Capítulo 14: Dos y Dos

Oscuridad.

Era todo lo que Izuku podía recordar cuando habían llegado a lo que suponían era el mundo del Bakugō dragón. Recuerda que durante los quince primeros minutos ahí, no podía ver nada claro. Su vista era borrosa, su cabeza dolía tanto, que era imposible mantener los ojos abiertos sin sentir punzadas dolorosas en la zona de su nuca.

Recuerda también que fue cargado y llevado en brazos. A principio pensaba que se trataba del Bakugō dragón, porque su mejilla quedo recargada contra suaves pectorales y el sonido acelerado de un corazón golpeando frenéticamente el pecho. Sin embargo, estuvo equivocado cuando supo era Kirishima quien después lo paso a los brazos de Katsuki cuando le escucho llamarlo, pero no eran los brazos del Katsuki que el pensaba. Sentía la incomodidad en sus piernas por cierto artefacto de metal debajo de ellas, y como el olor de nitroglicerina era mucho más fuerte y notorio.

Kacchan— su Kacchan de su universo, lo llevaba cargando como princesa mientras gritaba a los otros tres que fueron llevados con ellos que se movieran.

Hubo explosiones, estruendos, gritos, quejidos y muchos movimientos que jamás sabrá de que fueron. Durante breves momentos, logro mirar por encima del hombro de Kacchan, como es que Kirishima desviaba ataques de rocas dirigidos a ellos, con todo y su pierna herida. Kaminari lo sostenía por los hombros, limitando su quirk para no afectar al pelirrojo.

Vio al brujo sobre una especie de monstruo de roca, y después una barrera de hielo que impidió su paso hacia ellos, mientras las flamas potentes se veían por detrás del mismo. E incluso, en cierto momento, escucho a lo que supuso era el dragón gritando su nombre, a juego, con la risa del brujo albino, diciendo:

¡No les dejaré jugar juntos! — Y después de eso, el sonido de rayos golpeando la tierra cerca de ellos.

Bakugō canon cayó al suelo, todavía con él en brazos, tratando de alguna manera de frenar los golpes o las heridas que pudiera hacerse por la caída. Las voces de Kirishima y Kaminari gritando a donde ir, y finalmente oleajes fríos que deseo pensar eran de Todoroki.

Finalmente, su conciencia abandono su cuerpo de nuevo, y la oscuridad completa por fin lo atrapo.

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—Parece que lo perdimos... —dijo entre jadeos Kirishima.

—¡¿Dónde está el Bakugō dragón?! ¡¿Qué no venía detrás de nosotros?! —grito alarmado Kaminari. Le habría gustado prestar más atención, pero el pelirrojo que necesitaba su ayuda para caminar fue todo su centro mientras corrían, huyendo de los relámpagos y de las amenazas del brujo.

—Ese sujeto abrió algo parecido a un portal para tratar de separarnos. El otro Bakugō se lanzó contra él para que el portal se cerrara y no nos atrapara... —explico Todoroki— Aunque ahora estamos solos en medio de la nada...

—No se relajen demasiado idiotas. No sabemos ni siquiera donde estamos o si por lo menos seguimos en... nuestro... mundo—jadeo Bakugō, no estando completamente seguro de lo que estaba diciendo. Era como si la simple idea de pensarlo o decirlo en voz alta resultara tan risible— Encontremos un maldito lugar seguro pronto, Deku se golpeó la cabeza. Y tenemos que tratar la herida de Kirishima.

El cenizo observa al inconsciente pecoso en sus brazos, y como algo cálido empapaba la palma izquierda de su mano que sostiene la cabeza del otro, estando seguro que no se trataba de sudor. Observa a sus extras, y como el rostro de Eijirō se veía ligeramente más pálido. La herida hecha por las enredaderas estaba desde la parte inferior de su rodilla hasta poco por encima de medio muslo, marcando con pequeños ríos de sangre la piel y la ropa. No lucia profunda, pero sin duda se veía terriblemente dolorosa.

—Pero... ¿Dónde? —al decirlo, Denki observa entonces su entorno. Están en lo que parece ser un bosque, con un cielo azul claro adornado con pequeñas nubes. No parece ser muy diferente a los lugares que ellos conocen. Incluso hay una montaña cerca. Sin embargo, había cierto detalle que los hacia sentirse extraños. Como si de alguna manera, no estuvieran verdaderamente en su mundo. Aunque este se pareciera demasiado; existía cierto detalle que los hacía sentirse no bienvenidos. Como impostores.

—Probemos con ir allá—señalo el albino— Podemos encontrar refugio en una montaña, dentro de una de sus cuevas, además de que tendremos más posibilidades de conocer nuestra ubicación.

—¡Increíble, Todoroki! —celebro Kirishima.

—Mitad y mitad; iras recogiendo madera, hojas y cualquier cosa que pueda ayudarnos. Incluso si vez algo de comida tómala—ordeno Bakugō—. Kaminari, ocúpate de seguir siendo el ayudante de Kirishima, lo último que necesitamos es a otro idiota lesionado o que su herida se agrave más.

—Entendido—respondieron casi al unísono Todoroki y Denki.

Una vez dicho, comenzaron a moverse por el bosque. No sabiendo verdaderamente con lo que iban a encontrarse. Porque para desgracia de su pequeño grupo, no estaban más en su mundo. Ni en sus reglas o en su entorno... Simplemente serán ellos, contra lo desconocido de ese lugar.

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Con los colmillos y los ojos de dragón, Bakugō estaba listo para pelear sin tener que preocuparse. Sus manos dejaban salir franjas de humo, chispas y su pecho se sentía cálido por el fuego acumulándose dentro. No usaría la espada todavía, porque no quería verdaderamente hacerle daño; aunque el bastardo lo mereciera por lo que había hecho. No solo lo delato delante de todos, sino que también lo ha separado de Izuku, y en su mundo, era peligroso dejarlo solo... Sabe que no esta solo, pero esos cuatro no lograrían estar a salvo sin su ayuda. A diferencia de los enemigos que enfrentan en el mundo del Héroe, aquí en su lado del universo, existen más que personas malas. Y esos son los monstruos que habitan las tierras; tal y como los animales salvajes que viven protegiendo sus territorios de los desconocidos. Incluso los animales venenosos eran un problema.

Quería y necesitaba capturarlo y obtener todas las respuestas que necesitaba.

