Carta inesperada
A la mañana siguiente viernes, hacia un frío terrible pero había parado la lluvia. El señor que decía el clima en la televisión, había predicho que sólo sufriríamos de frío pero nunca hablo de lluvia. Así que no preparé mi sombrilla. En realidad, aunque hubiera sabido que llovería no la habría llevado. Las sombrillas suelen estorbar más de lo que ayudan, o al menos a mí.
Siempre aprovecho este tipo de clima para ponerme mis blusas de manga larga. Lo bueno del clima, siempre será que puedes cambiar de guardarropa. El día estaba nublado; mi clima favorito. Y entonces pensé en ti, Señor V. Y pensé que quería que tu día fuera igual de nublado que el mío. Yo y mis malas vibras. Después me arrepentí; y simplemente imaginé que ya no pensabas en mí.
Caminé a mi trabajo aquel día para poder disfrutar de la lluvia después de despedirme de la foto de Yefuá. A una cuadras se encontraba un compañero de trabajo; caminando con su enorme mochila color azul marino.
-¡Kieran! -grité al verle.
Él volteó atrás y me sonrió. Kieran es un hombre de Australia un poco más joven que yo. Sin embargo, era mucho más alto. Es nuestro maestro de intercambio. Nuestra escuela había crecido tanto que teníamos la suerte de contar con este sistema. Algo que me gustaba mucho de él, es que siempre tenía su nariz roja y una enorme sonrisa rodeada de barba. Habíamos salido por meses durante su estancia en México; pero como se imaginarán, no funcionó.
-¿Irás caminando hoy? -pregunta extrañado.
-Si, hace un excelente día ¿No crees?
-Este clima es mucho mejor que el calor de Australia definitivamente. Sólo un loco no disfrutaría de este clima.
"Un loco ¿eh?", pensé para mí misma y sólo sonreí.
-¿Por qué tan feliz? -preguntó tras mi reacción.
-Me dió risa tu frase, eso es todo. Me trajo algunos recuerdos para desempolvar.
-¿A qué te refieres?
-Cambiando de tema un poco... -evadí- Kieran ¿Cuando vuelves a Australia? Estoy pensando en meterme a clases de inglés avanzado C1, para repasar un poco antes de entrar a C2; y sé que tú eres el maestro de esos grupos.
-¿No te lo dijeron? Debo partir la siguiente semana. Es una lástima, me habría gustado ser tu maestro.
-¡Qué mal! Pienso que habrías sido un excelente maestro para mí. Pero ¿Quién atenderá los grupos avanzados ahora?
-Me dijeron que serías tú -respondió extrañado y apenado.
-¿Yo? Yo no puedo -dije casi titubeando-. No tengo el nivel y además saldré de vacaciones.
-Lamento escuchar eso. Pero difiero en tu opinión. Creo que serías una excelente maestra para ese nivel. Tu nivel de inglés llega casi a C2.
-Si, justo pensaba inscribirme a C2 para terminar con todos los niveles pero... es sólo que no me siento lista -comenté insegura.
-Hay miedos que sólo están en la mente, Maky. Y si no te arriesgas, jamás lo sabrás.
Ese último consejo si que me perturbó. Creo que mientras más cierro ciclos, más miedos nacen. Seguimos caminando hacia la escuela callados. Él se apenó un poco al ver que no contesté a su última respuesta y tal vez se sentía un poco culpable al haberme arruinado mis vacaciones con su partida. Aunque, yo sabía que no era su culpa del todo.
Al llegar a la escuela y firmar nuestra asistencia, él fue hacia su salón y yo permanecí en la oficina; en mi escritorio esperando a mi directora. Pasaban las horas y no se paraban ni las moscas. Horas en las que estuve practicando cómo rechazar la oferta de trabajo de ser maestra de los grupos elevados. Viendo los pros y los contras de aceptar y declinar la oferta.
Y entonces entraron aquellos zapatos cafés a la oficina, la directora con el pelo exageradamente relamido y pintado con tonos claros y marrones. Me sonrió como fingiendo no saber nada antes de aventarme la bomba a la cara.
-Hey ¿Cómo va todo? -pregunta en cuanto pone un pie dentro de la oficina.
-Todo bien. Oye, quiero comentarte algo -respondí.
Soy de la idea de atacar primero a las malas noticias; para ser yo el factor sorpresa y no permitir que otros sean los que me sorprendan.
-Dime -respondió.
-Caminé con Kieran al trabajo; él me comentó que esta es su última semana con nosotros.
