Capítulo 7: Lo que oculta

—Estoy seguro que podemos hacer que su relación sea más llevadera, al menos lo suficiente para que pueda existir un poco más de espacio entre los dos—dijo Yagi, quien junto a los dos Bakugō, estaban en la sala de profesores. Aquella donde muchas otras veces ha tenido pláticas tanto con Izuku como con Katsuki recién.

Ambos chicos estaban en el sofá, ambos tratando de estar lo más lejos el uno del otro, pero sin rebasar el límite de sus esposas.

—Son la misma persona, ¿por qué tanta incomodidad? — Toshinori de verdad estaba esforzándose en ayudarlos, pero él sabía lo difícil que eso sería.

El Katsuki mayor simplemente se dedicó a ver al hombre delante de él después de algunos minutos donde pareció ignorarlo. Tantos recuerdos que llenaban su mente con la imagen de él, le hicieron rendirse de un modo melancólico.

Bakugō recuerda, que cuando se declaró la Guerra oficialmente, fue por la muerte de Yagi. Todos estaban en un enfrentamiento defendiendo la Nueva Ciudadela de Kuuzen que estaba cerca de los límites de las tierras de Gespent. Ahí, mientras peleaban, uno de los sirvientes de Tomura, secuestro a Toshinori. Debido a su deteriorado estado, el hombre rubio no podía pelear como antes y aunque estaba bajo tratamientos mágicos de curación, no podía mejorar.

Fue llevado a la torre, donde Shigaraki, delante de todos en ese momento, lo asfixio. Debido a su magia que podía deteriorar cualquier solido que tocaba, poco a poco el cuello de Toshinori se deshacía en sus manos como cenizas.

Tanto Katsuki como Izuku trataron de llegar desesperadamente hasta la torre, Bakugō con su forma dragón solamente consiguió que lo hirieran de gravedad en sus alas al ser un objetivo grande y llevarse la atención de las catapultas y las ballestas.

No importo su lucha, al final, no lograron salvarlo y el peso de su muerte quedo en la conciencia de ambos.

Bakugō recuerda, con mucho dolor, los días siguientes a eso y lo duro que fue para ambos superar lo que sucedió. Aunque todo el mundo les decía que no había sido su culpa, de verdad se sentía como si realmente lo fuera. Seguía sintiendo que pudo hacer más para salvarlo...

Es por esa razón, que verlo en ese momento, no podía generar más que sentimientos blandos en Katsuki que lo hacían obedecer como un cachorro.

—Me molesta que no me deje tranquilo—respondió ante la pregunta del rubio. Con un tono tranquilo y aparentemente más relajado.

—¡¿Yo?! Tu eres el que siempre está jodiendo de un lado a otro con Deku—resoplo el más joven.

—Ya dije que es para que mi lado dragón no se salga de control. Ese idiota nerd me tranquiliza.

—Entonces quédate cerca, pero con las putas manos lejos.

Toshinori los observa, y no evita saber que realmente no se trata de que ambos se detesten, sino que se trata Izuku.

Por un lado, le tranquiliza y por el otro le llena de preocupación. Lo que está presenciando no es nada más que una especie de triangulo complejo amoroso. Y él de temas amorosos no sabe demasiado.

En ese momento, lo único que sabe con seguridad, es que se trata de Izuku en la punta del triángulo.

—¿Hah? Mis manos estarán donde yo quiero que estén y si quiero que estén sobre Deku lo estarán.

—Joven Bakugō—interrumpe Yagi ante el comentario. Un poco incomodo por el nuevo que está teniendo su charla, realmente no quiere saber las intimidades de sus alumnos—. Entiendo que el joven Midoriya sea quien te da tranquilidad, pero preferiría que no lo, eh... bueno, no lo tocaras como menciona el Joven, joven Bakugō.

—Jamás me he propasado, se lo aseguro.

—¡¿A no?! ¡Lo besaste delante de todos metiendo tu puta lengua en su boca y sujetando su cintura! —A esas alturas, le menor de los dos ya tenía las manos hechas puño, dejando que leves hilos de humo se escaparan de entre sus dedos.

El mayor por otro lado, evito mirar hacia donde estaba el rubio, avergonzado de mostrar ese comportamiento con él. Sí, quizá estaba pasándose algunas veces con no tener las manos quietas.

—Ah, eso suena increíble, pero... Creo entender que al Joven Midoriya no le molesta ese trato, ¿o sí? — ante la nueva pregunta, el Katsuki con capa niega con ligeras dudas. Sabe que, si a Deku le molestara o no le gustaría, lo apartaría de él o se lo diría, a menos que estuviera aceptando porque solamente quiere hacerlo feliz—. Si no es forzado, no creo que haya problema. Pero igual me temo que no son comportamientos apropiados.

—¡¿Qué no?! All Might, este tipo claramente tiene dobles intenciones con el nerd. Lo besa y manosea delante de todos. ¡Y Deku se deja como un completo sumiso!

—¿Y por qué el Joven Midoriya lo permite? Conozco su naturaleza amable, pero, ¿hay alguna razón en especial por la cual lo consiente? —Yagi vuelve a preguntar, confundido de escuchar que su sucesor se dejara hacer esas cosas que dice Katsuki.

