminaron las horas de clase Erika y yo estábamos saliendo de la escuela juntos, ella se había ofrecido a ayudarme con el asunto de decirle a Scott, pero yo preferí hacerlo solo y en mi casa, después de todo le debo una conversación privada de amigos íntimos. Lo vi subiéndose a su moto mientras se despedía de Allison, se lo notaba realmente feliz, no quise arruinarle el momento y decidí que mejor lo habláramos mas tarde.

Me subí a mi Jeep y lleve a Erika, Isaac y Boyd al Loft de Derek, él los había llamado porque necesitaba su ayuda rastreando algo que solo con Erika no había podido encontrar. Estaba demasiado ocupado con mis propios asuntos como para pensar en lo que ellos buscaban, aunque de seguro Derek tampoco quería que me entrometiera en sus asuntos de lobos.

(...)

[NARRADOR]

Ya eran pasadas las 18:00 PM cuando Stiles se decidió a mandarle un mensaje a Scott, le pidió que fuera a su casa lo antes posible y ahora lo estaba esperando sentado en su cuarto. Escuchó unos golpes en la ventana y cuando fue a revisar allí estaba su querido amigo mirándole con una sonrisa, abrió la ventana y lo ayudo a entrar, él reviso toda la habitación y olió el entorno, el castaño de verdad odiaba que hicieran eso, es una violación al espacio personal. Cuando terminó de hacer su rastreo de olores volteó a mirarlo.

- ¿Por qué huele a tristeza aquí? -Le preguntó con sus ojos de cachorro mirándole fijamente.

Soltó un largo suspiro y camino hacia el escritorio, abrió aquel cajón en el que había escondido los papeles para así mostarselos a Scott y se sorprendió al ver que no estaban. Los busco por todo el cuarto, abrió y revisó cada cajón y busco incluso en el cesto de la basura que tenía junto al escritorio. Scott le miraba sin entender que hacía.

- ¿Qué buscas Stiles?

- ¡Los papeles! -Le grito como si el supiera de qué estaba hablando.

- ¿Qué papeles Stiles? ¿De qué hablas?

- ¡Los papeles que dicen que tengo cánce...! -Stiles se cubrió la boca.

Ya era tarde, se lo había dicho de la forma que intentaba no decírselo. El de rasgos latinos lo miraba como si estuviera viendo un fantasma bailando break dance, Scott corrió hacia su amigo y lo abrazó con todas sus fuerzas. Stiles sintió como sus huesos tronaban debajo de los brazos de su hermano del alma, le palmeó la espalda intentando que alivianara el agarre pero solo fue peor.

- Por favor, dime que es una broma.

- Lo siento, Scott... -Susurró el chico sabiendo que su hermano lo escucharía.- Nunca bromearía con algo así.

El de rasgos latinos se separo y miro a Stiles, su mejor amigo y hermano del alma, observó cada rasgo de su rostro y notó cosas que antes ni siquiera había visto: El chico tenía unas ojeras horribles que indicaban falta de sueño, su rostro estaba mucho mas delgado que antes, al igual que el resto de su cuerpo y sus brazos tenías algunos moretones. El moreno observó horrorizado cada detalle de su amigo sin querer creer lo que le había dicho, de verdad quería que fuera un mal chiste, pero nada en la mirada de Stiles le indicaba que lo fuera. Se sintió impotente, como un niño pequeño que no sabe que hacer, inseguro e indefenso. Volvió a abrazar al ojimiel, intentando así absorber la, pero los Hombres lobo absorten el dolor y al chico no le dolía nada.

- ¿Si te ofreciera la mordida... la aceptarías? -Preguntó en el hombro de su amigo.

- Ya hable de eso con Deaton, no serviría de nada, el cáncer esta muy avanzado.

Ambos se quedaron en silencio abrazados, como cuando eran niños. Scott se culpaba por todo, por haber dejado de lado a Stiles cuando comenzó a salir con Allison, por pasar menos tiempo con él desde que la relación se volvió mas seria y sobre todo porque no podía hacer nada para proteger a la única persona que lo ayudó cuando se convirtió en Hombre lobo, el único que ni siquiera considero la idea de alejarse incluso sabiendo que podían matarlo. Luego de varios minutos abrazados se separaron y se sentaron en la cama del de ojos color miel, ambos miraban al suelo en silencio como si aquella superficie de madera fuera la cosa mas interesante del mundo.

- ¿Te dieron tiempo?

- Seis meses.

- ¿Quien mas lo sabe? -Preguntó Scott intentando superar aquel incómodo y deprimente silencio.

- Solo Erika y mi padre, no se lo he dicho a nadie mas.

