【 Día 1 】

Mejores amigos;

Bakugo Katsuki es hermoso cuando duerme.

El como su habitual ceño fruncido desaparece para dar paso a una cara de tranquilidad extrema...

Kirishima siempre se sintió especial porque el Rubio se sintiera lo suficientemente cómodo como para dormir con el presente.

Cuando está despierto también es hermoso, pero el verlo dormido es algo que la mayoría no ve todos los días.

Sin embargo todos conocen al Bakugo Katsuki que parece odiar al mundo y que lo único que hace es amenazar de muerte.

Pero él no es parte de la mayoría, Él es su mejor amigo.

Bueno... masomenos.

Mantenían una extraña relación, es decir, Eijirou no sabe si todos los mejores amigos duermen juntos, en plan, dormir, solo dormir. Todos los días.

Al principio por accidente y ya luego por la insistencia del pelirrojo o el cansancio de Katsuki.

El punto es que, dormir así con Bakugo, quedarse hasta la medianoche observándolo, le dejó pensando...

Y con el tiempo logró entender, y aceptar sus sentimientos por el Rubio.

No era normal que su corazón se acelerara de ese modo, o que sus mejillas se tiñeran de rojo, solo porque Bakugo no apartaba su mano cuando la sujetaba.

No era normal mirar sus labios de ese modo.

Ni las ganas de abrazarlo por la cintura...

O de protegerlo aún si sabía que el otro no querría.

No era normal quedarse mirándolo en los entrenamientos.

Su sonrisa, esa sonrisa que le daba ganas de reírse, solo por imaginarse como esa sonrisa que a él le demuestra tanta masculinidad sería la sonrisa que aterrorizaría a los villanos en unos años.

Ya no sentía solo admiración y amistad por él.

Por su Mejor amigo.

Ya no...

Cuando se dio cuenta de lo que le ocurría realmente con el rubio, se imaginó el ataúd más bonito del mundo, en el que sería enterrado si el otro se enteraba. Rodeado de Rosas rojas que esperaba le dejaran sus amigos.

Y aunque tal vez debió alejarse, no lo hizo. Contradictoriamente, se acercó aún más.

Tal vez, de una forma nada disimulada.

Comenzó a acariciarle la mejilla o a despertando restregando su nariz en su cuello, oliendo.

Bakugo olía a caramelo, caramelo quemado a veces, por el uso excesivo de su quirk en los entrenamientos.

Pero ese olor jamás lo olvidaría, era de Bakugo, un olor que podía considerar adictivo.

Comenzó a acariciarle su cabello, mirando directo a sus ojos, con una pequeña y tímida sonrisa, buscando transmitir una cantidad gigante de sentimientos.

Los sonrojos y chasquidos de lengua emitidos por el rubio lo incentivaban a continuar.

Caricias en sus manos, cuando parecían adoloridas...

Abrazos con la cabeza escondida en su pecho o viceversa.

Besos juguetones en el cuello.

Le emocionaba no ser rechazado cuando realizaba esas acciones.

¿Bakugo si le quería?

¿Le quería de ese modo?

Sabía que tenía que confirmarlo, y tenía que hacerlo en algún momento

Podría hacerlo ahora...

Se fijó en la hora.

6:45 A.M.

Creyó conveniente despertarlo, ya que las clases comenzaban en poco más de una hora.

Lo tenía rodeado con sus brazos por la cintura, ambos con aspecto de dormidos, el cabello revuelto, probablemente mal aliento y sin más compañía que el otro y los primeros rayos del sol asomándose por el ventanal que daba al balcón.

Se puso a la altura del rubio y respiro hondo varias veces, realmente estaba nervioso.

Podía dejarlo para otro día igualmente.

Nono.

¿Y si realmente no le correspondía?

Prefirió despertarlo rápido antes de arrepentirse del todo.

- Blasty... -Rodeó con un poco más de fuerza su cintura y comenzó a acariciar la misma, haciendo leves círculos con la yema de sus dedos.