—Te juro que si esto es un maldito juego yo- amenazo Katsuki, seriamente mirando al albino.

—Ahórrate tus estúpidas palabras. Lo que sale de tu boca no es más que porquería egoísta—se adelantó en responderle, completamente furioso. Ya no había ni un solo rastro de diversión perversa o malicia como antes. Verdaderamente Rin estaba furioso y esa faceta de desquiciado por fin había caído al verse enfrentando al indirecto verdugo de su hermano.

Ese momento basto para que Bakugō pudiera verlo bien, ahora con la luz del sol como su ayuda. Noto ojeras, la boca reseca y labios dolorosamente partidos con marcas de dientes sobre ellos. Con la piel sudorosa y brillante. Lo observo jadear, tal y como si se le estuviera dificultando respirar. No importaba que tan fuerte fuese un brujo o mago, todos los que han usado magia llegan a un punto de desgaste.

Rin se notaba tan cerca de su límite, que Katsuki casi se tentaba el corazón para no herirlo. No demasiado al menos.

No se notaría demasiado para nadie, ni siquiera para Katsuki, pero el hecho de que Rin hubiera cruzado con ellos, solamente hacía más clara su respuesta ante el paradero de su hermano. Si Ren continuaba con vida o si a él en algún momento le quedo una pequeña esperanza de duda, esta ha muerto. Como Ren en la realidad.

El dolor de verse por fin ahí, solo creaban un agujero mucho más profundo en su corazón. Con lamentos que buscaban salir, con nudos que quemaban su garganta para sollozar hasta quedarse sin voz. Por fin estaba donde siempre deseo estarlo... pero sin Ren.

—Él murió... por tu culpa—dijo Rin, mirando seriamente hacia donde estaba el dragón— Él murió por ayudarte. Por obtener algo a cambio de ti después de todo lo que lo hiciste pasar... ¡Murió y a ti no te importa una mierda!

Entre gritos, las lágrimas por fin salieron, recorriendo en gruesos caminos las mejillas pálidas del brujo. Las gotas pronto cayeron por los límites de su rostro, mientras él sollozaba.

—Mi hermanito... mi amado hermano murió...

—¿De qué estás hablando? ¡Ren no puede morir! —respondió Bakugō.

—¡LO MATARON! ¡TUS ESTUPIDOS AMIGOS LO ASESINARON!

Ante el grito, el corazón del Dalfa casi se detenía. Entre el asombro y la ingenuidad. Sus amigos no pudieron hacerlo... Deku no haría algo así. Durante la guerra hubo muchos muertos; sus amigos y seres cercanos mataron para sobrevivir y salvar. Pero ninguno de ellos mataría a un ser inocente, ni siquiera matarían a un inocente que parece culpable como Ren.

Sabe que Yaoyorozu y Deku no dejaría que lo mataran, porque ellos conocen su historia y saben que no es verdaderamente malo como lo fueron sus enemigos. Él solamente trato de ayudarlo y ellos lo saben. Ellos saben que Ren solamente quiere regresarle el favor por haberlo salvado de la Liga de las Sombras y evitar que estos lo volvieran a secuestrar. Justamente por esa razón no estaba del todo preocupado por lo que fuera a sucederle al brujo en su ausencia o si es que lo atrapaban.

A menos que... No, ni siquiera de esa manera. Katsuki comenzó a negar. No, no, no y simplemente no. Ellos no podían haberlo hecho. Ni siquiera por él. No importaba las pruebas, ellos no lo harían, ellos no serían capaces.

Antes de continuar pensando y tratar de darle un sentido a las palabras del albino, este se había lanzado hacia él.

Rin trato de golpearlo con sus puños rodeados de un aura purpura. Bakugō conocía esa clase de poder. Si lograba darle un solo rasguño, su poder se bloquearía por al menos unas dos a tres horas dependiendo de que tan concentrada estuviera la magia. Esquivo sus ataques con facilidad, ya que, como antes había pensado, el brujo estaba llegando a un limite y cada puñetazo parpadeaba en su aura. Como si el poder no fuera capaz de mantenerse en sus puños.

La ira en sus ojos que ahora eran de un solo color, siendo dorados completamente, visibles como si se tratara de una preciosa gema, cuya llama de rabia brillaba únicamente alimentando su cuerpo. Incluso si su cuerpo estaba al borde de su capacidad, a una gota de romperse.

Rin sabia que su limite estaba ahí, al alcance de un hechizo. La rabia lo obligaba a pelear. A mantenerse ahí, tratando de golpear al idiota rubio que estaba delante.

Katsuki lo esquivo tan fácil, y estuvo cerca de noquear al albino con un golpe para detenerlo; Rin se movió, y usando sus manos rompió la ultima flecha que le quedaba. De la cual, salió una nube que fue abarcando cada espacio a su alrededor.

La nube picaba en ojos y garganta, como humo. Hizo a Katsuki alejarse pronto cuando sus ojos ardieron ante el contacto, y darle una brecha de escape al albino quien huyo con lo ultimo que sus fuerzas pudieron dar.

Aunque mi corazón se desgarra, hermano, la esperanza está en este verso
Los demonios en la oscuridad ... abandonarán tu alma.
Aquí juego, día y noche;
La música dominará tu maldición
Y recuperarás el control
. *

Rin lanzo su ultimo conjuro gracias a la flecha, antes de que el portal que lo llevaría lejos se volviera inestable. Creando nubes de un gris tan oscuro, que era capaz de inquietar a cualquiera que lo viera por el hecho de hacer sentir que se trataba de la peor de las calamidades posibles.

La lluvia comenzó a bañar todo el lugar donde el Dalfa ahora estaba, con truenos y rayos que golpeaban la tierra, amenazando con crear pequeños incendios para demostrar su monstruosa fuerza de poder natural puro. Katsuki de inmediato se convirtió en dragón, volando veloz. El aroma de Izuku, el canon, se estaba volviendo una ligera fragancia que a medida que llovía se perdía más y más.

Prontamente el miedo lo fue llenando. Si perdía el rastro de aquel aroma... Perdería mucho más que simplemente tiempo buscándolo. Aunque no era el peor de sus problemas, porque no haber sido por el miedo y el hecho de centrarse únicamente en el aroma del otro Izuku, se habría dado cuenta de otro cierto aroma que pertenecía a otro pecoso que lo ha estado buscando y que ahora lo seguía muy de cerca.

