Día 18

Reborn conoce a Tsu durante el funeral del tercer hijo de Timoteo, la adolescente tiene la mirada rota, y vacía pero a medida que la velada va pasando y todos se van, aquel vacío cambia por determinación, Reborn no está seguro de que hará con ella, pero sabe que puede cambiar el mundo, algo dentro de él se lo asegura.

Un año después Timoteo le pide que se encuentren donde ojos curiosos no puedan verlos, la discreción pedida le llama la atención y nuevamente ese algo dentro de él se ve emocionado por su reunión.

— Como sabes Vongola no tiene sucesor ... Por eso quiero que entrenes a la hija de Iemitsu para que se convierta en la décima. — Dijo el mayor entregándole una carpeta con la información de la chica.

— ¿Japón? Pensé que vivía aquí con el idiota de Iemitsu. — Comento algo confundido al ver la información entregada.

— Tsu-chan... Tiene otro papel que desempeñar por su cuenta, Tsunahime será la nueva luz de esperanza que Vongola necesita. — Respondió de manera solemne aunque sus ojos reflejaban culpa.

— No trabajo a ciegas, y si voy a tratar con esta chica necesito saber que estará haciendo la hermana, podría haber una disputa por el po—

— La habrá. — Le interrumpió. — Amigo... ¿Quieres escuchar los pecados de un anciano? — Pregunto con una mirada cansada y Reborn se vio incapaz de negarse.

— Si hace eso... Si hace eso jamás podrá deshacerlo, por siempre será vista de esa forma. — Dijo sintiendo una extraña rabia recorrer su cuerpo luego de escuchar el futuro de la joven. — ¿Como pudiste pedirle eso?

— No lo hice, ella lo ideó por si misma y dijo que lo haría realidad con o sin mi ayuda. — contestó con pesar en cada una de sus palabras. — La vida es una cruel compañera cuando crees que Ya no puede quitarte nada más, encuentra maneras de hacerlo... Perdí a todos a mis hijos, y ahora debo ver a mi nieta caminar hacia su propia ruina por mis errores. — Se levanto intentando volver a parecer serio e imponente.

— ¿Que hay para mí al terminar esto? — Hizo cualquier comentario que pasó por su mente a un lado intentando concentrarse en el trabajo ofrecido.

— Mañana las ruedas del destino se pondrán en marcha. — Saco un papel de su bolsillo y se lo entrego al joven. — ahí es donde comenzará, a media noche, ella dijo que se reuniría contigo en ese lugar si es que aceptabas el trabajo, podrás discutir el pago y todo lo demás con ella.

— Entiendo. — Guardo el papel con cuidado en su bolsillo.

— hasta pronto mi amigo... — Susurró mientras el azabache se iba, sabiendo que si el plan seguía su ruta no volverían a verse en mucho tiempo.

La noche en que todo comenzaría Reborn vio a la castaña sostener un encendedor entre sus dedos como si fuera la cosa más interesante del mundo.

— Decidiste participar. — Murmuró Tsu levantando su mirada para encontrarse en sus ojos.

— Aún no se que hay para mí en este plan tuyo. — Dijo intentando mantener su seriedad, aunque quería gritarle que estaba por hacer una locura, que aunque estuviera bien encaminada solo le traería más dolor y desesperación.

— ¿Que quieres?

— Primero respóndeme algo. — Se acercó un paso más quedando a centímetros de distancia. — ¿Porque haces esto?

— Falle en proteger a mis hermanos, me rehusó a seguir perdiendo a los que amo. — Dijo con esa misma determinación que brilló al final de aquel funeral. — Y si en el proceso de proteger lo que me queda hago su sueño realidad es una ventaja.

— ¿Una Vongola mejor?

— Un mundo más amable. — Sonrió con dulzura sorprendiendo al Hitman.

— Una vez que hagas esto no hay vuelta atrás, todo el mundo estará en tu contra, no tendrás un lugar al cual regresar, tus manos se bañaran en sangre y no podrás detenerte aunque quieras. — Advirtió con seriedad en sus palabras.

— Si abandonar mi humanidad y todo en lo que creía es lo que necesito para proteger a los que amo. — Prendió el encendedor viendo su llama resplandecer en la oscuridad de la noche. — En ese caso seré el demonio más horrible que este mundo haya conocido. — Lo lanzó y enseguida el suelo se prendió en fuego que en menos de unos segundos hizo su camino a la mansión a sus pies iluminando la noche con el hermoso color de las llamas.

