Dieciseis
El Niñero Hale
[DEREK]
No puedo creer esto ¿Quién en su sano juicio me deja cuidando a un bebé? ¡Además este crío no deja de llorar! Ya lo intenté todo, sacudirlo un poco, darle de comer y nada ¡No se quiere callar! ¿Qué mas puedo intentar con este niño? Solo hay algo que no hice... Dios, ahí va mi dignidad.
Puse al niño boca abajo y comencé a darles palmadas en la espalda mientras tarareaba una canción de cuna, pero aun así no dejaba de llorar.
- Cállate niño, cállate ya o este lobo te matará.
Comenzó a llorar aun mas fuerte ¿¡Qué le pasa ahora!? No le he dicho nada malo. Dios, si algún día tengo hijos me voy a pegar un tiro antes de tener que quedarme solo cuidándolos. Fingiré demencia, si, eso haré; es la coartada perfecta.
Comencé a caminar en círculos alrededor de la sala mientras palmeaba la espalda del bebé, luego de unas dos vueltas el niño dejó de llorar. Gracias a Dios, ya iba a lanzarme por la ventana si no se callaba, maldigo mis oídos extra sensibles en este momento.
- Muy bien, pequeño. Hagamos un trato -Comencé a hablarle al niño, el cual solo balbuceaba.- Tú no lloras mas y yo... No mato a tu padre por dejarnos solos ¿Trato hecho?
- Brr...Wa.
- Tomaré eso como un sí.
Continué caminando con el niño en brazos mientras le daba palmadas en la espalda hasta que ya no aguantaba mas caminar en círculos y me senté en el sofá con el pequeño encima. Ni siquiera recuerdo el nombre que nos había dicho Stiles ¿Como era? Algo con D... Dy... ¡Ya recuerdo! Era Dylan, el bodoque con patas se llama Dylan.
Ahora lo tengo sentado en mis piernas mirándome fijamente, maldito niño con ojos intimidantes, su padre debería estar en este momento sentado en mis piernas y no deberíamos estar precisamente vestidos. Pero bueno, es lo mismo de siempre, el idiota de Scott hace algo y Stiles deja todo para ir a ayudarlo sin importar lo que McCall le haya hecho anteriormente. No se si eso es ser muy tonto o muy noble, yo diría que una mezcla de los dos.
Este enano continúa mirándome y ya me está haciendo enojar, no me gusta que las personas se me queden mirando. Le gruñí e hice que mis ojos brillaran azules, pero el niño se rió de mí ¿De verdad no me tiene miedo?
Saqué mis rasgos de lobo, el bodoque volvió a reírse, pero esta vez cogió mis mejillas y comenzó a tirar, dejando mis colmillos a la vista. De nuevo se rió ¡NADIE nunca se había reído de mí! Maldito enano temerario y valiente.
- ¡Derek! -Escuché gritar a Stiles mientras abría la puerta.
- ¡No mates al niño! -Esta vez fue el nominado y futuro ganador del idiota del año quien gritó.
- ¿Qué hace Scott aquí? -Pregunté frunciendo el ceño.
- Larga historia, luego te explico, fue un largo día y... -Stiles tomó aire.- Dios, necesito dormir.
- Pues el niño se ve muy despierto -Scott se rascó la nuca.
- Mierda... ¿Puedes cuidarlo mientras me doy una ducha? Necesito relajarme un poco.
- Claro hermano, déjamelo a mí.
- Lamento decirlo Scott, pero luego de lo de hoy nunca en mi sano juicio te dejaré a mi hijo a menos que sea de vida o muerte.
Sonreí al ver el seño fruncido de Scott, era obvio que Stiles confiaba mas en mí que en Scott para cuidar a su hijo ¿Quién no lo haría? Acabo de descubrir que soy el mejor y mas sexy niñero del mundo.
El humano se fue a dar una ducha y yo nuevamente me quedé con el niño, o mejor dicho con dos niños, ya que Scott también está aquí y él tiene cerebro de bebé, aunque debo admitir que este niño es inteligente, nada que ver con Scott.
- Déjame cargarlo un rato - Me pidió el alfa verdadero.
Yo no me negué, pero cuando Scott quiso coger al niño este se recostó en mi pecho y se aferró a mi camisa, quedándose allí mientras balbuceaba. Vi que Scott frunció el ceño y me miro mal, yo sonreí burlón.
- Ya arruinaste a mi sobrino -Me dijo apuntándome de forma acusadora.- ¿Por qué el niño ya te quiere?
- No lo se, quizás Mfgh.... -No pude terminar de hablar.
La pequeña mano de Dylan me estaba apretando la boca y debo admitir que dolía ¡Este enano tiene las uñas muy largas! Escuché a Scott reírse de mi sufrimiento mientras el niño, aferrándose a mi boca, comenzaba a gatear sobre mí y se sentaba en mi pecho. Gracias a la posición en la que estaba en el sofá impedía que se cayera al suelo, el bodoque con patas comenzó a jugar con mi cabello, a darme manotazos en la cara y a balbucear cosas inentendibles mientras lo hacía. Todo bajo la mirada burlona de Scott y posteriormente de su papá, el cual ya había salido del baño.