-¿Ya te lo ha dicho? Kieran no sabe quedarse callado. Es una lástima que nos deje. Hemos abierto la vacante de intercambio pero me temo que nadie se ha inscrito. Kieran volverá de Australia y nadie más tiene el nivel de inglés que se necesita para dar a los grupos más elevados.
-¿Qué harás entonces?
-Qué haremos... -respondió molesta.
-Yo no tengo nivel para dar grupos avanzados de C1.
-Claro que si. Además, es sólo un grupo y es pequeño.
-Justo quería entrar de oyente a la clase C1 para repasar.
-Escucha, si no quieres dar el curso lo entiendo.
-¿De verdad?
-Si. Sin embargo, me temo que sólo te queda una cosa por hacer. Buscar a un maestro que pueda dar ese nivel.
"Rayos", pensé. Sólo un 10% de los maestros de inglés en Mexico tiene nivel C2 según mis estadísticas y en el estado donde vivo no llegamos ni al 1% de ese 10%. Parecía una misión imposible. Mi única opción parecía ser rogar a Kieran por que permaneciera en México.
Mi mundo se venía abajo y el cielo se soltó también. Parecía que se caía en mil pedazos convertidos en lluvia. Veía la lluvia a través del vidrio mientras observaba al salón de Kieran esperando a que llegara su hora de salida para interceptarlo y rogarle que no se fuera; llorar, patalear, suplicar, hincarme de ser necesario.
Kieran parecía sentir mi mirada de ventana a ventana; a veces se asomaba y me veía un poco apenado, o tal vez con miedo. Y seguía caminando por el pasillo de su salón mientras monitoreaba a sus alumnos.
Al llegar la tarde-noche, había parado de llover y la mayoría de los alumnos ya se habían retirado de sus aulas; así que me acerqué discretamente al salón de Kieran y entré cerrando la puerta. El abrió sus ojos sorprendidos y una sonrisa le ganó. El clima húmedo y el olor a tierra mojada invadían la escuela donde lo toqué único a cada escena...
-¿A caso planeas secuestrarme? -preguntó arqueando las cejas.
-Ahora que lo mencionas, no suena del todo mal -reí nerviosa.
-Lamento tener que irme de emergencia... -comentó mientras organizaba sus cosas dentro de su gran mochila negra.
-Debe haber alguien que conozcas. Alguien que conozca nuestro sistema. Que quiera venir a México y cubrir tus horas.
-Lo intenté. Pero, me temo que todos van a terminar sus ciclos dentro de un mes. Podrías cubrir un mes y después de ese mes podría insistir a mis amigos a que vengan a cubrir esas horas.
-¡Voy a atrasar mi viaje Kieran! Llevo posponiéndolo por años...
Deje caer el peso de mis brazos hacia abajo, mis hombros se inclinaron y en verdad que hice el mejor puchero que pude esperando que Kieran cediera.
-Tengo una emergencia familiar... -comentó apenado.
Y de nuevo me di cuenta de lo egoísta que yo podía llegar a ser con gente que no lo merecía. Lo volteé a ver y me acerqué poco a poco para ponerle una mano en su obro. Me abrazó y lo abracé y al mismo tiempo nos dijimos "Lo siento" seguido de una breve risa embarazosa.
-Creo en ti y en tus capacidades Maky. Sólo necesitas creer en ti también.
Kieran terminó de empacar sus cosas y caminamos hacia casa juntos. No hablábamos de mucho. Él era un hombre callado y yo, no soy fácil de florecer en todos los ambientes. Sin embargo, siempre que pienso en Kieran, me siento bien.
Al llegar a casa deje caer mis cosas al piso. Comencé a hacer la cena. No era más que una sopa instantánea pues no tenía muchas ganas de cocinar. Escribí un mensaje a Pierre comentándole que cancelaría mi viaje. Pierre respondió con una llamada que no contesté. Y entonces vi la foto de Yefuá y sabía que esa no era la actitud que debía tener. Es como si me pudiera comunicar con él a través una foto. Sonreí y tomé mi laptop. Coloqué un anuncio en un grupo de maestros de inglés en Facebook.
En este grupo había maestros de todos lados del mundo. Solicité algún maestro con un nivel de inglés C2 que pudiera venir de intercambio a México o que pudiera dar clases en línea. Cuando lo coloqué, acepto que se me vino una idea loca a la mente pero la bloqueé. Ni siquiera me atrevería a repetirla, dicen que mientras más piensas en algo más lo atraes. Por eso intenté pensar en otras cosas que no tuvieran que ver con esa idea loca.