✥﹤┈┈┈┈┈┈┈┈﹥✥

Al despertar, lo primero que ve es una superficie rocosa que creaba sombras y figuras extrañas por el fuego que había cerca. Lo sabia porque se sentía cálido, aunque incomodo en la espalda.

Girando un poco la cabeza, trato de enfocar lo que estaba cerca de él. Desde el fuego, que danzaba sobre la madera y hojas, hasta los rayos que se veían de fondo, iluminando el cielo terriblemente oscuro que había fuera. La sombra de Kirishima, quien estaba charlando con Todoroki, mientras que este parecía hacerle algo en la pierna.

Deku suelta un pequeño quejido al tratar de moverse, se remueve incluso ante el punzante dolor que le viene de por encima de la nuca. Sabe que lleva una venda, ya que es de las primeras sensaciones que siente sobre su cuerpo. Debido a eso, se levanta para quedar sentado. No realiza nada más ante el punzante dolor que siente sobre su nuca.

—¡Midoriya! Que bien que despiertas—Eijirō se alegra de verlo despertando, sonriendo y queriendo que su tono de voz por encima de la torrencial lluvia que hay fuera.

—No te muevas demasiado. Sufriste un golpe y un corte en la cabeza—dice Todoroki— Parece ser que cuando caímos, te golpeaste con una roca.

—¿Todoroki y Kirishima? ¿Qué es lo que paso? ¿Dónde estamos?

Los otros dos se intercambian miradas. Ninguno sabe realmente como explicar la muy compleja, hilarante y casi hasta irreal situación en la que se encontraban que ninguno de los dos estaba completamente seguro de querer explicarla por miedo a sonar como completos locos.

Izuku aprovecha el momento para notar en donde es que esta. Viendo que su cabeza anteriormente se encontraba sobre una pequeña e improvisada almohada hecha de hojas, pasto y algunas pequeñas ramitas entrelazadas.

—Hasta que despiertas, estúpido nerd—la voz de Bakugō lo hace reaccionar tan rápido y elevar la cabeza que de inmediato siente el mareo y esa ligera sensación en el estómago como una advertencia de vomito. Sin embargo, cuando lo ve, nota todo el cabello cenizo que naturalmente esta en picos rebeldes que casi desafiarían a la gravedad, totalmente pegados a su cabeza. Su ropa no solamente estaba mojada, escurría intensamente de agua. Aunque eso era bastante lógico que teniendo en cuenta que venía entrando a la cueva. Seguido de él, venia Kaminari, quien estaba igual de empapado que Bakugō, aunque su rostro estaba completamente distorsionado por la incomodidad y el asco.

—Esto es tan asqueroso—dijo Kaminari, entrando a la cueva. Sobre sus brazos llevaba varios pescados, lo que explicaba su rostro.

—No dirás eso cuando tu estúpido estomago este rogando por estúpida comida—respondió Bakugō— ¿Afilaron las ramas como les dije?

—Si, lo hicimos—respondió Todoroki, señalando las ramitas al costado de la fogata.

—Bien.

Deku simplemente se dedicó a mirarlo hacer justamente lo que toda su vida juntos le ha permitido mirar; lo genial que siempre ha sido y lo bueno en todo que puede llegar a ser.

—Woah, Bakugō es bueno en todo. ¿Cómo es que lo haces? —pregunto Kaminari cuando el cenizo comenzó a usar el improvisado cuchillo, —aunque de cuchillo no tenía mucho o nada, mejor dicho, ya que se trataba más de una navaja pequeña—, que llevaba en sus cosas. No es como que alguna vez hubiera pensado en que lo necesitaría, y se alegraba por haberlo puesto dentro de una de las granadas que llevaba en su cinturón.

—A Kacchan le gusta el montañismo. Sabe muchas cosas de supervivencia—hablo Izuku sin pensar—. Es como si Kacchan hubiera nacido en los bosques. De hecho, cuando éramos niños, los Padres de Kacchan nos invitaron a una excursión a la montaña. Recuerdo que fue muy divertido hasta que caí por una pendiente y lastimé mis piernas. Kacchan bajo por mí y estuvo cuidándome todo el tiempo hasta que llegaron nuestros Padres. Era recién que él estaba usando su quirk, así que fue muy fácil crear una fogata que diera nuestra ubicación y nos mantuviera calientitos. A esas alturas y a esas horas ya era un poco tarde y hacia frío...

La forma en la que Midoriya contaba aquella historia, con tanto sentimiento involucrado en ella, con lujo de detalles que hacia a los otros tres imaginar tan fácilmente su historia. Kaminari no podía describir lo que era ver los ojos jade de Izuku, iluminarse no solamente por el fuego, sino por un sentimiento mucho más fuerte y ardiente que habitaba en su pequeño corazón. Deku les estaba entregando un recuerdo muy hermoso de su vida compartida con Bakugō, que era casi imposible que no se sintieran tan enternecidos por eso.

Era una parte de su corazón, de sus sentimientos, mejor dicho, expresados tan pura y hermosamente, que hasta Katsuki se sonrojo. No quería darle ese gusto a Deku, y aunque varias veces le dijo que se callara, el pecoso seguía hablando, porque el cenizo jamás lo dijo de esa forma amenazante y cortante con la que siempre decía las cosas. O al menos no era los suficientemente brusco al decirlo para producirle a Izuku temor por seguir hablando.

Porque lo quisiera o no, él también lo recordaba, y tal y como el resto de los recuerdos que comparte con Deku, estos están bajo llave en su mente, ocultos a su corazón que ansia poder revivirlos y sentirlos calentar su pecho. Saborear esa sensación dulce que le habían dejado.

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Bakugō recolecto agua de lluvia, e incluso le enseño al medio albino como hacerlo mientras Kaminari revisaba las heridas de Kirishima y Midoriya. El más herido de ellos era el pelirrojo por su pierna herida, e Izuku estaba bastante bien. Usaron el agua para que pudieran beberla, asi como para usarla y limpiar los pescados lo mejor que pudiera. Otro método era cocerlos bien, evitando cualquier germen que los hiciera enfermar. Lo ultimo que necesitaban como él dijo, era a otro idiota enfermo.

Los pescados supieron a gloria en sus bocas y paladares que no podían describir lo bien que sabia el comer un pescado de ese modo. Jamás en sus vidas un pescado les había consabido tan delicioso.