Es ahí cuando el mayor de los Katsuki se observa con superioridad y una sonrisa burlona. Esperando a que su otro yo diga la respuesta.

—No tengo maldita idea... —Katsuki menor ha soltado eso como si se ahogara con esa respuesta. Odiando como se siente el sabor de la mentira. No era un misterio, al menos para él, saber que Deku dejaba que su copia mayor fuera tan cariñoso. Sabiendo los sentimientos que profesa por él.

Sentimientos que también lo ahogan a él y no puede evitarlos.

—Al parecer a Deku lo rechazo mi versión. Yo solamente estoy cumpliendo con corresponderle sus sentimientos como es debido mientras regreso a mi mundo—el mayor añade, con aires de grandeza, mientras el otro se contiene de decir algo.

Nota como muerde sus labios, como se aferra a mantenerlos cerrados para evitar soltar todo el vómito verbal que merece ser escuchado, pero que su propio corazón y mente se niegan en soltar por ser doloroso.

—Oh... eso no lo sabía—admite el rubio adulto, sintiéndose terriblemente más confundido.

La respuesta del Katsuki grande hace que el menor se plantee la idea de que, en otro universo, su relación con Deku si se dio. Pero de ser así, ¿por qué ser tan empalagoso con el Deku de su universo?

Él jamás sería un infiel, y al menos hasta donde puede saber, una relación se debe respetar. Incluso si se trata de la versión alterna de su pareja... ¿O no?

Todo estaba siendo tan complejo como el infierno. Pero, aun así, de ser verdad que la relación entre su yo con capa y el otro Deku se diera, ¿cómo pudo ser?

Quizá en el otro universo no existen tantos prejuicios... Aunque en ese universo a él mismo tampoco le interesaría lo que opinaran los demás si él decidía declararse abiertamente gay. Jamás le ha importado la opinión ajena. Pero fingir que no quería que lo llamaran gay, era mejor que aceptar la verdadera razón del rechazo hacía Izuku.

—¿Estas en una relación con el Deku de tu universo? —la pregunta sale con un tono bastante calmado por parte del menor de los Katsuki.

Ambos se observan ante el nuevo momento de calma.

Bakugō con capa duda en responder. Es listo y sabe que su respuesta puede desatar más dudas en su yo de ese momento.

—Sí— Miente—. Estamos por casarnos pronto.

—¿Cómo? —vuelve a preguntar el canon apenas lo escucha.

—¿Cómo qué?

¿Cómo pudiste perdonarte por el daño que le has hecho?

Su pregunta salió en un susurro, tan bajo y tan torpemente dicho, que pudo ser una osadía haberlo entendido, pero debido al silencio del ambiente, pudo ser fácilmente escuchado por los otros dos. Aunque de inmediato, Katsuki se muerde los labios y reniega furioso. 

—No, olvida lo que dije. Carajo—gruñe—. Vayámonos ya, tengo hambre.

Los dos se levantan entonces, uno obedeciendo por lo sorpresivo de esa pregunta y el otro porque no soporta más estarse cuestionando cosas. Se despiden de All Might, quien solamente alcanza a responder brevemente que, si necesitan algo, pueden ir con él.

Yagi de verdad se ha quedado sorprendido cuando lo escucho, al igual que el mitad dragón que va siguiendo a su yo en silencio. Claro, los componentes de ambos universos son iguales, pero la historia no siempre es la misma.

Katsuki dragón no convivio toda su infancia y vida con Deku como lo hicieron ellos dos. Una parte, hasta la edad de 7 años estuvieron juntos, ya que la Familia Midoriya se había instalado en las bases de la montaña donde antes estaba el clan dragón de Bakugō.

Los dos niños se conocieron y jugaban todas las tardes, donde si bien, a veces eran juegos rudos o juegos donde para el pequeño de cabello verde era difícil debido a su condición, siempre terminaban pasándola bien, hasta que llego el tiempo de la presentación de Bakugō como dragón y fueron apartados.

Katsuki fue enviado a las montañas del Norte donde los demás híbridos eran entrenados, mientras que Izuku y su Familia regresaron a vivir a Vinea de Jade.

El jamás lo maltrato cuando eran niños. Pero si lo hizo cuando volvieron a reunirse años después y se burlaba de Izuku por ser un aldeano común que no tenía chiste. Mientras que él en cambio, era un dragón fuerte con magia poderosa viajando por sus venas.

Sí, quizá si trato mal a Deku en ese tiempo antes de entender lo que verdaderamente sentía. Y aunque fue difícil hacer que se llevaran bien de nuevo, lo había conseguido.

Es justamente que, con esa línea de pensamientos, se ha plantado una duda ahora en su cabeza: ¿Y si él tuvo la culpa por la cual Izuku no le correspondió en primer lugar?

Recuerda las burlas, los insultos. Esas cosas que le decía para tratar de menospreciar al aldeano que era en ese entonces. Sobre los momentos donde le decía que merecía lo mejor por ser un príncipe dragón...

Toshinori de su parte, ha sido testigo de que la relación entre esos dos nunca había sido buena. Desde escuchar como era por parte de Izuku, hasta verla el mismo.

