Ambos vieron el bosque con algo de nieve, rara vez llegaba a nevar en ese pueblo, que era iluminado por la luz de la luna, dándole un aire de magestuosidad y belleza al bosque. Héctor se veía bastante emocionado e inspirado de estar allí, Bruno parecía bastante ansioso.

----- Vaya, ¡Años sin ver la luna! –sonrio nostálgico– ¿Recuerdas como nos juntabamos en mi casa y cantabamos canciones sobre la luna? –cuestiono

----- Oh... Claro que sí –respondio sonriendo algo más tranquilo– nuestra favorita la habías escrito –menciono

----- Si, creo que iba... ¡¡Luna de plata!! Dime qué quieres de mi, te hablo y no respoo-ondes. ¡Te suplico por mi, y por mi familia! ¡Te llevaste a mi madre, hermana y amiga! ¿¡Que debo darte a cambio?! ¿Un niño de carne o quizás una estrella?canto con todo el sentimiento que podría llegar a tener, esa canción estaba escrita para ser angustiante y reconfortante, la había escrito en memoria de su hermana mayor, quien fue su figura materna y una gran amiga– ¡Jaja! Aún no pierdo el toque –victoreo, miro a Bruno y este tenía un brillo peculiar en su mirada– ¿Brunito?

----- Había... Olvidado la potencia de tu voz... –menciono con un tono de voz bajo pero quebrado, estuvo veinte años sin oír su voz, la emoción y la nostalgia lo invadieron

----- ¿Cómo que la olvidaste? La voz de esta galán es inolvidable –dijo algo presumido en broma, causandole una risa al de verde

----- No puedo tomarte enserio con ese traje Héctor, pareces una novia –reia levemente, tratando de contener las carcajadas

----- ¿Ya te amargaste con estar menos de un día casados? –pregunto burlón refiriéndose a qué el contrario retenía sus carcajadas

----- N-no –contenia todavía sus carcajadas

----- 'Tonces riase –dijo

La cara de Bruno paso de ser alegría y euforia a ser terror y asco, de la cuenca derecha de Héctor salió un gusano verde y de labios morados. El de traje verde se levantó rápidamente del suelo confundiendo al otro.

----- ¿Tas bien? –pregunto, el de pelo largo, atado en una coleta baja, asintio repetidamente

----- Si-si, todo bien, bien... –jugó con sus dedos– es solo... Que debo ir a por mi madre para que puedas presentarte como se debe

----- ¿La traeras al bosque? –cuestiono– ¿A mitad de la noche?

Ambos se quedaron viendo, uno nervioso y otro cuestionante.

----- Ta' bien –sonrio, para sentarse en un tronco de un árbol cortado el día anterior

Bruno sonrió dándole tranquilidad a su esposo, para empezar a caminar a las afueras del bosque.








En la residencia, o mansión, Madrigal Alma, Mirabel y el mayordomo (o caballero de compañía) de Mirabel se encontraban en la habitación de la anciana.

----- ¡Sigo sin creer que Bruno allá huido con alguien! No tiene amigos –exclamo la de pelo blanco en defensa de su hijo

----- Concuerdo con tu opinión abuela, pero ya oíste lo que dijo "La voz" –hizo comillas con sus manos cuando hablo del encargado de las noticias del pueblo, nadie sabía quién era. Volteo a ver al de ojos dorados vestido de esmoquín– Marco

----- «Bruno Madrigal escapa junto a un misterioso varón de su boda con la heredera Guzmán» –imito al hombre de las noticias

----- Ya no importa si se casa o no con esa mujer, ella va a casarse con el Lord Hernesto –sentencio Alma

----- Bien, con tu permiso abuela –Mirabel se levanto del sofá en el que estaba sentada– me retiro a mi paseó nocturno

----- Claro mija, adelante –señalo la puerta con su mano abierta para aproximarse y sentarse en su cama

La joven salió de allí con su mayordomo, ella era la única de los Madrigal que tenía su propio sirviente. Que no se note que es la favorita de la familia. Al entrar a su habitación escucho los jadeos cansados de alguien. Retrocedió algo asustada.