—¿Cómo vas con tu pierna, Kirishima? —pregunto Todoroki.

—Gracias a ti y Kaminari, ya casi no me duele, pero no creo poder levantarme y andar mucho. Lo siento si me vuelvo una carga para ustedes.

—No digas idioteces

—regaño Katsuki— De hecho, hay algo de lo que debemos hablar.

—¿Qué se supone que haremos? —añadió e interrumpió el segundo rubio del grupo— No sabemos dónde estamos y por lo visto no estamos en nuestro... universo. ¡Él único que podía ayudarnos es el Bakugō dragón y ni siquiera sabemos dónde está!

—Ese bastardo soy yo, y si le importa tanto Deku como a mí, seguramente no tardara en dar con nosotros—respondió, casi sin pensar, Bakugō viendo hacia donde estaba el pecoso con las mejillas llenas de pescado y escamas tostadas pegadas sobre la piel de su rostro. Diablos, que a Katsuki casi le da algo; ya sea ternura ante la maldita expresión adorable del pecoso y molestia porque ese mismo nerd come como un bebe que se llena toda la cara de papilla.

Los ojos jade de Midoriya lo observan, y no evita que sus mejillas se coloreen de un rojo intenso que llega hasta sus orejas por lo que ha dicho. Incluso Bakugō se pone así y simplemente aparta la mirada. El otro pequeño trio se comparte miradas de complicidad ente ellos, menos Todoroki quien estaba más concentrado asegurándose de que el fuego no quemara su comida.

—¿Entonces si te importa? —dijo Shōto, igual sin estarlos mirando. Solo despego su vista dos segundos para mirar las expresiones de los otros dos.

—¡Cállate, bastardo! —regaño el cenizo, a quien sus mejillas no dejaban de seguir rojas. El dúo eléctrico/duro solamente le siguieron un poco el juego, sabe de la tensa situación que hay entre los dos. Aunque una broma de ese estilo aligero el ambiente.

—Molestaremos Bakugō cuando estemos a salvo. ¿O sea que debemos esperar a que llegue por nosotros? —dijo Denki—¿Seguros que es un buen plan? Incluso para ustedes. ¿Tú qué opinas Midoriya?

Ante la pregunta del rubio, un fuerte trueno hizo retumbar los cielos, mientras más rayos continuaron impactando contra la montaña. El clima no se veía de ninguna manera favorable, y mucho menos lo era para salir a buscar ayuda o buscar al Dalfa.

—Es eso o arriesgarnos y perdernos en la tormenta—respondió Todoroki por el pecoso— Bakugō tiene razón. No sabemos dónde estamos o en qué región; no sabemos de animales, bichos o si es que todas las reglas de nuestro universo son iguales a las que conocemos en nuestro Universo. Es mejor quedarnos quietos, al menos mientras la tormenta pasa.

—Estoy de acuerdo con Todoroki y Kacchan. No sabemos dónde estamos, a donde ir o que hacer. Si conozco a Kacchan... —observo a su Kacchan, y después se aclaró la garganta— Es mejor quedarnos aquí hasta que la tormenta pase, y quizá con suerte, nos encuentre pronto.

No parecía ser el mejor plan, pero en sus circunstancias, no les quedaba de otra más que esperar al Dalfa. Siendo este su única opción de salvarse.

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La tormenta seguía en su punto más fuerte, y no parecía que fuera a detenerse pronto. La fogata continuaba dándoles calor, aunque no estaba siendo suficiente. Rendidos por el sueño y con las barrigas llenas de pescado, terminaron por dormir.

Todoroki había ofrecido que durmieran a su izquierda para poder continuar dándoles un poco de calor extra; como a Kaminari, quien había terminado durmiendo entre Todoroki y Kirishima para ayudarlo a recuperar un poco de calor y que este no terminara por refriarse tras mojarse hasta el alma cuando él y Bakugō fueron por la comida. El único que no quiso la ayuda, fue el rebelde de la clase A.

Deku estaba por hacer lo propio y recostarse al lado de Todoroki, o de Kirishima, hasta que vio a Kacchan y como es que este estaba tiritando de frío. Muy orgulloso como siempre, que rechazaba la idea de que lo ayudaran.

Tenía los brazos cruzados y sus ojos se quedaron mirando seriamente la fogata. Katsuki no había querido pensar en lo que escucho decir del brujo desde que llegaron ahí. Sin embargo, sus sentimientos no querían dejarlo tranquilo; porque no importaba cuanta distancia quería seguir teniendo, las palabras que dijo el albino lo agobiaban.

—¡Querías robarte al Deku de este universo porque el tuyo no te amaba! — recuerda sus palabras claras, y lo que sintió en ese momento que, de no ser la situación en la que estaban y que no podía abordar el tema, diablos.

Es él. ¿Por qué no se dio cuenta antes de eso? ¿Por qué no se dio cuenta de las dobles intenciones que tenía el otro? No, más importante que eso: ¿Acaso existía un universo donde Deku no lo amaba? ¿Era verdad?

No sabe cómo es que se desarrolló la historia de esos dos, o que fue lo que debió hacer el otro Bakugō para arruinar tanto las cosas y que este dejara de amarlo. Casi quería reírse, no había manera en la que Izuku dejara de amarlo. No importaba qué, o las cosas que hubiera hecho... Como haberlo maltratado e intimidado cuando estaban en la escuela media; aislarlo de todos, tachándolo como un inútil sin quirk fracasado que ni siquiera merecía una oportunidad; dejarlo solo y simplemente dirigirle la palabra cuando deseara molestarlo o insultarlo; hacerle sentir mal con todo lo que hacía.

Deku lo amaba a pesar de todo, y ha demostrado ser tan capaz de hacer tantas cosas por él, que no siente merecer ese amor. Nunca lo ha merecido.