Tenían tantos sentimientos entremezclados, que no sabían cómo seguir interactuando sin tener que gritarse o estropear más ese vínculo que los unía.

Con esa pregunta que ha hecho el canon Katsuki, ahora entiende un poco que es lo que verdaderamente pasa entre ellos, y que dentro de todos esos sentimientos que hay y sigue existiendo, este otro sentimiento que es lo que provoca la rivalidad entre los dos:

El rechazo al amor no merecido.

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Después de aquella charla con All MIght, pasaron dos días hasta que finalmente fue martes. Pasando por fin una semana después del arribo del Katsuki con capa.

Y ese martes daba inicio a las pláticas de los Héroes internacionales que llegarían a la U.A. Varias escuelas invitadas estaban llegando temprano en los autobuses. Mientras que bajaban de los vehículos y los que iban a quedarse llegaban a dejar sus cosas en los edificios seleccionados, el resto de los alumnos de la U.A iban concluyendo algunas de sus clases para después irse hasta el auditorio.

En el camino, el aclamado Bakusquad iba junto a los dos Katsuki. Quienes no conformes, habían jalado a Izuku con ellos para "felicidad" de los dos Bakugos de manera indirecta.

Ambos rubios iban caminando más rápido, ya que el menor tenía que llegar al Auditorio lo más pronto posible bajo pretextos que no hicieron más preocupar al resto.

El resto de los chicos del Bakusquad le seguían de cerca, mientras que Mina e Izuku venían un poco más atrás.

Deku no podía dejar de mirar hacia donde estaban los dos Katsuki, las diferencias físicas no eran notorias. Salvo la estatura en ese momento. La capa roja y el cabello ligeramente más largo, lo hacían destacar al medieval. Mientras que el otro, con el uniforme un tanto flojo, no se apreciaba demasiado.

Caminaban igual. Hacían los mismos gestos. E incluso durante las clases, había notado un lapso en el que ambos respiraban y parpadeaban al mismo ritmo. Hacían los mismos movimientos. Involuntario o planeado, era increíble.

Y aun así, el joven de pecas seguía pensando en que algo no era igual en ellos. O que no era lo suficientemente igual, para hacerlo amar al Kacchan con capa como sentía que amaba al Kacchan con uniforme.

—¿Todo bien, Midoriya? —pregunto de repente la joven de rosa cabello— Te estado hablando desde hace unos cinco minutos y solamente estas mirando al frente. Ya sé que es lindo verlos, pero no me ignores.

—¡Lo siento, Ashido! —se apresuró en hacer una pequeña reverencia en señal de disculpa—. Es solo que... no dejo de pensar en lo extraño que es...

—¿Qué un Bakugō te corresponda y el otro no?

—¡¿Cómo lo-?!

—¡Por favor, se ve desde lejos como es que miras a Bakugō con esos ojitos de cupido! —Ashido le sonríe, y sin pedir permiso ni avisar, jala a Deku del brazo para irse por otro camino al auditorio.

A penas el mitad dragón detecta que el aroma de Izuku se aleja, gira para buscarlo. Al no verlo, se detiene, haciendo que el otro siga caminando hasta que rebasa el límite y la descarga los obliga a arrodillarse. Debían hablar con Aizawa sobre el nivel de potencia que tenían esas cosas.

—¡¿Qué demonios te pasa, tarado?!—grita el menor.

—¡Deku no está!

Al momento en que el Squad voltea, Eijirō menciona:

—Ashido tampoco. Quizá debieron irse.

—Si esta con ella, no debemos preocuparnos—dice Sero.

—¿Quieren que les llamemos para saber? —pregunta Kirishima, notando la preocupación, más notoria en los ojos del mitad dragón.

Hay una pausa, donde el Bakugō medieval inhala profundamente. Detecta el aroma de Izuku, acompañado de otro ligero aroma a chicle más alejados de su posición, pero no lo suficiente para alarmarlo. Realmente estaban en otro pasillo.

Ese aroma a "goma para mascar", no es el mismo aroma de la Mina de su tiempo que huele a la pulpa de las frutas dragón. El aroma es casi similar, es dulce y acido perfectamente equilibrado. Un detalle curioso.

Inhala de nuevo, notando más aromas, pero no el aroma del brujo Rin. Sin su aroma, se siente un poco más tranquilo.

Algo no le ha agradado de ese albino desde que Izuku le dijo como se comportó la vez pasada. De hecho, desde que lo ha conocido, hay algo que no le agrada de él. 

—No. Ya sé que ambos están juntos... Y no detecto ninguna amenaza. Estarán bien—es lo que dice el dragón. Aunque deseara irse con ellos, no debía levantar más sospechas de sus dobles intenciones con Izuku. 

—Espero que no le meta ideas en la cabeza—resopla el menor.

A ese comentario se le une el del mayor, ya que ambos saben la clase de ideas algo locas que suele tener la chica.

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Ya apartados de los demás alumnos, la chica procede.

—Necesito que me cuentes todo. Los chicos no me han querido decir, pero yo sé qué algo pasa entre Bakugō y tú—Mina lo confronta, ya que, desde que sabe que Bakugō tiene novia, no se ha explicado porque el resto del grupo no parece estar emocionado y feliz por saber que su amigo tiene pareja siendo el amargado que es.