- Debes hablarlo con la manada -Stiles miro a su amigo, el cual igualmente lo miraba.- Les diremos que habrá reunión en la veterinaria, encontraremos una solución para esto.

El de cabello castaño sonrió y asintió, quería darle un mínimo nivel de esperanza a su amigo y, en menor medida a causa de lo resignado que estaba, quería tener la esperanza de que quizás podría vivir. Scott mandó los mensajes y acordaron reunirse en una hora en la veterinaria para que ellos pudieran decirles, aunque el de rasgos latinos no dio muchos detalles sobre para qué era la reunión.

(...)

La espera les pareció una tortura, ellos ya habían llegado a la veterinaria y le habían explicado todo a Deaton, el cual le dio un pésame a Stiles y aceptó que todos llegaran allí para la reunión, aunque de todas formas lo harían. Uno a uno fueron llegando los betas, cuando ya todos estaban reunidos y sin entender que ocurría les pidieron que se relajaran, Scott fue quien se decidió a explicar todo.

- Verán chicos, les pedimos que vinieran aquí para poder explicarles algo muy serio.

- ¿Donde está Derek? -Preguntó Lydia.

- Dijo que no podía venir, que luego le dijéramos que ocurría -Erika le respondió seriamente.

El de rasgos latinos se comió la cabeza buscando una forma en que la manada entendiera lo que estaba intentando decirles, pero no había forma, sus infantiles explicaciones eran incluso peores que las que le daría un padre a su hijo intentando decirle que su mascota había muerto. El ojimiel, la rubia y el druida esperaban impacientes a que terminara de hablar, pero Scott seguía y seguía. Erika fue quien puso las cartas sobre la mesa y se colocó frente al joven alfa.

- Lo que Scott quiere decir -Lo miro mal para que callara.- Es que un miembro de la manada está muy enfermo y le queda poco tiempo.

- Gracias por recordarmelo -Dijo Stiles frunciendo el ceño.

- Lo siento -La loba se encogió de hombros.- Pero es la única forma en la que van a entender.

- Como sea, como ya dijo Erika... -Stiles dio varios pasos al frente y miro a la manada.- Tengo un... cáncer terminal.

Todo el lugar se quedo en silencio, tan silencioso que se podían escuchar los jadeos de los perros en la habitación contigua. La primera en reaccionar fue Allison, la cual se acercó para abrazar a Stiles y lo obligó a agacharse para poder hacerlo bien, luego de unos segundos estiró un brazo y Scott se unió al abrazo. A ellos dos los siguieron Erika, Boyd y así sucesivamente hasta que todos acabaron abrazándose juntos, incluso arrastraron al Druida en el abrazo y este, al ver que no iban a dejarlo ir, abrazó de igual forma al adolescente.

Luego del mismo interrogatorio sobre como evitar que lo inevitable ocurriera, todos se fueron nuevamente a sus casas, despidiéndose del ojimiel con especial afecto. Stiles fue el ultimo en irse, decidió caminar a casa, ya que Scott lo había llevado en la motocicleta a la veterinaria, en el camino se encontró con cierta persona que hubiera preferido evitar.

- Hola Stiles -Lo saludó Peter con su típica sonrisa.

El castaño retrocedió unos cuantos pasos, pero el viejo lobo los adelantó rapidamente. El ojimiel estaba con el corazón en la boca hasta que recordó el simple echo de que iba a morir hiciera lo que hiciera.

- Si vas a matarme, hazlo rápido -Le dijo con seriedad.- A estas alturas me importa muy poco.

Peter parecía sorprendido, incluso Stiles lo estaba, el podía afirmar sin dudarlo que su corazón no había latido ni un ápice mas rápido cuando pronunció esas palabras, cosa que lo asustaba hasta cierto punto. El ojiazul volvió a sonreír y lo tomó por el brazo, comenzando a internarse en el bosque mientras llevaba al chico, este se sorprendió porque Peter lo ayudaba a cruzar los obstáculos. Luego de varios minutos caminando finalmente se detuvieron en un pequeño claro, en este había un gran tronco caído que usaron para sentarse, Stiles intentaba evitar las miradas que le dedicaba Peter, debía admitir que el mayor lo ponía realmente nervioso.

- Escuche la conversación con la manada -Soltó de repente Peter.- Debo admitir que hirieron mis sentimientos al no llamarme para la reunión.

- No era nada de otro mundo.

- ¿No te parece importante el echo de que vas a morir? -Stiles se encogió de hombros.- Eres raro, si quieres suicidarte podrías haber dejado que el Kanima, los alfas, Kate o incluso yo nos encargáramos de matarte.

- No quiero suicidarme, pero de todas formas solo me quedan 190 días de vida... -Stiles miro la luna, la cual ya comenzaba a salir - Aunque por el horario yo diría que son unos 189 días.

