Tú no sabes quién soy ni tampoco por qué estoy escribiendo esto. Pero estoy aquí porque formo parte de esta historia; aunque en un principio no lo hacía.

Soy el príncipe azul para la persona más importante de mi vida; pero no soy un adulto. Cuando me vuelva adolescente, posiblemente sólo sea un sapo.

¿Makayla? Si, ella está conmigo. Mientras te estoy platicando esto, estamos caminando por las playas de Grecia; dejando huellas en la arena las cuales borrará el mar. Muchas huellas más serán borradas desde hoy; por eso estamos aquí, para borrarlo todo.

Una mujer sabia suele decirme que la hierba mala, nunca muere. Pero también dice que las cosas malas siempre se tienen que arrancar de raíz. Yo estoy de acuerdo con eso; y creo que ambos dichos se pondrán a prueba hoy. Y por qué no, también el de "Las penas con pan son buenas".

El día es espectacular a diferencia de dónde vivimos..., si es que eres amante del clima cálido. No digo que Grecia siempre lo sea, pero hoy está haciendo bastante calor y hay mucha gente en la playa. Esas fotos que se muestran en internet sobre Grecia; no son fáciles de conseguir con esta cantidad de gente.

Viéndolo bien, hasta envidia me dan. Nosotros caminamos de prisa; bueno, yo más. Makayla va hablando entre dientes mientras aprieta fuerte mi mano; me jala un poco y yo al ver esa actitud me quedo callado esperando no ser parte de esa ira.

Para mi suerte, a dónde hemos llegado no era nuestra ciudad de destino. Makayla, como tú la conoces; ha comprado dos tickets de autobús mas próximos hacia un pueblo que será nuestro destino.

-Disfruta la vista, es la última vez que estaremos aquí.

Fue lo último que dijo antes de subir al autobús, y viajar en silencio.

Venimos vestidos elegantes. Sólo somos ella y yo, como casi todos nuestros días. Estoy usando el cabello recogido hacia atrás, unas gafas de piloto; y un traje formal.

Mi mamá viene vestida de rojo, incluso sus labios están pintados de color carmín. Vamos hacia una boda.