Al parecer actuaban con preocupación o tristeza.

—Y no pienso aceptar un "No" en respuesta, ¿queda claro?

—P-Pero porqué...

­—Midoriya—dice Ashido, sujetando al pecoso por los hombros—, quiero ayudarte en lo que necesites. Ya me has ayudado antes, deja que te regrese el favor.

Izuku sonrió con los labios algo torcidos. No era ningún secreto las habilidades que tenía la chica de ojos dorados para solucionar problemas entre compañeros. Ya la había visto antes ayudando a Uraraka y a Tsuyu cuando un malentendido las hizo pelear.

Solo basto la ayuda de Mina para solucionar todo de la manera más gratificante posible.

No le era tan fácil confiar en los demás, tenía sus razones. Pero no dudaba de las habilidades que tenía Mina y su perspectiva de ver las cosas. Siendo así, que quizá un enfoque diferente podría ayudarlo a solucionar esas dudas que ahora mismo no dejaban que se concentrara demasiado.

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—¡Katsu, cariño! —La joven rubia y hermosa de Camie, no había dudado ni un solo segundo en abrazar a Bakugō apenas entro en su campo de visión— ¡Me alegra tanto verte de nuevo! ¿No me extrañaste?

No conforme con el abrazo que tenía al cenizo por los hombros, le repartió algunos pequeños besos por las mejillas. Bakugō solamente podía suspirar, en parte por incomodidad y en otra por lo acaramelado de la situación a la que seguía sin hacerse a la idea. 

—No te ves muy feliz, eh, enano—se burló el otro Katsuki, llamando la atención de la rubia.

Y no fue la única de quien llamó la atención. El resto de la U.A conocía lo que había pasado, por lo que todos ya estaban "acostumbrados" a ver a los dos chicos, pero los nuevos no.

—¿Qué es lo qué pasa? —pregunta Camie, mirando a uno y después al otro.

—Esto es parte de un quirk chicos, chicas. Por favor, sigan avanzando—dijo Kaminari al ver como comenzaban a llamar la atención—. Nuestro amigo aquí presente viene de otra dimensión casi igual a la nuestra, pero fue traído aquí por un tipo de gabardina con malas intenciones. No presten atención por favor.

Si bien no era ningún misterio que hubiera quikrs extraños que harían cosas así, muchos seguían mirando en su dirección. Asombrados y curiosos. Y algunos incluso incrédulos al escuchar que se trataba de un universo paralelo. 

—¡¿O sea que tengo a mi novio dos veces?! —los ojitos de Camie brillaron viendo a los dos— ¡El sueño de toda chica!

—No. Este es tu novio. Yo no soy nada de ti—le gruño el Bakugō con capa—. Yo tengo a mi propia pareja en mi mundo.

—Ah, pero si eres de otro universo igual al nuestro como dijo él... ¿También existo yo en el?

—Sí.

—¡¿Entonces también debo ser tu novia en ese, ¿verdad?!

—No.

—¿Ah? ¿Por qué?

—Porque no me interesas.

Una especie de crujido se escucha, mientras el resto de alumnos que han presenciado la escena desde inicio hasta final, solamente pueden contener el aliento ante lo crudo y directo que estaba siendo ese hombre.

Su mirada seguía mostrando cero interés o remordimiento ante lo que decía, mientras que su yo más joven le calcina interiormente por lo que ha dicho. Incluso siendo mayor y más "maduro", continuaba siendo medianamente insensible. 

—Supongo que quizá no tengas tan buenos gustos en tu otro Universo—se defiende la mujer, ofendida por su aparente "desprecio".

—Tienes razón. Mis gustos son mejores allá—Y si, ese seguía demostrando que se trataba de Bakugō a fin de cuentas. Porque seguía siendo el mismo bastardo que decía lo que pensaba sin pelos en la lengua.

—¡Vamos, vamos chicos, podemos resolver esto sin pelear! —Kaminari interviene, tratando de relejar la situación junto a Kirishima.

—¡Son dimensiones diferentes, es claro que debe haber diferencias en todos! —dijo Eijirō, casi sonriendo. 

Camie realiza un puchero y seguido de ello, opta por abrazar de vuelta a Bakugō más joven por el brazo.

—Quizá seas tan guapo como mi novio, pero eres un cretino. Sin ofender, cariño.

Canon Katsuki sabía que las cosas serían complicadas, sobre todo ahora con la llegada de su "novia".

Sin decir mucho más, comienzan a caminar de vuelta hacia la entrada del Auditorio donde más alumnos ven el espectáculo de los dos Katsuki. A ninguno de los dos le importa, cabe resaltar. Están más concentrados en sus asuntos, menos el mayor Katsuki, quien en cierto momento, observa a su yo más joven, quien le regresa la mirada también. 

Hay mucho en ese intercambio de miradas rojas. Una charla silenciosa y un reproche, que, por alguna razón, canon Katsuki acepta agachando la cabeza y mirando a otro lado. 

—Espero que no hayas olvidado nuestro asunto para estos días, ca-ri-ñi-to—menciona al final con un tono juguetón. Apretando un poco más su agarre sobre el brazo, haciendo énfasis en aplastar sus generosos pechos.

