Día 15

Katsuki odiaba la adolescencia, especialmente las malditas hormonas, y sobre todo odiaba con fervor al maldito mitimiti que siempre lograba alborotar sus hormonas y otras partes de su anatomía.

No era justo que alguien fuera tan atractivo, en serio, debía existir una ley que prohibiera que alguien fuera así de hermoso y que al mismo tiempo pudiera ser la cosa más adorable en el mundo, eso podía causarle un ataque cardíaco a alguien algún día, a él probablemente. Dios sería la muerte más estúpida de la historia, hasta podía ver el contenido de su lápida.

Yace aquí por sonrisa de su increíblemente grande Crush Gay.

¿Porque no podía vivir en un lindo país donde la eutanasia fuera legal?

El chico explosivo miró la foto dejada en su escritorio ¿Quien mierda le dejaba estás fotos? Intentaría encontrar al desgraciado si eso no significará confrontar a la persona que seguramente sabía que era Gay y que Todoroki protagonizaba el 99% de sus sueños húmedos, plus si no decía nada las fotos seguían llegando...

Guardo la foto en su cuaderno como siempre hacia y salió del salón encontrándose con una vista que no le agrado para nada. Todoroki estaba sonriendo y riendo junto al maldito de estudios generales ¡Eso era tan injusto! Soportaba de alguna forma a los desgraciados italianos porque aunque le doliera admitirlo los respetaba, pero a ese inútil que ni siquiera podía entrar al curso de héroes, ¡El no tenía derecho a hacer sonreír al mitimiti cuando el apenas cruzó un par de palabras con él!

Apretando sus puños Bakugou decidió que si no quería ser encarcelado por homicidio lo mejor que podía hacer era irse a su casa, y relajarse viendo su colección de fotos, sip, y si se sentía de humor quizás hasta podía darle un uso a las fotos ...

— Tienes una hoja aquí, déjame. — Las palabras de la imitación del rarito de los muertos llamo su atención nuevamente haciendo que volviera su vista a ellos, justo a tiempo para observar como el de estudios generales sacaba una hoja del cabello de Todoroki. — Wow es muy suave... — Murmuró una vez saco la hoja para acariciar su cabello, y el contrario acostumbrado a las caricias por parte de sus amigos tan solo se dejó ser, o lo intento ya que sintió una mano sujetar su muñeca y arrastrarlo lejos de su compañero de entrenamiento.

— ¿Bakugou? — Pregunto algo sorprendido Shouto al ver como su compañero de clases le arrastraba.

— ¡Cállate maldita sea! ¡Solo cállate! — Grito pero no parecía que le hablara a él o al menos no del todo.

— ¿A dónde vamos? — inquirió y enseguida el contrario paro en su lugar. — ¿Porque estás tan enojado? — Deseo saber ya que hasta él pudo notar que el rubio estaba más enojado y furioso de lo normal.

— ¡Es por tu maldita culpa desgraciado mitimiti! — Le reclamo soltando su muñeca para estampar lo contra la pared, notando que terminaron detrás de uno de los edificios de la escuela, bien nadie estaría cerca y tendrían privacidad.

— ¿Mí culpa? ¿Que hice? — Más que asustado parecía curioso, inocente...

— ¡Ser tu! Tu tan malditamente... Tu... — Katsuki nunca fue alguien bueno con las palabras por lo que decidió que sus acciones hablaran por él.

Los labios del chico de cabello bicolor eran incluso más dulce y suaves de lo que pensó que serían, y por más gay que sonara el rubio pensó que si moría ahora mismo se iría con la sonrisa más grande de la puta historia en sus labios.

Sus manos fueron a la delgada cintura del contrario acercándolo más a él. Mordió suavemente pero con insistencia su labio inferior y noto que durante todo el beso, Todoroki le correspondió con el mismo ímpetu que el, en realidad Katsuki murió de seguro, y ahora estaba en su versión privada del cielo, esa era la única explicación racional a la que podía llegar de porque estaba pasando esto.

— No le sonrías a nadie más, y no dejes que te toquen tan fácilmente, maldito bastardo. — Le reclamo con la respiración algo agitada.

— No creo que pueda hacer eso...

— ¡Demonios! Solo... — Pasó una mano por su cabello.

— no puedo dejar de sonreír a mis amigos... O impedir que me toquen, pero puedo dejar que solo tú me beses. — Ofreció sin verle a la cara pero con sus mejillas sonrojadas.

— ¡Más te vale! — Grito nervioso queriendo que la tierra lo tragara ahí mismo pero sintiendo un extraño sentimiento en su pecho que lo llenaba con orgullo y felicidad ¡Toma eso estudios generales! ¡El mitimiti era suyo! Y en el festival deportivo se aseguraría probar que él era mejor por lo que solo él tenía el derecho de pararse al lado del de cabello bicolor.

— Muy bien es hora de pagar perras. — Sonrió Lal una vez que Shinsou les contó lo sucedido.

— En realidad ninguno de ustedes ganó. — Le hizo saber la niebla haciendo que los italianos elevarán una ceja. — Alguien apostó que en lugar de confesarse Bakugou haría una escena de celos luego de ver a Sho-chan con Shinsou. — Explicó.

— ¿Quien apostó eso? — Era algo bastante específico y Tsu miró a Reborn quien negó con la cabeza ¿Que...?

— Yo fui. — Apareció Sho-chan detrás de ellos cobrando sus ganancias de Viper. — Fue un placer hacer negocios contigo. — Sonrió con algo de arrogancia que hizo salir a los italianos de su estupor.

— ¡Eso es trampa Kora! — Comenzó a alegar Colonnello siendo seguida por una sorprendida Lal.

— ¿Que he hecho... ? — Susurro Tsu viendo cómo su pupilo tan solo jugaba al inocente con sus acusadores.

— Convertiste a un perfectamente saludable joven en un demonio, eso es lo que hiciste. — Le respondió Reborn y aunque la castaña quiso refutar no encontró las palabras para ello.

— ¿Que es esto que siento en mí pecho? — Quiso saber mirando al sádico que sonrió divertido.

— se llama orgullo, hiciste bien pequeño cielo, hiciste bien. — dejo una mano sobre su hombro y Tsu le devolvió la sonrisa, ser tutora resultó ser algo más gratificante de lo que espero

Nota de la autora:

Sho no es tan inocente como parece~ y pensé en actualizar los ¿Viernes? Para así actualizar la Cattiva los miércoles y tener una actualización casi día por medio.¿Les parece? 

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