No merece que Izuku lo vea con esos ojos grandes y brillosos, que irradiaban amor y una enorme y profunda admiración que ni al propio All Might. No merecía sus caricias, ni que lo llamara por ese apodo que ha significado tanto en su vida; no merecía que se tomaran de las manos, ni que se besaran. Él no merecía que esos labios tocaran los suyos y se movieran a un ritmo lento y sensual, que sus lenguas se tocaran y se menearan; que sus manos tocaran cada musculo bien hecho y trabajado del cuerpo del más pequeño, delineando con las yemas de sus dedos las líneas y curvas; que contara cada una de las pecas, o dejara marcas sobre su cuerpo; tampoco merecía los pequeños gestos que seguramente haría por él, sus sonrisas y sus risas adorables con esa vocecita tan melódica; despertar con él cada mañana, mirando esa expresión de bobo durmiente y ese hilo de saliva que le cae por la comisura del labio; las cenas que haría por él, -o los intentos-. No, él no merecía nada de eso... perdió ese privilegió hace mucho tiempo.

No merecía el amor que Izuku profesaba por él después de todo lo que había hecho pasar en su vida. No había perdón que valiera. Y eso era mucho peor.

Y ni una vida sería suficiente para compensar todo lo que le hizo sentir, todo lo que le hizo a él y el cómo condeno su vida a ser tan inestable emocionalmente, inseguro y tímido. Que cada vez que lo ve o lo ha tocado, Izuku tiembla y sus ojos evitan todo contacto. Podría deberse a los nervios, deseo pensar, pero su expresión era la que no mentía.

Le temía. Parecía que tenía miedo de lo que sea que pudiera hacerle. De los golpes, o de las explosiones...

¿Por qué tuvieron que pasar a esa clase de mala relación? Su amor podría haber sido uno de esos de los ñoños cuentos de hadas que les contaban en guardería... Donde veía siempre a Deku tan embelesado imaginado cosas.

Por un momento, una pequeña sonrisa se formó en sus labios, pesando en lo que el pecoso estaría pensando. ¿Quizá se imaginaba como el caballero que iba a salvar a la princesa? ¿O acaso el imaginaba que la princesa sería él, siendo rescatado por él como un caballero de brillante armadura? Aunque sabe que su primer pensamiento es el más correcto, no puede evitar sentirse feliz. Extrañamente feliz de llegar a pensar que quizá pudo ser su caballero, llegando no en un estúpido caballo, sino montando un poderoso dragón.

Deku siempre lo veía con esos ojitos llenos de admiración todo el tiempo, desde que eran niños, y siempre pensó que él sería su Héroe. De alguna manera ese pensamiento cruzo su cabeza cuando era más pequeño, y antes de que pudiera gozarlo, ocurrió el accidente del lago. Aquel que destrozo su relación dejándola pendiendo de un hilo que Deku jamás dejo que se cortara.

Y ahí iba otra vez, recordándose que él no era digno de su amor...

Su cabeza ya no quería pensar en nada más, y aunque deseaba hacerle frente a Deku por la razón de que este sabia de las intenciones del Katsuki medieval, su mente ya no podía más. Su cuerpo se sentía cansado, y tenso.

La estúpida lluvia... Si mantengo mi calor, probablemente no enferme— pensó el cenizo, pero había rechazado la oferta del Todo-idiota en usar su quirk. Su cuerpo tirito, y, repentinamente paso algo. Sintió un peso a su costado. El aroma de un champú con olor dulce de coco le inundo los sentidos. Al girar un poco la vista una mata de cabello verde fue todo lo que vio.

Deseo apartarlo, seguía mojado por la lluvia y el idiota podría mojarse por su culpa, pero se sentía tan bien ese pequeño calorcito que le llego. No pudo ni fue capaz de oponerse. Se sintió tan perfecto, tan amable y cómodo, y su cabeza simplemente se recargo sobre la contraria.

Atravesar un universo, correr por un desconocido bosque tratando de proteger a Deku, conseguir comida y mantener sanos y salvos a sus compañeros, es terriblemente agotador. Ya pelearía mañana que la lluvia termine.

✥﹤┈┈┈┈┈┈┈┈﹥✥

Deku se había sentado cerca. Y poco a poco fue reduciendo la distancia entre los dos hasta que se recargo completamente contra Katsuki. No era capaz de dejarlo de ese modo. Una vez estuvo lo suficientemente cerca, tanto que su hombro choco y busco acomodarse con el contrario, sintiendo que era tan terriblemente pequeño a comparación; su cabeza tanteo el siguiente movimiento, apoyándose poco a poco en el hombro contrario. Su corazón latía duro y veloz, por los nervios y la emoción constante que no dejaban de hacerlo acelerarse. El cuerpo de Kacchan era cálido, y estando cerca de él, hacía que el calor de los dos se sintiera agradable. Pero, sobre todo, también sintió lo húmedo que estaba la ropa de Katsuki. Podría enfermarse sino se retiraba esas ropas. Al menos del pecho.

Izuku deseo abrazar su brazo, pero eso sería demasiado. Era mejor quedarse así. Quizá el sueño o la situación tensa, hicieron que poco después, la cabeza de Katsuki se apoyara sobre la suya. Todo se sintió tan bien, que de verdad casi olvidaba el hecho de la ropa mojada.

Se removió un poco, y sostuvo la cabeza de Bakugō para moverse. No debería dejarlo así, por lo menos debería de retirarse algo de ropa. Por lo que prosiguió a moverse y moverlo, de modo que quedará un fácil acceso y sacarle la parte superior de su traje de Héroe. Las pesas la habían retirado antes cuando recién llego de cazar.

Dejo la ropa cerca del fuego esperando que pudiera secarse como Denki había hecho antes de dormir. Dejando su chaqueta y playera blanca.

Una vez hecho, regreso a su posición para dormir junto al cenizo.

—Tienes suerte de que me sienta cansado, nerd—susurro repentinamente Bakugō.

—¡L-Lo siento! —Y aunque Deku tembló un poco esperando una reacción más violenta, Katsuki simplemente se terminó por acurrucar contra el pecoso— Ibas a refriare sino te la quitabas. Y eso sería muy perjudicial para todos.

Hubo silencio en respuesta y un resoplido que apenas fue audible por la lluvia y los truenos que seguían sonando a lo lejos. Al menos estos servían para terminar de silenciar todas las dudas que ambos llevaban en sus mentes con respecto a todo lo que sentían en ese momento.

Poco antes de que el sueño venciera a Izuku, escucho algo que casi hacia detener su corazón:

—Gracias, Izuku.