----- Detrás de mi señorita –pidio su mayordomo posicionándose frente a Mirabel

Al terminar de subir vieron a Bruno, quien tomaba grandes bocanadas de aire por su pésima condición física. El hombre vio adentro para observar a ambos jóvenes, el castaño, que vio en la "llamada" de Miguel, apuntaba a su dirección con la punta de su espada.

----- Dios, no recordaba lo difícil que era subir esto... –suspiro recuperando el aire– hola Mirabu, esclavo de Mirabel

----- Marco Rivera señor, Marco Rivera –corrigio

----- ¡Tío! –exclamo alegre corriendo a abrazarlo– ¿Que haces aquí? ¿Dónde estuviste? –cuestiono– ¡La abuela debe saber que estás aquí! –exclamo sin dejar que Bruno respondiera, tomo su brazo para jalarlo dentro de la alcoba– ¡Marco! Ve por mi abuela, por favor

----- Señorita, la señora Alma debe encontrarse en su luto nocturno –informo

----- No es necesario que mamá sepa que estoy aquí

----- Claro que lo es, nos tenías con el Jesús en la boca tío –exclamo

----- Mirabu, escucha –pidio

La de lentes observo a su tío expectante por qué hablará, el sirviente de esta misma también se mostraba curioso.

----- ¡Me casé! Yo me casé con alguien... –sonrio con ansiedad– a quien me había negado a amar

----- ¿¡Enserio?! –exclamo emocionada– ¿Con quién?

----- No me creerías si te lo dijera –sonrio levemente

----- ¡Bruno! –se escucho una voz, un poco angustiada–

Marco volvió a empujar su espada, o katana cómo gusten llamarle, apuntando al balcón. Se veía a un esqueleto vestido de traje blanco, su rostro era cubierto por el velo.

----- Fue difícil hallarte, la nieve se deshacía llegando al pueblo –narro mientras retiraba el velo de su rostro

Mirabel suspiró asombrada por lo que veía, su acompañante, en cambio, frunció más su ceño y sujeto con más fuerza su espada. Héctor miro la situación.

----- Así que por esto querías volver... –comento mirándolo fríamente

----- N-no Héctor, te lo puedo explicar –dijo temeroso

----- ¿Héctor?

----- Vámonos –tomo el brazo de Bruno bruscamente– ¡Infernaculo! –dijo, las marcas de su cráneo se iluminaron de un modo terrorífico

Una gran manada de mariposas negras rodeo a ambos, Mirabel se cubrió el rostro con sus brazos mientras Marco la protegía.
Al pasar un rato vieron que ninguno de los dos varones se encontraba en la habitación.

----- Marco...

----- ¿Si madame?

----- Dime qué tú también viste... –señalo al balcón

----- Un cadáver que se llevó al señor Bruno, en efecto –respondio

Ambos se veían perturbados, sus pupilas se habían achicado por la sorpresa.

----- Ve a hablarle a mi abuela –ordeno, sin importarle que se encontrará en una "conversacion" con Pedro

----- Enseguida madame –responde saliendo de la habitación, tras enfundar su espada nuevamente









El matrimonio apareció en la tierra de los muertos, el vivo se veía con una mueca de incomodidad y arrepentimiento mientras que el muerto tenía una mueca molesta.
El medio vivo noto a ambos, sonrió y se aproximó a ambos.

----- ¡Hola papá Héctor! –saludo animado, pero el muerto lo ignora viendo fijamente al vivo–

----- ¿¡Para eso querías subir?! ¿¡Para ver a esa... –se calló a sí mismo pensando en una palabra no tan vulgar, el fue un hombre de la alta sociedad a fin de cuentas– ¿¡Cualquiera?!

Ese sobrenombre puesto a su sobrina lo molesto, pero tenía que mantener la compostura. Recuerda que cuando su madre discutía con algunas señoras por razones son importancia ella siempre mantenía la compostura; Alma le había dicho «Cuando las personas están enojadas dicen o hacen cosas sin pensar en lo que podría pasar. Tu no te dejes llevar, mantén la calma».

----- ¿Cualquiera?