—No podemos hacerlo—responde Katsuki, alzando la muñeca con la esposa electrónica—. Esto me une a este otro bastardo, y no puedo estar lejos de él más allá de un metro.

—¡¿Qué?! ¡¿Por qué?!

—Seguridad—Sencilla y miente con facilidad. No piensa decirle que sus pleitos han sido por celos no justificados. Y para suerte de él, el hombre de capa no dice nada. 

—Pff, que mal—responde—. Sino fuera un cretino, podríamos haberlo invitado...

—Asco—murmura el Bakugō con capa, quien estaba escuchando todo. A veces odiaba sus sentidos desarrollados, porque de verdad no quería escuchar que su yo más idiota y más joven quería perder su virginidad con ella.

Pronto llegaron a unos lugares; donde los dos Katsuki se sentaron juntos, mientras que Camie se sentaba al lado del Katsuki canon.

Kirishima dejo un lugar vacío al lado de Katsuki con capa, sabiendo quien se sentaría ahí. No fue necesario ni pedírselo directamente, y eso hizo feliz al Bakugō de capa.

Misma persona que apareció después de algunos minutos con una alegre muchacha de cabello rosa.

—No olvides lo que te dije, y mucha suerte, Midoriya—le dijo Mina, antes de irse a sentar con las chicas, quienes le apartaron un lugar también. Eran mejores lugares, cabe resaltar.

—Gracias, Ashido—Izuku agradeció con una reverencia, y después se marchó hasta donde parecían le esperaban.

Iba a irse a sentar con Tenya y Shōto, cuando el Bakugō mayor le grito desde su lugar.

—¡Te sientas acá, nerd! —dijo, y señalo su lado libre. Deku, algo avergonzado porque le llamaran la atención, camino sonrojado hasta su lugar.

—Que exagerado—dijo Camie— ¿Verdad, Katsu?

Pero cuando la chica vio a su novio, noto como es que esos ojos rojos miraban al pecoso y después a su otro yo. Noto su molestia, la incomodidad, e incluso celos que pudieron ponerla celosa a ella también por ser ignorada, pero, sobre todo, noto cierta tristeza que su novio oculto junto a un suspiro. 

—¿Cariño? —Llamo ella, y Bakugō reacciono a abrazarla y besar su mejilla cuando Izuku había llegado con ellos. Camie no lo entendió del todo, pero no iba a negarle su adorable actuar de novio. 

—Pasa Midoriya, te aparte este lugar—menciona el pelirrojo, quien al momento de ver hacia donde estaban sus Bros rubios, vio a Bakugō joven muy acaramelado con su novia. De inmediato se mordió el labio inferior, queriendo decirle algo a Izuku cuando giro a verlo.

Deku los vio. 

—Ah, Midoriya sino quieres... —trato de hablar el pelirrojo.

—Gracias, Kirishima—Izuku pasa, restando tanta importancia como puede pese a su corazón herido, y toma su lugar correspondiente al lado de Bakugō con capa.

Una vez sentado, Deku no evito mirar de nuevo hacia donde estaba la adorable pareja de rubios y como Kacchan seguía dándole atención muy romántica a Camie. El pinchazo en su corazón dolió de nuevo, quizá más de lo que esperaba doliera.

Era sentir la herida fresca una vez más, y por un segundo deseo levantarse e irse corriendo. Exageraba quizá, pero durante algunos momentos había llegado a pensar que tal vez Kacchan peleaba tanto porque de verdad había sentimientos por él, porque la mayoría de las peleas siempre eran cuando él estaba presente entre esos dos. Y por un momento de verdad lo creyó. Tuvo esperanza de algo... Pero ahora veía que no. Veía que realmente se trataba de malos entendidos que su roto corazón quería creer para no hacerlo cometer la locura de irse para sentirse amado y completo por primera vez en su vida.

Kacchan siempre pelearía, incluso contra él mismo por cualquier motivo.

—Hey, nerd... —escucho la voz de medieval Katsuki, seguido de como su mano tomaba la suya por debajo. Entrelazando sus dedos en su firme sujetar.

Deku entonces solamente apretó el agarre de sus manos también un poco, casi como si una parte de él deseara aferrarse a la idea de que estaba tomando la mano de Kacchan. Y aunque sentía al otro Katsuki cuidándolo y protegiéndolo, no dejaba de doler lo que tenía que seguir viendo y lo que continuaba sintiendo.

Pero, si los poderes de Mina eran como esperaba, entonces pronto dejaría de sentirse así. Porque en medio de la charla con ella, había descubierto la manera de poder irse con el Bakugō medieval, dejando sus sueños, pero no al mundo desprotegido contra la amenaza de Tomura Shigaraki y All for One.

En ese momento, busco disimuladamente hacia donde estaba cierto rubio de los grados avanzados.

Togata sería la clave. Pero, ¿de verdad estaba seguro de eso? ¿De verdad iba a renunciar a sus sueños por amor?

No lo sabía... 

✥ ﹤ ┈┈┈┈┈┈┈┈ ﹥ ✥

Vio un dragón sobrevolando su área. El miedo le bombeo duro el corazón, sus heridas no habían terminado de sanar, sobre todo las que le causo la espada de All Might. Siente que la capa le quema la piel, pero no había tenido tiempo de descansar adecuadamente o de tratar las heridas que le había dejado su última "pelea", además de que la capa era los suficientemente útil en ese momento para ocultar su rastro de Hawks.