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El dragón sobrevolaba, esquivando los rayos que no dejaban de golpear y que de cierta forma parecían ir sobre él. Como si la tormenta tuviera mente propia y tratara de darle con uno de sus potentes rayos a propósito. Bakugō se dio cuenta que Rin lo había mandando lejos, muy lejos de donde habían aparecido. Lo que solamente le dejaba entender que la tormenta no era del todo un fenómeno natural, sino uno de los últimos conjuros más poderosos que alguna vez haya invocado. Ni siquiera Denki en sus años de experiencia con la magia, fue capaz de hacer. Ahora entiende que no estaba manejando a un brujo cualquiera y que pese a la actitud de chiquillo travieso, Rin era especialmente poderoso.

Al menos lo suficiente para crear una tormenta de ese tamaño. Ya tendría tiempo para preocuparse por esa amenaza que ahora simbolizaba el albino: Varios rayos ya habían logrado rozar peligrosamente sus alas, causando pequeños calambres. Empero, no iba a dejarse vencer por una simple tormenta, y menos cuando el aroma de Izuku estaba volviéndose tan débil a medida que trataba de seguirlo.

Sus mayores miedos se confirmaron cuando en cierto punto uno de los rayos por fin lo golpeo, obligándolo a descender y volar bajo, el aroma de Deku desapareció. La suave y frágil fragancia del pecoso heroico había desaparecido de su radar.

La sorpresa y el miedo que por fin lo tomaron desprevenido, a conjunto de dos rayos que colisionaron contra su cuerpo de reptil, dándole una descarga eléctrica tan poderosa que adormeció sus músculos, termino por casi caer desde la altura donde estaba. Casi, ya que otro dragón alcanzo a sujetarlo en medio del aire, elevándose hasta por encima de las nubes.

Una vez ahí, ante el mar de estrellas y la luna de la noche que por fin había salido, Bakugō se recuperó y voló por su cuenta. Alejándose para ver al otro dragón que lo había salvado, y que quizá, para su desgracia, eran los menos indicados o al los que menos quería ver con el tema que estaba tratando.

—¡KACCHAN! —grito Izuku desde la espalda de Kirishima.

Un resoplido fue su respuesta, e ignorarlos lo siguiente que hizo mientras se alejaba tan veloz como pudiera, pero los golpes de la naturaleza recién no le dejaban hacerlo como quería. Sus fuerzas flaquearon ante la electricidad que seguía sobre su cuerpo, como una descarga eléctrica que estaba alterando su sistema y que dejaría marcas por al menos un rato sobre sus escamas. Menos mal que era un dragón, o estaba seguro que no lo habría soportado.

Kirishima lo siguió, poniéndose a su lado, gruñendo hacia él y rugiendo como si pudieran entenderse. Midoriya tampoco se rindió en tratar de hablar con él, de gritarle que se alejaran de la nube de tormenta antinatural y bajaran para hablar. Incluso Kaminari también se armo de valor para reprocharlo en medio de gritos.

Evidentemente todos estaban contentos de verlo sano y salvo, que de no ser por la tormenta se habrían abalanzado sobre él. Izuku siendo uno de los primeros, sobre todo ahora que tenía más claros sus sentimientos por Katsuki.

Sin embargo, todo eso solamente alentaban malsanamente la ira que crecía dentro de él. Esos idiotas no hacían más que enceguecer su búsqueda del aroma de Izuku, porque su Izuku, estaba saturando sus sentidos con su aroma de bosque tan idéntico al otro Izuku, que lo único que los diferenciaba era ese nuevo champú a coco que recién había comprado el canon.

Ante el fracaso de aroma, trato de enfocar sus esfuerzos en el aroma del otro Kirishima y Kaminari, pero tampoco podía concentrarse en el aroma de esos dos, porque era el mismo resultado, y el aroma de Todoroki también había desaparecido. Más que haber desaparecido, casi se animaría a decir que el aroma de Shōto era del que menos recordaba.

—¡Kacchan, por favor! ¡Tenemos que hablar! Oh, cielos, estoy tan contento de verte sano y salvo... ¡Pero por favor, tenemos que alejarnos de aquí, es muy peligroso! —siguió gritando el pecoso. Pero no había nada que pudiera hacer, Bakugō simplemente no lo haría e ignoraría a cualquier costo sus esfuerzos por hacerlo entrar en razón. Al menos esta vez lo haría.

Otro gruñido salió de sus fauces, esta vez, ante una imprevista mordida que Kirishima logro esquivar.

—¡Esta loco! ¡¿Qué demonios le pasa?!—grito Denki, mirando al Dalfa quien se veía y se notaba tan malditamente hostil hacia ellos. Incluso sus escamas se crispaban como lo haría le pelaje de un gato furioso. Era claro que estaba listo para atacarlos si tenía otra oportunidad.

Kirishima no podía arriesgarse en atacarlo, no solamente porque eso reduciría el tiempo de su vuelo, sino que también pondría en peligro a Denki e Izuku. Sus reflejos ya no eran los mismos, y tratar de ponerse a pelear contra Bakugō, aunque fuera únicamente para hacerle obedecer solamente terminaría perdiendo y probablemente herido.

Bakugō voló, aunque realmente no sabía a donde iría. No lograba enfocar el aroma de Izuku, ni de Kirishima o Kaminari, ni siquiera el de Todoroki. Entonces paso, como una suave fragancia que sedujo su nariz; su propio aroma. Si mal recordaba, en el otro universo, no era capaz de distinguir su aroma. De hecho, ni siquiera era capaz de olerse. Pero en ese momento, su maldito aroma fue la clave.

Porque ahora si podía olerse a si mismo, podía percibir su aroma, fuerte y claro, como un camino fijo que lo estaba guiando a donde sabia estarían los demás. Casi tan denso para sus sentidos que un poco más y podría verlo perfumando su camino hacia donde debía ir.

Voló, veloz y rápido seguido de Kirishima que no dudo en seguirle el paso.

Descendió hacia la nube de tormenta una vez más, peligrando en darle un rayo de nuevo, y siguió el rastro, esquivando los rayos que iban dirigidos a él específicamente, ya que a Kirishima nunca tuvo ninguno tan cerca.

Cerca, cuando Bakugō vio la montaña, supuso que estarían ahí. Si los conocía tan bien como pensaba, estarían ocultos ahí. Y, sin embargo, poco antes de que pudiera bajar su velocidad para evitar chocar, otro rayo le golpeo, esta vez, la combinación de tres rayos por fin le habían dado y un poderoso rugido que vino desde la enorme garganta de reptil, que compitió contra los fuertes truenos resonó por todo el sitió cercano. Alertando del horrible dolor que atravesó el cuerpo del dragón como una lanza perforando su pecho. Siendo la gota que lo hizo caer al fin.