- Aww... ¿Ya quieres al Sourwolf, hijo?
- Bua brr ¡Bau! -El niño mostraba una sonrisa sin dientes.
Stiles se acercó y me lo quitó de encima, recostando la cabeza del niño en su hombro y comenzando a palmearle la espalda.
- Gracias por cuidarlo -Me sonrió Stiles- Y lamento la paliza que te dio.
- Es la primera persona que golpea a Derek y no sale lastimado -Se burló Scott y le gruñí.- ¿Qué? Admite que es verdad.
Me quedé callado, ese niño era la primera persona que me clavaba las uñas en la cara y vivía para contarlo. Aunque el niño no lo contaría porque para cuando aprendiera a hablar ya no recordaría eso, pero Scott si e iba a recordarmelo en cada oportunidad que tuviera. Maldigo a Peter por haberlo mordido, incluso Stiles hubiera sido una mejor opción.
(...)
[STILES]
Luego de unos cafés que les ofrecí a mis dos lobos de turno, ambos se fueron a sus respectivas casas y yo me quedé solo con mi hijo. El pequeño Dylan se durmió y yo lo dejé en su cuna para luego irme a dormir.
Algo me despertó a las cuatro de la mañana, el sonido de una ventana abriéndose. Al principio pensé que no había sido nada, pero recordé lo que me había pasado con Darren hace unos días y corrí hacia el cuarto de Dylan. La puerta estaba cerrada y lo escuché llorar, tuve que correr a la cocina y coger la llave de repuesto para abrir. Al entrar no va a nadie, levanté a mi hijo en brazos y revisé todo el lugar, entonces lo vi y se me heló la sangre.
En la cuna de Dylan, justo al lado de donde había estado su cabeza, yo había dejado un peluche de mono. El peluche ahora estaba decapitado y tenía un trozo de papel encima. Cogí el muñeco con papel y todo y lo leí.
"Este pudo haber sido tu hijo".
Mis ojos se abrieron como platos y presioné aun mas a Dylan contra mi pecho, alguien había entrado mientras yo dormía y pudo haberlo matado, pero no lo hizo y eso era porque seguramente quien quiera que fuera quería algo de mí.
No pudo haber sido Darren, ya que después del ataque estuve ocultando muy bien mi olor con un brazalete que me dio Deaton. Pero si no había sido él no tenía a ningún otro sospechoso, nadie mas que él me odia por el momento. O eso creo.
Esa noche no dormí, Dylan y yo nos quedamos en la sala. Él dormía sobre mi pecho mientras que yo estaba sentado en el sofá mirando televisión, pero no estaba tranquilo, al menor ruido que escuchaba miraba hacia todos lados vigilando que no hubiera nadie allí.
(...)
- ¿Estás bien? -La voz de Scott me sacó de mis pensamientos.
Luego de que en la mañana lo llamara para contarle lo que había pasado habíamos quedado en una cafetería cerca de mi nuevo departamento, había dejado a Dylan con Lydia y Erika, ya que ellas me dijeron que querían pasar tiempo con él y yo a duras penas acepté. No quería alejarme de mi hijo luego de lo ocurrido, tenía una sensación extraña en mi pecho que solo se iba cuando tenía a mi hijo apretado contra él.
- ¿Aun estás preocupado por Dylan? -Volvió a hablar Scott.
- Tengo un muy mal presentimiento.
Mi hermano del alma me apretó la muñeca en señal de intentar tranquilizarme, pero yo no lo lograba hacerlo, de verdad aquel vacío en mi pecho me provocaba una sensación de que cosas horribles iban a pasar, como cuando apenas comenzó lo del Nogitsune, era exactamente lo mismo y de no saber que ese bichajo estaba encerrado y vigilado por la señora Yukimura pensaría que está intentando poseerme de nuevo. Pero esta vez no era nada maligno intentando apoderarse de mí, esta vez no sabía lo que era, y la incertidumbre me estaba matando.
Mi teléfono comenzó a sonar, le pedí a Scott que me disculpara y salí del café para que no escuchara, no me gustaba la idea de que escuchara mi conversación. Leí el número, era desconocido, pero aun así atendí.
- Hol...
- Creí que no atenderías.
Una voz femenina me interrumpió, pero no cualquier voz, ya conocía perfectamente a la dueña de aquella voz. Maldita pirómana de mierda.
- Dame una razón para no colgar y llamar a Derek para que acabe contigo -Dije molesto.
- Tranquilo, niño -Ella rió.- No me siento con ganas de matar a tu mocoso o a tus amigas.
Con solo pensar en que ella podía hacerle algo a Dylan se me hirvió la sangre estaba a punto de gritarle a Scott cuando ella me frenó.
- Ni siquiera te atrevas a darte vuelta para mirar a ese tonto o ya mismo tu enano muere.
Me quedé de piedra ¿Acaso ella me estaba vigilando? Comencé a mirar hacia todos lados, no la veía por ningún lado.