A juego de que, la pócima que alteraba su apariencia y voz, le había dejado secuelas que lo hacían toser sangre y le molestaba enormemente al respirar.

No podía ir con la Abuela, la pondría en peligro y la dejaría terriblemente preocupada por su condición actual y lo que pasaría una vez que viera a los dragones ir por él.

Por lo que se limitó a seguir un camino por las montañas, dejando que su lobo lo llevara tan lejos como fuera posible.

Al final, su viaje duro cuatro días en llegar hasta donde quería.

El último lugar al que regresaría y con las ultimas personas que pensó en pedir ayuda. Pero ahora que sabía lo buscaban y que Izuku lo vio, sabía que no le quedarían muchos lugares en las tierras medias para ponerse a salvo.

Llego a los límites de Jisuberi. La tierra de las montañas y acantilados negros.

Se aventuraron un poco más, hasta llegar a lo que alguna vez fue un orgulloso campamento de la Legión de la Oscuridad. Ahora solo quedaban sus restos entre escombros y tierra quemada que resaltaba enormemente.

El campamento tenía pequeñas casas de campaña y una torre en el centro, misma que estaba casi derrumbándose. Pero que estaba siendo sostenida y arreglada por las pocas personas que seguían habitándola.

El lobo avanzo, hasta que Ren le pidió detenerse y bajar. Justamente delante de la entrada de la torre, cubierta por una cortina que trataba de hacer de puerta. Aunque la misma servía más bien para darle un toque más macabro a su apariencia desolada y abandonada.

Ren camino, cojeando un poco y con el miedo en la garganta. Sabía que ellos seguían ahí, pero estaba seguro que no lo matarían. No pueden hacerlo de todos modos. No tienen la fuerza para hacerlo.

Jisuberi era la tierra negra. Sus montañas y acantilados, eran únicamente hechos por roca volcánica seca y deshecha en polvo que cubría todo lo que se alcanzaba con la vista. Sin vegetación o animales, más que una que otra especie de insectos que habían logrado sobrevivir a las condiciones tan deplorables.

Antes solía ser una tierra de rocas y montañas, con vegetación leve y pequeñas zonas de oasis naturales... Pero la maldición y la guerra llegaron hasta sus tierras, y convirtieron a Jisuberi en una mancha negra en los mapas. Los volcanes habían ido desapareciendo poco a poco, cubriendo toda la tierra con su lava, hasta que finalmente solo quedaban algunos que, estaban justamente hasta las orillas, cerca de los mares. Continuaban activos, y el humo que de ellos salía, mantenía el cielo en un gris perpetuo.

Ren odiaba ese lugar, y sin embargo, ahí estaba. Rogando por protección a los restos de la Orden Oscura que se ocultaban en las desoladas tierras negras.

—¿Hola? —preguntó en voz alta una vez que estuvo dentro de la torre. Al entrar, noto los escombros que trataban de darle un toque hogareño al lugar. Simulando un comedor de roca y una chimenea con una cocina improvisada de más piedras. No había nadie por lo visto, pero la fogata de la chimenea estaba encendiéndose y leves sonidos de pisadas bajando por las escaleras se escucharon.

—El perro arrepentido regresa a su hogar. ¿Ya te cansaste de alimentarte de vergas de dragón, eh maldito traidor? — Nada más terminar de adentrarse y escuchar esa voz femenina que descendía de las escaleras que conducían a las demás habitaciones de la torre, se topó con los ojos filosos y dorados de quien alguna vez fue su alegre y desquiciada mentora. La mujer rubia, Himiko Toga, bruja de sangre y apetito bestial. Bajaba en brazos de un zombi llamado Jin.

—V-Veo que no l-lograste re-revivirlo bien... —se animó a decir.

—¿Cómo podría revivir a mi amado Jin completamente, sin mis malditos brazos? —la mujer, que, aunque siempre tenía su carácter alegre y burlón ante la mayoría de situaciones, estaba muy enojada en esos momentos. Realmente había estado enojada toda esa ultima parte de su vida.

Porque Ren estuvo en ese momento donde la despojaron de su poder, de su amado, de sus brazos y de su pierna derecha. Denigrándola a convertirla en un estorbo.

—Hicimos lo mejor que pudimos para traer a Jin... —dice ella, mientras apoya su cabeza contra el hombre, de piel gris y uniones hechas con hilos negros que parecían alambres. Una mirada perdida en esos ojos sin vida, que seguía caminando hasta dejar a Himiko sentada en el pequeño comedor de piedra. Emitiendo sonidos que trataban de ser palabras.

Ojala hubiera podido hacer algo, dentro de la Orden, Jin siempre le había agradado.

—Ya decía yo que olía a podrido aquí. Y no era Twice—la segunda voz que sonó, venía bajando de las mismas escaleras, siendo Dabi— ¿Qué es lo que quieres?