Kirishima se apresuró a ponerse cerca de él creyendo que la herida sería mucho más grave, e incluso Izuku casi bajo de un salto desde donde estaba para asegurarse de que Katsuki estuviera bien. Al hacerlo, los tres vieron como el dragón se siguió moviendo. Incluso si sus escamas mostraban las marcas de los rayos y algunas franjas de humo saliendo de las marcas por la quemadura.

El reptil se arrastró, a la par que el resto trataba de alcanzarlo, sobre todo Deku quien estaba demasiado alarmado por los constantes golpes que ha recibido. Sería un dragón, pero incluso el tendría que lidiar con las heridas de un golpe así, sobre todo cuando se volviera humano. La lluvia por fin estaba cediendo, pero no lo suficiente para dejar de lanzar rayos y truenos potentes; Kaminari trato de deshacer lo que sea que haya invocado la lluvia, pero no era posible. Algo más fuerte había sido implorado. Al menos hizo que los rayos cayeran de forma menos habitual y que no fueran directamente a Katsuki. Ya tendría tiempo de pensar en que clase magia fue usada para hacerlo.

—¡Kacchan, por favor, estas herido! ¡Déjame ayudarte! —grito Izuku hacia el dragón, quien lo ignoro y siguió avanzando. Kirishima trato de detenerlo ahora que estaban a nivel del suelo y sus dos acompañantes ya no iban sobre su espalda, pero apenas tratar de poner sus patas sobre Bakugō, el cenizo se giro rugiendo mientras levantaba sus garras para arañar al otro en señal, más que de empezar una pelear, como una advertencia de que se mantuviera alejado de él.

Con lo que Katsuki no conto fue con el enfado del pelirrojo; Kirishima ya estaba harto, y aunque la felicidad de verlo de vuelta no era comparable, no le permitiría a Katsuki comportarse de ese modo. Ya ha tolerado demasiada imprudencia de su parte y ha tolerado verlo herirse dos veces. Eijirō sabia lo terco que podía ser Katsuki, por lo que su primer ataque fue solamente el comienzo para que el también pudiera hacerlo en un ya casi desesperado intento por frenar lo que sea que lo tenía así.

Pronto comenzaron a golpearse, a lanzarse rugidos y tratar de morderse. Casi tal cual como gatos peleando, pensaba Denki. Lo que respectaba a ellos se mantuvieron alejados de la pelea; solo serían un estorbo y quizá hasta terminarían heridos.

El pelirrojo logro sujetar a Katsuki por los hombros de reptil cuando los dos se irguieron parándose sobre sus patas traseras; estaba más que listo para morderle el cuello, pero Bakugō uso sus patas traseras y sujetando los brazos del contrario, los uso para brincar sobre el pecho del otro y empujar lo más lejos que pudiera. Cosa que funciono y no funciono, ya que termino por golpearse dolorosamente contra los pies de la montaña ante el movimiento que también lo haría, sacudiéndola y creando que alguna que otra roca cayera.

El golpe y caos hizo despertar al pequeño grupo que estaba durmiendo tranquilamente dentro de su escondite.

—¡¿Nos atacan?!

—dijo Denki, despertando totalmente alarmado al igual que el resto.

—¡No! ¡Es ese idiota! —regaño Bakugō, quien, teniendo los sentidos más agudos dentro de su grupo y una reacción mucho más veloz, fue el primero en salir y mirar hacia abajo donde vio al dragón Bakugō— Tardo más de lo que pensé...

—¡Estamos a salvo! —celebro Kaminari tras asomarse de igual modo con su compañero.

—No... —dijo Todoroki, pero este no pudo terminar de alertar a sus compañeros, cuando la imagen del dragón Kirishima abalanzándose sobre Katsuki los hizo retroceder y caer del impacto, creando otro estruendo que sacudió la montaña.

—¡Hay que salir! —grito Izuku al final, llamando la atención de los otros tres. Deku sujeto a Eijirō y se lanzó contra ellos cuando múltiples rocas comenzaron por caer a sus espaldas por los constantes impactos.

Mientras el resto miraba lo que pasaba, Deku se acerco hasta Eijirō y lo sujeto para ayudarlo a levantarse; lo que le sirvió para mirar hacia el interior de la cueva y ver como esta no estaba hecha para soportar esa clase de impactos, que, de seguir ahí, terminarían sepultados por rocas.

Los impactos siguieron y ellos tuvieron que descender a las prisas, casi siendo golpeados por la pelea de dragones a la que añadieron fuego poco después. Llamaradas que iban de un lado a otro, aunque supieran que no había manera de herirse con fuego, era una manera de desorientarse.

—¡KACCHAN! — de nuevo la voz de Izuku hizo eco en oídos de ambos Katsuki; el dragón sobre todo que giro en busca de él.

Los constantes golpes contra la montaña por su pelea hicieron que muchas más rocas cayeran en medio, y que con la tormenta aun activa lanzando rayos, fueran una fuerte y muy peligrosa combinación que no hizo otra cosa más que ponerlos en peligro a todos.

El dragón trato de alcanzar a Deku cuando lo vio salir volando por un rayo que colisiono cerca de ellos, pero su brazo no fue suficiente para hacerlo; en cambio, el Héroe voló con sus explosiones para ayudar al nerd a planear en el aire. Lo ultimo que vio mientras trataba de maniobrar, fue como es que los dos caían un poco más lejos, siendo atrapados por las copas de los arboles y dejando un hueco entre la espesura de hojas.

A quienes, si alcanzo a sujetar antes de que también salieran volando lejos, fue a Kirishima, Denki y Shōto. Dejando por fin de juegos, el dragón logro por fin sacarse de encima al otro dragón, y ponerle un alto cuando adopto su forma humana después de dejar a un nivel más apropiado a los otros tres.

—¡¡Hasta que te calmas, tu maldi-!!!! —estuvo tan cerca de reclamarle el rubio de magia eléctrica cuando vio a un doble idéntico a él y a Kirishima y Todoroki. Usaban ropas raras, y tenían aparatos que nunca había visto. Su primera reacción fue desenfundar su espada y utilizar su magia para que los rayos rodearan su cuerpo. El otro Kaminari se posiciono delante de sus compañeros, dejando a su herido compañero en brazos de Todoroki. Su quirk activo y listo para reaccionar apenas el otro lo hiciera.