Además, empezó a besarle el cuello.
¡Por más costumbre que por otra cosa!

- Blasty... Pss... Buenos días -susurró en su oído.

- Mmg...

- ¿Estás despierto? -se alejó del cuello del otro ante el pequeño gruñido, esperando a que abriera los ojos.

-¿Por qué mierda paras? -Los ojos rojos de Katsuki se abrieron con cansancio, lo que le hizo ver a Eijirou lo oscuro que se veía su iris en la mañana.

Su remera negra usual y sus pantalones verdes era algo que ya acostumbraba ver en la mañana, pero ahora los sentía más especiales. Podrían crear pijamas con la marca registrada de Dinamight. El pensamiento logró bajarle los nervios, al menos.

El cenizo se intentó alejar un poco cuando notó como sus narices casi se rozaban por la cercanía del pelirrojo.

- Buenos días -Kirishima sonrió, como solo él podía, mostrando esos dientes tan peculiares y hermosos a la vez.

-Tsk -Katsuki volvió a cerrar los ojos, esperando sus mimos de vuelta. Se veía tierno, como un niño con un capricho.

Hubo unos segundos de silencio en los que ninguno se movió.

Bakugo volvió a abrir los ojos.

-¿Qué?

-... Bakugo -Se estaban mirando, cerca, muy cerca.

-¿...Qué? -repitió

-Bakugo... ¿Puedo besarte? En... En los labios- tartamudeo mirando sus labios, evitando sus ojos o tal vez ambas.

Katsuki abrió aún más los ojos, sorprendido. Mientras un sonrojo cubría sus mejillas y orejas.

- E-eh...

Kirishima lo tomó como un vergonzoso sí.

Redujo la distancia entre sus labios y aún acostados en la cama de lado, tomó sus mejillas y lo besó.

Lo besó como llevaba queriendo desde hace tanto.

Y que el rubio secretamente también quería.

Se besaron de forma inexperta, pero adorable a la vez.

Katsuki, cuyas manos habían quedado sobre la cabeza del pelirrojo, se colocó sobre él, pecho con pecho.

Bakugo sentía como el control del beso se le escapaba, así que tiró de su cabello, y se separaron, quedando en la misma posición, descansó la frente sobre el pelirrojo, desviando la mirada.

-Creí que -Kirishima los señalo a ambos- esto no significaba nada- ambos rieron mientras se volvían a acercar- me equivoque.

-Mucho, Kirishima. No recuerdo haber dejado a ningún otro idiota hacer lo que tú haces, ni un poco.

Se miraron a los ojos, y Kirishima alzó las manos para entrelazarlas detrás de la nuca de Bakugo.

Los ojos de ambos brillaban de una forma hermosa, observando cómo habían sido tan tontos como para no haber intentado dar ese paso antes, no haber caído en cuenta de que no era normal hacer eso entre amigos, ni entre mejores amigos, joder.

Lo suyo era diferente, más amoroso, cargado de un sentimiento totalmente diferente a la amistad, y que ambos sabían que no era repentino, que ambos habían visto lo mejor y lo peor del otro, que pasaron cosas juntos que los unieron más allá de la amistad, que los llevó a ser mucho más, a ocasionar lo que ocurría ahora, con sus cuerpos pegados, sus bocas juntas y palabras que no necesitaban ser explicadas.

Parecía que había sentimientos volando en el aire.

El término Mejores amigos había pasado a un segundo plano.

Porque ya no eran solo eso, no eran los típicos mejores amigos que eran eso y nada más, ellos compartían cosas que normalmente no ocurre entre mejores amigos.

Jamás habían estado tan felices de estar juntos como ahora que ya el otro sabía la razón por la que su corazón latía de esa forma cuando estaban cerca.

📍20-04-2021

📍1.187 palabras

📍¡Taran! ¿Que les pareció? Sinceramente me gustó bastante para expresar que además de lo mucho que se aman aún son mejores amigos, más allá de ser novios, siempre serán mejores amigos también ✨

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