----- ¡Si! ¿¡Se te olvida que estás casado conmigo?! –cuestiono con pesar– ella se entrometera en nuestra relación...

----- No lo haría, ella jamás haría algo así

----- Y ahora resulta que el loco soy yo –espeto

----- N-no Héctor, yo la conozco –dijo, antes de poder explicar más Héctor levanta el brazo callandolo

----- ¡No quiero oír más! Y pensar que quería conocer a Alma –comento, creyendo que Alma comprometió a Bruno con una mujer bastante joven

El esqueleto sale de allí bajando las escaleras de caracol de la torre, el adulto suspiro con nerviosismo mientras el medio vivo lo miro confundido.
-

---- ¿Que paso we?

----- Creyó que Mirabel era la prometida que mi mamá arreglo –foto sus sienes

----- Uy –respondio haciendo una mueca de dolor fingida– eso debe ser feo

----- Lo sé...






----- ¡¡Te lo juro abuela!! –grito en defensa propia, ante la mirada juzgadora de su abuela– ¡El tío Bruno se casó con un cadáver! –exclamo

----- Mirabel, déjate de bobadas por favor –pidio– se que tienes una imaginación activa y que Marco aveces te sigue el juego –sobo su sien– pero. Eso no. Te da. El. Derecho. ¡De inventar cosas! –regaño

----- No invento nada abuela, ¡Marco también prescenció eso! –contraataco señalando al sirviente

La abuela miro al de ojos ámbar espectante.

----- ¿Enserio Marco? Entonces dime, ¿que sucedió? –cuestiono con una sonrisa poco amigable

----- E-en efecto señora Alma –su voz tembló un poco por temor a un despido– la señorita Mirabel no miente.

----- Marco, yo te aprecio al igual que a tu familia –dijo– pero si sigues siendo cómplice de Mirabel en sus jueguitos –hizo una pausa– ¡Me veré en la obligación de despedirte!

Ambos jóvenes alzaron la mirada, Mirabel con molestia y Marco con temor, los Rivera no estaban en la mejor posición económica como para que despidan a uno de los pocos miembros que trabajan de esa familia.

----- Comprendo señora... –posiciono sus manos en puño detrás de su espalda, agachando la mirada

----- Me alegro que comprendas –sonrio levemente de forma maternal– ahora, toma está orden y acatala bien

----- Claro señora

----- Quiero que encierres a Mirabel y no le permitas salir –respondio a la mirada espectante– ¡Ya perdió un tornillo!

La joven bajo la mirada con mucha molestia, su sirviente solo asintio para darle a entender a la señora que se cumpliría su orden. La señora se retiro de la habitación de la quinceañera y se retiro a su alcoba. Dos personas se presentaron en la puerta de la habitación de Mirabel, Dolores y su novio Mariano llegaron a ayudar a la chica.

----- Así que... ¿Tienes un plan no?

----- En efecto prima, necesitaré que Mariano me ayude a bajar, que sostenga la soga que hice con mis sábanas –saco una soga de debajo de su cama

----- ¿Porque tienes esto?

----- La señorita Mirabel suele salir por la ventana a sus paseos nocturnos –aclaró

----- Una vez afuera, iré a la casa Rivera. Ellos deben de saber algo –dijo muy segura

----- Mirabel, deberías ir en la mañana, aparte de ser más seguro es más probable que te respondan mañana que ahorita

----- Dolly tiene razón –dijo Mariano– ellos tienen la costumbre de dormir temprano para levantarse temprano

----- ¡Agh! –se quejo con molestia– ¡Marco! Dime la hora

----- Son las diez de la noche madame –respondio

----- Si, ya deben estar dormidos –dijeron los dos amantes

----- ¡Carajo! –dijo molesta

----- Lenguaje –respondieron los otros tres

¿Que le espera a nuestros chicos?
¿Podrá Mirabel descubrir el misterio y explicarlo antes de que sea... Tarde?

Se aproxima el final, ¿Que creen que suceda al final?
¡¿Ya pensaron que le sucederá a Bruno?! ¡Empiezen a votar aquí!

Final uno: Bruno muere

Final dos: Bruno vive

Sin más, ¡Nos vemos!

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