Habían pocas cosas que Reborn lamentaba en sus dos vidas, podía contarlas con su mano dado a que siempre fue el tipo de persona que hizo lo que quería, podría decirse que vivió y murió bajo sus propias condiciones, justo como tenía que ser.

Pero de las cosa que más lamentaba en sus vidas, fue llegar demasiado tarde en esta vida al lado de su cielo, si hubiera llegado antes probablemente las cosas no habrían salido de la forma en que lo hicieron para Tsu.

Sinceramente hablando, orgullo de lado y todo Tsu tenía el quirk más poderoso de todos, incluso aunque no lo pareciera. Reborn conocía a personas con singularidades parecidas a las de Tsu, incluso conocia a personas con exactamente el mismo, y ninguno de ellos podía soñar ni en sus sueños más locos con tener el poder que la castaña poseía.

Sus poderes se manifestaron cuando tenía apenas un año, y desde entonces no hicieron más que crecer aún cuando la niña no practicará o lo intentará, incluso en contra de sus deseos su singularidad no hizo nada más que crecer hasta niveles ridículos, al Punto en que pasó de ser una bendición a un problema.

Y así fue como Reborn en esta vida escucho de Tsu, o mejor dicho de la niña con el Quirk monstruoso que vivía en la parte más recóndita de la mansión Vongola, y por supuesto cuando Reborn con sus en ese momento hermanos fueron a la fiesta organizada por Vongola, se retaron los unos a los otros a encontrarla. Por supuesto incluso sin sus memorias Reborn era Reborn, y El tenía que ser quien la encontrará y lo hizo, solo que en lugar del monstruo que los chismes que recorrían Italia y la mitad de Europa describían, se encontró con una pequeña niña castaña con los ojos más tristes y solitarios que hubiera visto en su vida, vidas, y en cuanto se dio cuenta de eso su cabeza hizo click.

Unos momentos de confusión después, y el peor dolor de cabeza de su vida, estaba abrazando a Tsu como nunca sosteniendo la fuertemente contra él. En aquel momento noto las manos inseguras que lo apretaban y las lágrimas que la pequeña dejó escapar, pero asumió que se debían a la felicidad del reencuentro, estaba equivocado.

Después del reencuentro Reborn creyó que Tsu estaría emocionada por ver a sus elementos de nuevo, pero en su lugar ella se contuvo, dio excusas y tan solo le pidió al sol guardar el secreto entre ellos.

Reborn no era estupido y enseguida fue por respuestas.

—¡¿Me recuerdas?! ¡Hiiie! — Chillo su antigua alumna cuando la encontró en la fiesta, no por nada sintió que le estuvo mirando de más.

— Tsu, habla, ahora. — Demandó y al ver los ojos del cielo llenarse con culpa y tragar duro supo que no le gustaría la respuesta.

Los poderes de Tsu eran gatillados por sus emociones y aunque la niña nunca fue alguien muy emocional, cuando lo era, las cosas no terminaban bien. Comenzó con todos los cubiertos de la mesa ensartados detrás de su padre luego de que quisieran obligarla a comer algo que no quería, y termino con un auto en la mitad de la sala después de una pequeña disputa infantil que casi golpea a su Madre y hermana. Por supuesto Tsu se disculpó en cada oportunidad y lloró pidiendo perdón pero, no fue suficiente su familia le temía y la pequeña fue enviada lejos donde no pudiera dañar a nadie ni a si misma.

Cuatro años después cuando Tsuna conoció a Hayato y recuperó sus memorias, ella intentó recuperar la relación con su hermana, pero el daño ya estaba hecho, Tsu se encerró en sí misma, asustada de herir a otros, asustada de ser vista como un monstruo, asustada de lo que ella misma podía hacer, y sin importar cuanto lo intentará su hermana no saldría de su caparazón, por eso cuando vio a los arcobalenos no dudo en invitarlos a su casa con la esperanza de que ellos pudieran hacer lo que ella fallo en lograr.

A la mierda lo que dijo, Reborn llevo a todos sus compañeros con Tsu en ese mismo momento, y de ser necesario la sacaría gritando y pateando de su auto impuesto encierro, el antiguo Hitman no era conocido por su indulgencia después de todo, y de esa forma Tsu le quiso y acepto así que no planeaba cambiar ahora.

Poco a poco, pasó a paso, lograron reparar parte del daño, con sus memorias Tsu ahora podía controlar mejor su quirk e incluso luego de muchas noches en vela Verde logro crear un brazalete que restringía parte de sus poderes, pero aún así, después del paso de los años, y de tener el control sobre si misma de vuelta, Tsu seguía cerrándose al mundo, tan solo que ahora permitía dentro de su corazón a las personas que amo y amaba, pero cerrándose al resto sin darles una oportunidad. Reborn era celoso pero incluso el extrañaba parte de la personalidad ligeramente dulce y amigable de su cielo.

Por eso cuando postulo a UA fue una sorpresa para todos, hasta que no lo fue, las verdaderas intenciones del cielo eran claras, aún temía a su propio poder y quería aprender a controlarlo mejor, y con un demonio la dejarían sola de nuevo por lo que aunque les doliera en el alma atender a una escuela llena de adolescentes bienechores, lo harían por Tsu, lo harían por su cielo.

Meses después viendo a Tsu sonreír ligeramente al ver a sus estudiantes correr siendo seguidos por un oso polar, Reborn sintio que finalmente recuperó a su cielo, quizás la escuela de maricas en mallas no era tan mala como creyó que sería.