Dia siete.

— Quítate la ropa. — Dijo Tsu de forma firme esperando que el chico frente a ella hiciera lo pedido.

— ¿Que? — Pestañeo Todoroki, pensando que quizás no le escucho muy bien.

— Dije quítate la ropa, ahora. — Insistió.

— Pero... Hace frío... — Señaló estaban en uno de los escenarios prestado de UA que asimilaba una puta montaña en el Himalaya, fácilmente debían hacer 20° bajo cero.

— Mira, quiero ver tu resistencia al frío, y como manejas tú calor corporal, así que ahora quítate la ropa que no lo repetiré de nuevo. — Contesto ya más molesta de que no hiciera lo pedido.

— Está bien... — Murmuró comenzando a sacarse la ropa le gustará o no, estaba obligado escucharlo por dos horas y si eso lo hacía más fuerte... Pues no se iba a quejar.

Al terminar quedo en ropa interior y Tsu contuvo un silbido, quizás le iba a gustar esto de ser tutora aunque sólo fuera por la vista.

— Muy bien, dame tu mano. — Pidió y este la entrego. Con cuidado colocó una muñequera que controlará sus signos vitales para saber cuánto podía resistir. — Ahora, si fuera tu empezaría a correr

— ¿Correr? — Sintió algo rozar su brazo y se giró viendo varios chuchillos apuntar en su dirección para luego ir a por él. — ¡¿Eso es necesario?! — Grito mientras corría y esquivaba los cuchillos que iban en su dirección.

— ¡Te ayudará con la motivación! ¡Y recuerda nada de usar tu singularidad! — Le recordó mientras ella se sentaba en una silla de playa con una mesita al lado, de esta tomo un termo con café caliente y su tablet viendo sus signos vitales y expedientes del chico.

Tsu podría no tener experiencia como tutora pero lo que si tenía era un espíritu competitivo y no iba a dejar que sus elementos se le adelantaran su mitimiti iba a ser el mejor.

— ¿Quieres que suba esa cascada? — Pregunto Izuku viendo al italiano asentir. — Sin usar mí singularidad. — Volvió a asentir. — ¡Es imposible! — Grito recibiendo un golpe en la cabeza.

— Nada es imposible Deku. — Dijo saboreando la última palabra decidiendo que le gustaba. — ¿Crees que la gente siempre tuvo singularidades de las cuales depender?

— No...

— Exacto, antes de ellas las personas tenían que hacer las cosas con sus propias dos manos, así que antes de aprender a usar esa singularidad tuya vas a formar algo de músculo, porqué ahora mismo das pena. — Explicó con seriedad para que dé a poco una sonrisa sería se fuera formando en su rostro. — Ahora hazlo antes de que decida añadir más dificultad. — Un deje de sadismo se dejó ver en sus ojos y después de soltar un grito poco masculino Midoriya decidió que lo más saludable sería subir la cascada. — ¡Y recuerda estaremos aquí hasta que lo logres! — Le gritó sonriendo mientras se sentaba a tomar su Espresso en una terraza que organizó para él.

— ¡No dije que pudieran parar! ¡Sigan corriendo! — Les grito Lal a los chicos que estaban jadeando por dulce aire en sus pulmones.

— ¡Si, señor! — Gritaron al estilo militar enderezando se para hacer el saludo militar y seguir corriendo.

— ¿Porque tenemos que hacer esto y Bakugou puede estar tomando el sol? — Pregunto Denki sintiendo que sus piernas se iba a caer en cualquier momento.

— No lo sé, ¡Pero de seguro es un entrenamiento muy masculino! — Contesto el pelirrojo.

— ¡¿Dije que podían parar a charlar señoritas?!

— ¡No, señor, no!

— Entonces sigan corriendo, cincuenta vueltas más. — Ordenó satisfecha al escuchar sus expresiones de dolor.

— Esto es estupido, ¡¿Porque mierda tengo que estar tomando el sol contigo?! — Pregunto intentando pararse pero volviendo a ser dejado en el suelo por el rubio a su lado.

— Tu singularidad es fuerte, pero no te servirá de nada si no puedes mantener la cabeza fría en batalla, estamos trabajando en tu Temple Kora. — Contestó el rubio. — Lal y yo tenemos nuestro carácter, pero sabemos dejarlo fuera del campo de batalla y tú debes aprender a hacer lo mismo si quieres ser un héroe decente.