- ¿Te doy un consejo?

- ¿Tengo otra opción?

- No realmente... En fin, no cuentes los días, disfrútalos.

- ¿Como disfrutas sabiendo que vas a morir?

- Yo disfruto sabiendo que tarde o temprano uno de ustedes intentara matarme.

Stiles no pudo resistirlo y soltó una sonora carcajada que bien pudo haberse escuchado en todo el pueblo. Debía admitir que Peter era gracioso cuando se lo proponía y había logrado quitarle un poco del estrés con esa broma tonta. Cuando finalmente pudo dejar de reír el ojimiel suspiró y miro al lobo con una sonrisa.

- Nunca creí que fueras tan buen comediante.

- Nunca creí que alguien pudiera dejarme casi sordo con su risa -Ambos rieron.

- Ya enserio, eres bueno -Stiles se acomodó en el tronco.- Aunque no tan bueno como yo.

- ¿Acaso me estás desafiando? -Peter levantó una ceja divertido.

- Solo sería un desafío si en algún momento hubieras tenido la posibilidad de ganarme.

- ¿Con que así son las cosas, he?

El de ojos azules comenzó a acercarse lentamente hacia Stiles, el cual miraba el cielo oscurecido por el atardecer. Cuando Stiles menos se lo esperaba el Hombre lobo se le lanzó encima y comenzó a hacerle cosquillas sin la mas mínima piedad, el de ojos color miel se retorcía mientras intentaba liberarse, a Stiles se le escapó un grito que mas bien pareció de dolor y segundos después un rugido los aturdió a ambos.

- ¿Derek? -Peter no llegó a decir nada mas.

Una enorme masa de pelo negro y músculos se lanzó contra Peter, provocando que él y esa cosa rodaran por el césped. Stiles no tardó mucho en darse cuenta que se trataba de Derek convertido en alfa, nunca había visto al pelinegro así, por lo que sus latidos se dispararon atrayendo la atención del alfa. Este comenzó a caminar hacia donde estaba el menor, el cual intentaba alejarse de él, intentando hacerlo perdió el equilibrio y se cayó del tronco, golpeándose la nuca con la caída.

[STILES]

El golpe me dolió mas que nada en el mundo, me quede tirado en el suelo mirando hacia arriba y viendo como si todo a mi alrededor ocurriera en cámara lenta. Derek volvió a su forma humana y se acercó a mí, intentaba decirme algo pero yo solo veía como movía los labios, no podía escuchar ni una palabra. Peter llegó y lo empujo, desapareciendo ambos de mi rango de visión, intente levantarme y la punzada en mi nuca viajo hacia mi columna y cabeza, provocando que me quedara quieto a medio intento por ponerme de pie, decidí ponerme de costado. Quede viendo como los dos Hale se golpeaban, el de ojos verdes intentaba llegar a mí pero Peter lo empujaba lejos.

- ¡STILES! -La voz de los betas de Derek llegó a mis oídos, tomo a mi alrededor comenzó a recuperar su velocidad normal y volví a escuchar bien.

Erika llegó corriendo junto a mí e intentó ponerme de pie, pero de verdad me dolía mucho el cuerpo y le suplique con la mirada que me dejara donde estaba. Isaac intentaba separar a los dos Hale mientras que la rubia me ayudaba a ponerme de espalda contra el tronco, di un largo suspiro y regrese mi vista a la loba.

- Ve a ayudarlos, estoy bien.

- Estás sangrando -Me respondió ella.

- Pues habrá mas sangre aquí si no los separan.

A duras penas me obedeció y salió corriendo hacia donde estaban los otros tres lobos, entre ella y Isaac lograron separarlos. El de cabello rizado sujetaba a Peter mientras que Erika se aseguraba de que Derek no se lanzara de nuevo sobre él. Cuando ambos finalmente se calmaron fue la rubia la que comenzó a gritar como una desquiciada, estaba furiosa.

- ¿¡Qué demonios te pasa!? -Le gritó a Derek.- ¡Pudiste haber herido a Stiles!

- ¡Fue ÉL quien lo estaba atacando! -Derek señaló a Peter.

- ¡Yo no hice nada! -Respondió el de ojos azules.

- Ya basta de pelear.

Todos voltearon a verme al escuchar lo que dije, estaba levantándome impulsándome con el tronco, cuando pude mantenerme de pie me lleve la mano hacia la nuca y cuando la saque me quede petrificado viendo como aquel líquido rojo manchaba mas de la mitad de mi mano. Erika volvió a acercarseme y se quedo junto a mí asegurándose de que no cayera al suelo, luego vino Isaac y finalmente Peter. Derek parecía no entender por qué todos me trataban de esa forma, entonces recordé que él no había estado en la reunión y no sabía de mi condición.