En ese momento Reborn supo que era aquel extraño sentimiento que había comenzado a crecer en su pecho tan solo después de verla una sola vez, sonrió para si mismo con algo de diversión y ni siquiera le hizo falta ver el anaranjado en los ojos de la joven.

— Ya se lo que quiero. — Dijo viendo a la chica que estaba por incursionar en una cruzada de la que no había vuelta.

Los meses fueron pasando e incluso en Japón se escuchaban los rumores sobre "black Death" El nombre puesto a la joven después de que familia tras familia mafiosa fuera diezmada por su mano, era el mismo nombre que alguna vez se le dio a la peste negra... Reborn intentaba no pensar en eso mucho, Ya que pensamientos contradictorios llegaban a él. Por una parte estaba orgulloso del excelente trabajo que estaba haciendo Tsu llenando su papel de villana, creando un enemigo en común para toda la mafia al mismo tiempo que la purgaba de aquellas manzanas podridas que influyeron en su actual estado decadente que llevo a la muerte de sus hermanos, y por otra parte la preocupación le comía de una forma que no pensó que fuera posible. ¿Y si alguien la lastimaba? ¿Y si la mataban? Con la cantidad de enemigos que estaba haciendo por dia no era del otro mundo pensar que quizás alguien tomaría su vida antes de que su estudiante tuviera la oportunidad de desempeñar su rol, y entonces todo su duro trabajo se iría a la mierda ¿Y que pasaba si ya no deseaba seguir? Tsu podía tener determinación pero aún ni siquiera tenía 18 años, y hasta hace dos años probablemente nunca se le pasó por la mente tomar una vida, menos cientos de ellas, y la pregunta final ¿Y si todo salía según el plan pero al final ella estaba tan rota que no había como salvarla? Sacudió su cabeza, esos pensamientos no le llevarían a ninguna parte, tenía que confiar en su cielo.

La batalla entre las hermanas fue como se espero que sería, fue de la misma forma en que se planeó, con Tsu como la villana que intentaba destruir el mundo, y Tsuna que intentaba buscar una forma pacífica de resolver las cosas pero que al final por el bien de la humanidad derrotó a su propia sangre. Reborn casi quiso reír al ver el desenlace, todos tan felices por el fin de la cruel batalla sin saber que todos los presentes no fueron más que marionetas jugando en la palma de la supuesta villana derrotada.

— ¿Estás satisfecha? — Pregunto Reborn tomando una taza de café en la celda de su cielo, últimamente Tsu se hizo amiga de Bermuda el jefe de la cárcel por lo que tenía más comodidades de las esperadas, quizás con el tiempo incluso podría convencerlo de dejarla salir.

— Vongola es estable y camina hacia tiempos mejores de la mano de mi amada hermana quien es protegida por personas que la quieren casi tanto como yo. — Relato tomando un poco de su taza. — Cumplí el sueño de mis hermanos, sigo viva y me conseguí un sol en algún momento del proceso. — Sonrió suavemente viendo al hitman verle con orgullo al decir que era su sol. — Honestamente no pensé que todo iría tan bien, así que si, podría decirse que estoy satisfecha.

— ¿Lo harías de nuevo? — Deseo saber con algo de curiosidad.

— No tengo arrepentimientos si eso es lo que quieres saber, hice lo que tenía que hacer, nada más y nada menos, por lo que si lo haría de nuevo. — Asintió conforme. — Pero ... Quizás en otra vida me gustaría ser libre. — comentó viendo a la nada y Reborn no necesito más explicaciones para entender que esa libertad no se refería solamente al estar fuera de la cárcel, sino a ser libre del peso de la esperanza, miedo resentimiento y odio otros, dejar todo aquello que la ato y ataba atrás, para vivir para ella, para poder vivir una vida sin preocupaciones junto a los que quería

— Quizás en otra vida. — Repitió el Hitman, a El también le gustaría en otra vida ver a su cielo con la libertad que no podía darle aunque lo intentará.

Mientras Reborn veia a su cielo sentada en el pasto acariciando suavemente el cabello bicolor de su estudiante, mientras disfrutaba del calor de los rayos solares y el ligero viento contra su rostro, el hitman Prometió de forma solemne que en esta vida protegería la libertad que su cielo tanto añoro, está vez, no se quedaría como un mero espectador, en esta vida, apreciaría a su cielo con todo lo que tenía

Nota de la autora: Amo los pasados trágicos y aquí está el de Tsu~

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top