— Tsk. — Chasqueo la lengua volviendo a acomodarse en el pasto pero no reclamando más.

— ¿Donde fue? — Pregunto Momo a Aoyama que se bajó de hombros. — No pensé que jugar a las escondidas fuera tan difícil...

— Es difícil esconder algo que fue diseñado para el goce del público. — Recito con brillo el rubio haciendo suspirar a la contraria hasta que ambos sintieron un toque en su hombro.

— Los encontré, de nuevo. — Dijo Viper viendo sus expresiones resignadas. — Hasta ahora la uva les va ganando.

— Mineta-kun es más pequeño debería ser más fácil para el... — Murmuró para luego suspirar intentando pensar en otro escondite.

— Los fantasmas no siempre son amables muchos de ellos están llenos de sentimientos negativos... Por eso hay que mantenerse en paz para que ellos puedan relajarse también. — Explicó Skull Algo nervioso está era la primera vez que hacía de tutor pero esperaba estar haciéndolo bien. — Lo más importante es que sin importar tu singularidad y lo que ella traiga debes aceptarla, lo bueno y lo malo, porque es parte de ti.

— Más fácil decirlo que hacerlo... — Murmuró Tokoyami

— Tranquilo trabajaremos en eso. — Le sonrió la nube.

— Creo que eso sería todo por hoy. — Sonrió Fon limpiando algo de polvo de su traje.

— Si... — Murmuraron sus alumnos en el suelo, ¡Ese hombre no era humano! En las dos horas de entrenamiento no pudieron darle ni un solo golpe, y tan solo defendiéndose logro hacerlos papilla.

— Mañana comenzaremos el entrenamiento formal, prepárense. — Hablo con algo de seriedad y los chicos enseguida se pusieron de pie.

— ¡Si, Maestro! — Gritaron al unísono, podía ser un entrenamiento espartano pero si al final terminaban de ser al menos la mitad de buenos que su Maestro definitivamente valdría la pena.

— No son una total decepción, les concedo eso. — Dijo Bermuda recuperando sus cadenas para dejar a los chicos caer al piso.

— ¡Gracias por el alabó Maestro! — Grito Lida enseguida colocándose de pie.

— Hmmm eres ruidoso. — Se quejó un poco pero no hizo mucho más. — Mañana quiero que hagan 1000 flexiones para cuando yo llegue.

— ¡Por supuesto Maestro! — Respondió de nuevo Lida mientras el resto colapsaba en el suelo, sería una suerte si llegaban a su casa a rastras hoy.

— ¿Como te sientes? — Pregunto Tsu una vez les entregaron sus café en un café ambulante en una plaza cerca de la escuela.

— Mejor...gracias. — Aún sentía algunas extremidades congeladas pero su sensibilidad estaba volviendo y eso era bueno ¿No?

— Genial, ahora... — Se sentó en una banca y miró alrededor. — Quiero que me digas la historia de las personas a nuestro alrededor.

— ¿Que...? No las cono—

— Por supuesto que no las conoces, pero quiero que las mires a todas y me digas que es lo que ves, para luego darles una historia, espero que sean buenas. — Apunto a una pareja al frente. — Ellos primero, comienza.

— Bueno... — Los observó para luego verla a ella un segundo, resignandose a que era mejor hacer lo pedido aunque no lo entendiera...

— Bien hecho, te tomo menos tiempo de lo que esperaba. — Le felicito Reborn dándole una toalla a un mojado Midoriya.

— Gracias... — Murmuró sintiéndose algo feliz y realizado por lograr la tarea.

— Mañana lo harás con pesas. — Le informo comenzando a dejar el lugar con un Izuku llorando atrás oh como extrañaba la enseñanza.

Al día siguiente decir que la clase 1-A parecían zombies de alguna película de los 60 era un eufemismo, algunos apenas y podían caminar, mientras que otros tan solo parecían colapsar a gusto en sus escritorios. Por su parte los Arcobalenos parecían feliz de la vida y para Tsu eso era lo importante, ahora ¿Donde podría conseguir un oso polar?

Notas: Quizás me acordé de cierto mago de hielo,de Fairy Tail pero eso no significa que Sho-chan terminará con su hábito... Bueno al menos no por ahora~

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