Lo publiqué en otras páginas donde había ofertas de trabajo y rogué a Dios porque nos mandara un maestro de inglés lo antes posible para ese grupo que estaba apunto de iniciar. No teníamos mucho tiempo pues ya sólo quedaba un mes.
Sabía que había hecho todo lo posible y lo demás sería lo que Dios, el destino o el universo dictarán. Mi perrita, Lizzie, me relamió la mano pidiendo atención mientras escribía en la laptop. Así que apagué la laptop y la conecté a cargar su batería para irnos a dormir juntas. Su calidez y cariño siempre lograban confortarme. Lizzie había estado aquí, durante toda esta última aventura, y me preguntaba si ella se había enterado de todo lo que me había pasado. Ella estuvo ahí en todas mis llamadas con Yefua y el Señor V. A veces, hasta vergüenza sentía al verla, pues sabía que ella conocía todas las tonterías que había realizado en los últimos años.
La verdad es que a veces hablaba conmigo misma, en versión niña; y parecía más sabia de lo que soy ahora. Tal vez de niños tenemos las ideas más claras o sabemos seguir mejor los consejos que nos dan, socialmente hablando. Así qué tal vez si Lizzie pudriera hablar, también sería más sabia de lo que yo soy; y me cuestionaría sobre mis decisiones.
Dormí pensando en eso, y entonces en la mañana mientras me encontraba aún en pijama y preparaba café, se escuchó que tocaron la puerta. Me sorprendí mucho pues no es como que la gente se levante a las 7 de la mañana, a menos que tenga que trabajar así que me moví hacia la puerta y cuestioné quién era aunque nadie respondió. Pensé que era Pierre pero al abrir la puerta me encontré esa nariz roja que siempre llevaré en mi corazón.
-Es para ti -dijo sosteniendo un tulipán morado con su mano derecha.
-K-Kieran... ¿Qué haces aquí? Aún es muy temprano.
-Hoy yo entró más temprano a trabajar. Y pensé en traerte esto como una disculpa. Además me iré pronto y no quería dejar mal las cosas.
-Eres asombroso ¿Sabes? Los tulipanes son mis favoritos y el color morado es el que más me gusta de todos.
-Lo he notado; lo del color, no lo de las flores. Nos vemos más tarde en la escuela. Y... también quería decirte que si quieres un día visitar Australia, cuentes conmigo. Vivo en un lugar muy pequeño y no es turístico; pero podemos ver que hacer.
-Nuevamente, gracias por todo.
Kieran se alejó diciendo adiós brevemente con su mano. Nunca tuvimos una relación sentimental pero dentro de lo académico siempre supe que podía contar con él. Tal vez no lo había pensado bien pero, si que lo iba a extrañar.
Intenté preparar mi café y comer mi pan sin que su ida me afectara, pero después de lo de Yefuá; ver partir a la gente no ha sido nada fácil. No puedo evitar pensar que podría ser la última vez que convivo con alguien... Y Kieran en verdad me agradaba.
Pasaban las semanas y aún no había ninguna notificación de algún maestro interesado en cubrir el grupo de C1. Así que comencé a estudiar los contenidos que seguramente terminaría enseñando. Empecé a aceptar la idea de ser la nueva maestra de inglés en ese nivel. Mis planes de salir de viaje cada vez se veía más lejanos y eran pocos los lugares que estaban disponibles para fechas tan cercanas.
Me sentía estresada, con miedo, triste. Y entonces un reluciente pero frío día, por ahí del 1 de noviembre, una semana antes de iniciar el curso, la escuela por fin recibió una notificación de un maestro interesado en el intercambio.
"Estimada escuela Falcon School.
Somos la escuela Frodita. Nos ubicamos en Atenas. Hemos recibido su invitación para realizar un intercambio entre nuestros maestros de inglés. Tenemos un maestro de C2 interesado a en intercambiar con ustedes. Les pediríamos que le ayuden con su estadía en México.
A cambio nosotros podemos conseguirle un hospedaje decente y apropiado al maestro que nos manden. De igual manera, se le permitirá asistir a las clases de a C2 de forma gratuita.
Lo que pedimos es lo siguiente:
El maestro a intercambiar deberá tener conocimiento administrativo en instituciones educativas.
Tener un nivel de inglés C1 (avanzado) según el marco común.
Esperamos su respuesta
Frodita, Education for life."
La directora volteó a verme.
-¿Qué te parecería viajar a Grecia? ¿Contaría como vacaciones?
Yo sólo la volteo a ver con cara de terror. Será que Grecia será lo suficientemente grande, para no encontrarlo a él.
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