Naruto estaba sobre un lago de purificación en el monte Myoboku, había pasado algunos meses atrás en ese lugar trabajando en el modo sabio, ahora era distinto, necesitaba purificar su alma, respiraba hondo siendo consciente de su cuerpo, de sus órganos, de sus extremidades, su respiración llegaba a cada poro de su piel, comenzó a entrar en un pequeño trance, fue jalado a su espacio interior, observó un lugar parecido a una coladera, con unas grandes rejas doradas frente a él, giró su mirada, nunca había estado en ese lugar, del agua comenzó a salir una persona, su cabello era rubio, tenía marquitas en sus mejillas, sus ojos eran rojos rodeados de negro, tenía una sonrisa sinica, se dió cuenta que se parecía bastante a él -Hasta que por fin nos encontramos mi otro yo-

Naruto apretó el ceño, así que esa era su verdadera imágen, no había querido quitar el sello de imágen todo ese tiempo, quería seguir sintiéndose parte del clan, era algo que lo convencía de su familiaridad- eres mi odio?- la sonrisa creció -bingo, soy ese exactamente, tus deseos más profundos, más oscuros, más retorcidos, cómo aquella vez que deseaste eliminar a esa maldita mosca muerta, la perra de Izumi -se acercó con descaro, lo abrazó por la espalda susurrando- aún podemos eliminarla, tienes los medios, la fuerza, sólo me necesitas para cumplirlo-

Naruto apretó el ceño sintiéndose algo mierda por ese deseo- también soy los celos por tu amado primo, quieres lo que él tiene, unos padres que lo aman y le ponen atención, porqué tu eres quién más sufre?, tuviste dos padres y dos madres, los perdiste a los cuatro, tal vez nosotros somos los culpables, tal vez nosotros somos los de la mala suerte- Naruto apretó su puño, trató de golpearlo, técnicas, velocidad, ingenio, todo era igual- cállate bastardo, yo amo a mi primo, yo aprendí a dejar mis celos a un lado- su odio reía con burla sabiendo sus verdaderos sentimientos, llevaban horas peleando y ninguno cedía, Naruto respiraba agitado, recordó las palabras de Itachi “peleaban con su odio y lo aceptaban”, sus ojos se abrieron al entender, no debía ganarle, bajó sus manos y su posición de combate -está bien sentir odio, está bien celar y desear más, está bien querer un amor para mí, soy libre de sentir todo eso, soy libre de decidir qué hacer con mi odio- el rubio apretó el ceño con molestia -y?, qué se supone deba hacer con eso?, no puedo salir de aquí-

Naruto se acercó, lo abrazó con fuerza -está bien sentir y vivir al máximo nuestra vida, es un sentimiento natural y debo aceptarlo, es por eso que te acepto conmigo, acepto que existas en mí, acepto todos estos sentimientos, porque al final soy humano, no soy perfecto- el odio frente a él se perdió en brillos que rodearon su cuerpo, sonrió con emoción, más al ver a un enorme zorro tras las rejas -vaya, lo conseguiste, ese otro tu me agradaba -

Naruto sonrió divertido -ahora somos uno, si ese otro yo te agrada y lo acabo de aceptar, que diferencia ahora hay conmigo?- kyubi lo veía con arrogancia, debía aceptar que su jinchuriki era poderoso, se había abierto al poder con su esfuerzo- cooperaré porque lo has pedido con humildad y te considero digno de mi poder- Naruto sonrió, giró la llave de sellado abriendo la reja frente a él, el zorro sonrió con sorpresa viendo que ni siquiera dudó de él, simplemente lo hizo, el pequeño abrió sus ojos sintiendo todo ese poder entrar en él, con su chakra lo purificó tratando de contenerlo, respiraba hondo en un pequeño dueño, terminó por asimilar el chakra del zorro, abrió sus azules lentamente, vió dos cuerpos, sus ojos se abrieron bastante al identificarlos -papá?, mamá?- kushina y Minato sonrieron con amor, vocalizaron un te amo antes de desaparecer, Naruto corrió sintiendo su chakra rodearlo un poco, sonrió con lágrimas en sus ojos, aún podía sentir su chakra en el sello, siempre estuvieron con él.