Peter se ofreció a acompañarme a mi casa, pero fue rapidamente interceptado por Derek, quien dijo que lo menos que podía hacer era llevarme. Yo me encogí de hombros y mientras caminábamos hacia el Camaro negro del lobo ninguno de los dos decía nada, antes de subir me hizo cubrirme la nuca con un trozo de tela para no manchar los asientos, no se por qué me ilusione creyendo que por un segundo se había preocupado por mí.

- "Despierta Stiles, es Derek de quien hablas, nunca le importaras" -Pensé mientras íbamos camino a mi casa.

- Ya deja de pensar en lo que sea que estés pensando que apestas mi auto a tristeza.

El auto se detuvo en un semáforo que parecía eterno, no podíamos saltárnoslo porque frente a nosotros había un auto de policía e iban a ponerle una multa a Derek.

- No puedo evitarlo, tengo mis razones para "Apestar a tristeza".

- Pues olvídalo -Volvió a hablar sin mirarme.- De seguro es una idiotez de adolescente.

Me quede de piedra, sabía que Derek podía ser desinteresado, pero nunca creí que llegara a tal punto en el que le importaran una mierda mis problemas. En se momento sentí ganas de golpearlo, pero no, no vale la pena el suicidio en este momento, no pienso darle el gusto. Abrí la puerta del vehículo y me baje, comenzando a caminar por la acera mientras ignoraba sus gritos ordenándome que subiera al auto. Camine dos calles cuando el Camaro apareció junto a mí, Derek bajó la ventanilla.

- Stiles, no estoy jugando, sube al maldito auto ahora.

No le respondí y me decidí a ignorarlo sin dejar de caminar, quizás se cansaría y me dejaría en paz. El Camaro comenzó a andar lento a la misma velocidad en la que yo caminaba, ya me estaba cansando de este estúpido juego.

- No seas un niñato y súbete o te dejo aquí tirado -Le mostré el dedo de en medio.- ¡Me tienes harto!

El auto se detuvo y mientras avanzaba escuche como la puerta se abría y nuevamente se cerraba bruscamente. En menos de cinco segundos el Sourwolf ya me estaba empujando dentro de un callejón y haciéndome chocar contra la pared de este, debo admitir que me dolió mucho, pero apreté los dientes y me quede mirando fijamente a Derek.

- ¿¡Me puedes decir que mierda te pasa!? Desde ayer que Erika está rara y luego de esa reunión a la que nos llamaste todos lo están -Hizo una pausa y me cogió de la sudadera.- Se que hay algo que no me están contando.

- Pues si hubieras ido a la reunión lo sabrías.

- ¿Qué cosa?

- Que voy a morir -Solté sin el mas mínimo tacto.- Tengo cáncer.

El de ojos verdes se quedó petrificado en el lugar, aprovechando que sentí como aflojaba su agarre lo empuje lejos y salí de aquel callejón. No continuó siguiéndome, aunque por alguna razón deseaba que lo hubiera hecho, llegue a mi casa y al ver que mi padre no estaba me deje caer al suelo y comencé a llorar. No eran lagrimas de tristeza, eran de rabia, había sido un día soportable hasta que el maldito de Derek apareció y tuvo que convertir el único buen momento que había tenido en una maldita mierda.

Subí a mi habitación y cerré la ventana con seguro junto con las cortinas, no pensaba recibir ninguna visita ese día, creo que a quien quiera que subiera por esa ventana iba a gritarle hasta del mal del que se iba a morir. Me deje caer en mi cama sin quitarme la ropa, comencé a darle puñetazos a la cabecera cuando los golpes en la ventana me hicieron detenerme.

- ¡VÁYANSE! -Grite con todas mis fuerzas mientras me ahogaba con mis propias lagrimas.- No quiero ver a nadie, déjenme solo...

Las ultimas palabras fueron mas bien un susurro, pero se sintieron como una puñalada en el medio del corazón. Me coloqué de costado y me cubrí la cabeza con la almohada para así no escuchar los golpes que a pesar de que había gritado no se detenían, luego de acostumbrarme a los ruidos finalmente me quede dormido, eso era lo único que quería hacer en ese momento, escapar de mi realidad y sumergirme en algún sueño remoto, aunque fuera una pesadilla, seguro sería mejor que esta mierda de vida.

NOTA DE LA AUTORA:

Holi, yo les advertí que seria triste, así que no quiero quejas. Déjenme sus opiniones en los comentarios o envíenme un mensaje privado, respondo en cuanto los veo.

En fin, sin mas que decirles me despido enviándoles muchos besos y abrasos de Hombre lobo alfa (porque los de oso están muy vistos). Adiós mi hermosa y amada manada.


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