- ¿Qué es lo que quieres? -Pregunté con la voz cortada.
- Vaya, vas a cooperar. Eso es bueno... -Volvió a reírse ella.- Escúchame bien porque solo lo diré una vez, camina hacia el fondo del callejón que esta justo a tu derecha y quédate allí.
Lo hice sin dudar, si esa loca tenía a mi hijo no puedo provocar que le haga ningún daño, si lo hace no me lo perdonaría.
Cuando llegué al fondo del callejón me encontré con un enorme muro de ladrillo y unos cuantos botes de basura. Fuera de eso no había nada más, estaba a punto de irme cuando parpadeé y ya no estaba en el callejón, estaba en alguna clase de edificio muy deteriorado.
- Veo que le hiciste caso a Kate.
Una segunda voz femenina conocida se escuchó detrás de mí, esta vez mas que odio sentí miedo. Que la pirómana Argent estuviera viva ya era malo, pero si esa cosa seguía con vida estábamos todos jodidos.
- ¿J-jennifer? -Me volteé a verla.
Ella, con una sonrisa socarrona y sus ojos clavados en mí, comenzó a acercarse con pasos lentos. Una risa se escapó de sus labios.
- Esa soy yo, viva y en una pieza - Continuó sonriéndome.
Por poco y me da un ataque de pánico al ver a Lydia en una camilla detrás de ella y a Erika junto con Boyd encadenados contra la pared, los tres estaban inconscientes. En lo que parecía ser una especie de pentagrama rodeado de velas rojas y negras se encontraba mi hijo.
Intenté correr a sacarlo de ahí pero choqué contra algo que me impedía cruzar, una especie de campo de fuerza invisible, mi hijo me miraba con los ojos llorosos y una mancha de sangre en su pequeño brazo. Era una especie de marca de garras, esas malditas lo habían herido.
- ¿¡Qué le hiciste!? -Grité volteándome hacia Jennifer.
Estaba listo para lanzarme sobre ella cuando sentí un horrible dolor en mis cuello, seguido de una risa sádica y femenina detrás de mí. Miré hacia la izquierda donde sentía dolor y me encontré con una cabellera negra. Era un hombre y el maldito me estaba mordiendo.
Con un golpe directo al rostro lo aparté y volteé a verlo mientras me apretaba la zona en la que me mordió. Detrás de aquel desconocido estaba Kate, la escuché reír mientras aquel extraño se levantaba.
- Tienes fuerza, humano -Me sonrió el hombre.- Lastima que vas a morir.
No entendí a qué se refería ¿Morir? ¿De qué mierda me estaba hablando? Lo vi acercarse a Dylan, él si pudo cruzar aquel campo de fuerza que a mí me lo impedía. Iba a lanzarme contra él para evitarlo cuando sentí una punzada en la espalda y me llevé la mano allí, arrancándome una especie de dardo, luego todo se volvió negro y pude escuchar de fondo el llanto de mi hijo.
(...)
[NARRADOR]
Toda la manada había acudido a la veterinaria luego de el mensaje de Scott, Isaac hablaba con Cora acerca de que no comprendía por qué Erika no le contestaba las llamadas. Derek parecía a punto de sufrir un ataque de pánico por haber perdido a dos de sus betas, porque aunque él ya no fuera un alfa ellos dos seguían siendo sus betas y debía cuidarlos.
- ¿Qué es lo que ocurrió? -Kira fue la primera en hablar.
- Estaba con Stiles en un café cuando su teléfono comenzó a sonar y él salió para responder.
- ¿Por qué hizo eso? -Esta vez habló Chris con sospecha.
- No le gusta que escuchemos sus conversaciones -Defendió al ojimiel Isaac.
- Como sea, luego de eso lo vi irse caminando, podía oler su pánico desde dentro del local y lo seguí. Pero cuando dobló en un callejón sin salida lo perdí.
- ¿En un callejón sin salida? -Derek alzó una ceja.
- No se lo que ocurrió, de la nada ya no estaba allí.
Todos se quedaron pensativos observando al de rasgos latinos; él era el alfa y era quien debía dar ordenes, pero al ver que se había quedado callado el pelinegro comenzó a dar ordenes.
- Scott, vienes conmigo, Deaton y Chris a ese callejón. Los demás intentan buscar rastros en todo el pueblo, divídanse como prefieran. Nos vemos en cuatro horas aquí, si encuentran algo llámenme.
- ¡Si! -Todos asintieron y se dispusieron a hacer lo que les fue ordenado.
Derek, Deaton, Scott y Chris salieron en el auto del cazador Argent hacia donde les indicaba el de rasgos latinos. Debían encontrar a los betas desaparecidos, no podían permitirse perder a mas gente.
NOTA DE LA AUTORA:
Dioooos, se pone fea la cosa ¿Qué pasará? Sigan leyendo para saber.
En fin, sin mas que decirles me despido mandándoles muchos besos y abrazos para todos y deseándoles un buen resto del día. Adiós manada.
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