Dabi no había cambiado en ese último tiempo, solo el aumento de las quemaduras en su piel que habían llegado a tal punto de no dejarle casi nada de piel sana, más que la que llevaba sobre su rostro que apenas se sostenía por las uniones de metal. Su rostro cubierto por una bufanda rasgada, y aunque sus poderes estaban terriblemente limitados y casi agotados, Ren podía sentirse terriblemente intimidado por esos ojos azules.

Había pasado gran parte de su vida, asustado por ellos.

—N-Necesito que me den alojo aquí—pide, mientras rebusca entre las pocas cosas que no olvido en la cabaña y que su lobo cargaba, algunos viales y algo de comida que pudiera hacer para cerrar el trato con ellos—. Les daré comida y...

—No me interesa. Lárgate de aquí—replica el azabache.

—Dabi, por favor, necesito donde quedarme. Jisuberi es el único lugar donde estaré a salvo, y con ustedes mi presencia será mucho menos notoria y—

—Dije No—resopla una vez más.

—No eres Bienvenido aquí—dice Toga.

—Solo esta noche, por favor. Necesito curarme. Solo esta noche y me iré temprano por la mañana—Dabi suspira, esperaba que su sola presencia pudiera reactivar los traumas de Ren y hacerlo retroceder para que se fuera, pero veía que no.

No es que pueda pelear contra el brujo. Sabe que, en ese momento, Ren es el más fuerte. Y si quiere, habría podido llegar y matarlos por esos mismos traumas que quería usar para alejarlo.

—Haz la cena, y te quedaras—Dice el azabache, queriendo cuan mínimo, sacar algo de provecho. Ren afirma y no duda en acercarse lentamente hasta chimenea y esa cocina improvisada.

Toga gruñe. Y mientras, Dabi camina a paso lento hasta ellos.

Tras varios minutos viendo como Ren cocinaba unos conejos que atrapo antes de llegar, decide por fin cuestionarlo. No es que verdaderamente le importe, pero la curiosidad nunca estaba demás. Además de que era lo mejor que se podía hacer.

—¿Has traicionado a tus nuevos amigos también? —dice.

—No. Yo, ayude al príncipe dragón en algo que termino mal y ahora quieren darme caza.

—Eres un idiota—dice Toga.

—Lo sé.

—¿Y que esperas que hagamos nosotros? ¿Protegerte? —dijo Dabi, jugando un poco con sus dedos, liberando algo de fuego azul que lanzo hacía la madera de la chimenea—En nuestras condiciones no podemos hacer mucho. ¿Lo sabes?

—Solo quiero un refugio para sanar mis heridas y después irme.

—Deberíamos dejar que te lleven—dijo Toga—. Podríamos entregarte por un buen trato con los dragones.

—Mm... O podríamos dejar que vengan y nos maten. No hay mucha diferencia para nosotros que ahora no tenemos nada—termino de añadir Dabi, haciendo que Himiko le diera la razón. Para esos momentos, ellos saben que haberlos dejado con vida era un castigo enorme.

Ren se queda callado, mientras sigue cocinando. Y lo sigue hasta que termina de preparar los conejos con algunas verduras. Le entrega a cada uno una ración sobre pedazos de rocas planas, que son lo más parecido a platos que al parecer tienen.

Comen en silencio, mientras Ren se aleja de nuevo, dejando algunas cosas sobre el suelo. Rocas con mucho musgo verde, creando un circulo con ellas. Toma su lugar en medio, sentado en pose de loto con las manos sobre sus rodillas.

Se despojo de la gabardina y de toda la ropa de su parte superior quedando en pantalones.

—Puedo ver el musculo—dice Toga—. Musculo rojo y sangre fresca que me encantaría descuartizar, aunque sea con mis dientes.

—Yo podría quemarlo... ¿Qué dices? ¿Lo matamos? —apoya Dabi.

El brujo procura no hacerles caso, por si las dudas, su lobo estaba fuera, esperando el momento apropiado para entrar a su señal y matar a los tres. Sabe que no lo harán de todos modos, pero los conoce y si algo aprendió en sus años de cautivo, es que nada es seguro con ellos.

—Más vale que no olvides comer, esas rocas drenan más energía de tus células que cualquier otra cosa—advierte Dabi, subiendo de vuelta por las escaleras dejando al brujo tranquilo. Dabi siempre tenía el habito de tratarlo mal y después decirle algo que le hacía pensar que se preocupaba genuinamente por él. Nunca desaprovecho la oportunidad para tratar de educarlo de esa forma tan toxica.

No iba a negar que esa forma de tratarlo, muchas veces lo hizo dudar para volver a la Orden.

Toga y Twice se quedan otro rato, mirando al brujo hacer su magia. Pero igual, pasando algunos minutos más, se marchan para dejarlo solo.

Una vez en esa soledad, Ren suspira un poco más tranquilo. Jamás habría querido ir con ellos, pero en esas circunstancias, no quedaba nada mejor.

Mientras dejaba al musgo de las rocas curarlo con las líneas de magia que salían de ellas, Ren tomo el espejo que solía cargar para llamar a su gemelo.

Rin contesto de inmediato.

—¡¿Ren?! ¡¿Qué te paso?!

—Llegaron los amigos del Señor Dragón—el chico trato de sonreírle a su gemelo para que no se preocupara tanto, pero el albino no estaba preocupado exactamente, más bien estaba enfurecido.