Eijirō también se volvió humano de igual modo se quedó al lado del rubio, mirando a una distancia prudencial a su yo.

—Hola—saludo el Kaminari canon, a su yo. Tratando de lucir un poco más calmado y no queriendo alarmar al otro. A diferencia suya, él no llevaba una espada.

—Oh por... ¡No puedo creer que haya otro yo! ¡¿Qué demonios es esto?! ¡¿Es un conjuro o algo?!—dijo Denki— ¡Primero te desapareces tantos días, haces que medio reinado se vuelva loco en jaque buscándote y ahora que apareces comportándote como un imbécil trayendo falsos sujetos idénticos a nosotros!

—¡¿A quién llamas falso?!—grito en respuesta el otro rubio del rayo— Oh, cielos. He sonado como Bakugō... ¡QUE MIEDO!

El dragón Eijirō se colocó delante de su compañero cuando los rayos del canon Denki desaparecieron ante el miedo de ser igual a Bakugō. El pelirrojo tampoco estaba seguro de lo que estaba pasando, y no pensaba bajar la guardia. Se sentía como si estuviera cerca de la bruja de sangre Himiko... aunque, a diferencia de la magia que era incluso percibida, lo que Kirishima sentía de los otros sujetos, no era magia. Era algo completamente diferente. Cómo si fuera tan ajeno a su mundo pero de cierto modo, terriblemente familiar y amigable.

—No puede ser— dijo el pelirrojo.

—¡¿Sabes de esto?!—dijo Denki mirando a su compañero, sujetando su brazo incluso, pero sin bajar la guardia.

—Cuando estábamos en las islas viejas, el dragón Kase hablo sobre una cosa que tiene que ver con los espejos. Y si mal me falla mi sentido, ellos deberían de venir de ahí— al responder, los otros tres se intercambian miradas sin entender de que están hablando.

—Nosotros fuimos traídos aquí por un sujeto albino que ataco nuestra escuela. ¡No tenemos ni la más mínima idea de que está pasando! — dijo Kaminari, esperando que sus palabras de alguna manera pudieran aligerar el repentino ambiente tenso.

—¿Los espejos? ¿Estás seguro? —pregunto el otro Denki a Kirishima. El pelirrojo dragón quería verdaderamente tener la guardia en alto, quizá para darle seguridad a su compañero, pero no podía. Verse a sí mismo le provocaba, más que tener miedo, incomodidad.

—Tienes mucho que explicar Bakugō—regaño Kirishima, pero mientras ellos estaban en su parafernalia y a punto de querer atacarse por pensar mayormente en el peligro; el cenizo ni siquiera estaba ya presente en la escena. Había desaparecido apenas notar que estaban a salvo sus amigos.

—¿A dónde se fue?

Mientras ellos miraban tratando de buscarlo, pero sin descuidarse mutuamente por lo que fuera a suceder, el dragón correo y se movió rápido por el bosque, siguiendo su aroma para guiarse, hasta llegar a su destino donde justo en medio de varios árboles, paso lo que tanto temía el cenizo.

Su Deku estaba de pie, a casi menos de un metro de donde estaba su otro yo y el otro Deku, que se levantaban después de una fuerte caída. Podía ver la mirada confusa, pero no asustada en él.

—Kacchan... ¿Qué ocurre? —pregunto el espadachín, mirando a su dirección al igual que los otros dos una vez que el espadachín se aseguro de que se trataba de su persona.

Una mirada carmesí le miraba con un odio que no podía ser ni medio normal, ni siquiera para su estándar habitual; otra mirada verde estaba asustada, temerosa y ansiosa por lo que iba a suceder al ser este quien sabia la verdad todo este tiempo; y finalmente, otra mirada verde que le estaba exigiendo más que simples respuestas a lo que estaba sucediendo.

Las mentiras habían llegado a su fin. Huir ya no era posible. Era hora de enfrentar y decir la verdad de una vez por todas. Porque, tal y como el clima que al fin se despejaba de una tormenta tan fuerte, dejaba paso al tranquilo y estrellado cielo, junto a la luna que ha resguardado más secretos de los que debería.

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Notas:

WAAAAAAAAAAAAAA HOLA

Esta vez no debieron pasar seis meses para su actualización. Aunque esta pudo llegar antes de no ser por la compañía de internet; (si son de México, sabrán que Tel¨mex no son lo mejor). En fin.

¡LO QUE TENÍA QUE PASAR, HA PASADO! ALV  Por fin las realidades chocan (?) okno. Pero al fin, se sabrá la verdad y se confrontaran. No debería sentirme emocionada por esto, porque la verdad me duele la muerte de mi personaje Ren u u Más delante veremos qué ocurrió esa noche, porque el principe Shoto sabe que paso y lo contará ssjsjsjs  👀

¡Me despido por ahora! No sin antes:

LA NUEVA PORTADA DE UCHU AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA SJHFLKSAHFGLKFDGHKGFDHJDGFASHKLJFGDHJKLFDGHKJLFGDHJKFDGHJKGFDSKJNLSDFKJHDSFKJHLFDSKHJLFDSKJHLSFDA Me habían comentado que este es un buen fic, pero que la portada verdaderamente no inspiraba mucho a leer, y como este esta siendo una especie de joyita para mi, decidí invertirle un poco mandando a hacer esta hermosa portada que, les juro por alma que vendí, que ha valido cada centavo.

Sigo presumiendola cada que puedo porque la verdad es un trabajo de alta calidad y  belleza. Más hermosa de lo que pensé; aparte que captura bien de que se trata este fic. Fue una comisión hecha por Kay. Pueden seguirle en su boneto Instagram como:  Tintadepulpok

Sin más que decir ahora, me despido. Muchas gracias por su apoyo, sus comentarios y su paciencia para mis actualizaciones. ;u;

¡Nos leemos!

Att:

🧡 D' Sae💚

PD: * Esta parte, donde Rin menciona unos versos, viene de la canción de las tormentas que he puesto en la multimedia. Habla de cierta parte la tragedia de dos hermanos; (más sal a la herida de mi albino). Aunque su tragedia es diferente...

PD: PERDÓN POR ACTUALIZAR TAN TARDE :C

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