—¡Te dije que ayudar a ese idiota traería problemas, pero tú no me escuchas!

—Lo sé. Pero es la única manera en la que podríamos hacer funcionar nuestro plan... — sus palabras hicieron gruñir al albino y soltar entre dientes un "lo entiendo"—Por cierto, ¿Cómo vas con eso?

—Tsk, tsk... Mido-tonto no me dejo tomar el libro. Y no he podido acercarme de vuelta a la U.A con tanta facilidad, hay muchos héroes detrás de mí y la seguridad ya no es tan fácil de burlar.

—Te dije que era mala idea tu plan de presentarte como villano y hacerle daño a Midoriya...

—Cállate. Era mi sueño.

Los gemelos ríen, y después vuelven a hablar con seriedad sobre el asunto que tenían entre sus manos. Porque había una razón más allá de ayudar al dragón. Una razón oculta y quizá egoísta. 

—Bien. Por el momento sigue tratando de adueñarte del libro de Bakugō. Debemos obtenerlo a toda costa o no podremos avanzar. De saber que iba a llevarlo, lo habría robado antes— dijo Ren—. ¿Necesitas más flechas? Quizá no pueda hacer muchas, pero puedo darte algunas...

—No, no. Estoy bien. ¿Tú necesitas algo? Esas heridas se ven serias.

—Estarán sanadas para mañana, aumente la dosis de musgo.

Ambos chicos se ven ese momento. Pese a sus bromas y sonrisas, siempre ha existido un sentimiento amargo para ellos que no pueden eliminar. Y que era lo único, lo suficientemente fuerte para entristecerlos a tal punto de quebrarse a llorar.

No podían estar juntos.

Gemelos nacidos en diferentes universos, que no podían encontrarse debido a la carga que llevaban. Debido a lo que significaban. Solamente estaban ellos dos en su respectivo universo, solos y abandonados por padres desconocidos que no pareció importarles lo que sus hijos pudieran sufrir.

Porque lo habían hecho. Más en especial quizá Rin, quien debió irse a vivir a las montañas y pasar toda su vida ahí. En una cueva tratando de adivinar como funcionaba su quirk para robar cosas.

Todos pensaban haber conocido a Ren, incluso Toga y Dabi, quienes junto a Twice escuchaban la charla del brujo desde las escaleras.

Todos creían que su única familia era la anciana de los bosques profundos de Vinea de Jade, pero ahora, parecía que no era verdaderamente así. No sabían que tenía un hermano, ni que este se encontraba en lo que siempre llamaban los mundos a través de los espejos.

Dabi en ese momento entendió porque el Seño Oscuro deseaba tanto tener a Ren de vuelta de su lado una vez que supo que estaba de rehén de los dragones. Si ese brujo podía viajar por el espejo, podía hacer que se encontrara con versiones de ellos que, quizá fueran más poderosas o con mayores recursos. Todo hizo un clic bastante siniestro en ese momento.

—¿Has escuchado todo? —pregunto a la rubia en un susurro.

—Sí. No sabía que tenía ese poder... Ese bastardo mentiroso.

—Eso significa que tenemos una oportunidad de vengarnos por lo que nos han hecho si utilizamos a Ren—añade Dabi, dejando que una idea aprovechada y malvada abrumara su cabeza. Quizá, tener al brujo con ellos ya no sonaba como una sentencia de muerte que no les importaba.

Acababa de convertirse en una nueva esperanza para cobrar todo el daño que les hicieron, toda la humillación y por fin vengarse, aunque fuera un poco de esos Héroes.

Ren no sabía que lo escuchaban, estaba más concentrado en hablar con su gemelo. A quien esperaba poder ver y abrazar pronto, si es que su plan funcionaba. Sabe que esta mal abusar de ese descuido de corazón roto que tenía el dragón que le salvo y perdono la vida, pero el deseo de poder estar por fin con su gemelo como una Familia, era mucho más fuerte de lo que cualquiera se podría imaginar. Tanto así, que rompió la lealtad contra el dragón.

—No te preocupes, Ren—dijo el albino, confiando y sonriente como siempre—. Lograre robar el libro, accionaremos el plan y pronto estaremos juntos, hermano.

—Eso espero, Rin.

Una vez más, los dos gemelos se observan. Se sonríen y por primera vez en sus vidas, saben que por fin podrán verse y que todo ese castigo de vivir separados, tendrá su final. 

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Notas: 

No sé, pero sentí algo triste este capítulo... 

Desde canon Katsuki diciendo o insinuando porque no acepto a Deku, hasta la triste realidad de los gemelos... 

No se puede dar algo sin dar otro algo a cambio. Y Bakugo con capa ha hecho avanzar el misterioso plan de los gemelos sin saberlo. ¿Qué será? 

¿Qué harán Toga, Dabi y el zombi Twice? 
¿Deku canon hará la locura que todos piensan por amor? ¿o va a retractarse? 

Esto y más en los siguientes capítulos djkflsj 

Agradezco su paciencia, que sigan leyendo esta hermosa historia y sus votos e igual sus comentarios que siempre me han saber que vale la pena seguir escribiendo cuando he sentido muchas ganas de abandonarlo jdfkls 

Gracias ;u; 

Att: 

🧡 D'Sae  💚


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